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Opinión

Juan E. Fernández Feb 14, 2021 | Actualizado hace 1 mes
La recaída

Ilustración de Alexander Almarza, @almarzaale

@SoyJuanette

Estoy escribiendo este artículo con bastante dificultad, no porque tenga un bloqueo creativo ni nada que se le parezca, sino porque me duelen los dedos. Pero no solo los dedos, también las manos, los brazos las piernas y hasta e cabello ¿Cuál es la razón? Sufrí una recaída.

Todo comenzó hace unos meses cuando, por la pandemia, dejé de caminar unas 30 cuadras hasta mi trabajo. Y comencé a caminar hasta la pizzería Pin Pun que queda a media cuadra de casa, por lo que mi abdomen se empezó a hinchar (creo que fue por el tomate). Y llegué al punto en donde tuve que hacer algo.

Intenté comer lechuga 7 veces por día, pero descubrí que esa dieta no es efectiva, porque todos sabemos que la lechuga es un vegetal que te hace retener mucho líquido (tiene que haber sido eso porque la mayonesa, el queso, el pan y el tocino son solo acompañantes).

Algo tenía que hacer, ya estaba pareciéndome a un pez globo, así que, por mi salud, tuve que sacrificar la libertad y me puse de novio con una chica que predicaba y practicaba la dieta cetogénica, también conocida como Keto.

Aquella dieta era maravillosa porque podía comer fiambres, grasa y todo lo que quería. ¡Eso fue amor a primera vista!, no con la chica, sino con la dieta.

Pero, como en cualquier relación, no todo fue color de rosa. Porque estaba eso de los ayunos intermitentes, y cuando mi exnovia Keto (reitero que ese es el nombre de la dieta, no de la chica), se ponía con lo del ayuno, iba demasiado lejos. Con decirles que solo me dejaba comer cuando veía que mi mirada estaba “intermitente”, es decir cuando ya estaba a punto de desmayarme.

Aunque eso no fue lo que hizo que termináramos, sino lo cara que se volvió la fulana (dieta). Porque para suplir las harinas, tenías que comprar ingredientes alternativos carísimos, o peor aun, fabricar tu “harina saludable” con aserrín, extracto de coco y polvo de una estrella del planeta mercurio… Así que por mi salud mental, pero más que nada por mi bienestar financiero, puse fin a esa relación. Y también a la dieta.

Como iba, lo más seguro es que terminaría comprando mi ropa en “La Casa de las Banderas”; y justo eso fue lo que me obligó a llamarle… necesitaba ayuda y solo había una persona que podía hacerlo: mi entrenador personal.

Eso de hacer ejercicio entra y sale de mi vida como la gripe, las deudas y las malas decisiones. Debo aclarar que el entrenador personal no ha sido siempre el mismo; a lo largo de mi vida he tenido personas de buena fe que han confiado en mi disciplina y capacidad para la actividad física, y por eso no les contraté nunca. Por el contrario, siempre busqué al tipo de entrenador/a fuerte de espíritu, que, aunque vea a un gordito tierno como yo vomitando, no se le mueva ni una fibra y simplemente me grite “no duele”, y me impulse a seguir adelante. La cosa es que, con la pandemia, ahora todos los entrenamientos son por Zoom; y si un entrenador me grita mucho, corto la internet y santo remedio.

Así que decidí comenzar a correr, no solo por salud física, sino también por salud mental, porque si seguía encerrado iba a enloquecer. Debo contarles que ya llevo tres semanas dándolo todo y hasta me compré un reloj de esos que miden las pulsaciones, la distancia y hasta te dicen quién mató a Kennedy. Y con lo que me costó creo que estaré corriendo por muchos años, para aprovecharlo al máximo.

Quiero aclarar que mi experiencia con los ejercicios ha sido intermitente y casi siempre motivada por problemas de salud que nunca tuve, que aún no tengo, pero mi hipocondría oculta me hace suponer que tendré.

La dieta del barbijo

La dieta del barbijo

Me gustaría seguir contándoles mi historia con el ejercicio, pero ya está oscureciendo y debo salir a correr cuando todavía es de día. Porque si vuelvo a correr de noche voy a “recaer”, literal, tal y como me pasó ayer, cuando se me atravesó un perro (y su linda dueña). Me tropecé y volé por el aire. Pero no se preocupen, al reloj inteligente no le pasó nada.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

¿Cómo evitar el Estado comunal?

@ajmonagas

El análisis al que ha de corresponder la siguiente disertación partirá del escenario en el que la democracia haya comenzado a debilitarse como sistema político. Y tiene entre sus causales el acaecimiento de otro régimen político. Este, montado con la vehemencia y desespero de un poder amparado en el miedo infundado en la población a través de amenazas de riesgosas incidencias.

El régimen, por donde se vea, está forzando el cambio de la institucionalidad sobre la cual descansa el “Estado democrático y social de Justicia y de Derecho” que manifiesta la Constitución de la república en su segundo artículo.

Esa desavenencia hace notar una seria depresión en la lógica política a la cual se apegó la redacción del texto constitucional venezolano. Y en lo específico, configura el intersticio que deja ver la absurda creación del patético “Estado comunal”. Y que no es otra, entre distintas razones, que la gruesa pero a la vez delicada divergencia entre las acepciones politológicas de “democracia” y “república”.

Sin embargo, ahí no queda lo cuestionado. Se tienen otras causas que ponen al descubierto problemas diferentes. En consecuencia, es posible conseguir vacíos y exabruptos de naturaleza jurídica y de índole cívico-moral, rayando con problemas de ciudadanía. Estos, a su vez, rozan con problemas de ética pública y de conciencia. Incluso, con razones que comprometen los significados de libertad y derechos.

La explicación que daría con algunas pautas capaces de atajar la imposición de un Estado Comunal, tal como se presume a instancia del régimen, no es fácil.

Así que al momento de buscar por dónde o cómo atajar las ínfulas de un Estado autoritario, azuzado por un totalitarismo tan peligroso como el proyecto ideológico-político que anima sus ejecutorias y proceso de elaboración y toma de decisiones, hace que su respuesta no sea de fácil delineación o discernimiento. Algunas de sus vías conceptuales y operativas lucen bastante complicadas.

Un “Estado” inconstitucional

La Constitución ofrece importantes vías que aluden al propósito de cómo atajar el Estado comunal. De ahí que el ordenamiento jurídico determina valores, principios y mandamientos que no permitirían otro sistema político que no se corresponda con una sociedad en comunión con “la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo” (Art. 3). Así como tampoco accedería la imposición de otro gobierno que no se atenga a condiciones distintas de las que caracteriza un gobierno “(…) participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables” (Art. 6).

La Ley Orgánica de Comunas (D-2010) y su cuerpo de leyes, todas subversivas y sancionadas en medio de un proceso fosilizado y con vida fantasmagórica, destaca el objetivo de “desarrollar y consolidar el Estado comunal (…) para la construcción de la sociedad socialista” (Artículo 7-Parágrafo 1). Ninguna de tan obtusas leyes concuerda con la distribución funcional del poder. Tampoco, con el carácter federativo y descentralizado del Estado venezolano, concebido constitucionalmente.

Cualquiera de las repudiadas estructuras normativas (comunales) inspiradas en la presunción de retorcer la institucionalidad democrática del país, se hallan infectadas de sectarismo, resentimiento y revanchismo.

El desespero funcional que traduce el cuerpo de leyes que pretenden dar vida al poder popular, vehículo furtivo del Estado comunal, se muestra sin ambages en toda su exposición. De hecho, cualquier estamento de la administración pública, aparte de que algunos surgen por elección popular, quedan sometidos a las decisiones del “autogobierno”. Habida cuenta de que el aludido “autogobierno” tiene la potestad para asumir “(…) la formulación, ejecución y control de la gestión pública” (Ob. cit.-parágrafo 2).

Es decir, todo pasa por el control inquisidor y contralor del Poder Popular en sus distintas representaciones. Tanto así, que el llamado Parlamento comunal, a través de su Consejo Ejecutivo, entre sus abusivas atribuciones tiene la de decidir sobre “(…) la regulación de la vida social y comunitaria” (Art. 21).

La falacia del «poder popular»

El Poder Popular, tal como está diseñado, es el mayor tamiz o filtro de todo cuanto busca movilidad y funcionamiento bajo el sol de la revolución socialista. Sus instancias de contraloría, planificación, legislativa, ejecutiva, administrativa contemplan la injerencia política, económica y social. Son ellas el brazo fiscalizador, distribuidor, regulador, acusador y exterminador que busca emplear el régimen tiránico para acometer sus trapisondas.

Ello implica el pleno ejercicio de la soberanía popular a través de sistemas de agregación o anexión comunal, sin que otra instancia tenga alguna posibilidad de detener su rapacidad. Así como el manejo autónomo, usurero y arbitrario de los recursos, capacidades y potencialidades que mueven al Estado venezolano en su rango de actividades.

Todo esto funciona en provecho del presidencialismo, estatismo, centralismo, y clientelismo como funciones implícitas del poder despótico.

Este es la vehemente representación del autoritarismo hegemónico que padece Venezuela. Es como una suerte (mal ganada) de minimalismo político o de escepticismo de la vida nacional. Y la única forma de restarle malignidad a la fuerza que mueve tan horrendo monstruo de mil tentáculos, es atajando la coacción que plantea la existencia de un Estado comunal.

Y atajar sus amenazas significa evitar su presencia e incidencia en los planos de la vida nacional. Deberá entenderse que cualquier intención en este sentido parte del significativo hecho de sembrar educación política en la población. Y para lograrlo, debe elevarse el nivel de información política en el venezolano. De esta manera, será posible que haya la participación ciudadana y movilización política. Y comprometer toda acción que despeje cualquier duda frente al firme propósito de ¿cómo evitar el estado comunal?

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Las series y películas que debes ver para entender ‘WandaVision’
La serie de Marvel en Disney Plus incluye referencias a algunas ‘sitcoms’ famosas de la TV. Aquí te contamos cuáles son

 

@gonzalomjimenez

La serie de Marvel Studios, WandaVision –cuyo episodio final de temporada se emite el 5 de marzo en Disney Plus– ha causado sensación no solo porque es el debut en streaming de algunos populares personajes del Universo Cinematográfico Marvel, sino porque, además, muchos de sus episodios recrean el formato de viejas comedias de la TV estadounidense.

WandaVision es la primera producción de Marvel Studios estrenada desde que se inició la pandemia de covid-19 en 2020, lo que obligó a postergar el lanzamiento de las películas Black Widow y Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings. Y que Disney tuviera que replantear completamente su cronograma de estrenos de Marvel en 2021.

Entender la historia de WandaVision exige un poco de contexto: en el final de Avengers: Infinity War (2018), Thanos mata al superhéroe sintético Vision (Paul Bettany), arrancándole la Piedra de la Mente que lleva en la frente y, ya en poder de las poderosas seis Gemas del Infinito, hace desaparecer a la mitad de la humanidad.

En su continuación, Avengers: Endgame (2019), los Vengadores viajan en el tiempo, consiguen reunir las seis Gemas del Infinito antes de que Thanos se apodere de ellas; así logran traer de vuelta a la mitad de la humanidad que había desaparecido y, de paso, vencer a Thanos. Fin de la historia.

La serie confunde inicialmente a los espectadores, pues el primero de sus nueve episodios fue emitido en blanco y negro, con el estilo de las comedias televisivas de los años 50 del siglo pasado: desde el vestuario y la ambientación pasando por las risas pregrabadas y el diseño de los créditos. ¿Qué estamos viendo? ¿Es una parodia? ¿Por qué es en blanco y negro?

La razón de ello es que la protagonista de la serie, la superhéroe Scarlet Witch, cuyo nombre real es Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), está desconsolada por la muerte de su amado Vision (Paul Bettany) y no quiere aceptar este hecho trágico. Así que usó sus poderes para crear una realidad paralela en la que ella pudo casarse con Vision, criar una familia y tener una vida feliz al estilo de los sitcoms que ella veía en TV durante su niñez en el ficticio país europeo de Sokovia.

En su plan por recrear un mundo idealizado, Wanda tomó el control del pueblo de Westwiew, en Nueva Jersey, y lo transformó –incluyendo a sus habitantes– en el escenario y personajes de una comedia televisiva. Así Wanda puede aparentar llevar una vida feliz junto a Vision en un entorno familiar, pues ella es aficionada a los sitcoms.

¿Cuáles son estos programas en los que se inspira WandaVision? Aquí pasamos un breve repaso para que puedas identificarlos y pilles todas las referencias.

 I Love Lucy (1951-1957)

Protagonizada por la comediante Lucille Ball y su entonces marido Desi Arnaz, I Love Lucy fue la sitcom más vista en Estados Unidos en cuatro de sus seis temporadas. Se centraba en una pareja que vivía en Nueva York, integrada por Lucy y Desi, y las disparatadas situaciones que les ocurrían. Se convirtió en un fenómeno de audiencia. Fue la primera filmada en 35 mm delante del público en vivo.

wandavision and I_Love_Lucy
Fotograma de I love Lucy.

WandaVision imita I Love Lucy. Durante su segunda temporada, la sitcom incorporó a su trama el embarazo real de Lucille Ball, lo que, si bien no fue la primera vez que sucedía en la TV estadounidense, disparó la audiencia del show; el episodio en que dio a luz el personaje fue el más visto hasta entonces en la TV de EE. UU.: con 71,1 por ciento de todos los televisores del país conectados con el capítulo.

 The Dick Van Dyke Show (1961-1966)

El comediante Dick Van Dyke, de 95 años de edad, fue consultor de WandaVision para orientarlos cómo filmar los episodios ambientados en los años 50 y 60 del siglo pasado. El segundo episodio de WandaVision se inspiró en la casa que aparece en la sitcom The Dick Van Dyke Show (1961-1966). El humor de los dos primeros episodios de WandaVision, con las risas pregrabadas, es un guiño a las sitcoms de esa década.

 Bewitched (1964-1972)

El intro animado del segundo episodio de WandaVision es un homenaje al intro de la serie Hechizada (Bewitched, 1964-1972). Ambas sitcoms tienen aspectos en común, pues Wanda Maximoff es conocida como la Bruja Escarlata (Scarlet Witch) y Samantha Stephens (Elizabeth Montgomery) en Hechizada es una bruja que oculta sus poderes a sus vecinos. Lo mismo hace Wanda ante los habitantes de Westview.

 The Brady Bunch (1969-1974)

El intro del tercer episodio de WandaVision es en color y semeja el inicio de la sitcom The Brady Bunch, muy popular a inicios de los años 70 del siglo pasado. El interior de la casa de Wanda y Vision cambió radicalmente y ahora muestra una escalera idéntica al hogar de The Brady Bunch.

El intro del tercer episodio de WandaVision es en color y semeja el inicio de la sitcom The Brady Bunch.

 Family Ties (1982-1989)

El quinto episodio de WandaVision está ambientado en la década de 1980 y, por tanto, rinde tributo a varias series de esa era. En el intro vemos un dibujo de Wanda, Vision y sus dos hijos, que es coloreado, justo como sucede en el inicio de la sitcom Family Ties, que hizo famoso a Michael J. Fox.

Wandavision
El intro coloreado del 5to episodio de Wandavision rinde tributo a Family Ties.

 Growing Pains (1985-1992)

El intro del quinto episodio de WandaVision muestra un montaje de fotografías de Wanda y Vision cuando eran niños y jóvenes –lo que es imposible en el caso de Vision, pues es un androide con un cuerpo sintético–, en claro homenaje al inicio de la sitcom ‘Growing Pains’.

 Full House (1987-1995)

La referencia a Full House en los créditos iniciales del quinto episodio de WandaVision –ambas incluyen escenas de un picnic de la familia en un parque– tiene mucho interés pues la actriz que interpreta a Wanda es Elizabeth Olsen, hermana de las gemelas Ashley y Mary-Kate Olsen, quienes dieron vida al personaje de Michelle Tanner en Full House.

Full House (izq)  y WandaVision incluyen escenas de un picnic de la familia en un parque.

 Malcolm in the Middle (2000-2006)

El sexto episodio de WandaVision da un salto en formato e incluye una intro que copia la tipografía de la comedia Malcolm in the Middle, de inicios de 2000. El concepto de WandaVision es que la historia de la serie ha ido evolucionando en el tiempo, asumiendo la estética y temas que abordaban las sitcoms estadounidenses con el pasar de los años.

Wandavision y Malcolm in the middle
El guiño tipográfico de Wandavision a Malcolm in the middle.

 Modern Family (2009-2020)

En el tráiler de mitad de temporada de WandaVision se ve al personaje de Wanda con ropa actual, sentada en un sofá y hablando a cámara, de la misma manera en la que lo hacían los personajes de la sitcom Modern Family, lo que sugiere que la serie de Marvel asumirá la estética y estilo de esta comedia de la segunda década del siglo XXI.

Además de estas referencias a viejas comedias televisivas, resulta útil volver a ver algunas películas del llamado Universo Cinematográfico Marvel

 Avengers: Endgame (2019)

Vale la pena verla pues muestra el momento llamado The Bling, que es como se denominó al momento en que Hulk (Mark Ruffalo) chasqueó los dedos con el Guante del Infinito y trajo de regreso al resto de la humanidad que había sido desaparecida por el villano Thanos. Ese momento es reproducido en el cuarto episodio de WandaVision, cuando se ve que el personaje de Monica Rambeau (Teyonah Parris) vuelve a materializarse.

WandaVision
El chasquido de Hulk y la escena donde Monica Rambeau vuelve a materializarse.

 Avengers: Infinity War (2018)

Debe verse para recordar el momento en que Thanos (Josh Brolin) mata a Vision, arrancándole la Gema de la Mente de su cabeza. Uno de los misterios de la serie WandaVision es cómo puede estar vivo Vision. Pudiera pensarse que fue reanimado por Wanda en este universo alternativo que ella creó en Westview, pero nada está confirmado hasta ahora por Marvel Studios.

 Avengers: Age of Ultron (2015)

Una película fundamental, pues se inicia en el país ficticio de Sokovia e introduce a los personajes de los hermanos Pietro (Aaron Taylor-Johnson) y Wanda Maximoff, huérfanos que recibieron superpoderes tras haber sido sometidos a experimentos con la Gema de la Mente, a manos de la malvada organización Hydra.

Pietro obtuvo el poder de la supervelocidad –es el equivalente de Flash en los cómics de Marvel– y recibió el apodo de Quicksilver. Wanda adquirió el poder de manipular la energía, así como telequinesis y telepatía; su nombre de superheroína es Scarlet Witch. En la escena final del filme, el villano androide Ultron (James Spader) mata a Quicksilver.

En Avengers: Age of Ultron, Ultron usó la Gema de la Mente para crear a Vision, otro androide pero con un cuerpo sintético. Tony Stark (Robert Downey Jr.) y Bruce Banner (Mark Ruffalo) añadieron a Vision los restos que quedaban de la Inteligencia Artificial llamada Jarvis. Vision se unió a los Vengadores, pues posee superpoderes, como volar, lanzar rayos de energía y atravesar superficies sólidas.

 Captain Marvel (2019)

La exitosa película de 2019 es de vital importancia pues cuenta la historia del origen de la Capitana Marvel, también conocida como Carol Danvers (Brie Larson). En el filme se introduce al personaje de Monica Rambeau cuando era una niña; también en los cómics ella asumiría la identidad de Capitana Marvel así como de la superheroína Photon.

En WandaVision Monica Rambeau ya es adulta y es interpretada por la actriz Teyonah Parris. Rambeau trabaja para la organización S.W.O.R.D., que se dedica a proteger a la Tierra de amenazas extraterrestres. La agente Rambeau es enviada a Westview para investigar los sucesos extraños que allí ocurren y termina siendo afectada por los poderes de Wanda.

Monica Rambeau y la Capitana Marvel
El personaje de Monica Rambeau y la Capitana Marvel.

 X-Men: Days of Future Past (2014)

Es una película del 20th Century Fox pero, como ahora Disney es dueña de este estudio, sus superhéroes Marvel ahora pueden aparecer en proyectos de Disney. En X-Men: Days of the Future Past, el superhéroe Quicksilver/Pietro Maximoff fue interpretado por el actor Evan Peters, por lo que es un Pietro diferente al del Universo Cinematográfico Marvel de Disney.

Uno de los aspectos sorpresivos de WandaVision fue el emplear a Evan Peters como Pietro Maximoff, con lo que la serie de Disney Plus parece haberle dado entrada al Multiverso Marvel en sus películas y series.

 Ant-Man and the Wasp (2018)

Uno de los personajes secundarios de WandaVision es el agente del FBI Jimmy Woo (Randall Park), quien trabajó como enlace con la organización S.W.O.R.D. para esclarecer los extraños acontecimientos que suceden en el pueblo de Westview. Woo apareció en la película Ant-Man and the Wasp (2018), en la que está a cargo de la custodia de Scott Lang (Paul Rudd).

WandaVision agente Woo
Agente del FBI Jimmy Woo (Randall Park), personaje de la película Ant-Man and the Wasp (2018).

 Thor (2011)

En WandaVision uno de los personajes más divertidos es la astrofísica Darcy Lewis (Kat Dennings), quien es la que descubre que el pueblo de Westview está atrapado en un universo alternativo que recrea viejas comedias televisivas. El personaje de Darcy Lewis apareció por primera vez en el Universo Cinematográfico Marvel en la película Thor (2011), en la que era la estudiante que asistía al científico Erik Selvig (Stellan Skarsgård). Lewis eventualmente ayudó a Thor (Chris Hemsworth) en la película Thor: The Dark World (2013).

 Doctor Strange (2016)

Marvel Studios ha confirmado que los acontecimientos mostrados en WandaVision darán origen y conectarán directamente con la historia de la película Doctor Strange in the Multiverse of Madness, a estrenarse en 2022. El vínculo no está claro, pero cabe imaginar que la capacidad de Wanda para reconfigurar la realidad pondrá en riesgo el equilibrio del universo, lo que solo será solucionado por Doctor Strange (Benedict Cumberbatch). De hecho, se rumora que Strange podría aparecer, en un cameo, en el episodio final de la serie.

WandaVision, por Gonzálo Jiménez
El Doctor Strange (2016) podría aparecer en el último final de la serie WandaVisión.
Alejandro Armas Feb 12, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Véanse en el espejo birmano

@AAAD25

La revista The Economist acaba de publicar su Índice de Democracia para el año 2020. Tal como se esperaba, los resultados son inquietantes. La emergencia de la covid-19 sirvió de excusa para que gobiernos a lo largo y ancho del globo socavaran considerablemente la democracia en sus respectivos países.

Un aspecto llamativo es que Venezuela por primera vez quedó por debajo de Cuba en la lista, lo que implica ser el régimen más autoritario en toda América.

Si buen algunos observadores cuestionaron el cambio de posiciones y señalaron que los “marxistosaurios” del parque jurásico isleño en realidad siguen imbatibles, es innegable que Venezuela no ha experimentado ninguna mejora. Los autores del índice no se tragaron el cuento del proceso del 6 de diciembre como paso en la dirección correcta, muy a pesar del intento de la oposición prêt-à-porter para hacer que la cosa se vea como un avance logrado en sus negociaciones con el régimen.

Para todos aquellos que esperan que 2021 represente una mejora comparada con su horrible predecesor, la cosa no marcha bien en cuanto a revertir tendencias antidemocráticas se refiere. Vean nada más el golpe de Estado en Myanmar, el país del Sureste Asiático otrora conocido como Birmania. Concluyó así el experimento de transición democrática pactada hace seis años entre la dictadura militar que oprime a la nación desde 1962 y sus adversarios civiles.

La tiranía de los uniformados birmanos es una de las más espantosas y despreciables sobre la faz de la Tierra. Censura, detenciones arbitrarias, torturas, violaciones, reclutamiento de niños y trata de blancas son cosas normales en aquel malhadado país. Mientras tanto, los militares se quedan con los negocios más jugosos; es la forma de mantenerlos fieles. El próximo año serán 60 desde que comenzó la pesadilla y los indicios de que el despertar estaba cerca terminaron siendo un espejismo cruel.

Los antecedentes de la ilusión se remontan a 2007, cuando el descontento social contra la dictadura estalló a partir de un incremento en el precio de la gasolina. Lo llamaron la “Revolución Azafrán”, debido al color anaranjado rojizo de la ropa de los monjes budistas que protagonizaron varias manifestaciones. El régimen respondió reprimiendo salvajemente las protestas y por ello le impusieron sanciones internacionales. En el contexto de esta presión externa e interna, en 2008 los militares emprendieron una supuesta transición hacia una “democracia floreciente con disciplina”.

Dicho proceso lento de reformas incluyó la realización de elecciones más o menos libres en 2015, en las cuales la Liga Nacional por la Democracia, partido opositor encabezado por la entonces mítica activista de Derechos Humanos Aung San Suu Kyi, obtuvo mayoría absoluta. Aunque muchos birmanos y observadores extranjeros celebraron el momento como un hito histórico y un ejemplo para la salida pacífica de dictaduras, los militares no renunciaron al poder. Solo accedieron a compartirlo con la oposición civil, elevando a Aung San Suu Kyi a la posición sui géneris de “consejera de Estado” (algo así como una primera ministra). El resultado fue una rara avis de la política. Una cohabitación en la que la Liga Nacional por la Democracia era simultáneamente gobierno y oposición. Le fueron concedidas varias facultades administrativas, pero los militares retuvieron para sí algunas llaves del ejercicio del poder.

En teoría, la oposición-gobierno poco a poco contendría la hegemonía de los cuarteles y se volvería cada vez más empoderada. Pero desafortunadamente semejante contradicción de tipo Aufhebung no se tradujo en el progreso que Hegel describió en su dialéctica. Cinco años después de los comicios, la transición birmana dejaba mucho que desear. Hubo un relajamiento tímido de las prácticas autoritarias, pero no su desaparición, como demuestra la detención de periodistas de la agencia Reuters en 2019. Además, a los militares se les permitió proseguir con una de sus actividades más dantescas: el genocidio de la minoría étnica y religiosa rohinyá. Imagino que, por temor a que molestar a los uniformados los llevaría a desechar el acuerdo, Aung San Suu Kyi llegó incluso a defenderlos ante la condena del mundo civilizado, dañando así la reputación de mártir por los Derechos Humanos que le granjeó un Nobel de la Paz.

A finales del año pasado hubo elecciones de nuevo en Myanmar. La Liga Nacional por la Democracia tuvo resultados aun mejores. Acaso previendo que ello envalentonaría a sus adversarios para procurarse más poder, los militares cantaron fraude y demolieron el pacto. Los dirigentes de la oposición-gobierno fueron detenidos, al menos en algunos casos bajo acusaciones risibles (de Aung San Suu Kyi dijeron que importó ilegalmente aparatos de radio). Las Fuerzas Armadas asumieron el control total dizque por un año. Sé que citar a Churchill se ha vuelto un lugar común aburrido, sobre todo luego del estreno de la cinta Darkest hour, pero permítaseme decir que al gobierno-oposición birmano pudiera aplicársele la frase “El que se humilla para evitar la guerra, tendrá la humillación y también tendrá la guerra”. En otras palabras, más coloquiales, se quedaron sin el chivo y sin el mecate.

Esta fábula tiene una moraleja de la que todo venezolano puede aprender. No tiene sentido negociar transiciones democráticas con una elite gobernante autoritaria que no esté dispuesta a renunciar al poder.

Es importante ser cuidadoso leyendo las señales del régimen en cuestión, porque incluso en un contexto de mucha presión interna y externa, sus intenciones reformistas pudieran ser engañosas. En realidad, si el propósito democratizador es sincero, los cambios deberían avanzar mucho más rápido. La fase electoral solo debería darse cuando la elite saliente se sienta cómoda cediendo el poder. Si la oposición arrasa en los comicios y aun así tiene que compartir el poder por tiempo indefinido y cruzarse de brazos mientras su “socio” mantiene sus peores fechorías, la transición queda en entredicho y probablemente termine mal.

Del discurso de la oposición prêt-à-porter representada por Henri Falcón, Timoteo Zambrano y compañía se colige que aspiran a una cohabitación más o menos como la birmana. No parece que el régimen esté dispuesto a concederles tal cosa por los momentos. Pero no descarto que en algún momento lo haga. Además, un sector de la base opositora luce cómodo con la idea, tal vez debido al estancamiento estratégico de la dirigencia opositora que sí desafía al régimen. Pero eso no quiere decir que sea una buena idea. Imagínense que están en la deslumbrante Pagoda de Shwedagon y véanse en el espejo birmano.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

¿A quién benefician y a quién perjudican las sanciones económicas?

@victoralvarezr

El declive de la industria petrolera y la prolongada contracción de la economía comienzan a partir del año 2014. Las sanciones financieras se aplican en 2017 y las petroleras en 2019. Son la estocada final a una economía que ya venía muy mal.

¿A quién afectan realmente las sanciones? William Brownfield, exembajador de EE. UU. en Venezuela, reconoció que las sanciones tendrían “un impacto sobre el pueblo entero, sobre el ciudadano común y corriente y las comunidades de Venezuela”. Y no tuvo ninguna consideración al agregar que “quizás sea la mejor solución para acelerar el colapso, aunque produzca un período de sufrimiento mayor por un período de meses o quizás años”.

Los defensores de las sanciones argumentan que estas tienen excepciones en materia de alimentos y medicinas; pero al impedir la exportación de petróleo, del que depende el 96 % del ingreso en divisas de Venezuela, el país se queda sin recursos para importar los alimentos y medicinas que reciben los sectores más vulnerables.

La escasez de combustible también está asociada a las dificultades para importar insumos y repuestos para las refinerías, cuestión que impide el transporte de alimentos y la movilización de la población.

La extensión de las sanciones a terceros que se atrevan a tener negocios con empresas públicas venezolanas implica que sus cuentas y activos en territorio estadounidense pueden ser bloqueados. Esto inhibe a proveedores de Corpoelec, Hidroven, Pdvsa gas, Cantv y otras empresas públicas suministrar transformadores, compresores, bombas de agua, repuestos, etc. Por eso, las sanciones agravan el deterioro de los servicios de electricidad, agua, gas y telecomunicaciones, todo lo cual empeora aun más las precarias condiciones de vida de la población.

La banca estadounidense ha restringido las operaciones con muchos de sus clientes venezolanos, sin distinguir si son empresas públicas o privadas. Incluso, ONG y organismos internacionales de ayuda humanitaria han denunciado las dificultades para hacer transferencias a empresas e instituciones venezolanas.

La empresa privada está atrapada en el fuego cruzado entre el gobierno y la oposición. No encuentra alternativa en un gobierno que sigue siendo muy hostil y la cataloga como conspiradora y aliada interna de la coalición internacional que lo quiere derrocar. Y la oposición que pide el endurecimiento de sanciones perjudica a los contratistas del gobierno. Este daño en sus negocios no lo reconocen públicamente las empresas privadas para no ser consideradas una caja de resonancia de la narrativa oficial que atribuye a las sanciones la causa originaria de la crisis. La polarización las lleva a asumir posiciones políticas que perjudican sus propios intereses económicos.

Las sanciones económicas forman parte de una estrategia que tiene como fin forzar un cambio de gobierno en Venezuela. Sin embargo, luego de tres años de sanciones, ni la explosión social ni el levantamiento militar que supuestamente derrocarían al gobierno se han producido.

La crisis  económica y social ha empeorado. Maduro sigue en el poder y no se siente amenazado por una oposición dividida y debilitada que no ha sabido capitalizar electoralmente el enorme descontento y malestar nacional.

Por el contrario, las sanciones le han dado al régimen un pretexto perfecto para construir una narrativa épica de resistencia y evadir la responsabilidad que tiene la nefasta política de controles, expropiaciones, sobrevaluación y corrupción en la debacle que ha sufrido la economía nacional.

Las sanciones económicas tienen que levantarse, pero a cambio de la mejora en las condiciones electorales. Un primer canje puede ser permitir la exportación de petróleo a EE. UU. a cambio de una renovación integral del poder electoral para convocar unas elecciones limpias y creíbles.

El 50 % del ingreso petrolero que se genere sería destinado única y exclusivamente a importar alimentos, medicinas, vacuna contra la covid-19, combustible y repuestos para reactivar la producción nacional. El otro 50 % sería depositado en un Fondo de Ahorro e Inversión, cuyos rendimientos solo podrán ser utilizados como presupuesto complementario por el nuevo gobierno que resulte de las próximas elecciones que se convoquen. ¡Soluciones hay!

Ver video YouTube ¿A quién benefician y a quién perjudican las sanciones económicas?

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Carlos Nieto Palma Feb 12, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Presos armados

@cnietopalma

El problema de los presos armados en las cárceles y centros de detención preventiva de Venezuela no es asunto nuevo. Basta con recordar el homenaje que los reclusos del Internado Judicial de San Antonio en la isla de Margarita le rindieron al que por muchos años fue su pran, Teófilo Rodríguez Cazorla, alias el Conejo, cuando fue asesinado a finales de enero de 2016.

Podemos considerar la exhibición de armas de todo tipo, calibre y modelo en la azotea del mencionado penal, acompañadas de ráfagas de disparos por un buen tiempo, como la muestra más grande del poderío armamentista de los presos venezolanos en la historia penitenciaria venezolana.

Presos armados, por Carlos Nieto Palma
Captura de pantalla del video donde los presos del Internado Judicial de San Antonio, en la isla de Margarita, le rinden tributo a su pran, El Conejo, abatido en enero de 2016.

Los presos venezolanos siempre han estado armados. Anteriormente solo usaban armas de fabricación casera, como los chuzos y chopos. A finales del siglo pasado, de 1998 en adelante, se comenzaron a ver armas de otro tipo, cada vez más sofisticadas y modernas. Ello, sumado al surgimiento de los pranes, aproximadamente desde el 2005 en adelante, hizo que los presos estuvieran, en muchas ocasiones, mejor armados que los funcionarios encargados de su custodia.

Para no irnos muy lejos, el pasado fin de semana un motín arrojó un saldo de un recluso muerto y al menos once heridos en el Centro de Detención Preventiva, CDP, de la Coordinación Policial de la Policía del estado Mérida, ubicado en la población de El Vigía, municipio Alberto Adriani de esta entidad andina. En este motín algunos de los reclusos fueron heridos con armas de fuego. Igualmente, un muerto y 16 reclusos heridos, tres de ellos graves, fue el saldo que dejó la explosión de una granada en el calabozo C del centro de detención preventiva de la Policía del estado Monagas, al oriente de Venezuela. El hecho ocurrió la madrugada de este domingo, 7 de febrero. Y también dejó daños en la infraestructura del calabozo.

Como vemos, los reclusos de Venezuela siguen armados. Los eventos antes narrados son una prueba de ello; de hecho, lo ocurrido en la Policía del estado Monagas fue producto de la explosión de una granada, un arma de guerra que debería únicamente estar en poder de las Fuerzas Armadas Nacionales, pero que aquí son usadas por los privados de libertad como si se tratara de juguetes de uso personal.

Podría narrar en este artículo infinidad de eventos similares que han ocurrido en nuestras cárceles y ahora en los centros de detención preventiva, las nuevas cárceles venezolanas. Acontecimientos donde los presos han demostrado el gran poderío armamentista que poseen. Lo que sí me costaría mucho recordar es en cuál de estos múltiples eventos las autoridades nacionales abrieron una investigación para determinar cómo ingresaron estas armas a los recintos carcelarios.

Las armas que ingresan a las cárceles y centros de detención preventiva no entran volando, alguien debe meterlas.

Y realmente dificulto que sean los familiares quienes lo hacen. No solo porque los visitantes, en su mayoría mujeres, son sometidas a fuertes requisas para su ingreso a estos recintos; sino que porque es imposible que estos puedan ingresar armas del calibre que poseen los reclusos.

Realmente el ingreso de armas a los recintos carcelarios y centros de detención preventiva que se encuentran en poder de los reclusos es otra de las tareas pendientes para darle una solución al problema penitenciario venezolano.

Es necesario que se investigue quiénes y cómo ingresan estas armas a los centros de reclusión. Y que se sancione a los responsables de estos delitos. Cuando eso ocurra podremos decir que hay algún interés de las autoridades en solucionar este grave problema.

cnietopalma@gmail.com

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La neblina mental del G4 y el dilema ciudadano

@ArmandoMartini

No es un dilema, son varios. El oficialismo exiguo pero intenso, armado, apunta a conductores para abrir senda. El interinato en terapia intensiva y espiritual se debate entre legitimidad e ilegitimidad. Bolichicos, enchufados empresariales, cómplices y oportunistas con sus códigos cleptómanos. Diplomacia desconcertada y blandengue, organizaciones internacionales confusas, ambiguas. Y lo único que se le ocurre al G4 es convocar marcha para el 12 de febrero, emplazando a los ciudadanos agotados de jugarse la vida y libertad por una oposición dividida en mendrugos que no honran la palabra empeñada, se burlan y desconocen el mandato ciudadano.

Próxima estafa: morder o no el anzuelo de las elecciones regionales sin cese de la usurpación con Asamblea Nacional espuria, no reconocida. Lo que resulta un deleite placentero, casi orgásmico, para el dos veces perdedor, que busca renovados aires para surgir de la inopia y concluir imponiendo autoridades electorales de acatamiento al castro-madurismo. Y partidos contrarios que no se ponen de acuerdo e incapaces de unirse en un objetivo; por ello son impotentes para definir una voz representativa unitaria. Ilusorio interés de avenencia entre facciones “enfrentadas”.

Solo existe una estéril e infecunda coincidiendo en soberbias, regodeándose en pedanterías, concordando en vanidades, atiborrados de guisos financieros y comerciales.

De allí, partidos opositores deseosos de participar en elecciones con el estulto, viejo, desgastado argumento de “conservar espacios” y los que rechazan con valentía competir en las actuales circunstancias. Alrededor de ellos, el poder castro-madurista, y una mayoría abrumadora de ciudadanos, incrédula en vacunas del régimen como tampoco en tratamientos de una oposición que, más allá de una economía destruida -mérito indiscutido chavista-, sobrevivir al coronavirus, destrucción del sistema de salud, pobreza y miseria, observa con temor, escepticismo y repugnancia al régimen y a la oposición, con la excepción de quienes jamás han vacilado, nunca dado su brazo a torcer, negados a renunciar o negociar, principios éticos y morales que bien merecen los venezolanos.

La Unión Europea, sus timideces, poquedades, adeudos y compromisos. Estados Unidos con la embarazosa complicación de una democracia en crisis. Rusia demuestra intolerancia flagrante ante su propia oposición que pone nervioso al Kremlin. China recompensado en su esfuerzo de ayuda al fraude electoral, espera una Casa Blanca menos intensa y provocadora. Irán negociando acuerdos que le permitan crecer como potencia nuclear; ven lejano a un encargado que ha perdido toda esperanza ciudadana, al cual ya varios países no reconocen como “presidente interino” sino “interlocutor privilegiado”, mientras el castrismo con astucia rescata a un buen aliado, que no es tonto como para desaprovechar la oportunidad de protección y proyección.

Venezuela enferma de coronavirus, hambre, desesperanza y escepticismo, allí el corazón de la tragedia, la frustración de haber cambiado una democracia imperfecta por una tiranía que ofrece construir horizontes solo después que algún estólido mequetrefe, termine de destruir lo que encontró funcionando, por cambiar parlanchines controlados por una Constitución no tan vieja por majaderos bulliciosos que no saben poner nada en funcionamiento y culpan al mundo de su torpeza mientras roban y arrasan.

Con un panorama desolador, mórbido y famélico, la oposición no parece comprender qué sucede; hala cada uno para su lado y el único ruido que se escucha es del intercambio de balas bandidas, cuyas patotas parecen ser lo único que progresa en Venezuela; mientras solo atina a discutir si sufragan para “disfrutar” las escasas gobernaciones y alcaldías que le sean asignadas, las limosnas llamadas “espacios” que el régimen obsequie para distraerlos mientras el socialismo se las arregla para continuar desbarrando en el poder.

Noruegos aterrizan en Venezuela a ver si entienden algo, y algunos en el mundo advierten que al dejar de ser presidente de la Asamblea Nacional tampoco es presidente interino, mientras la nación se hunde y deprime en su triste tragedia. Y por fallar, el arribo demócrata deja claro, no irá frontal contra la fechoría, y, aunque parezca dispuesto ablandar sanciones, precisa las mantendrá y su interlocutor es el encargado sin control territorial.

¿Votar para legitimar, mantener la usurpación y “opositores” en pequeños espacios controlados, o resignarnos a seguir viendo el hundimiento de Venezuela? es el dilema que, con tapabocas y goticas milagrosas ofreció el oficialismo.

La “oposición” sucumbió de ilusión por oportunista y errática. El chavismo es producto obligado de la desdicha venezolana, conjuntamente con dominantes confundidos, enmarañados, de ayer y de hoy, que no logran escapar de su saco de gatos; mientras ciudadanos, los más perjudicados, engañados, en éxodo y sin esperanzas, perecen sin remedio.

¿Será que no aprendimos la lección y seguimos inmersos en la neblina mental del G4?

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El hambre como combustible de la protesta laboral

@froilanbarriosf

Desde el 2015 la carga de la protesta social y laboral ha estado a cargo de los gremios de la salud, de las federaciones sindicales del sector docente de educación media y universitaria y de los gremios de jubilados y pensionados, quienes como letanía han exigido al régimen tirano el derecho a una vida digna y a convenir sus condiciones de trabajo. En todos los casos tienen como respuesta las trompetillas del gabinete y la indiferencia del «presidente obrero”.

En esa dirección poco a poco a partir de 2018, se han venido sumando otros sectores, como ha sido el caso de los trabajadores petroleros. Estos pasaron de tener históricamente el mejor convenio colectivo en nuestro país, a un documento mal llamado contrato petrolero, plagado de una retahíla de cláusulas ideológicas como milicias obreras, trabajo voluntario y de fidelidad perruna a la “revolución socialista y bolivariana”. Y firmado por una federación sindical entregada en cuerpo y alma al Estado y al patrono PDVSA. 

El acicate de la protesta ha sido la pobreza extrema que estremece a trabajadores activos y jubilados de la industria petrolera nacional, quienes vieron cómo en 2002 despidieron a 22 000 compañeros de trabajo.

Creyendo que tendrían un futuro mejor, hoy los trabajadores petroleros ven pulverizados todos sus derechos de salud, vivienda, condiciones de trabajo, alimentación y, lo más doloroso aun, su salario. Muchos de ellos han vendido sus uniformes de trabajo y botas. Y, de paso, laborar en condiciones deplorables solo para devengar 10 dólares mensuales y recibir la mortadela en la cada vez más esmirriada bolsa de comida CLAP.

Ahora les toca el turno a los trabajadores de las empresas básicas de Guayana. Los mismos que, alborozados, celebraban a nivel de éxtasis en 2008 las estatizaciones de SIDOR, SIVENSA y cuanta empresa anexa expropiara el fallecido presidente Hugo Chávez. Entonces exclamaban “nos quitamos la explotación de argentinos y brasileños” y “ahora SIDOR será nuestra”.

Pues bien, las marchas que recorren los patios de empresas hoy arruinadas, convertidas en cementerios de cabillas y acero, contrastan con el jolgorio de otrora.

Ahora son miles que claman justicia en las calles de Puerto Ordaz, increpando a la Guardia Nacional “mátennos de una vez ya que no soportamos ver morir de hambre a nuestros hijos”; como tampoco aceptamos, manifiestan los marchantes, “que nuestros compañeros de Alambron y Palanquillas, unidades de producción de SIDOR, laboren sin botas de seguridad ni protección alguna arriesgando su vida, solo para recibir la caja CLAP”.

La profundidad de este movimiento hay que observarla con detenimiento cuando señalan: “esta no es una protesta de corrientes sindicales, ni de partidos políticos; es una protesta natural de los trabajadores de las empresas básicas de Guayana». En la misma se pudo identificar la participación igualmente de trabajadores de Venalum, Alcasa, Ferrominera, quienes piden como única condición concretar una unidad de todos los trabajadores de las otrora prósperas empresas básicas de Guayana para exigirle al presidente de la CVG les atienda sus planteamientos.

Este clamor laboral, que viene del fondo de la masa de trabajadores, se identifica también en CANTV y CORPOELEC. También ellos han visto desmanteladas todas sus conquistas laborales en materia de salario, salud, educación y condiciones de trabajo y seguridad social. 

El proceso de movilizaciones continuará. E indica que el régimen tiránico, a pesar de la persecución judicial y policial contra sindicalistas y trabajadores, incluso con la creación de parapetos estatales como los Consejos Productivos de Trabajadores, no ha logrado maniatar la conciencia gremial. tampoco la esperanza de restablecer la democracia y un sistema de relaciones de trabajo que dignifique la condición de vida.

*Movimiento Laborista.

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