Si algo le gusta hacer a Diego Maradona desde que se convirtió en un estrella del fútbol es un escándalo.

Especialista en gambetas y petardos de todos los volúmenes y tonos, “el Pelusa” sigue con su pirotecnia verbal, amenazando a las mujeres de la humanidad con desnudarse por completo, si Argentina se titula campeón en el Mundial que está por comenzar.

Como sabemos, el nunca ha dejado de ser noticia. Al principio una gran noticia, una buena noticia, la historia de un niño pobre que haciendo fintas y metiendo goles, se convirtió en el mejor de su tiempo.

Con el estrellato vinieron muchas cosas además de dinero y la idolatría del mundo del fútbol. Drogas, alcohol, mujeres, denuncias de paternidad irresponsable, acusaciones de maltrato, violencia contra los periodistas, declaraciones desconsideradas y altisonantes, otra vez en   la clínica porque se pasó de tragos o de cocaína, chistes sobre su adicción, fotos mostrándolo obeso, un tatuaje del Ché, de nuevo una  frase destemplada, un abrazo con  Chávez y hasta un programa de televisión.

Maradona siempre tiene un foco sobre sí y eso le fascina. Mientras los analistas de fútbol evalúan al equipo que convocó y por supuesto lo incluyen entre los que podrían alzar  la Copa FIFA, hay quienes no dejamos de preocuparnos porque entonces Diego cumpla su palabra y no haya más remedio que ver su grotesca figura, “corriendo por el Obelisco”  (espero que el de Buenos Aires), porque si cumple con palabra va a salir en las primeras páginas de muchos periodismos en el mundo y por cierto rato todos hablarán de Maradona en pelota.

Lo siento, no voy a ligar en contra de Argentina, pero mejor adviértanle a Diego que si gana y se quiere desnudar, que para eso está su habitación o cualquier sitio donde  solo puedan verlo los interesados, que me imagino los habrá por ahí.

Si algún técnico del fútbol se quiere desvestir con la excusa de la victoria que  sea Mourinho,  eso si sería un gesto humanitario del campeón de la Champion ¡aunque gane con el Real Madrid!