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Salud

Sendai Zea Feb 21, 2012 | Actualizado hace 12 años

 

Aunque una colonoscopia es un importante procedimiento de exploración del cáncer colorrectal que puede salvar vidas, muchas personas sufren de preocupaciones infundadas sobre la prueba, y la evitan, señala una experta.

 

«Una colonoscopia es una herramienta increíble que nos permite ver qué tan sano es su interior», aseguró en un comunicado de prensa de la Universidad de St. Louis la Dra. Christina Hachem, profesora asistente de medicina interna y gastroenteróloga de la universidad. «Aunque quizás se sienta ansioso sobre el procedimiento, una conversación con su médico puede aliviar muchas de sus preocupaciones».

 

Describió varios motivos para hacerse una colonoscopia, que incluyen que la sencilla prueba de 20 minutos podría salvarle la vida. Una colonoscopia puede ayudar a identificar a las personas en riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. Esperar hasta que se desarrollen señales o síntomas puede resultar letal.

 

Durante el procedimiento, su médico podría descubrir y extirpar pólipos precancerosos. Hacerlo puede prevenir el desarrollo del cáncer. Si se halla cáncer, el tratamiento puede comenzar de inmediato, lo que mejora las probabilidades de superarlo.

 

Hachem sugirió que las preocupaciones por hacerse una colonoscopia podrían no tener ninguna base.

 

«Hable con su médico sobre sus preocupaciones, porque hay muchas formas de prepararse para el procedimiento y llevarlo a cabo, y podemos personalizarlo según las necesidades de cada paciente», aseguró.

 

Es probable que ni recuerde el procedimiento, ya que por lo general los pacientes reciben sedantes que les hacen sentirse relajados y somnolientos.

 

«La mayoría de personas se despiertan luego preguntando que cuándo comenzará el procedimiento», comentó Hachem.

 

En cuanto a los otros beneficios, una colonoscopia puede proveer a los demás familiares con información sobre su propio riesgo de cáncer colorrectal.

 

En general, las colonoscopias se recomiendan a partir de los 50. Pero las personas consideradas en alto riesgo, como los negros, deben comenzar con las colonoscopias a los 45, según el comunicado.

 

El Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. calcula que el año pasado casi 50,000 adultos de EE. UU. murieron como resultado del cáncer de colon y recto.

Científicos británicos señalan que creen haber encontrado una nueva arma contra el cáncer de páncreas después de los prometedores resultados de un trantamiento que combina varios fármacos experimentales.

Los investigadores del instituto Cancer Research UK utilizaron sobre ratones una mezcla de gemcitabine con una droga conocida como MRK003. Después de varias sesiones de quimioterapia, el cóctel de sustancias terminaba matando las células cancerosas.

Un grupo de pacientes está evaluando el tratamiento para ver si se puede aplicar en humanos.

Padre de dos hijos, Richard Griffiths, de 41 años, sigue el tratamiento desde que fue diagnosticado con cáncer de páncreas en mayo de 2011.

«Después de seis sesiones vimos en un escaner que los tumores se habían reducido. Así que decidimos continuar», sostuvo.

«El tratamiento te da esperanza. En mi caso siento que puedo hacerle frente a este cáncer porque la ciencia está detrás», agrega.

Bajas tasas de supervivencia

El instituto, con sede en Cambridge, detalla que la está dando prioridad a la investigación sobre el cáncer de páncreas debido a la baja tasa de supervivencia que tiene.

Cada año cerca de 8.000 personas en el Reino Unido son diagnosticadas con cáncer de páncreas.

Las tasas de supervivencia son muy bajas con relación con otros tipos de cáncer y, el período de tiempo entre el diagnóstico y la muerte suele ser corto, menos de seis meses.

Los datos más recientes del cáncer de páncreas en Inglaterra, señalan que alrededor del 16% de los afectados han sobrevivido hasta un año después del diagnóstico. El margen de tiempo ha provocado la necesidad de nuevos tratamientos.

«Estamos muy satisfechos con los resultados de la investigación. Ahora estamos evaluando sus beneficios para saber si se le puede dar un nuevo enfoque para los pacientes con cáncer. De todas formas, pasará algún tiempo antes de que podamos afirmar que hemos tenido éxito con los pacientes», detalló Duncan Jodrell, responsable de los ensayos clínicos que se realizan en la Universidad de Cambridge.

Alrededor de 60 pacientes con cáncer de páncreas avanzado forman parte del la primera fase de los ensayos clínicos.

 

Quizás los controles remotos ya no sean solo para los aparatos. En un pequeño estudio de tamaño reducido, se implantaron microchips que liberaban fármacos para fortalecer los huesos con tocar un botón en mujeres que sufrían de osteoporosis grave, un método de administración que podría algún día hacerse común para varias afecciones de salud.

El microchip, que medía aproximadamente unos 4 por 6 centímetros (1.5 por 2.5 pulgadas), mejoró significativamente el cumplimiento de las pacientes con un régimen farmacológico que por lo general requiere que el mismo paciente se aplique dolorosas inyecciones diarias, apuntaron los autores del estudio. El ensayo clínico, llevado a cabo con siete pacientes de osteoporosis en Dinamarca, fue la primera prueba de un microchip con control remoto con este fin.

«Libera a los pacientes de la carga de gestionar su enfermedad a diario», señaló Robert Farra, coautor del estudio y presidente y jefe de operaciones de MicroCHIPS Inc., la compañía de Waltham, Massachusetts, que financió y supervisó el ensayo. «Creo que habrá una clase de medicamentos [para otras afecciones] que será muy adecuada para su uso con el chip… estamos muy complacidos con los resultados».

El estudio aparece en la edición del 16 de febrero de la revista Science Translational Medicine, coincidiendo con su presentación en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (American Association for the Advancement of Science) en Vancouver, Canadá.

Junto con investigadores del MIT, la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y otras compañías e instituciones, Farra implementó el microchip justo debajo de la piel cerca de la cintura en las siete mujeres, que tenían entre 65 y 70 años de edad y habían estado utilizando inyecciones preparadas que contenían teriparatida (con nombre de marca Forteo) para la osteoporosis grave, una enfermedad que adelgaza los huesos.

Aunque una membrana fibrosa creció alrededor del dispositivo, algo que se esperaba, el microchip administraba el fármaco tan eficazmente como las inyecciones diarias, según el estudio. Pruebas de sangre llevadas a cabo tras el periodo de 12 meses del estudio indicaron tasas de formación ósea similares que cuando las mujeres se inyectaban ellas mismas el fármaco.

Farra señaló que debido a que las inyecciones diarias pueden ser psicológica y físicamente desafiantes, apenas 25 por ciento de las pacientes que usan teriparatida en realidad completan el régimen típico de 24 meses. Pero con el implante (que administró 20 dosis programadas controladas por los médicos), la tasa de cumplimiento subió a 100 por ciento.

Unos 50,000 estadounidenses toman el fármaco cada año, con un costo de 10,000 a 12,000 dólares, comparable al costo del microchip y de la cirugía menor para implantarlo, señaló. El microchip se puede implantar con anestesia local en un consultorio médico.

«No solo ofrecerá una mejor calidad de vida, sino que veremos mejores resultados debido al aumento en el cumplimiento», aseguró Farra, y añadió que su compañía está desarrollando un modelo que administrará un año de dosis. Comentó que espera que sea aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. y que llegue al mercado en cuatro años.

El Dr. Robert Recker, director del Centro de Investigación sobre la Osteoporosis de la Universidad de Creighton en Omaha, Nebraska, dijo que dudaba que el microchip pudiera mantener el Forteo estable a la temperatura corporal, dado que el fármaco por lo general se refrigera cuando se halla en las inyecciones preparadas.

Sin embargo, Farra apuntó que los investigadores habían modificado el fármaco para hacerlo posible, un esfuerzo que fue más fácil porque cada dosis también estaba sellada en minúsculos compartimentos a prueba de aire y humedad en el microchip.

El contenedor se abre a intervalos programados o a través de una señal inalámbrica, que puede ser enviada desde la computadora o teléfono inteligente del médico, apuntó Farra.

«No veo cómo esto se puede hacer con [un] recipiente, ya sea por encima o por debajo de la superficie de la piel», comentó Recker. «Creo que otros estudios deben corroborar esta afirmación. Deben explicar cómo conservan el fármaco a temperatura corporal».

Esta semana dos investigaciones revelaron resultados exitosos en el uso de células madre para tratar un infarto.

Nos acercamos a la era en que podremos curar nuestras enfermedades, no sólo trastornos del corazón sino de otros órganos, con nuestras propias células.

En el primer estudio, publicado en The Lancet, investigadores del Instituto de Cardiología Cedars-Sinai en Los Ángeles, lograron reparar hasta 50% los daños causados por un infarto inyectando al paciente células madre de su propio corazón.

Según los científicos, éste fue «un aumento sin precedentes» de músculo cardíaco sano.

Un día después, una revisión de 33 estudios llevada a cabo por Cochrane Collaboration encontró que la terapia de células madre tomadas de la médula ósea logró ofrecer «una mejora moderada» a los pacientes que sufrieron infarto.

En los ensayos habían participado más de 1.700 pacientes.

Aunque los investigadores afirman que ahora se deberán llevar a cabo estudios a más largo plazo para ver si esta terapia afecta la expectativa de vida del paciente, los resultados ofrecen esperanzas porque cada vez nos acercamos más a la era de las llamadas «terapias personalizadas» para curar un corazón lesionado.

Cuando un paciente sobrevive un infarto, se produce muerte en el tejido del músculo, el cual queda reemplazado por una cicatriz.

Con esto el paciente queda debilitado y con altas posibilidades de necesitar medicamento para el resto de su vida.

Impacto a largo plazo

Los científicos están demostrando ahora la efectividad de las células madre para reducir esta cicatriz de tejido cardíaco y reparar el corazón lesionado.

Un método consiste en tomar células del corazón del paciente, cultivarlas en el laboratorio para generar millones de nuevas células cardíacas y posteriormente inyectarlas de nuevo al paciente para generar nuevo músculo cardíaco.

El otro método utiliza una técnica similar pero en lugar de tomar células del corazón se toman de la médula ósea, que es una fuente esencial de células madre.

Los ensayos revisados por Cochrane, realizados y publicados hasta 2011, involucraron esta técnica con médula ósea.

El análisis concluyó que la terapia «puede conducir a una mejora moderada a largo plazo» en la función cardíaca, lo cual, agrega, puede ser «clínicamente muy importante».

Lo que hasta ahora no se sabe, sin embargo, es cuál es el efecto a largo plazo de esta terapia y si tiene un impacto en la longevidad del paciente.

La doctora Enca Martin-Rendon, especialista del Hospital John Radcliffe en Oxford y principal autora del análisis, explica que además de la mejora en la función cardíaca, «la terapia de células madre puede también reducir el número de pacientes que mueren posteriormente o sufren insuficiencia cardíaca».

«Pero actualmente carecemos de evidencia estadísticamente significativa en el número pequeño de pacientes que hasta ahora han sido tratados».

El profesor Anthony Mathur, de la Escuela de Medicina y Odontología del Hospital Barts de Londres, está dirigiendo actualmente el mayor ensayo clínico que se ha llevado a cabo con células madre en pacientes que sufrieron infarto.

El estudio comenzará este año e involucrará a 3.000 pacientes en varios centros de Europa. Y se espera obtener los resultados rápidamente.

Tal explica el especialista a la BBC se inyectarán las células madre a los pacientes cinco días después de haber sufrido el infarto y posteriormente se les hará un seguimiento de dos años para ver si la terapia tiene un impacto en su expectativa de vida.

Las enfermedades cardiovasculares, incluidos infartos e insuficiencia cardíaca, son la principal causa de muerte en todo el mundo.

Así que muchos investigadores trabajan con ahínco para encontrar un tratamiento que prevenga o cure estos trastornos.

Todavía, sin embargo, serán necesarios más estudios para que estén disponibles en la clínica.

Sendai Zea Feb 17, 2012 | Actualizado hace 12 años

Dicen que el amor a veces lastima… Y mucho. Y no nos estamos refiriendo al aspecto emocional.

Aunque lo parezca, esto no es una metáfora: el 30% de las personas tuvo alguna vez una lesión relacionada con el acto sexual. Así lo demostró una encuesta británica publicada en “The Daily Telegraph”, de la empresa encuestadora Phonepiggybank.com. El 5% ni siquiera pudo ir a trabajar debido a la lesión.

¿No lo crees? Pues a continuación te presentamos algunas de las lesiones más comunes entre apasionados amantes:

Fractura de pene

Cuando el pene está erecto, se llena de sangre. Por lo que, si se inclina abrupta o enérgicamente, puede lesionarse el cuerpo cavernoso, explica el Dr. Erik Castle, Urólogo de la Clínica Mayo. Según el experto, esta lesión ocurre en relaciones sexuales agresivas o acrobáticas, o en una masturbación violenta.

¿Cómo saber si se quebró el pene?

En primer lugar, explica el Dr. Erik Castle, la fractura va acompañada de un sonido. Luego aparecerá un hematoma oscuro, debido a la sangre que se escapa del cilindro. Es importante consultar con un médico, ya que si no se trata a tiempo, el pene puede quedar deforme o sin erección.

Desgarro muscular

Es la lesión más frecuente. Puede resultar como consecuencia de una falla de «puntería» de un amante fogoso o, como le sucedió a un adolescente inglés, por levantarse a cerrar la puerta cuando se estaba masturbando y…caer al piso sobre su pene erecto, entre otras causas.

El lugar más peligroso para hacer el amor

Aunque hay muy poca información acerca de este tipo de lesiones, debido a que las personas «ahorran detalles», los investigadores encontraron que los lugares donde más frecuentemente los amantes pueden sufrir alguna herida son: el sofá, las sillas y la ducha.

Lesiones en la espalda

Se presentan por hacer movimientos inusuales, por hacer demasiado esfuerzo –como intentar sostener a tu pareja en una posición “aérea”- o por depositar toda la fuerza en algún punto. También, pueden producirse si algún amante se cae de la cama o si se golpea con algún mueble, como por ejemplo con la mesa de luz.

Evita apasionarte en estos sitios

La investigación, realizada en Inglaterra, demostró que hay otros lugares muy elegidos que pueden ser «peligrosos»: las escaleras, el auto, la mesa de la cocina y el jardín. También hay sitios extra-hogareños donde el miedo a ser descubierto puede jugar en contra: los aparadores de las oficinas.

Irritación o quemaduras por la alfombra

Apoyar las rodillas o los codos en la alfombra durante el sexo “agitado” puede provocar raspaduras o quemaduras en la piel como consecuencia de la fricción. Es la típica herida de los ciclistas o motociclistas. Si bien no son heridas graves, hay que higienizar la zona permanentemente para prevenir infecciones.

Tortícolis o tirón en el cuello

Alrededor del 50% de las personas sufrirá alguna vez de tortícolis o contracciones musculares en el cuello. El músculo que se contrae es el esternocleidomastoideo, como reflejo involuntario ante el estiramiento excesivo, posición o un espasmo. Se sugiere ir al médico para que evalúe el tratamiento a seguir.

Hematomas en rodillas o codos

Tener sexo “enérgicamente” puede producir caídas y, como consecuencia, hematomas, principalmente en las rodillas y codos. Según la Biblioteca Nacional de Medicina, para aliviar los moretones, colocar hielo y levantar la pierna o brazo.

Hematomas en los hombros

Los movimientos bruscos o las caídas (de la cama o el sofá, principalmente) pueden producir lesiones en los hombros. Para aliviar el dolor, los Institutos Nacionales de Salud recomiendan: aplicarse hielo por 15 minutos, luego sacarlo y repetir durante una hora. Dejar descansar el hombro lastimado.

Torcedura de rodilla

Las posturas más comunes, como la del “misionero” o el “perrito” exigen confiar el peso del cuerpo en las rodillas, que son las articulaciones más grandes. Pero ciertos movimientos bruscos, giros o golpes pueden producir una lesión en los ligamentos o en los tendones, que conectan y sostienen la rótula.

Fractura o distensión de muñeca

“Ocurre cuando hay carga o fuerza excesiva en uno o varios ligamentos de la muñeca, como resultado de una caída o de sostenerse con las manos para evitar caerse”, expilca la Asociación Americana de cirugía de mano. Es una lesión frecuente en ciclistas, esquiadores y también en los amantes…

Fractura o dislocación de tobillo

Cada día, 25,000 personas sufren esta lesión, según informa la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos. Claro que no todos se lastiman teniendo sexo…Ocurre cuando el pie se tuerce o gira y apoya de un modo diferente o más lejos de lo habitual. Esto provoca que los ligamentos se estiren de más.

Objetos perdidos

Entre las historias que cuentan los médicos se incluye la de un hombre que llegó con un destornillador dentro de su ano… Pero las mujeres no se quedan atrás: a la sala de emergencias de un prestigioso centro médico, llegó una mujer con una zanahoria pástica de cotillón dentro de su vagina.

Le recordamos que ante cualquier inquietud o lesión de importancia no olvide acudir a su médico, quien le dará la información adecuada según su caso.

Sumergirse en un baño de agua fría después del ejercicio puede aliviar el dolor y la rigidez muscular pero no es claro si es una estrategia segura para el organismo, afirman expertos.

Los investigadores del Centro Cochrane del Reino Unido llevaron a cabo una revisión de 17 estudios en los que habían participado 366 personas.

Encontraron que el agua fría sí alivia el dolor muscular pero puede provocar una respuesta de choque en el organismo e incluso puede ser perjudicial.

Según los investigadores, no hay suficiente evidencia que apoye el uso extendido de la técnica.

Y puede haber mejores formas de aliviar la rigidez muscular, agregan, por ejemplo, una carrera corta y ligera o sumergirse en un baño de agua templada.

La estrategia de sumergirse en agua fría o helada, una técnica llamada crioterapia, se usa para reducir la inflamación, rigidez y dolor que se producen después del uso muscular intensivo.

Se trata del llamado dolor muscular de aparición tardía (DMAT), el cual suele aparecer al día siguiente de haber realizado el ejercicio.

La técnica comenzó con los deportistas de élite pero cada vez es más popular entre los atletas aficionados.

Se dice que la inmersión en agua fría reduce la inflamación muscular y sus efectos asociados.

Los investigadores del Cochrane querían comprobar si existe evidencia clínica que apoye estas afirmaciones y si la técnica realmente funciona o es dañina.

No para todos

En los ensayos clínicos que revisaron se había pedido a los participantes que se sumergieran en una bañera o recipiente con agua fría después de correr, andar en bicicleta o realizar un entrenamiento de resistencia.

En la mayoría de los ensayos los sujetos pasaron entre 5 y 24 minutos en agua que tenía una temperatura de entre 10 y 15º C, aunque en algunos casos la temperatura era más baja o se pidió a los participantes que salieran y entraran del agua en períodos establecidos.

En los estudios que compararon la inmersión en agua fría con el descanso o con no hacer nada para aliviar el dolor se encontró que con la inmersión hubo una «reducción significativa» en el dolor muscular hasta cuatro días después de haber hecho ejercicio.

Pero muy pocos estudios compararon la inmersión con otras estrategias, por lo cual, dicen los investigadores, es muy prematuro afirmar que ésta es la mejor estrategia para el dolor de extremidades.

«Encontramos cierta evidencia de que sumergirse en agua fría después del ejercicio puede reducir el dolor muscular, pero sólo se comparó con el descanso o con no hacer nada» explica el doctor Chris Bleakley, quien dirigió el estudio.

Y tampoco se estudiaron los riesgos de esta terapia.

Tal como explica el doctor Bleakley «es importante considerar que la inmersión en agua fría induce cierto grado de choque en el organismo».

«Necesitamos asegurar que la gente no se ponga en riesgo, especialmente si se están exponiendo a agua muy fría durante períodos prolongados» agrega.

Leoni Dawson, asesora de la Sociedad Colegiada de Fisioterapia, afirma que «esta estrategia no es recomendable para todos. Si alguien sufre un trastorno cardíaco subyacente el choque puede ser perjudicial».

«Y en una persona con síndrome de Raynaud -un problema de la circulación- podría tener un efecto devastador».

Según la experta, en general, colocarse algo frío en la piel para reducir el dolor o inflamación es seguro.

«Esto forma parte de las directrices para el tratamiento de las lesiones de tejido blando: protección, reposo, enfriamiento, compresión y elevación».

«Pero también hay que recordar que algunas de las compresas de gel frías que se venden en el mercado pueden llegar a temperaturas de menos 20º, y si la persona se va a dormir con ellas puede sufrir una quemadura de hielo bastante fea» agrega la experta.

Tratar la sinusitis con antibióticos no acelera la recuperación, muestra una investigación reciente.

«Llevamos a cabo un ensayo clínico aleatorio con adultos que tenían un diagnóstico clínico de sinusitis aguda, y no hallamos beneficios de los antibióticos frente al placebo para el tratamiento de la sinusitis aguda», señaló la autora del estudio, la Dra. Jane Garbutt, profesora asociada de investigación en medicina y pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis.

Aún así, una de cada cinco recetas de antibióticos para los adultos de EE. UU. se emiten para la sinusitis, según el estudio.

«La sinusitis aguda es una enfermedad bastante desagradable. Las personas desean algo que las haga sentirse mejor, y no hay muchas opciones de tratamiento, así que los pacientes piden antibióticos a sus médicos. Pero creemos que la mayoría de las veces, la sinusitis es una infección viral, así que los antibióticos no ayudan», lamentó Garbutt.

Los resultados del estudio aparecen en la edición del 15 de febrero de Journal of the American Medical Association.

La sinusitis es una inflamación de los senos paranasales. El dolor en la frente es un síntoma común, según el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID). Otro síntoma común de la sinusitis son las secreciones nasales, que pueden caer por la garganta, según el NIAID. Los resfriados y las alergias son causas comunes de la sinusitis, aunque a veces las bacterias tienen la culpa.

Las directrices actuales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. recomiendan antibióticos solo para los que tienen síntomas moderadamente graves o graves.

Dado el aumento en las bacterias resistentes a los antibióticos, los investigadores deseaban evaluar su eficacia, así que observaron a 166 adultos diagnosticados con sinusitis aguda. El 36 por ciento de los voluntarios del estudio eran hombres, y 78 por ciento eran blancos, según el estudio. Las personas que sufren de sinusitis crónica (que dura más de 28 días) no fueron incluidas, ya que podrían necesitar un tratamiento distinto, anotaron los autores.

Los participantes del estudio se asignaron al azar para recibir un tratamiento de diez días con 1,500 miligramos de amoxicilina (un antibiótico) distribuidos en tres dosis diarias, o un placebo. Todos los voluntarios también recibieron tratamientos para el dolor, la fiebre, la tos y la congestión nasal, y se les indicó que los usaran según fuera necesario.

También se evaluaron los síntomas y otras medidas de calidad de vida mediante entrevistas telefónicas a los 3, 7, 10 y 28 días tras el inicio del tratamiento.

Al tercer día, no hubo diferencia en los síntomas entre ambos grupos. Al séptimo día, hubo una pequeña mejora en el grupo de los antibióticos, pero Garbutt dijo que probablemente el cambio fuera demasiado pequeño para que el paciente notara una diferencia en los síntomas. A los diez días, una vez más no hubo diferencia en los síntomas entre ambos grupos.

Para el día 10, alrededor del 80 por ciento de los pacientes de ambos grupos reportaron que sus síntomas habían mejorado mucho, o que se habían curado. A los 28 días, no hubo diferencia en las tasas de recaídas, dijeron los investigadores.

Garbutt apuntó que no hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en otras medidas, como la necesidad de fármacos para aliviar los síntomas o los días faltados al trabajo.

«La mayoría de personas mejoran solas de la sinusitis aguda, pero muchos sienten que si no les dan un antibiótico, no se está haciendo nada», lamentó el Dr. Richard Lebowitz, otorrinolaringólogo del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, en esa ciudad.

Apuntó que hay cosas que las personas pueden hacer por sí mismas que podrían ayudarlas a sentirse mejor antes. La irrigación con solución salina en los senos paranasales puede ayudar, planteó, al igual que los medicamentos descongestionantes o reductores del moco que se venden sin receta.

«La infección viral promedio de las vías respiratorias superiores dura una a dos semanas, y el tratamiento de los síntomas probablemente sea el adecuado hasta ese momento», aseguró. Pero si la infección dura más de una o dos semanas, o si los síntomas empeoran significativamente de forma repentina, debe consultar al médico.

«Algunas personas sí sufren de infecciones bacterianas, y pueden ser muy difíciles de identificar», señaló Garbutt, que también recomendó hacer un seguimiento médico si los síntomas no mejoran o si empeoran de repente.

A mayor exposición a la contaminación atmosférica, mayor era el declive mental

La exposición de por vida a la contaminación atmosférica podría contribuir al declive mental en las mujeres mayores, según un estudio reciente.

Investigadores usaron datos de los monitores de aire de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE. UU. en combinación con la información sobre las direcciones de más de 19,000 mujeres entre los 70 y los 81 años de edad que participaron en el Estudio de salud de las enfermeras de EE. UU. para calcular su exposición a la contaminación atmosférica en un periodo de siete a catorce años.

Además de la información de los monitores de aire, que miden seis contaminantes importantes, los investigadores tomaron en cuenta factores que podrían influir sobre la exposición, como los patrones de viento, la altitud y la proximidad de la residencia de cada mujer a carreteras importantes.

Las mujeres también tomaron una prueba telefónica para medir varias capacidades mentales, como la memoria y las habilidades de pensamiento. Se repitieron las pruebas dos y cuatro años más tarde.

Tanto la exposición a la contaminación atmosférica con partículas finas (de menos de 2.5 micrómetros de diámetro, o sea alrededor de 1/30 del diámetro de un pelo humano) o con partículas grandes (entre 2.5 y 10 micrómetros de diámetro), se asociaron con declives mentales en las mujeres.

«Las mujeres expuestas a los mayores niveles de materia particulada a largo plazo experimentaron más declive en sus puntuaciones cognitivas en el periodo de seguimiento de cuatro años», apuntó la autora líder del estudio Jennifer Weuve, profesora asistente del Instituto Rush para el Envejecimiento Saludable en Chicago. «Esta asociación se mantuvo en ambos tipos de contaminación atmosférica, de partículas finas y de partículas grandes».

Cada aumento de diez unidades en la contaminación atmosférica a la que estaban expuestas las mujeres las envejeció mentalmente un equivalente a unos dos años, según el estudio, que aparece en la edición del 13 de febrero de la revista Archives of Internal Medicine.

A nivel poblacional, el impacto es tremendo, advirtió Weuve. Si millones de personas son ligeramente más viejas mentalmente de lo que deberían ser, se trata de un impacto inmenso sobre la calidad de vida de las mujeres mayores, sus familias y en los costos sociales de cuidarlas, explicó.

«A diferencia de otros factores que podrían tener que ver con la demencia, la contaminación atmosférica es única ya que podemos intervenirla como sociedad en general a través de las políticas, la regulación y la tecnología», aseguró Weuve.

La contaminación atmosférica con materia particulada, o sea partículas de materia sólida o líquida suspendidas en el aire, está conformada por ácidos como los nitratos y los sulfatos, sustancias químicas orgánicas, metales y tierra o polvo, según la EPA.

Una importante fuente de contaminación con materia particulada fina en EE. UU. es la combustión de los vehículos, los motores diesel y la industria.

Las fuentes de partículas de mayor tamaño incluyen carreteras, la construcción, la minería, la quemazón y la agricultura.

En general, los científicos creen que mientras más fina es la partícula, más infiltra al cuerpo, apuntó Weuve. Las partículas más finas se adentran más en los pulmones y pueden entrar al torrente sanguíneo.

La investigación con animales también ha hallado que algunas partículas, cuando se inhalan, pasan directamente de las vías nasales al cerebro, añadió.

Estudios anteriores han hallado que la exposición a la contaminación atmosférica se asocia con la enfermedad cardiovascular. También se ha mostrado que la enfermedad cardiovascular, que afecta al corazón y a los vasos sanguíneos, acelera el declive mental, señaló Weuve.

Así que quizás el impacto de la contaminación sobre la salud cardiovascular pueda explicar la asociación entre la contaminación atmosférica y el declive mental en las mujeres. También es posible que la contaminación atmosférica esté llegando al cerebro mismo, llevando a inflamación y potencialmente desencadenando cambios microscópicos que marcan el inicio del Alzheimer, comentó.

El Dr. Rajiv Bhatia, director de salud ambiental del Departamento de Salud Pública de San Francisco, dijo que los hallazgos eran coherentes con investigaciones previas que han mostrado que la contaminación contribuye a la enfermedad respiratoria y cardiovascular.

«Es bastante concluyente que la materia particulada fina tiene efectos sobre el sistema cardiovascular, y es posible que también tenga efectos sobre el cerebro», apuntó Bhatia.

Señaló que el desafío es reducir los niveles de materia particulada donde sean altos, y reducir las disparidades entre los expuestos. La investigación muestra que las minorías étnicas y raciales son más propensas a vivir cerca de fuentes de contaminación atmosférica, como carreteras, puertos y centros de distribución de mercancía.

«Estamos progresando, pero hay áreas y lugares donde los niveles son altos y están en aumento», lamentó. «Las personas que viven cerca de carreteras muy concurridas se ven desproporcionadamente afectadas, y no han experimentado gran beneficio de la Ley de aire limpio».

La Ley de aire limpio dirige a la EPA a reducir la contaminación atmosférica.

Desde que entró en vigencia, los niveles de materia particulada fina han descendido en la mayoría de áreas, pero en algunas, la contaminación atmosférica sigue siendo demasiado alta.

En un comentario acompañante en la revista, Bhatia hizo un llamado por más monitores de aire cerca de las carreteras concurridas para convencer a los gobiernos estatales y las agencias regionales de planificación que tomen medidas para reducir la contaminación cerca de esas fuentes.

«Si no colocamos monitores cerca de las carreteras, no están obligados a actuar», lamentó Bhatia.

Otro estudio de la misma revista, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Brown, halló que más personas eran admitidas a un hospital de Boston por accidente cerebrovascular (ACV) isquémico cuando los niveles de contaminación atmosférica de materia particulada fina eran altos. Un ACV isquémico ocurre cuando un vaso que lleva sangre al cerebro se bloquea.

El riesgo de ACV isquémico era 34 por ciento más elevado los días en que había contaminación atmosférica «moderada» que los días en que los niveles eran «buenos», según el Índice de calidad del aire de la EPA, hallaron los investigadores.