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Opinión

#10DocumentosBolivarianos | Una última carta, o el fracaso de las profecías

@eliaspino

Concluye nuestra selección de documentos escritos por Bolívar con una misiva que envía al general Juan José Flores desde Barranquilla, el 9 de noviembre de 1830. Es un importante testimonio de postrimerías, pues se atreve a pronosticar el futuro de los países recién convertidos en repúblicas y porque muere en Santa Marta ocho días más tarde.

Es la fuente más cercana sobre asuntos públicos que deja antes de su desaparición física. Por consiguiente, puede estimarse como el balance que hace de su trayectoria y de la causa que dirigió. Tal es su trascendencia.

Pero, en especial, adquiere relevancia por el panorama que traza sobre la marcha de nuestras sociedades cuando ya él no esté en su seno. Es un punto digno de atención debido a la costumbre que después han tenido esas sociedades, y sobre todo sus políticos e intelectuales, de concederle los dones de una clarividencia infalible. Bolívar es el profeta de Hispanoamérica, según sus panegiristas. El porvenir depende de la atadura de sus anuncios debido a que se cumplen de manera automática desde 1815, cuando redactó la Carta de Jamaica, han remachado hasta la fatiga. El fragmento de esa correspondencia que ahora visitaremos demuestra exactamente lo contrario, es decir, cómo adelantó situaciones que jamás se dieron en adelante, o que apenas se esbozaron sin llegar a los extremos de calamidad que previó antes de dejar el mundo. Resulta insólito que no lo hayan advertido la mayoría de sus estudiosos, cuando se trata de afirmaciones cuyas grietas saltan a la vista.

Leamos el fragmento:

Vd. sabe que yo he mandado veinte años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1) La América es ingobernable para nosotros. 2) El que sirve una revolución ara en el mar. 3) La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4) Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. 5) Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6) Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la América.

Después de mí, el diluvio. ¿Acaso no es eso lo que quiere trasmitir? Pero no sucederá tal catástrofe, como puede comprobar cualquier análisis de la marcha de la mayoría de las repúblicas hispanoamericanas a partir de 1830, o concretamente después de la desmembración de Colombia. Basta el examen más somero de los puntos que señala, para demostrar el fracaso del héroe cuando asume el papel de oráculo.

El primer punto se puede considerar atinado, si advertimos que se refiere a él y a líderes como él. Es evidente cómo buena parte de los blancos criollos que encabezan la Independencia son arrollados por unas circunstancias que no descifran de manera adecuada, pero la gobernabilidad continental funciona sin mayores escollos, sin desastres susceptibles de referencia, cuando otros políticos, otros administradores y hombres de armas se hacen cargo de la situación.

O llega a estadios de estabilidad y fomento material dignos de atención, como sucede con la gestión que encabeza Páez inmediatamente en Venezuela, o con las propuestas de Santander en la Nueva Granada.

Si de una ingobernabilidad que no existe en el futuro puede colegir situaciones de fracaso estrepitoso de los liderazgos, es evidente que alude a una situación personal que nadie puede discutir, pero que conduce a una generalización sin fundamento. En el mismo sentido se puede apuntar sobre la necesidad de marcharse del territorio porque no queda más remedio. Tiene sentido si se advierte como una urgencia individual, pero jamás cuando se plantea como una necesidad colectiva de la dirigencia. A los políticos, a los militares y a los intelectuales que se quedan no les va mal, siguen en el candelero con suerte varia y no pocas veces haciendo un buen trabajo.

Y los oscuros presagios que siguen jamás se concretan. El desfile de tiranuelos “de todos colores y razas” es una exageración, o un prejuicio mantuano, aunque algunos los han divisado debido a la influencia atribuida al presunto profeta.

El temor infundado del padre conduce a fantasías febriles de sus hijos. En adelante gobiernan los llamados a gobernar por la realidad, ajustados a sus requerimientos, productos genuinos del contorno, criaturas legítimas de unos procesos que todavía no estaban en capacidad de crear otro tipo de protagonismos.

Hubo un predominio de lo que debía ser, no de lo que salía de la cabeza de un ilustrado moribundo que ha perdido el poder.

Pero, además, ninguno de los imaginados jinetes del apocalipsis  presidió los funerales republicanos que anunció la carta postrera de Barranquilla, ni tampoco la escena fue estremecida por el desenfreno de unas las multitudes de las cuales desconfiaba un líder derrotado, pero que no eran, ni remotamente, tan destructoras como temió. Porque jamás tuvieron la intención de derrumbar el establecimiento, sino de superar sus penurias. De allí que las metrópolis europeas continuaran su merodeo entre nosotros, en la parcela de los negocios ventajosos y en la oferta de sus ideas. Jamás volvió el “caos primitivo”, en suma, ni fenómenos parecidos.

Un sencillo contraste de lo que Bolívar escribe en 1830 sobre las sociedades hispanoamericanas y lo que sucede con ellas después, basta para un entendimiento adecuado de lo que afirma, es decir, para demostrar la inocultable estatura de un desatino, de una comprensión  defectuosa o tendenciosa de la realidad. Pero la mayoría de los análisis del texto, y de otros muchos de los que produjo, no apuntan en la dirección sensata desde el punto de vista de una investigación que pretenda solvencia. No solo porque no relacionan el contenido de la fuente con las circunstancias que la rodean, con los altibajos o con la decadencia de un portavoz en cuya evolución jamás se advierten debilidades, errores y dudas, sino simplemente por la insistencia en concederle la calidad de portavoz infalible e infinito sin posibilidad de rebatimiento.

La serie de análisis documental que ahora concluye ha tratado de hacer lo contrario, con entusiasmo profesional, aunque sin la seguridad de producir convencimientos generalizados. Pero queda, según se espera, como posibilidad de nuevos conocimientos sobre la obra del grande hombre.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Orlando Viera-Blanco Feb 16, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Nunca más...

Instalación de Menashe Kadishman, consistente en 10.000 caras de hierro en la sala “el Vacío de la Memoria” del Museo Judío, Berlín, Alemania. Foto Marie Bellando M. en Unsplash

“Como Venezuela ninguna, Orlando», sentencia el embajador Brener. «No sientes un milímetro de discriminación, de rechazo; la gente es amable y afectuosa, la temperatura ideal y las oportunidades en cada esquina»

 

@ovierablanco

Recientemente entrevisté en nuestro espacio Enfoque global, al rabino Pynchas Brener, nuestro distinguido embajador de Venezuela en Israel. Siempre es un placer sentarse con uno de los rabinos más queridos de la comunidad hebrea venezolana, nacido en tierras polacas, quien migró a Perú con apenas 10 años, vivió en Lima por más de 20 años, luego en NY por otra década y más de 40 años en Venezuela.

“Como Venezuela ninguna, Orlando” sentencia el embajador Brener. “No sientes un milímetro de discriminación, de rechazo; la gente es amable y afectuosa, la temperatura ideal y las oportunidades en cada esquina”. Y le pregunté ¿entonces por qué nos ha sucedido todo esto? “Orlando, no lo sé…”, respondió con rostro triste, “pero lo que sí debemos saber es cómo salir de este atolladero”.

El concepto de familia

El pueblo de Israel ha sobrevivido a más de 3000 años de persecución. ¿Cómo? Desarrollando un prístino concepto de familia. En la unión familiar está la unidad de propósitos, la solidaridad, la identidad, la pertenencia, la lealtad, la confianza y el espíritu de sacrificio por el prójimo. Cuando los judíos fueron expulsados de Egipto, migraron como un solo pueblo, una misma entidad humana. Compartían destino, comida, refugio, coladas, abrigo, credo y acompañamiento continuo. Tu vida es mi vida, tu esencia es mutua, por lo que, mío es tu dolor.

Después del Holocausto, el pueblo judío dijo “nunca más sucederá”, y se ha ocupado de recordarle al mundo esta barbarie con justicia universal, testimonios, documentales, relatorías, museos, panteones, literatura y !celebrando la vida!

Lo más genuino y palmario de la crueldad del Holocausto lo evidencian las millones de voces de sobrevivientes que, habiendo emprendido vida en otras latitudes, le dicen al mundo cómo sus padres, hermanos, parientes fueron separados, torturados, liquidados y desplazados. Y cómo algunos pudieron escapar, salvar su vida aun en los campos de concentración o traslados como reses, y reemprender destino con éxito, con rigor, con aportes a la humanidad !en familia! Porque celebrar la vida es mostrar lo que han sido capaz de lograr, hacer y compartir sus sobrevivientes, como impronta de desarrollo humano.

El sentido familiar fue lo que hizo al pueblo judío resurgir de sus cenizas como ave fénix. Es el desprendimiento [deposition], asumir la vida del otro como propia. Es la empatía que genera en el ser humano pensante la decisión de corresponder. En la medida que cada uno de nosotros hemos socorrido a un hermano venezolano como lo haríamos con un padre, un hijo o un hermano, se han fortalecido nuestros vínculos. Y la gratitud se convierte en compromiso del cual nace la voluntad de cambio, de solidaridad y realización. Luego los triunfos son compartidos en familia, con amor y felicidad. Eso es hacer justicia.

Es la dinámica que vivió cada judío en los campos de concentración, donde eran convertidos -al decir del pensador español Segura- en desecho. Muchos más hubiesen muerto sin esa identidad, pertenencia y solidaridad cultural, ideológica, religiosa y humana. Sin esa convicción grupal no hubiese sucedido el florecimiento y consolidación social y económica que han logrado 14 millones de judíos en Israel, USA y el mundo. El desarrollo, la educación y abundancia, no se decretan. Se pactan porque se trabajan y se sienten inmensamente.

El holocausto venezolano

Venezuela hoy vive su propio holocausto en cámara lenta. Nos han ocupado física, ideológica, cívica y culturalmente. Nos han despojado de nuestra máxima riqueza, que es nuestro sentido familiar y ciudadano. Con el oro y el petróleo nos arrebataron nuestro orgullo, nuestro pasado glorioso, que es quedar vacantes de identidad. Han hecho basura nuestra épica como pueblo soberano, noble, generoso y socialmente movilizado.

Han barrido con nuestros símbolos permutando nuestra bandera por la cubana o la República Islámica y nuestro himno por «patria, socialismo o muerte”.

Nos han impuesto “el mar de la felicidad” y alianzas celestinas entre Moscú, Teherán, Damasco, Estambul y Pekín. Nos han hecho rendir cuenta, saludo y obediencia a guerrilleros, contrabandistas y falsos urogallos a cambio de limosnas en cajas de cartón. Mientras el pueblo muere de hambre y peste, unos pocos han construido su microcosmos entre bodegones, escoltas, vehículos blindados y noches estrelladas [muy cargadas de bebidas y exuberancias] en el Humboldt.

Sin duda Brener dio en el clavo. Hemos perdido el sentido de la familiaridad venezolana, que es perder el propósito común, el gran pacto por la vida, la libertad y la dignidad. Al ideal superior familiar por la paz y la justicia le adjudicamos gratuitamente nuestras sospechas.

Perdimos la noción de nación, por lo que con la hermandad rota y la cultura cuestionada, le hemos dado la bienvenida a la anomia.

La negación a nuestra nacionalidad es la negación a la unidad ciudadana. Sin ese sentido familiar el propósito no es común. Es peligrosamente individual, miope, separatista, aislado, frágil y fragmentario.

Volver a ser quienes fuimos

El rabino Brener terminó diciendo, con su acostumbrada sabiduría: “Los venezolanos tenemos que decir ‘nunca más’ y recuperar la república, que es recuperar el amor por nosotros mismos. Yo agregaría: nunca más los egoísmos, la impunidad, la injusticia, ni la banalidad. Nunca más ceder nuestra identidad, nuestra soberanía, el territorio y nuestra libertad. Nunca más delegar a otro[s] nuestros problemas sin participar en su solución, porque al final el endoso de nuestras calamidades habilita a los grandes impostores de la historia: reyezuelos y tartufos autoproclamados, donde su única familia son sus camarillas.

Gracias rabino por sus sabias palabras. En la nobleza familiar está el detalle; logro del vuelo digno y libertario como el del ave fénix…

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Laureano Márquez P. Feb 16, 2021 | Actualizado hace 1 mes
La mirada de Humboldt

Retrato de Alexander von Humboldt, por Joseph Karl Stieler, 1843. En Wikipedia.org

@laureanomar

Como el Humboldt se ha vuelto a poner de moda en nuestro misterioso y contradictorio país, resucitando bajo la forma de un casino donde unos juegan fortunas mientras otros casi no pueden vivir, repasemos la mirada que este explorador, científico, geógrafo, naturalista, astrónomo, humanista -y creo que hasta espiritista y electricista- prusiano lanzó sobre nosotros.

En 1799 decidió que le parecía un buen plan hacer con Bonpland un viaje por América, él y su carnal zarparon desde La Coruña, pararon en Canarias y siguieron rumbo a Cumaná. Al llegar a Venezuela recorren parte del oriente y luego viajan a La Guaira para subir a Caracas. Ya en la capital, exploran el cerro el Ávila, el pico de Naiguatá y toda la zona donde algún día estará su hotel.

Les acompaña el joven Andrés Bello, muy entusiasta, pero que no pudo con el esfuerzo y como buen gramático llegó a Sabas Nieves con la lengua afuera.

Los naturalistas hacen luego todo el recorrido de lo que algún día sería la autopista regional del centro hasta Puerto Cabello. Téngase en cuenta que por todos los caminos iban recogiendo hojas y piedritas, es decir que el equipaje se hacía cada vez más pesado. Dan luego una vuelta por los llanos, navegan el Orinoco (2500 km en 74 días). Van hasta Ciudad Bolívar, en ese entonces llamada Angostura (por el amargo, o al revés) y terminan nuevamente en Cumaná. Claro que hay que tener  en cuenta que recorrer Venezuela en el año 1800 no era algo tan complicado como lo sería hoy.

Nota Humboldt, en su viaje por nuestra tierra, entre otras cosas, lo siguiente: que nuestra población indígena no es tan numerosa como en otras regiones de América y que no había ciudades antes de la llegada de los conquistadores, como en México o Perú; que nuestra población rondaba las 900.000 almas y Caracas -que la pareció una ciudad muy europea- unas 40.000; que la gente por acá no tenía muchas ganas de independencia, que preferían cambios lentos y progresivos.

También se cuenta que pudo presenciar por estos lares un eclipse de sol, un terremoto, un extraño caso de lactancia masculina. En su periplo visitó el samán de Güere, pero sin hacer juramento alguno. En Calabozo conoció a un inventor llamado Carlos del Pozo, que había diseñado aparatos para producir electricidad.

Bueno hasta aquí esta pequeña reseña de Humboldt. Señores: hagan sus apuestas en la ruleta revolucionaria… ¡No va más!

¿Ir o no ir al Humboldt?

¿Ir o no ir al Humboldt?

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Eddie A. Ramírez S. Feb 16, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Alena y Orlando

Alena Douhan, relatora de la ONU (izq), y Orlando Abreu, migrante venezolano asesinado en Perú tras rechazar extorsiones.

Alena es de Bielorrusia. Orlando era de Aragua. Alena se graduó  en la universidad estatal de su país. Omar estudió en la universidad de la vida. Alena fue contratada por las Naciones Unidas como Relatora Independiente para investigar el efecto de las sanciones sobre los derechos humanos. Orlando era uno de los millones de venezolanos que han tenido que huir de su país en busca del diario sustento y de seguridad personal.

¿Qué credenciales tiene Alena para ser contratada pro bono por la ONU? Hay que reconocer que tiene un doctorado y se puede asumir que en Bielorrusia los profesores universitarios están muy bien pagados, no como en Venezuela. Por eso, supuestamente pudo aceptar venir sin remuneración.

Orlando nació en un país que ofrecía muchas oportunidades. Un “país potencia”, escuchó decir al presidente. Un país con las mayores reservas petroleras del mundo, con gas, oro, diamantes, con gran potencial hidroeléctrico, mucha tierra para la agricultura y poca gente. Sin embargo, Orlando no percibió, ni disfrutó, esa potencia. A pesar de lo que escuchaba pregonar a sujetos con camisa roja, tenía dificultades para conseguir alimento. Cuando se enfermaba encontraba las farmacias vacías. Tenía dificultades para obtener el diario sustento. El bolívar que conocía cuando era pequeño ya no existía, sino uno llamado soberano al que le habían quitado cinco ceros. No pudo más. Decidió emigrar.

Alena despertó sospechas desde un principio. Algunos se preguntaron si en su país había denunciado las violaciones a los derechos humanos del dictador Lukashenko, quien tiene 26 años en el poder.

Otros se extrañaron de que Maduro aceptara sin chistar su presencia en Venezuela. ¿O acaso fue él quien propició con su compinche de Bielorrusia y otros izquierdosos que ella fuese la relatora designada?  

Orlando llegó a Perú. Desconocemos si atravesando a pie Colombia y Ecuador. Allí fue vilmente asesinado por un malandro conocido como “Cara cortada”. Desconocemos las circunstancias. Solo el aterrador video en donde aparece cómo fue acribillado ante la presencia indiferente de unos clientes del negocio.

Alena no podrá interrogarlo para indagar las causas que lo llevaron a emigrar y si las mismas tenían algo que ver con las sanciones. De todos modos, de acuerdo a sus declaraciones, ella no pareciera tener interés en investigar a fondo. Lo suyo era acordar con Maduro y Arreaza lo que debía relatar.

Alena enfatizó en lo perjudicial que había sido para Venezuela las sanciones al petróleo, al oro y a la explotación de diamantes, así como la escasez de agua y de electricidad. ¿Acaso no se informó que la producción de petróleo ha venido cayendo año tras año desde mucho antes de las sanciones? Así, según la Opep, en el año 2000 producíamos 2.897.000 barriles por día (b/d), cifra que bajó a 2.365.000 b/d en el 2015, o sea una pérdida de 532.000 b/d, sin ninguna sanción.

A enero de este año la producción fue de solo 487.000 b/d. El régimen dirá que la causa es que no puede importar diluentes para mezclar con el petróleo pesado, pero la realidad es que descuidó la producción de crudos livianos. No tiene prohibición de exportar a China y a la India. Cierto que ha tenido inconvenientes para conseguir barcos, pero el problema fundamental es que tiene muy poco petróleo para exportar. Importa gasolina de Irán porque no invirtieron en nuestras refinerías.

Alena también recalcó las sanciones a la producción de oro y diamante, pero la realidad es que se siguen extrayendo por las mismas mafias, inclusive militares, que no lo entregan al Banco Central. Alena debería interrogar a los “bolichicos” para que le digan cómo se enriquecieron con la estafa de las plantas eléctricas. El último escándalo de corrupción es el de Pdvsa Gas Comunal y su presidente Jacob Grey. También debe informarse de la demora en la construcción de la hidroeléctrica de Tocoma, que debía estar terminada en el 2012.

Además, descuidaron el mantenimiento de las existentes y de los sistemas de transmisión y distribución. La escasez de agua se debe a la no construcción de nuevos embalses, así como las fallas de distribución. Las empresas del hierro, del aluminio y las cementeras están destruidas hace tiempo.

La escasez de alimentos se debe a la expropiación de fincas en producción, control de precios por debajo del costo, numerosas alcabalas donde los agricultores deben pagar peaje, así como la expropiación de Agroisleña y agroindustrias de la leche, azúcar, aceite y café.

Alena, no es nada personal, pero usted no realizó a conciencia el trabajo que le asignaron. ¿Razones? Ojalá, antes de presentar su informe final se anime a conversar con algunos de los millones de venezolanos que, como Orlando, tuvieron que emigrar de un país que tradicionalmente atraía inmigrantes. Si lo hace, quizá pueda convertirse en la persona “feliz por conocer las causas de las cosas”, como decía el inmortal Virgilio.

Como (había) en botica

Horacio Medina, presidente ad hoc de Pdvsa, dejó claro: Citgo no se ha endeudado desde que Guaidó es presidente interino. Tuvo que renegociar la deuda de Maduro por 650 millones de dólares para diferir el pago hasta el 2026. Acatando leyes de Estados Unidos, solo inversionistas institucionales y especializados pueden comprar nuevos bonos.

Debemos reconocer que en los países que han acogido a nuestros emigrantes el trato ha sido bueno. Como en todas partes, hay excepciones. Hay que entender que son millones los que han tenido que ser recibidos en países hermanos que hoy también tienen dificultades económicas. Así mismo, que deben cumplir con sus leyes de inmigración. Cuando Venezuela aceptó inmigrantes fue porque los necesitó y nuestra economía estaba boyante. Esa inmigración contribuyó a nuestro desarrollo. Estamos seguros de que nuestros emigrantes contribuirán a los países que los acogen

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

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Venezuela: el sonido del silencio de las víctimas o la coartada antiimperialista de los victimarios

¡Pido la palabra a la izquierda democrática del mundo!

Escribo este texto desde Venezuela, donde nací, vivo y trabajo en La Universidad del Zulia. Su destinatario es la izquierda que cultiva y ejercita los valores y principios democráticos.

Lo hago en serena disidencia, desde la ciencia, la ética, el humanismo y la libertad, en contra del fraude político que ejecutan los actuales dirigentes de la revolución bolivariana.

 IGNORANCIA, DOGMATISMO Y CORRUPCIÓN

Mi patria amada está sumergida en un drama humano que ha socavado los derechos más elementales de la vida en dignidad. En 100 años no conocimos tal nivel de devastación de lo económico-social, así como el eclipse de nuestra democracia y libertad. Ha sido vulnerado el acceso pleno de nuestra población a los alimentos, la salud, la educación, el salario justo, la cultura y el derecho político a elegir gobernantes sin ser perseguidos por pensar diferente.

La principal causa que lo explica es el profundo desprecio de la autocracia gobernante por la ciencia económica, lo profesional y lo técnico.

Siete años han transcurrido sin un especialista del área en la conducción del gabinete económico ministerial y del Banco Central. La industria petrolera, las empresas básicas de Guayana, la petroquímica y el sistema eléctrico nacional han tenido a militares totalmente inexpertos al frente de ellas.

En los últimos cuatro años no se conoce la Ley de Presupuesto y de Endeudamiento de la República, esto raya en lo insólito. En el año 2014 la economía venezolana requería con urgencia, por caída de los precios del petróleo, un programa de estabilización macroeconómica, una reestructuración y refinanciamiento de la deuda externa y unos nuevos arreglos jurídicos petroleros. Nada se hizo, no sabían que no sabían. Desde el dogma fútil y la ignorancia exponencial, procedieron a descalificar por supuestos neoliberales a quienes lo advertimos, como fue mi caso en diciembre de 2015.

El Banco Central fue obligado a producir un tsunami en emisión de dinero de la nada, que nos ha hundido en la hiperinflación destructora de salarios, inversión y gasto público, y Esta ha sido la ruinosa opción de financiar un déficit público.

El gobierno -bajo el régimen de control cambiario- mantuvo un precio del dólar exageradamente barato afectando la rentabilidad del negocio petrolero y la recaudación tributaria interna, convirtiendo la asignación de divisas en fuente de una corrupción grotesca e impresionante.

Las consecuencias no se hicieron esperar: desde 2014 al presente tenemos la recesión más profunda y prolongada de nuestra historia, hiperinflación desde finales de 2017, el impago de deuda externa y aislamiento del mercado financiero global y multilateral desde 2017, el derrumbe de nuestra industria petrolera desde 2015, pobreza a niveles de 65 % de la población, migración forzada de más de 5 millones de compatriotas desde 2016, y desnutrición y hambre en sectores vulnerables.

La crisis del chavismo

La crisis del chavismo

El discurso oficial al comienzo de la recesión, hace siete años, justificó tal desastre en la “guerra económica”; posteriormente, con las sanciones impuestas por los norteamericanos, con impacto desde 2018, se mudaron a esta excusa. La verdad es que estas últimas profundizaron la crisis pero no la originaron. El 80 % de los venezolanos no cree esa narrativa.

Para ser verdadera, a una revolución le está negada equivocarse en lo ético-moral. Al momento de escribir estas líneas, se informa que fiscales suizos identifican 100 cuentas bancarias en 30 bancos de ese país por 10.1 millardos de dólares provenientes de fondos públicos venezolanos. La corrupción hizo metástasis, fue de paraíso fiscal a paraíso fiscal: Andorra, Belice, Dominica, Suiza, Barbados, Luxemburgo.

Una nueva élite política enriquecida, que no pasa la prueba de la honestidad y de la modestia de vida, está a salvo porque el poder judicial es parte de la degradación moral.

Y sustenta el fortalecimiento de la impunidad descarada: el poder judicial perdió su imparcialidad, probidad e idoneidad. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de mi país es una simple sucursal del Poder Ejecutivo. El mejor ejemplo de ello es que somos el único país de América Latina donde se prohibió averiguar y sancionar a los altos funcionarios públicos señalados en el caso de los sobornos y pago de coimas por la constructora brasileña Odebrecht. Venezuela vive una catástrofe ética. Esto no es ninguna revolución.

El capitalismo venezolano es ahora más desigual, inequitativo, improductivo y corrupto.

 POBREZA, DESIGUALDAD Y MIGRANTES

Los avances logrados para reducir la pobreza y la desigualdad entre 2004 y 2012 en el gobierno del presidente Hugo Chávez ya no existen. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, ENCOVI, 2019-2020, realizada por la Universidad Católica Andrés Bello, UCAB, la línea de pobreza multidimensional está ubicada en un 65 %. Es decir, más de 11 millones de venezolanos están en pobreza crónica, esto es el 41 % de la población; es el nivel de Nigeria, Chad, Congo, Zimbabue, Yemen, Haití y Sudán.

Venezuela: el sonido del silencio de las víctimas o la coartada antimperialista de los victimarios, por Rodrigo Cabezas Morales
Desnutrición de niños venezolanos. Foto en Transparencia Venezuela

Como consecuencia, el 79.3 % de los compatriotas no tienen cómo cubrir la canasta de alimentos, el ingreso promedio diario es de 0,72 centavos de dólar. El salario real ha caído en 7 años consecutivamente, siendo menor que el de Cuba y Haití. La desnutrición y el hambre están infaustamente presentes. El consumo nacional promedio de proteínas es el 34.3 % del requerido. Lo más inhumano y doloroso es que en el diagnóstico nutricional de los niños menores de 5 años de mi patria, 639.000 de ellos tienen desnutrición crónica, cada uno de tres tiene talla baja. Después de Guatemala, somos el segundo peor país de América Latina y el Caribe en esta estadística inhumana.

Un gobierno que liquidaba las oportunidades de una vida digna originó, por primera vez en nuestra historia, una migración forzada de carácter masivo.

Cinco millones de los nuestros han marchado a tierras extrañas en busca de trabajo, el 50 % de la diáspora son jóvenes entre 15 y 29 años de edad; el 34 %, que equivale aproximadamente a un millón setecientos mil, son profesionales universitarios y técnicos, es decir, recurso humano educado, que ayuda hoy a otras naciones.

La migración es sufrimiento, angustia, estrés, tristeza, miedo, desesperanza. Los gobernantes no la reconocen y se burlan cínicamente de ella.

Venezuela: el sonido del silencio de las víctimas o la coartada antimperialista de los victimarios, por Rodrigo Cabezas Morales
Migrante venezolana en Colombia. Foto UNHCR / Vincent Tremeau

Hasta 2020, según ENCOVI, un millón seiscientos dieciséis mil hogares venezolanos vieron partir un familiar como mínimo, el 70 % de ellos hijos, dos míos entre ellos. Esta distancia duele en el alma y a los enriquecidos gobernantes de la revolución les es indiferente.

 ALIANZA CIVICO-MILITAR-POLICIAL: VIOLACIÓN FLAGRANTE DE LOS DD. HH.

La amplia mayoría popular que derrotó en las elecciones parlamentarias 2015 al Partido Socialista de Venezuela provocó la deriva autocrática de la revolución bolivariana. Para cumplir la decisión cupular de quedarse en el poder como fuera y a costa de lo que fuera, convirtió a ese proyecto político en intolerante con las ideas distintas e incapaz de aceptar democráticamente la soberanía popular que les abandonó.

La única manera de usurpar el poder era eliminando el estado de derecho; el totalitarismo puso a sus pies al poder judicial y electoral, a las fuerzas armadas y a la policía política para amenazar, perseguir, hostigar, detener y torturar al liderazgo social y político que les adversaba para así permitirse elecciones absolutamente fraudulentas.

Venezuela: el sonido del silencio de las víctimas o la coartada antimperialista de los victimarios, por Rodrigo Cabezas Morales
Paula Colmenarez denigrada y agredida por un GNB durante una protesta. Foto Miguel Gutierrez / Agencia EFE

El parlamento elegido por el pueblo fue cercado inconstitucionalmente, sus diputados acusados, muchos de ellos hechos prisioneros y en el exilio. Los principales partidos políticos de la oposición fueron secuestrados en sus directivas por la subordinada Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.

Sin ningún escrúpulo o sonrojo, y quizás creyendo que concebían algún aporte a la teoría política revolucionaria, anunciaron públicamente que se superaba el enunciado estratégico chavista de la alianza cívico-militar por el de una nueva alianza cívico-militar-policial. Lo peor estaba por venir y llegó. Nuestra convivencia democrática entró en una de sus más largas tenebrosidades.

Es así como la misión internacional independiente de determinación de los hechos de la Naciones Unidas verificó que en Venezuela el gobierno cometió violaciones flagrantes de los DD. HH. de manera generalizada y sistemática, ejecuciones arbitrarias y tortura, que constituyen crímenes de lesa humanidad.

El informe de la ONU es desgarrador desde lo humano. Cientos de víctimas han sido sometidas al terror del Estado. Lista larga de la ignominia disfrazada de socialismo: detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, burlas al debido proceso y derecho a la defensa, tortura, trato cruel, inhumano, degradante y humillante, actos de violación y amenazas sexuales.

En él se detallan las técnicas de tortura utilizadas por los órganos represores y los esbirros torturadores: posiciones de estrés, asfixia con bolsas de plástico, golpes, descargas eléctricas, simulacro de ejecución, encadenamientos, disparos cerca de los oídos, incomunicación por días y meses, iluminación constante y frío extremo, desnudez forzada. En fin, prácticas infamantes de tortura física y psicológica.

El desborde en la violación de los DD. HH. ha sido de tal magnitud, que el Ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, el 7 de junio de 2017 hizo una arenga pública televisada en una asamblea de oficiales al decir “No quiero ver un guardia nacional cometiendo una atrocidad más en la calle”. Nunca se supo quién dio la orden de cometer tales atrocidades. Más de 120 jóvenes fueron asesinados en esas protestas.

Venezuela: el sonido del silencio de las víctimas o la coartada antimperialista de los victimarios, por Rodrigo Cabezas Morales
Neomar Lander, joven de 17 años asesinado con una bomba lacrimógena durante protesta de 2017. Foto wikipedia.org

El exalcalde del municipio Cabimas del Estado Zulia, Félix Bracho, por firmar junto conmigo un documento público pidiendo un referéndum consultivo en 2019, fue arrestado arbitrariamente, maltratado y humillado por un Comandante de la Guardia Nacional de apellido Camacaro. Una madrugada los carceleros entraron a su celda, lanzándolo al piso le pusieron una capucha negra y apuntaron un fusil en su cabeza haciendo un simulacro de ejecución.

Por otra parte, el capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo, el 20 de junio del 2019, fue presentado moribundo al Tribunal Militar de la causa, horas después falleció, lo habían torturado brutal y salvajemente hasta la muerte.

El líder indígena pemón Salvador Franco, preso político, pierde su vida en la cárcel Rodeo II, este 3 de enero de 2021. La autopsia indica edema cerebral, shock séptico, tuberculosis y desnutrición; le negaron la atención médica.

Rubén González, líder de los trabajadores de la Ferrominera del Orinoco fue encarcelado en 2009 por tribunales militares y civiles durante tres años y tres meses por defender los derechos laborales de sus hermanos de clase.

La ONG de DD. HH. PROVEA informó recientemente que monitoreó e identificó que 72 personas han sido asesinadas por policías o militares como consecuencia de la tortura durante el gobierno de Nicolás Maduro.

Escribiendo estas líneas nos enteramos de la detención de 5 integrantes de la ONG sin fines de lucro Azul Positivo, quienes llevan varios años trabajando en la prevención del VIH. Así mismo, de las amenazas de juicio penal dirigidas al presidente de PROVEA, Rafael Uzcátegui.

Al comenzar el 2021 la ONG Foro Penal contabiliza 353 presos políticos en Venezuela, 230 civiles y 123 militares. El miedo, el terror, la tortura y la cárcel son cimientos de un estado capturado por una élite antidemocrática.

Ocurre que como la barbarie siempre es vencida a lo largo de la historia, la batalla que nos permita terminar con la impunidad, encontrar la verdad, hacer justicia a las víctimas concediéndoles reparaciones por el sufrimiento infringido y rehabilitándolos en su dignidad mancillada, es un desafío al que la sociedad humana venezolana no puede renunciar.

Nadie que haya asumido el ideal socialista democrático puede avalar, ser indiferente, guardar silencio o atreverse a justificar el sufrimiento humano que origina una política de terror de Estado.

 EL SOCIALISMO ES LIBERTAD. EL ANTIIMPERIALISMO COMO COARTADA

La revolución bolivariana dio esperanzas de emancipación social que logró reunir una mayoría popular en torno a Hugo Chávez. Esta no fue consecuente con lo ofrecido en 2006 para avanzar hacia el socialismo del siglo XXI, sin ser una repetición de la experiencia criminal del estalinismo soviético.

El compromiso de su carácter democrático se perdió debido a su desviación autocrática y totalitaria que liquidó el Estado de derecho. Se disipó por el liderazgo militar que subordinaba lo civil, por el sistema de control social de los más pobres, al colapso ético de su vanguardia, y por ser un partido político eunuco y antidemocrático. Y, entre otra razón más, se perdió debido a la visión estatista que se enfrentó a la inversión privada.

El proyecto socialista, al no ser consecuente con los principios y valores de la democracia, arriba a autocracias o dictaduras que cercenan la libertad. Es una experiencia histórica trágica. La libertad no es una mera consigna retórica o demagogia de ocasión de filibusteros políticos, es un valor esencial de cualquier transformación de la sociedad humana; es liberación, insurgencia, emancipación, respecto de formas de poder en lo político, económico y cultural. Es el derecho a expresarse sin temor alguno desde la diversidad humana. Lo traicionan quienes desde la degradación ética, el dogma infecundo, la justificación de la violación de los DD. HH. y el desprecio por la ciencia y la cultura, lo convierten en un orden social opresivo que persigue y aniquila la libertad.

¿Por qué esta élite condena a Venezuela a no tener periódicos impresos? ¿A una autocensura humillante de los medios de comunicación e información? ¿Por qué no podemos acceder a canales de TV como CNN y NTN24 y decenas de páginas web?

Esto es lo ocurrido en Venezuela a profundidad en estos siete años. La otrora revolución bolivariana la convirtieron en un gobierno que hace rehén a su propio pueblo a partir de la coerción militar-policial-clientelar. Una nación no puede ser concebida como un botín de guerra que se asalta a costa del sacrificio de millones de seres humanos. Eso no es socialismo democrático, no es de izquierda, no es progresista, no es humanismo.

De cierto, el proyecto del socialismo del siglo XXI en Venezuela fracasó aunque conserve el poder fáctico. Fracasó porque una nación a pesar de sus víctimas y sufrimientos se opone a la élite que la gobierna desde la usurpación y reclama un cambio político en democracia que aquellos les niegan. Esto será inevitable, un pueblo no puede ser encarcelado para siempre.

Fracasó porque ofreció a los venezolanos democracia protagónica y participativa y ha terminado en una autocracia represiva que advierte formas totalitarias de control social y político. Fracasó porque ofertó honestidad en la administración de los recursos públicos y acabaron haciendo generalizada la corrupción, con una nueva oligarquía política que realiza la transferencia de riqueza más grande de nuestra historia a instituciones financieras en paraísos fiscales. Fracasó dado que prometió inclusión social e igualdad y el resultado es pobreza que degrada lo humano en el hambre, la desnutrición, el desempleo y la falta de oportunidades para ejercer derechos.

Fracasó porque prometió una vida digna y terminó imponiendo un sistema de control político denigrante con el carnet de la patria, las bolsas de comida y bonos paliativos.

Fracasó al ofrecer un gobierno “obrerista” y terminó arrebatando la libertad sindical, pulverizando el salario real, eliminando la conquista de los contratos colectivos y las prestaciones sociales, y encarcelando a los dirigentes valientes que reclaman los derechos obreros.

El fracaso en dolor mayor fue ofrecer una patria para todos y, por sus acciones, terminan negándosela a más 5 millones de sus hijos que escapan a otras tierras para encontrar el horizonte que en su país extraviaron.

A la autocracia que gobierna sobre el pueblo venezolano solo les queda una coartada para intentar justificarse. Recurren a ella con delirante fanatismo. Creen que con ello no tienen que rendir cuenta de la tragedia, dolor y sufrimiento que han causado a millones de venezolanos.

Así, el antiimperialismo se convierte en la retórica de turno que intenta expiar sus responsabilidades en la devastación de la república.

El intelectual Pablo Stefanoni al realizar una reflexión respecto de Venezuela expresó una idea que hago mía: “Así, el antiimperialismo se desacopla de su dimensión emancipadora para asumir una dimensión justificativa e incluso celebratoria de diversos regímenes supuestamente enemigos del imperialismo”.

Me he preguntado por qué países sancionados o bloqueados económicamente como Cuba, Irán y Corea del Norte no han tenido hiperinflación o desnutrición infantil. Me he preguntado porque Irán sigue en su nivel promedio de producción de crudo y gasolina y su sector privado no petrolero exportó más de 18.000 millones de dólares en bienes y servicios en 2020.

No hay excusa para ocultar que la más espantosa crisis macroeconómica y humanitaria de Venezuela comienza en 2014, bajo plena responsabilidad del gobierno de Nicolás Maduro.

Las sanciones llegaron cuatro años más tarde. El respetado intelectual estadounidense Noam Chomsky contextualiza ese tipo de discurso, cuando afirma: “Es un comportamiento típico de los autócratas y los dictadores. Cuando cometen errores garrafales…, encuentran alguien más a quien echarle la culpa”.

En Venezuela, el discurso antiimperialista es una coartada de los victimarios.

La izquierda democrática y progresista de nuestro planeta, la antifascista de Europa, Asia, Centro América, el Caribe y Sur América, la anticolonial de África, la liberal de EE. UU. y Canadá, tienen una oportunidad de acompañar a las víctimas que esperan justicia en Venezuela. No hay razón alguna que justifique darle solidaridad automática a una autocracia política que terminó siendo, como proyecto socialista, un descomunal fraude.

Venezuela, 12 de febrero de 2021.

* Rodrígo Cabezas es Economista (1982), profesor e investigador en La Facultad de Ciencias Económicas de La Universidad del Zulia (37 años, activo). Diputado por la izquierda al Congreso Nacional, Asamblea Nacional y Parlamento Latinoamericano (22 años). Ministro de Finanzas de Venezuela (2007). Excoordinador Internacional del PSUV (2011-2015). Libros: La Nueva arquitectura económica-financiera de América Latina (2016) y La izquierda rehén de su negación’ (2019).

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

La encrucijada de las empresas energéticas

Las empresas europeas British Petroleum (BP), Shell y la francesa Total por un lado y las norteamericanas Exxon, Mobil y Chevron, por otro lado, están en una gran encrucijada debido a la crisis climatológica que ha causado grandes desastres naturales de los últimos dos años. Y de la pandemia del coronavirus que les ha infligido graves pérdidas económicas en general.

Las europeas se han comprometido eliminar el uso de combustible fósiles antes del año 2050 y concentrarse en fuentes de energía tales como como la energía solar, la energía eólica y la energía hidroeléctrica.

Las norteamericanas creen que principalmente las demandas de petróleo y de gas natural van a aumentar entre los años 2021 y el 2022 con el cese de la pandemia y van a dar vida a otro auge de energía fósil.

Pero según la BP la demanda de petróleo alcanzó el punto máximo en el año 2019 y no va a volver a crecer. Por lo tanto, proyecta reducir en un 40 por ciento su producción de gas y petróleo antes del año 2030 y al mismo tiempo invertir $ 5 millardos (billions) en la producción de combustibles de bajo contenido fósil..

Hace un mes, la empresa Total se convirtió en la primera gran empresa energética mundial en abandonar el poderoso American Petroleum Institute (API) que tenía el respaldo del expresidente Donald Trump, quien contra viento y marea tomó la decisión de oponerse al acuerdo climático de París.

La victoria electoral de Joe Biden y su anunciado plan de aumentar en gran escala las inversiones de su país para el desarrollo de las fuentes de energía alternativas, concentrándose  en la producción de combustibles “verdes”, no solamente ha caído muy bien a los europeos, sino que está progresivamente cambiando las estrategias de las empresas norteamericanas.

Si el gobierno Biden va a ordenar la limitación de las emisiones de carbono y va a fomentar la popularidad de vehículos eléctricos, el experto petrolero Oswald Clint, de Bernstein Oil, considera descontado que las empresas petroleras norteamericanas se vean obligadas a modificar sus planes.

“Así como está las cosas, “dice Clint, “las empresas europeas, que se han lanzado primeras hacia la transición, van a aumentar su ventaja versus las norteamericanas en la carrera para reemplazar los combustibles fósiles.”

Pero Exxon-Mobil señala que aún quedan muchos países emergentes que dependen del petróleo y el uso en gran escala de vehículos eléctricos va a demorarse por lo menos cinco años.

Tal como nos ha señalado la influyente Cámara Petrolera de Houston, “no es que las empresas locales no piensan dedicar una fuerte cantidad de inversiones a las nuevas fuentes energéticas, sino que quieren terminar de explotar la gran cantidad de combustible fósil que aún manejan y pueden manejar antes de dedicarse en pleno a lo que claramente  va a representar el futuro energético mundial”.

Otra consideración, recuerda la Cámara Petrolera, es la diferencia entre el mercado Europeo, siempre más concentrado en satisfacer la solicitud de sus países en cuanto a la eliminación del efecto de los gases sulfúricos causados por el carbono en el aire; mientras que el mercado norteamericano incluye zonas geográficas lejanas de los Estados Unidos que todavía dependen mayormente del petróleo.

En cuanto a Venezuela se refiere, nuestro país puede todavía aspirar a que empresas norteamericanas tengan interés en la explotación de crudo criollo para su venta a países del tercer mundo.

Pero, tal como advertido anteriormente, todo depende del Gobierno Nacional y su disposición de garantizar ingresos interesantes a los inversionistas del norte, que son los únicos que pueden reparar los daños sufridos en los últimos 20 años por PDVSA y comercializar honesta y satisfactoriamente nuestro bien nacional.

La situación de Venezuela es analizada en más detalles al final de esta serie, en la octava entrega. 

Caracas, febrero 14, 2021

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Carolina Jaimes Branger Feb 15, 2021 | Actualizado hace 1 mes
¿Ir o no ir al Humboldt?

Lobby del Hotel Humboldt, obra de Tomás J. Sanabria (1922 – 2008), restaurada por el Arq. Gregory Vertullo con participación de Loly Sanabria. Foto Carolina Rivas (intervenida por N. Silva / Runrunes).

@cjaimesb

“Me niego a ir a cualquier espacio habilitado por ellos”, “no interactúo con esa clase social de la revolución (enchufados y chavistas)” protestó un amigo mío en mi cuenta de Instagram @cjaimesb, cuando posteé unas fotos de un evento al que asistí la semana pasada en el hotel.

Ya lo dije en el artículo de la semana pasada, pero lo repito: cuando me invitaron, averigüé quiénes estaban detrás de esa invitación, no fuera a encontrarme con la desagradable sorpresa de que un enchufado estuviese por detrás. Tras asegurarme de que no habían enchufados de por medio, decidí que iría.

Fue el primer evento al que asistí desde que se decretó la pandemia. Quería ver cómo había quedado el hotel después de la exhaustiva remodelación. Ya había ido hace dos años y medio y me sentí feliz de que se rescatara una obra que es patrimonio de todos los venezolanos. En un país como Venezuela, con tan pocos tesoros arquitectónicos, valía la pena rescatar una joya como lo es el Hotel Humboldt. Tomás Sanabria es, sin que me quede duda, uno de los mejores arquitectos latinoamericanos, comparado al brasilero Óscar Niemeyer y al mexicano Juan O´Gorman.

¿En qué otra parte del mundo hay un hotel de cinco estrellas con vista panorámica del mar de un lado y de una ciudad hermosa como Caracas del otro? ¿Cuántos hoteles de cinco estrellas hay a 2200 metros de altura? ¿Dónde hay un clima tan delicioso como el que se siente allá arriba? Javier Vidal nos decía “me siento como en Madrid en otoño o primavera”. Un frío riquísimo nos acompañó en la terraza donde subimos a ver el atardecer.

Si mi amigo de verdad no pisara los lugares “habilitados” por el régimen, no podría salir de su casa porque las calles, aunque chimbamente, han sido repavimentadas, asfaltadas y sus huecos reparados n veces por el régimen.

El Humboldt es propiedad del Estado venezolano –no del régimen- lo que significa que es de todos. ¿Por qué no vamos a poder ir?

Una cosa es aceptarle una invitación a un enchufado, otra muy distinta es no dejarles el espacio a quienes han destrozado el país, mantienen un discurso populista mientras la gente se muere de hambre y, encima, quieren adueñarse de un espacio que nos pertenece a los venezolanos.

Me consta el trabajo que realizaron Loly Sanabria, hija del arquitecto Tomás Sanabria, quien diseñó el hotel, y Gregory Vertullo, arquitecto restaurador. Ninguno de los dos es enchufado. ¿Qué quieren entonces, que hubieran dejado perder el hotel como tantas obras maravillosas en Venezuela que han caído por la desidia, la irresponsabilidad y el ánimo de destrucción del régimen y sus seguidores?

Es cierto que hoy quienes tienen más dinero son los rojos. Y como es dinero robado, lo gastan a manos llenas. Si usted no va al hotel, ellos seguirán disfrutándolo. Si usted va, tendrán que quedarse en sus habitaciones, porque temen exponerse al gran público.

El trabajo que ha hecho Luis Semprún, gerente general del hotel, es encomiable. La atención y el mantenimiento son realmente de cinco estrellas. Semprún tampoco es enchufado: ha trabajado en hotelería y líneas aéreas privadas buena parte de su vida.

Por cierto, en mi página de Instagram, otra de las enardecidas se quejó de que yo estuviera en el Humboldt y hubiera criticado que el grupo Caramelos de Cianuro hubiera ido a la fiesta de la mujer de Jorge Rodríguez. 

Yo no le acepté ninguna invitación a ningún corrupto. No cobré nada por ir. 

Fui a un sitio hermoso que nos pertenece a todos. Espacio que dejamos, espacio que ocupan, como la verdolaga… .

Vaya al Humboldt y reviva la Caracas de los años 50 bellamente restaurada. Y, sobre todo, no deje que los chavistas se adueñen de un hotel que no les pertenece. El Humboldt es del Estado, por lo tanto, es de todos.

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Humano Derecho #183 con Humberto Terán y Roraima Hernández, voceros de la Fundación Payaso con Bata

@_humanoderecho

¿De qué se trata esta iniciativa? ¿De dónde surgió la idea? ¿Qué es el teatro tarapéutico? Conversamos de estos y otros temas con Humberto Terán y Roraima Hernández, voceros de la Fundación Payaso con Bata, en el episodio 183 de Humano Derecho.

“Los hospitales siempre han sido tristes, porque es un lugar donde las personas mueren, padecen dolor y están enfermos; en sí es un lugar donde no hay cabida para la alegría y ahorita mucho más ya que por la pandemia están prohibidas las visitas, incluso para los payasos humanitarios”, comentan los voceros de la Fundación Payaso con Bata.

“La fundación se encarga de llegarle a esa persona y hacerlo jugar aunque sea cinco minutos para que así pueda drenar. Nos ponemos como una válvula para escapar de toda esa presión y todo ese estrés que surge en el hospital.”

Presentado por Génesis Zambrano (@medicenmouzo) y Luis Serrano (@akaLuisSerrano). Somos el radio web show semanal que mezcla la buena música con gente que ayuda a gente. Transmitido por diferentes plataformas del país, es producido por RedesAyuda y Provea.

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