Opinión archivos - Página 288 de 1778 - Runrun

Opinión

Exponiendo los mitos sobre el centro político

@AAAD25

¿Quién puede dudarlo? Son buenos tiempos para el radicalismo político. La “cuarta oleada” de democratización (palabras de Samuel Huntington) está en franco retroceso. La democracia global enfrenta los que tal vez sean sus mayores desafíos desde la derrota del fascismo. Por todas partes aparecen caudillos carismáticos pero de talante autoritario, capaces incluso de hacer tambalear una república tan sólida como lo es Estados Unidos. Para justificar filosóficamente su sed insaciable de poder, a menudo recurren a ideologías extremas. Oídos que presten atención no les faltan. Masas de ciudadanos descontentas por la corrupción o indolencia de elites tradicionales, por dificultades económicas o injusticias sociales. Equivocadamente creen que si la democracia no remedia estos problemas, se puede prescindir de ella.

Olvídense de rechazar a los déspotas, o a quienes aspiran a serlo. Ahora, para muchos, besar las botas a un amadísimo líder y abrazar irreflexivamente su fachada ideológica es lo antisistema, lo rebelde, lo punk y, ergo, potencialmente lo cool (aquí también hay algo de puerilidad revolucionaria, como en los versos de «Search and Destroy» entonados por Iggy Pop, pero eso dejémoslo para otro artículo). 

En cambio, pronunciarse en defensa del respeto y la pluralidad de ideas es visto por esas personas como una actitud tediosa, estéril y pusilánime. Todo lo que se asocie con el centro político es así despreciado.

Pero, ¿tan terrible es el centro como lo pintan sus empecinados detractores? Hoy me propongo refutarlos y exponer sus ataques como puros mitos.

Antes de proceder, brindaré una definición de “centro político” para aquellos que no estén familiarizados con la idea o la hayan malinterpretado. Comenzaré con una negación: el centro no es una ideología. No tiene carga ideológica propia. Más bien es un compromiso ético. Una forma de atar el pensamiento y la acción políticos a ciertas virtudes, como la moderación, la humildad y el apego a la diversidad de ideas y al debate respetuoso entre las mismas. El centro es, además, solo un punto de referencia que nadie puede ocupar (por eso le rehúyo a la expresión “centrista” y prefiero “cercano al centro”). Si les suena a entelequia, es porque lo es, pero no teman. Que algo no tenga manifestación tangible no significa que no exista (de hecho, Hegel puso a los entes puramente ideales en un plano “superior” de existencia con respecto a los entes materiales). El pensamiento ético de Aristóteles quizá ayude a visualizarlo. Así como la virtud es un punto medio entre dos extremos viciosos (por ejemplo, la valentía yace entre ser cobarde y ser temerario), el centro siempre está entre dos posturas ideológicas intransigentes y autoritarias. Muy bien, ahora sí, vayamos a examinar lo que nos plantean los enemigos de este señor.

 Mito no. 1: «El centro es para gente sin principios”

No. Como ya dije, el centro es un conjunto de principios, empezando por la moderación, o templanza. Al menos desde Platón o los estoicos, la templanza es una virtud. En lo que nos atañe, abstenerse de poner los objetivos ideológicos por encima de cualquier otra consideración y de creer que justifican cualquier medio para lograrlos. Otro de los principios es la humildad, o el reconocimiento de que las convicciones propias no pueden dar respuesta a todos los problemas y pueden tener fallas. Por eso, es importante respetar el desacuerdo y estar preparado para debatir y negociar con otros. Tolerancia, otra de las virtudes en cuestión aunque, como veremos más adelante, ciertas condiciones aplican. Todos estos principios pueden ser adoptados por militantes de distintas ideologías: conservadores, liberales, socialdemócratas, etc. Pero chocan a los militantes dogmáticos y obtusos, que los ven como una falta de virtud, por no alinearse invariablemente con sus respectivos idearios.

 Mito no. 2: «El centro es para cobardes que quieren estar bien con Dios y con el Diablo»

En realidad las personas próximas al centro tienen que alzar la voz cada vez que surge su némesis natural: el extremismo. Extremismo de todo cuño. A diferencia de los militantes ideológicos duros, los cercanos al centro no discriminan enemigos por ideología. Eso significa que tienen que enfrentar a un grupo muy diverso de enemigos: fachos, ñángaras, ultraconservadores, anarcocapitalistas antidemocráticos (de las escuela de Hans Hermann Hoppe), etc. Así que el centro exige denunciar a los extremistas dentro del campo ideológico propio. Créanme, para eso hace falta mucha valentía. Fácil cuestionar el liberalismo radical si eres de izquierda. Criticar el socialismo radical no lo es tanto.

 Mito no. 3: «El centro es de blandengues no aptos para asumir el radicalismo con el que hay que confrontar a los tiranos»

Este mito parte de una extrapolación errónea. El centro es un concepto que solo tiene sentido en el debate ideológico, asumiendo un entorno democrático ya existente. Por lo tanto, es una noción ajena a las estrategias para lidiar con regímenes autoritarios. Se puede ser próximo al centro en un entorno democrático y hacer lo que se tenga que hacer para enfrentar una dictadura. Lo primero no tiene nada que ver con lo segundo. Para muestra la lucha de socialdemócratas (centroizquierda) y democristianos (centroderecha) contra la autocracia de Marcos Pérez Jiménez.

 Mito no. 4: «El centro es para pedantes que se creen más allá del bien y del mal».

Graciosamente, este mito y el no. 1 chocan. Son una antinomia, lo cual no impide que los extremistas se valgan de ambos (la coherencia no es muy amiga de estos señores). De nuevo, uno de los valores del centro es la humildad. Entender que ninguna ideología es incuestionable y que, por tanto, toca coexistir y negociar. Eso es democracia. Mucho más arrogantes son los militantes ideológicos extremistas. Los que se creen iluminados por una verdad inapelable y que eso los faculta para suprimir a quienes piensen distinto. Eso sí, los adyacentes al centro, por lo dicho previamente, tienen que repudiar a los extremistas, aunque eso los haga lucir pedantes ante los repudiados. Aquí aplica la paradoja de Popper: solo los intolerantes merecen la intolerancia moral. Que los extremistas chillen y digan que quienes los señalan son soberbios. No importa. Lo que se está haciendo es defender el derecho al disenso ante sus enemigos.

Y con esto hemos llegado al final de nuestro recorrido mitológico. Espero que les haya servido para ver cuán vacíos son estos ataques al centro político. Si les interesan los mitos, mejor léan la Metamorfosis de Ovidio, el Popol Vuh o el libreto de Tannhäuser. No crean en cuentos contra el centro, que no es ningún monstruo que se los va a comer. Acérquensele. El futuro de la democracia y la civilización bien podría depender de ello.

El populismo exhausto

El populismo exhausto

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Crímenes sin Castigo | Mudanza de celda
El decreto presidencial que transfiere a Servicio Penitenciario el manejo de los centros de reclusión para presos políticos es una respuesta tardía a una situación que ocasionó el desprestigio internacional del régimen

 

@javiermayorca

El 12 de mayo, Nicolás Maduro ordenó transferir al ministerio para Servicio Penitenciario el “ejercicio de las funciones de custodia de personas privadas de libertad” en las celdas del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim).

El gobernante fijó un plazo de treinta días, contados a partir de esa fecha, a los efectos de cumplir con este decreto. Igualmente, exhortó a la Fiscalía y al Poder Judicial “adoptar las medidas necesarias” en cuanto a la “emisión de las autorizaciones pertinentes para el traslado a otros recintos” de las personas recluidas en celdas del Helicoide y de la central del cuerpo castrense, ubicado en la zona industrial de Boleíta.

Esta decisión, publicada en la Gaceta Oficial, deja abiertas numerosas interrogantes. La primera tiene que ver con la posibilidad de que cierren ambos centros de reclusión. Esto pareciera poco probable, por lo menos en el futuro inmediato. A pesar de las quejas y denuncias sobre abusos, arbitrariedades, torturas y tratos crueles e inhumanos en las dos instalaciones (últimamente, más en Dgcim), es claro que el régimen se reservará la potestad de mantener una vigilancia muy estrecha hacia ciertos detenidos. A los presos por la operación Gedeón aún los conservan en el Helicoide. Incluso, habilitaron salas de tribunal en esa estructura para evitar cualquier paseo por las calles de Caracas.

Otro caso de alta sensibilidad para el régimen es el llamado “magnicidio frustrado”. Según el abogado Joel García, defensor del diputado Juan Requesens, solo uno de los involucrados en este expediente ha sido sacado de la Dgcim Boleíta. Se trata del civil José Eloy Rivas, y de acuerdo con el litigante su nueva celda está en Fuerte Tiuna, lo que desde luego continúa siendo una instalación militar, por cierto, custodiada por agentes de la Dgcim.

Los traslados ya comenzaron, aunque sin seguir un protocolo específico y conocido por todas las partes. Por ejemplo, a los generales retirados del Ejército Ovidio Poggioli Pérez (exdirector de Inteligencia Militar) y Jorge Zedán Abudey, detenidos cuando intentaban entrar por trochas desde Colombia, los enviaron desde el recinto de Boleíta al Centro Nacional para Procesados Militares de Ramo Verde, en Los Teques.

En esos días, también fueron llevados a esa cárcel otros treinta detenidos. Pero este proceso no está exento de contradicciones. En la Dgcim, por ejemplo, todavía quedan civiles. Es el caso de seis presos por presunta corrupción en la empresa Petróleos de Venezuela, específicamente en lo relativo a la Faja Petrolífera del Orinoco.

“La manera como se están haciendo estos traslados genera mucha angustia en los presos y sus familiares, pues no están claros los criterios que aplican para enviar a una persona a uno u otro centro de reclusión”, dijo el abogado Gonzalo Himiob, director del Foro Penal, una organización que lleva el pulso a las detenciones por razones de conciencia.

Según el litigante, las transferencias desde las celdas del Sebin y la Dgcim se están llevando a cabo sin la notificación a los defensores y los familiares de los detenidos.

De acuerdo con el Foro Penal, existen en la actualidad 301 privados de libertad por razones políticas. Sin embargo, en los retenes del Sebin y la Dgcim también habría procesados por delitos comunes, y otros individuos que ya purgan sentencia, como los integrantes del clan Makled.

El Código Orgánico Penitenciario establece que los traslados de reclusos pueden ser por motivos judiciales o médicos, también para cumplir con compromisos deportivos, educativos o culturales, y finalmente “por razones de orden y seguridad”.

“Un decreto presidencial no puede estar por encima de la Ley”, afirmó Himiob.

Pero en Venezuela es conocida la influencia del Ejecutivo en las decisiones de los tribunales. Basta recordar que, en los días previos a la cuestionada elección parlamentaria de diciembre de 2020, una negociación entre Maduro y el exgobernador de Miranda Henrique Capriles posibilitó que 110 detenidos por razones políticas volvieran a sus casas, algunos de ellos con libertad plena.

El decreto de Maduro atacó uno de los focos más importantes de atención por parte de los organismos internacionales de protección a los Derechos Humanos, como es la existencia misma de centros para presos políticos.

La decisión, además, va acompañada por algunos cambios en la posición del oficialismo, de acuerdo con lo observado por Joel García.

“Esto no va solo. Salió la decisión de juzgar a los presuntos responsables de la muerte del capitán Rafael Acosta Arévalo. Y también hubo un cambio en la narrativa sobre lo ocurrido en los casos del concejal Fernando Albán y de Juan Pablo Pernalete”, afirmó.

El gobierno de Maduro, entonces, anda en un plan de “control de daños”, mediante la eliminación de los argumentos relativos a los presos políticos, aun cuando el periodista Roland Carreño siga detenido en celdas de la Policía Nacional.

Lo que realmente preocupa a los operadores del oficialismo es que el llamado caso Venezuela pase a una nueva fase y sea presentado ante la Corte Penal Internacional. En esto coinciden García y Himiob.

De la misma forma, el decreto contribuiría a allanar el camino frente a eventuales negociaciones con líderes de la oposición, que podrían mostrar ante sus propios seguidores evidencia de alguna “victoria temprana”, aunque sea gracias a un decreto del cuestionado mandatario.

Breves

* El martes de esta semana se cumplieron dos meses desde la muerte de cinco personas en el sector La Trilla del estado Apure. Aunque el titular del Ministerio Público designado por la extinta Asamblea Constituyente, Tarek William Saab, no se ha pronunciado todavía sobre el fondo de este hecho, desde las organizaciones de defensa de Derechos Humanos no han dudado en señalar que se trató de una “masacre”. Estos cinco individuos (cuatro de ellos integrantes de una misma familia) figuran en las estadísticas gubernamentales como presuntos irregulares fallecidos por “resistencia a la autoridad”, a manos de la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional.

Luego de este incidente, verificado el 25 de marzo, los efectivos del grupo élite fueron enviados calladamente de regreso a sus unidades de origen. Y los cuerpos fueron enterrados en el cementerio de Arauquita, en Colombia. Las consecuencias de esta acción se han extendido hasta el presente, puesto que los pobladores de la zona todavía señalan a las fuerzas gubernamentales (sin distingo) como corresponsables de su situación. Algo que no se pueden permitir en un esquema de conflicto irregular, donde cobra vital importancia contar con la simpatía y cooperación de los pobladores en los lugares donde se ejecutan las acciones militares. No en balde, el comunicado suscrito por las ONG al cumplirse dos meses de la matanza exige que el fiscal extienda las averiguaciones a toda la cadena de mando, que debía coordinar y supervisar esa operación. Eso incluye al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino; al jefe del Ceofanb Remigio Ceballos, y los generales José Rojas Abreu, Tito Gómez Ávila, José Rafael Silva Aponte y Robinson Vera Cumare.

* El ministerio de la Defensa ordenó reforzar el contingente de militares especializados en conflictos irregulares en el estado Apure. Con este propósito se hacen los preparativos para el traslado de efectivos del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestros de la Guardia Nacional (Conas). Pero ellos también han pasado la mayor parte de su tiempo pensando en enemigos distintos a los que hay en el área de frontera. En 2016, por ejemplo, plantearon que podían aplicar a los opositores que manifestaban en las calles las mismas técnicas usadas para identificar a secuestradores y extorsionadores.

De allí que ahora se decidiera reforzar la instrucción para afrontar conflictos de cuarta generación, sin tanto acento en el llamado “método táctico de resistencia revolucionaria”, que había sido el centro de atención en cuanto a la formación de los cuadros hasta marzo de este año. Además de esto, indican fuentes castrenses, se ordenó que todas las unidades enviadas a reforzar la operación Escudo Bolivariano en la frontera con Arauca debían ser instruidas en materias tan diversas como logística, comunicaciones, sanidad y detección de explosivos.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad.Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Elecciones, juego de locos para adulantes

@ArmandoMartini

La democracia, como cualquier sistema político, tiene sentido en la medida que sirve para optimizar la calidad de vida ciudadana. Su éxito admitía pronosticar su inevitable universal implantación ya que ningún otro puede competir con la democracia en su capacidad para generar prosperidad y libertad. Desafortunadamente, no ha sido así. Han surgido enemigos internos -corrupción, abusos de poder, deterioro del liderazgo, degradación de principios y valores- que han generado frustración entre los ciudadanos. Al mismo tiempo surgen modelos como los de China, Rusia, Turquía o Hungría que desnaturalizan la búsqueda de estabilidad y orden que la sociedad requiere para progresar.

Todos celebran elecciones. En autoritarismos el sufragio se controla, manipula, y, si es preciso, se trampea y amaña. En democracia son libres, transparentes, verificables y de ellas nacen, sin engaño ni cuestionamiento, los encargados de gobernar.

Votar en libertad es grandeza de la democracia, su componente más extraordinario. No el único para su desarrollo, pero sí el más definitorio.

Por eso resulta transcendental dar sentido responsable a las elecciones. Votamos porque elegimos a quienes gobernarán el destino que deseamos y como lo queremos. Si se devalúa, cuestiona, pierde confianza ciudadana, se impone a la fuerza, se convierte en transgresión, prevaricación y no refleja la voluntad mayoritaria, la democracia incumple, permitiendo prosperar la seducción estafadora de la oferta engañosa y delincuencial.

Elecciones a lo loco

Casi todos manifestaron que no transigirían ni negociarían si no estaba incluido el sufragio presidencial. Sin resolver e incumpliendo la palabra empeñada, por obra y gracia no sé sabe de quién o quienes, de intereses bastardos remotos, hablan de diálogo, participación en la parodia electoral con la excusa cómica de retorcidos espacios. La meta no debería de ser ganar, sino gobernar. Propósito básico de elegir en democracia, y administrar en la forma previa acordada entre candidato y ciudadano. Las elecciones en un sistema democrático son un combate de ideas, no de ambiciones personales.

Convertidos en un país a pedazos sin darnos cuenta de que no somos el centro del mundo sino un mundo de pequeños centros de intereses, nos quedamos sin soluciones ni recursos. Y donde se agotan las salidas, alguien pasa por encima. Nuestro destino se desgaja entre ventajas que cada quien utiliza para su beneficio. Los grandes monopolizan los pequeños pedacitos y cuando no cubren, son desechados a la basura.

En este juego los locos chillan, excitados, ¡elecciones! ¡elecciones! reuniendo insignificantes e inútiles adulantes. Pero conscientes que gritos de chiflados se medican, inyectan, tratan con choques eléctricos, y a veces con un buen y oportuno manguerazo. La otra alternativa de curar, que no es eficaz con los desequilibrados pero sí con los ignorantes, es enseñar principios morales, valores éticos, instruyendo buenas costumbres, formando a los ciudadanos a ser mejores. Los seres humanos nacemos con aptitudes, pero es la enseñanza que las convierte en capacidades y talentos. Lo que no se está haciendo en esta Venezuela actual, entre fraudes, alardes, fantasías, elecciones y codicias.

Revocatorio y régimen

Las elecciones son inútiles, cuando se visten de chantaje, extorsión y exigencia a los ciudadanos que asisten ciegos a las urnas. En Venezuela hay una situación de Estado fallido y quebranto de la soberanía. Las evidencias lo demuestran. No existen condiciones para que el ciudadano legitime a sus representantes. Y el revocatorio planteado por peones rumiantes, excéntricos y adulantes, es un plan del régimen para obtener la legitimidad, que tanto añora y necesita.

Pensar en años más en manos de esta ignominia castrooficialista, es aterrador. La política de alianzas es determinante, se debe decir la verdad y dejar clara la posición. ¿Cabe algún tipo de pacto? ¿Se puede pactar con la delincuencia organizada interna y externa?, ¿con la izquierda castrista?, ¿con la ilegitimidad e ilegalidad?, ¿con quienes tienen precio por su cabeza?, ¿con quienes cedieron el territorio?, ¿con quienes no conocen el valor de la palabra empeñada?

Por ello es vital la implicación de los ciudadanos, exigiendo respuestas y penalizando farsantes. Pero la complicidad ha contribuido para que los políticos evadan responsabilidades. La verdad se ha desvalorizado, se da por hecho que en las campañas electorales se miente y está bien hacerlo. Consideran como virtud, el robo, la maniobra y el ocultamiento de la realidad. Se elogia la audacia de quienes manipulan las redes sociales con mentiras o medias verdades. Se valora únicamente la capacidad de ganar.

El deterioro de la práctica política, la renuncia de los ciudadanos a su compromiso y responsabilidad en defensa de la democracia, ha generado fuerzas que buscan destruirla.

Los partidos que antes atacaban al sistema desde afuera, disfrutan la rentabilidad de hacerlo desde dentro, con apariencia de respeto a las reglas. De allí, la importancia del contenido ciudadano, sobre todo en periodo de elecciones, demandando respuestas, desenmascarando impostores y escarmentando embusteros. Para que las elecciones, instrumento exclusivo y poderoso de las democracias, no terminen por ser inútiles y dándole alas al comunismo que arruina a Venezuela.

Un fantasma que no descansa

Un fantasma que no descansa

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Compatriotas peruanos, les expropiarán hasta la flor de la canela

@froilanbarriosf

El curso definitivo de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales peruanas ratifica la incomprensible decisión de inmolarse por parte de sectores de la población de este país andino. Creen en la falsa ilusión de cambio difundida por un candidato cuyas torvas intenciones van en una dirección diferente al rescate de la institucionalidad o la lucha contra la corrupción. 

El verdadero dilema de estas elecciones no se desenvuelve en la clásica disyuntiva institucional entre izquierdas y derechas, o centralismo vs. descentralización. Por el contrario, es un contexto aterrador donde se dirimen desenlaces capitales. Se decide entre barbarie vs. civilización, tiranía vs. democracia, libertad de expresión vs. delitos de opinión, libertad económica vs. saqueo estatal, derecho a la vida vs. masacres impunes.

Todo resumido en la postura primitiva del candidato puntero en las encuestas, cuyo ideario es próximo al régimen criminal de Corea del Norte o al de Maduro en Venezuela, lo que sepultaría la herencia republicana del Perú labrada tras dos siglos de historia.

Estos señalamientos no son suposiciones. Veamos el caso de Venezuela: este país culminó el siglo XX siendo la cuarta economía de América Latina, solo superada por Brasil, Argentina y México, para terminar en dos décadas del siglo XXI en la cola de las economías del continente.

La ruina es incontestable: desaparecieron 300.000 empresas privadas, cerraron 14.000 industrias, se perdieron más de 4.000.000 de empleos estables, la pobreza extrema alcanza al 71 % de la población y la pobreza en general al 94.6 %; suspendieron los contratos colectivos, desconocen la libertad sindical, persiguen a medios de comunicación y a periodistas, quebraron las empresas públicas, entre ellas PDVSA. Y hay un éxodo cercano a los 7 millones de personas que deambulan por el planeta, de los cuales 4.5 millones recorren los caminos de Sudamérica, lamentablemente discriminados en los países andinos.

El espejo del apocalipsis venezolano

Como caso, citamos la opinión reciente publicada el 24/5/2021 (El Nacional) de Aquiles Hopkins, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro). Este señaló que la destrucción del aparato productivo nacional, que desencadenó la crisis económica que padece el país, se inició con la expoliación de empresa Agroisleña.

«Considero que la crisis económica del país comenzó en la época en que el Estado se apoderó de Agroisleña. Se expropiaron 6 millones de hectáreas de tierra y también otras empresas emblemáticas para la producción nacional como Lácteos los Andes, Café Madrid o Fama de América. Allí comenzó la destrucción de aparato productivo nacional».

Finalmente señaló que «el caso de Agroisleña no se trató de una expropiación, sino de una expoliación, porque la empresa fue tomada por el Estado y nunca se canceló monto alguno a los dueños”.

Este saqueo económico y social de la otrora economía soñada de América Latina se perpetró en medio del arrase de todas las instituciones públicas. El puño de hierro del poder ejecutivo, tanto de Hugo Chávez como de Nicolás Maduro, secuestró los poderes públicos: legislativo, judicial, moral y electoral. Todo en nombre del socialismo del siglo XXI y de la defensa farsante de la soberanía nacional frente a los EE. UU. y la Unión Europea; aun cuando el país ha sido entregado, mediante el saqueo de sus recursos naturales y financieros, a las potencias extranjeras de Rusia, China, Turquía, Irán, Bielorrusia y al saqueador mayor, la Cuba castrista. 

De ocurrir semejante tragedia en suelo peruano no dudaría que, así como el son se fue de Cuba y el Alma llanera, los cantares y la típica alegría han sido extrañados de Venezuela, le suceda igualmente al pueblo inca con la mítica canción de Chabuca Granda La flor de la canela. A menos que la conciencia del pueblo peruano impida un nuevo apocalipsis en América Latina.

*Movimiento Laborista.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

#HistoriaDeMédicos | Cordones sanitarios del siglo XIX

Imagen: fragmento de la obra El triunfo de la Muerte (c. 1562) de Pieter Brueguel el Viejo, en Wikipedia, dominio público.

@eliaspino

En nuestro siglo XIX, el gobierno central no puede controlar las emergencias provocadas por el desarrollo de las pandemias. Sin presupuestos adecuados, pero también sin la autoridad capaz de imponerse en la vastedad de un territorio incomunicado, predomina una situación de dislocamiento que se tratará de describir a continuación mediante la muestra de evidencias a través de las cuales se pueden captar las limitaciones de la época, lo que tuvieron qué experimentar los antepasados para hacer la república que logra consolidación en el siglo XX. Veremos ahora casos muy elocuentes.

En 1832, los vecinos de Araira hacen patrullas para impedir la salida de sus habitantes, debido a que suponen la existencia de una epidemia de vómito negro cuya propagación deben impedir. Al enterarse de la situación, los miembros de la Facultad de Medicina de la Universidad de Caracas se quejan en la prensa, y piden al gobierno que envíe personas adecuadas para hacer la vigilancia. Pero no estamos ante un caso aislado.

Armados con palos, pistolas, cuchillos, machetes y lanzas, “gritando y amenazando en nombre del gobierno y de la Iglesia, haciendo guardias de madrugada a madrugada”, unos violentos sujetos se oponen a que los habitantes de San Francisco de Tiznados traspasen sus fronteras. El pánico provocado por las noticias sobre una peste, que han circulado en marzo de 1842, conduce a este tipo de desenlaces que no buscan la curación ajena, sino la salvación propia.

En 1853 ocurre un suceso parecido en Valera. Según informa Diego Bustillos, célebre médico de Trujillo, la aparición de la enfermedad llamada Tifus de América provoca el encierro forzado e ilegal de los valeranos. Pese a que no se trataba de un mal contagioso, en los aledaños organizan fuerzas para mantener a las personas dentro de la población y para que nadie del exterior pueda aproximarse. Las autoridades de los lugares limítrofes, “dejándose llevar de un celo exagerado, con sus acuerdos inconsultos negaron toda especie de recursos a un pueblo afligido y a un pueblo hermano, con quien se hallan ligados por los estrechos vínculos de religión, de política, de comercio y hasta de familia”. Así abunda sobre la situación el doctor Juan Nepomuceno Urdaneta, en pliego que envía a Caracas sobre los hechos.

Pero estos cordones sanitarios no eran infrecuentes, según el doctor Urdaneta. Asegura que, debido a los flacos presupuestos que apenas permitían un movimiento espasmódico e ineficaz de la administración pública, no pocos procuran la salvación a su manera. Seguramente las historias del sacrificio de pueblos enteros por el azote de una enfermedad, sobre la falta de médicos y sobre la pobreza de los hospitales, alimentan la sensación de vivir en un territorio mustio y agrio, y al entendimiento de la subsistencia como un milagro, o como un asunto privado o individual que habitualmente termina mal. 

Para ver cómo la gente procura entonces las salvaciones a su manera, veremos para terminar un documento suscrito por un grupo de habitantes de Barinas cuando reciben la noticia de que les cambiarán al médico por un juez. Escriben al presidente de la república, en un documento de 1839:

Los pleitos los podemos resolver, casi siempre por las buenas y a veces por las malas, entendiéndonos entre nosotros como siempre ha sucedido aquí. O séase que podemos ser jueces nuestros propios jueces naturales (sic), sin que se saque plata para emplear un señor que sabe lo que nosotros sabemos; la plata se necesita para pagar el Doctor, que en eso si sabe más que cualquiera, mientras los juicios pueden esperar en el tiempo sin que nadie se valla (sic) a morir por eso, pues la peste y las tercianas no son problemas de tribunal, sino del cuerpo.

En el esquema de las prioridades, los barineses de 1839 apuestan por la medicina. La justicia es una coyuntura que se maneja como se ha manejado desde antes y de la cual no se pueden esperar catástrofes de importancia. Se las pueden arreglar sin tribunales, apelando a las costumbres, a las influencias locales y quizá hasta al uso de la fuerza. En cambio, no se sienten capaces de enfrentar el reto de las epidemias y las fiebres. Son asuntos que requieren conocimientos especializados que no están a su alcance, o que, en casos como los que aquí se han esbozado, dependen de la arbitrariedad de los tumultos y de los llamados del pánico.

¿Tiempos superados? Sin las ataduras que deben controlar la imaginación del historiador, el lector del país de nuestros días puede opinar a sus anchas.

Alexis Rosas May 25, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Sangre en el viento

En cualquier país con un gobierno decente la regla es la vida y la excepción la muerte. Pero en Venezuela es al revés: la regla es la muerte y la excepción la vida. La gente muere porque no hay motivos para no morir. Muere a manos de la delincuencia o de los cuerpos de seguridad por igual. Muere de mengua como esos dos ancianos cuyos cadáveres fueron hallados en San Agustín, Caracas, o por comer en la basura como un hombre pobre de solemnidad y sus dos hijos en Anzoátegui.

La gente muere de coronavirus, como los médicos puestos a enfrentar la pandemia sin los equipos de bioseguridad adecuados. Muere de cáncer o por falta de diálisis en hospitales que están en terapia intensiva. Muere de día y muere de noche, a toda hora. Con una frialdad escalofriante los trabajadores apilan los cadáveres en las morgues como si estuviéramos en una guerra cruenta, interminable.

Nos estamos acostumbrando a la muerte como si estuviéramos parados en un charco de sangre, mientras en los labios del jerarca del régimen cabalgan palabras rimbombantes, escatológicas, preñadas de indolencia y de insolencia.

Como si en lugar de un país estuviéramos en una selva sin ley, donde el derecho se ha torcido y le ha dado al poder la facultad de hacer lo que le venga en gana sin responder por sus actos desmedidos, altisonantes, lombrosianos, con la complicidad de todo el Estado en su conjunto.

Los países que se acostumbran a la muerte no tienen vida y paso a paso van perdiendo los sentimientos y la solidaridad porque cada quien lucha por lo suyo en un «sálvese quien pueda» que al final no hará sino acabar con todos nosotros, lo que notamos al no perturbarnos ni indignarnos ante las penurias de nuestros compatriotas en países xenófobos donde los tratan como desechos humanos. Y al no conmovernos siquiera ante la indefensión de los niños inocentes echados a un mundo de sufrimiento instaurado para ellos por un sistema de gobierno que es la más macabra forma de muerte que existe.

Quizás por eso, porque vivimos en un síndrome de Estocolmo permanente con el régimen, nos hemos convertido en zombis adulantes incapaces de reaccionar ante la destrucción apocalíptica del país, sin servicios públicos, sin gasolina, sin salarios  decentes… sin vida.

El silencio de Dios

El silencio de Dios

Mientras hay quienes solo piensan en unas elecciones que no buscan sino cambiar las cosas para que todo siga igual. Entonces a lo mejor la culpa es de todos nosotros que nos dejamos hacer como mansos corderitos, y de nadie más. A lo mejor a la hora de buscar al enemigo deberíamos auscultarnos en nosotros mismos.

Hay sangre en el viento que nos salpica, mientras la muerte nos arropa, inmisericorde.

Por eso he dejado de leer las redes sociales por temor a encontrarme de pronto con la noticia de mi propia muerte.

¡Qué vaina!, ¿no?

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Orlando Viera-Blanco May 25, 2021 | Actualizado hace 1 mes
El viejo y el mar
El hombre es un animal raro y pocas cosas le resultan más agradables y disfrutables que presenciar -de lejos y de cerca- la épica de la derrota de otro…

 

@ovierablanco

Karl Popper desarrolla la tesis sobre la refutación de la predicción histórica en su obra The poverty of historicism (La miseria del historicismo). Agradezco a mi buen amigo, Álvaro Montenegro, poner nuevamente en mis manos estas líneas de Popper, de quien soy admirador y asiduo lector. Popper tiene una particularidad: su lógica de refutación constante de lo utópico, de lo metafísico, desmonta los símbolos y las metáforas para sobreponer el carácter racional, imprevisible, mutante –terrenal, agregaría- de la naturaleza humana (Nietzsche dixit en Genealogía de la moral).

En la misma línea, Hemingway refiriéndose a su obra maestra, El viejo y el mar, decía: “El viejo es viejo, el mar es mar y el pez espada, devorado por tiburones, es pez y sus depredadores, tiburones (…)”. El viejo no es “ave fénix”, el mar no es “el cielo”, ni el pez azul es muerte o los tiburones sus verdugos. No hay lírica. No hay alegorías. Es lo que es y ves. Así es la política. Realista. Frívola. Sin duda maleable pero difícilmente previsible bajo métodos históricos de paralelismos irreductibles. “No puede haber una teoría científica del desarrollo histórico que sirva de base para la predicción histórica.” (ob. Cit).

De la antigua Grecia a la guerra fría, y más

Ni Platón ni Aristóteles -los más clásicos- se hubiesen imaginado una guerra sin jinetes ni caballos, espadas ni ballestas. Desde la Ética nicomáquea hasta La república de Platón, los principios sobre la virtud o el buen republicano son impecables. Pero el historicismo trata de elevar esas virtudes a una predicción no cumplida: ni los hombres buenos evitan la caída de la república ni los malos están impedidos de tomar el poder. El tema es cómo revertirlo. Y llegó Maquiavelo y su príncipe…

Popper alerta: “El interés científico por las cuestiones sociales y políticas no es menos antiguo que el interés científico por la cosmología y la física. Hubo períodos en la antigüedad (pienso en la teoría política de Platón y en la colección de constituciones de Aristóteles) en los que parecía que la ciencia de la sociedad iba a avanzar más que la ciencia de la naturaleza (…) Pero con Galileo y Newton, la física hizo avances inesperados, sobrepasando de lejos a todas las otras ciencias…”

Las ciencias sociales no parecen haber encontrado su Galileo. Aquí quería llegar. Es que no pueden encontrarlo…

Hay muchos pensadores que tratan de emerger como los “Galileos” de las Ciencias Sociales. No los critico porque no escapo de ese vicio. El determinismo también es propio de la naturaleza humana. Pero no conduce a predicciones confiables. Podemos predecir la economía, el desplome de un edificio que no cumple con cálculos estructurales o una enfermedad fatal ante ciertas variables… Pero el mando no se anticipa -se obtiene o se pierde- si se cumplen “los mismos cálculos”, porque en el arte del poder, la variable humana es incalculable. Por lo tanto, en las ciencias políticas predecir es un ejercicio inexacto. Nos dicen qué hacer o por qué sucedió, pero no cómo sucederá… Ese ensayo (que es riesgo) es nuestro.

Las metáforas, las épicas, la Ilíada, o por otro lado, los propios datos o registros, tienen un mérito esencialmente inspirador, ilustrador. Y si sucede algo similar dejará de ser pronóstico, porque habrá sido un fenómeno nuevo… Y las ciencias sociales lo registrarán. 

Jaldún, pensador árabe -considerado padre de la sociología-, se preguntó en su libro Al Muqaddimah (Introducción a la historia universal) ¿por qué la todopoderosa Roma imperial fue arrasada por los rústicos pueblos bárbaros (477 d. C.)? Jaldún se retiró tres años a un remoto castillo en Argelia, y escribió su vasta obra que intenta dar una visión de conjunto sobre por qué ascienden y decaen las civilizaciones. Explica el pasado sin intentar predecir. Roma cayó cuando permutó cohesión (asabiyya) por disensión. Y los bárbaros pueblos germánicos la arrasaron. Sin embargo (los bárbaros), aun cohesionados, también fueron derrotados…

La caída del muro de Berlín y la Guerra Fría no son reeditables, como tampoco las revoluciones del pasado. La era de la internet de las cosas crea otros muros y océanos muy diferentes. El tema no es solo cohesión. Es disciplinada organización.

El futuro es hoy

Me gusta esta frase de mi querida amiga Thays Peñalver. La política es hoy. Los desenlaces los construimos hoy. Cualquier parecido a la realidad es pura casualidad. Nuestra épica es nuestra y será inédita, como inédita ha sido la destrucción del país. Insiste Popper: “No podemos predecir el curso futuro de la historia humana. Esto significa que hemos de rechazar la posibilidad de una historia teórica.” Visualizar salidas a partir de métodos históricos-comparativos puede ser un buen ejercicio de accountability (rendir cuentas). Pero cuidado. También puede ser un ejercicio falaz.

El Hombre es un animal muy raro…

Tiene razón Anthony Burguess: “el hombre es un animal raro y pocas cosas le resultan más agradables y disfrutables que presenciar —de lejos y de cerca— la épica de la derrota de otro (…). Y la cosa se pone mejor aun cuando la prolija narración de una caída está firmada por el inesperado vuelo de quien se pensaba tenía ya las alas rotas”. Por eso me gusta tanto Hemingway: es la conquista del viejo a la inmensidad del mar… No al revés.

El viejo es viejo, el mar es el mar y el pez es el pez… Venezuela es Venezuela, su pueblo es su pueblo y la libertad es la libertad. La alcanzaremos si vamos por ella. Aun con las alas rotas, sin profecías…

Creernos capaces

Creernos capaces

* Embajador de Venezuela en Canadá

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Cuatro mitos sobre el conflicto en Medio Oriente
Decidí elegir tan solo cuatro de muchos de los mitos que he leído en los últimos días sobre Israel y lo hago porque si algo sabe el pueblo judío es que las mentiras también matan y deben ser respondidas

 

@BrianFincheltub

Una vez alguien dijo que la primera víctima de una guerra era la verdad. Aunque esta frase fue pronunciada hace más de cien años, se aplica a la perfección a la reciente escalada de violencia en Medio Oriente. En los más de diez años que tiene mi columna de opinión, siempre he evitado escribir sobre temas que pongan de relieve mis creencias religiosas, no porque me avergüence de mi fe, porque por el contrario es algo de lo que más me siento orgulloso, sino porque viviendo en Venezuela, no quería darles a los intolerantes en el poder, la oportunidad de recurrir al insulto fácil.

En esta ocasión es diferente. Hoy escribo como judío, pero sobre todo como ciudadano libre que tiene un espacio que otros quizás no tengan para responder a la manipulación y sesgo que inunda actualmente las redes sociales y, tristemente, la mayoría de las agencias de “noticias” internacionales. Decidí elegir tan solo cuatro de muchos de los mitos que he leído en los últimos días sobre Israel y lo hago porque si algo sabe el pueblo judío es que las mentiras también matan y deben ser respondidas:

 Mito 1: “Se trata de un conflicto entre Israel y Palestina”

La primera de esta serie de manipulaciones pretende convencernos de que esto es un conflicto entre dos pueblos. Hoy la realidad es otra, se trata de un conflicto entre el Estado de Israel y una organización terrorista, así calificada por la comunidad internacional. Mientras el conflicto de Israel no es contra el pueblo palestino, la guerra de Hamás es contra Israel entero, contra el Estado judío que han jurado “desaparecer del mapa”, tal como lo expresan en su propia carta fundacional. Pero la guerra de esta organización terrorista es también contra todo aquel que no profese el islamismo radical, como lo demostraron con sus acciones en 2007, cuando, tras tomar el poder violentamente, asesinaron a más de 600 palestinos que se opusieron a su objetivo de convertir Gaza en un cuartel terrorista.

Importante destacar que al menos 700 de los más de 4000 misiles que han sido disparados por HAMAS en contra de Israel, han caído en el propio territorio palestino, asesinando hasta ahora a al menos 16 civiles.

 Mito 2: “Israel ataca”

Otra de las mentiras que busca presentar a Israel como el factor detonante de la violencia en la Franja de Gaza. Frente a esto es necesario reafirmar que Israel no ataca, Israel se defiende. Cada escalada bélica ha sido la respuesta de Israel a un ataque de Hamás no solo contra los judíos, sino el 20 % de su población árabe y demás minorías que también hacen vida en Israel. Sin embargo, uno se topa con muchas voces críticas que, sin conocer a profundidad el tema, desde Europa o los Estados Unidos critican las acciones emprendidas por el Estado israelí, a esas personas yo le preguntaría ¿qué pasaría si en la madrugada u otra hora del día el ruido de una sirena les advierte que su zona, su edificio, que la casa donde han vivido durante años es objetivo de un ataque con cohetes y pudiera desaparecer en solo minutos?

Mis familiares y amigos en Israel deben escucharlas hasta 40 veces por día y viven para contarlo gracias a la “Cúpula de Hierro” que se encarga de interceptar en el aire los misiles lanzados por Hamás. Ningún país del mundo toleraría que una organización terrorista lance contra sus centros residenciales más de 4000 misiles en apenas unos días sin consecuencias. Lo único que Israel hace es defender a su población y en el ejercicio de su derecho a la defensa se encarga que el menor número de civiles se encuentren en el blanco del ataque. Para que tengan una idea, ningún otro ejército en el mundo pone en alerta a los terroristas antes de atacar, Israel lo hace porque su objetivo no es matar civiles, sino neutralizar las amenazas que se ciernen contra su territorio.

 Mito 3: “Israel es expansionista”

Podemos leer una y otra vez que Israel se expande negando el derecho al pueblo palestino de existir. Esto es absolutamente falso. Fue precisamente Israel quien se retiró unilateralmente de la Franja de Gaza en 2005 teniendo como proyecto para la paz en la región la convivencia entre dos formas de organización política. Basta con ver el proyecto que tenía Israel pensado para la franja para ayudar a convertirlo en una zona de progreso.

Lamentablemente, ese no es el objetivo de Hamás ni de los enemigos de Israel. El territorio israelí representa MENOS del 1 % del Medio Oriente, pese a ello, sus vecinos, en su mayoría países hostiles y con sistemas claramente incompatibles con los valores democráticos, ven a Israel como una amenaza. Entre esos vecinos hostiles se encuentra Irán, quienes comparten con Hamás el objetivo de borrar Israel del mapa. Pese a que normalmente el régimen iraní no entra directamente en confrontación con Israel, su rol es de financiar a todas las organizaciones terroristas que atacan Israel.

 Mito 4: “La respuesta de Israel no es proporcional”

Es recurrente la pregunta ¿por qué muere más gente en la Franja de Gaza que en Israel? Porque Israel invirtió en sistemas de defensas mientras que Hamás invirtió en armas y cohetes. Israel protege a su población, Hamás la usa como escudo humano. La guerra de Hamás también es propagandística, cuando hay un número de mayor de bajas en territorio palestino, Hamás tiene más argumentos para justificar su agenda de violencia. Es absolutamente descarnado, pero lamentablemente así usa el conflicto Hamás. Para Israel cada vida cuenta, no se trata de elegir qué pueblo sufre más, sino de ver quiénes están interesados en proteger a su población y a quienes solo le interesa ponerla en riesgo.

Solo un ejemplo, alrededor de 700 de esos más de 4000 misiles disparados por Hamás en los últimos días han caído dentro de la propia Franja de Gaza y han matado a al menos a 16 civiles palestinos. Estos misiles son lanzados desde zonas densamente pobladas. En el derecho internacional humanitario, el uso de civiles como escudos humanos es un crimen de guerra.

Usted verá en los títulos de las grandes agencias de noticias “Israel bombardeó edificio en la Franja de Gaza donde se alojaban corresponsables extranjeros”, pero nunca leerá que en ese edificio funcionaba un cuartel de inteligencia al servicio de Hamás, desde donde se dirigían ataques hacia la población civil.

Es oportuno destacar una frase que dijo el embajador de Israel ante la ONU, Gilar Erdan, que ilustra una gran verdad: “Mientras Israel lamenta cada persona fallecida en esta guerra, Hamás celebra cada fallecido; si es Israelí celebra porque era su objetivo y si es palestino celebran porque lo usan para ganar compasión y apoyo internacional”.

Mientras escribía este artículo el cese al fuego fue acordado por las partes en conflicto luego de más de 11 días de violencia. Israelíes y palestinos merecen vivir en paz, una paz duradera, sin odios, sin el miedo ni el terror infundido por Hamás.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es