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Fundepro y su informe de presos políticos 2016, por Carlos Nieto Palma

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Siempre he pensado que una de las organizaciones más respetables en el trabajo de defensa de la situación de los presos políticos venezolanos es la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro); conozco su trabajo desde hace varios años y me consta la seriedad del mismo.

Recientemente presentaron su informe sobre la situación de los presos políticos en Venezuela en 2016 y hoy me quiero referir a varios datos de interés que allí encontré.

Fundepro establece tres tipos de presos políticos que es importante tomar en cuenta “1.- Presos políticos de conciencia, las personas que han expresado su oposición política al régimen o al gobierno vigente, de manera individual o en su calidad de miembros de organizaciones sociales, sindicales, políticas, estudiantiles, campesinas, defensoras de derechos humanos, entre otras, y en razón de ello han sido perseguidas y privadas de la libertad. 2.- Presos políticos por motivo de rebeliones armadas civiles o militares, las personas que se han alzado en armas con la finalidad de tomar el poder y derrocar el régimen constitucional y legal vigente, y en razón de ello han sido privadas de la libertad. 3.- Presos políticos víctimas de montaje judicial, que son aquellas personas que el gobierno de turno, en conocimiento de que son una oposición no abierta, pero identificada por este como de peligrosidad para su estabilidad, por razones de su liderazgo individual y/o por denuncias efectuadas por el mismo (siendo las responsables personas allegadas al gobierno), y en razón de ello son perseguidas, detenidas y sometidas a procesos penales con pruebas falsas, manipuladas o insuficientes. Estos son cada día más: activistas sociales, políticos, sindicalistas, estudiantes, intelectuales, empresarios, funcionarios públicos, quienes a su manera y desde sus propias trincheras de lucha representan las múltiples caras de la resistencia social y política, invisibilizadas sistemáticamente, gracias a las gestiones gubernamentales, a los ojos de la opinión pública internacional”.

Según este informe, el año 2016 se inició con 85 presos políticos y culminó el año con 114 tras rejas. 29 más que al inicio de 2016.

Fundepro dice que “a los presos políticos en Venezuela se les había concentrado mayoritariamente en los últimos 15 años en 2 centros de reclusión, considerados de máxima seguridad, como lo son las sedes de la policía política del país (Sebin, antes Disip), Cenapromil (cárcel militar), mejor conocido como Ramo Verde. A partir del año 2014 y debido a los acontecimientos de protestas masivas en todo el país, tenemos actualmente (hasta el 31 de diciembre de 2016) disgregados a los presos políticos en varios centros de reclusión, como son: Sebin, 49 (Helicoide/Caracas 45, Zulia 2, Puerto Ayacucho, 2; Ramo Verde 19; Comisaría PoliAragua, 13; cárcel Puente Ayala, 2; Tocuyito, 4; Santa Ana, 1; Rodeo, 3: Fuerte Tiuna, 3; Cumaná, 2; Cicpc-Mérida, 1; La Pica, 5; 26 de Julio, 3; DGCIM, 1); así como 9 en arresto domiciliario. En estos centros han tenido que convivir con la delincuencia común, lo que en algunos casos ha agravado la situación, ya que permanentemente algunos se han visto enfrentados a situaciones de riesgo”.

Fundepro en su informe de presos políticos venezolanos 2016 establece: “Debemos manifestar nuestra preocupación con respecto a una ausencia de políticas de salud, con relación a los procesados en causas de carácter político, ya que ha sido una constante por parte de los tribunales competentes que en caso de emergencia o notificación de algún padecimiento de carácter físico y/o psíquico solo ordenan el traslado de los mismos al hospital militar Dr. Carlos Arvelo, donde, si bien es cierto ofrece un apreciado servicio, se deja a un lado las solicitudes de los interesados de ser vistos por médicos de confianza en la certeza de poder tener una mejor atención y en tiempo abreviado, sin la necesidad de solicitar citas que pueden ser otorgadas meses después, ya que nos estamos refiriendo a un centro hospitalario público que además es reservado para un sector de la población, como lo son los militares y sus allegados, además de la política de Sebin de decidir si son trasladados o no a capricho de la institución cuando son ordenados los mismos por los distintos tribunales. Muchas han sido las oportunidades en que hemos denunciado esta preocupación de la ausencia de asistencia médica a los presos políticos venezolanos y lo que se ha convertido en una práctica burocrática de asistir una y otra vez ante los órganos jurisdiccionales que quienes para autorizar un traslado al médico esperan a que sea gravísima la situación antes de buscar una respuesta oportuna. Tan fácil que sería que cuando se acuda a reclamar el derecho a la salud para un procesado, tendría que asistir al juez de la causa ya que es a este a quien le compete hacer cumplir las leyes, y más aún cuando se tiene un defensor del pueblo, siendo este quien debe interceder en las relaciones de la colectividad y el gobierno, y entonces aquí solo tenemos que esperar a que se agrave la situación para que se pongan a trabajar o empezar a conocer sus competencias”.

Finalmente, Fundepro establece: “Si bien es cierto que cerramos el año 2016 con la liberación de 25 presos políticos como producto del llamado “diálogo”, no pasó mucho tiempo para agregar nuevas detenciones a las ya existentes bajo el marco de un recién creado Comando Antigolpe cuyo objetivo es “derrotar y acabar definitivamente con todos los vestigios del golpe de Estado oligárquico y de derecha”, según el presidente Nicolás Maduro.

Ojalá pronto todos los presos políticos venezolanos recobren su libertad, es el clamor y deseo de muchos.

 

El Nacional

@cnietopalma

 

Feb 20, 2015 | Actualizado hace 9 años
¡Lectura que aclara! por Gabriel Reyes

Lecturas

 

Todavía, y al igual que muchos venezolanos y ciudadanos de otras latitudes, no comprendo la dimensión exacta de la estupidez. Esa mórbida expresión de comportamiento insensato que nos conduce hacia el sendero de la irracionalidad y del desprendimiento del que debería ser el código de moral que iluminara el accionar del hombre público.

En momentos como este, siempre la lectura ha sido buena consejera, en especial, esa lectura inteligente de la obra de hombres y mujeres quienes con su claridad iluminaron e iluminan el entendimiento de los que no atinamos con el camino correcto.

José Ingenieros, argentino de nacimiento cuya obra tiene repercusión global y que resumió en su fértil existencia suficientes hallazgos de la condición humana y su proyección nos dejó en especial dos obras, de las cuales deseo compartir fragmentos. «El Hombre Mediocre» y «Las Fuerzas Morales».

Luego de su lectura abramos el debate que convierta la palabra en acción y que demuestre que contamos con las enzimas capaces de absorber las proteínas de este conocimiento. En su honor, Querido Hermano José Ingenieros!!

 

Fragmento de «El hombre mediocre» escrito en 1913:

 

«Cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad. El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida. Los gobernantes no crean ese estado de cosas; lo representan. El mediocre ignora el justo medio, nunca hace un juicio sobre sí, desconoce la autocrítica, está condenado a permanecer en su módico refugio.

El mediocre rechaza el diálogo, no se atreve a confrontar con el que piensa distinto. Es fundamentalmente inseguro y busca excusas que siempre se apoyan en la descalificación del otro. Carece de coraje para expresar o debatir públicamente sus ideas, propósitos y proyectos. Se comunica mediante el monologo y el aplauso. Esta actitud lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad. Los que piensan y actúan así integran una comunidad enferma y más grave aún, la dirigen, o pretenden hacerlo. El mediocre no logra liberarse de sus resentimientos, viejísimo problema que siempre desnaturaliza a la Justicia. No soporta las formas, las confunde con formalidades, por lo cual desconoce la cortesía, que es una forma de respeto por los demás. Se siente libre de culpa y serena su conciencia si disposiciones legales lo liberan de las sanciones por las faltas que cometió. La impunidad lo tranquiliza. Siempre hay mediocres, son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia. Cuando se reemplaza lo cualitativo por lo conveniente, el rebelde es igual al lacayo, porque los valores se acomodan a las circunstancias.

Hay más presencias personales que proyectos. La declinación de la “educación” y su confusión con “enseñanza” permiten una sociedad sin ideales y sin cultura, lo que facilita la existencia de políticos ignorantes y rapaces.»

 

Fragmento de «Las Fuerzas Morales» , obra póstuma del escritor: 

 

«La obediencia pasiva es la negación del deber. El hombre que dobla su conciencia bajo la presión de ajenas voluntades ignora el más alto de todos los goces, que es obrar de acuerdo a sus inclinaciones; se priva de la satisfacción del deber cumplido por el puro placer de cumplirlo. La obediencia pasiva es domesticidad sin crítica y sin control, signo de sumisión o de avilantez; el cumplimiento del deber implica entereza y valentía, cumpliéndolo mejor quien se siente capaz de imponer sus derechos.

Afirmar que el deber es social no significa que el Estado o la Autoridad puedan imponer su tiranía al individuo. El sentimiento del deber es siempre individual y en él se refleja la conciencia moral de la sociedad; pero cuando el Estado o la Autoridad no son la expresión legítima de la conciencia social puede consistir el deber en la desobediencia, aún a precio de la vida misma. Así lo enseñaron con alto ejemplo los mártires de la independencia, de la libertad, de la justicia. Cuando la conciencia moral considera que la autoridad es ilegítima obedecer es una cobardía y el que obedece traiciona su sentimiento del deber. Acaso sea ésta la única falla de Sócrates en la cárcel, si hemos de creer en la letra de su platónico diálogo con Criton,  donde el respeto a la Ley impone la obsecuencia de la injusticia.

La sociedad y el individuo se condicionan recíprocamente. Por el respeto a la justicia medimos la civilización de la primera; por austeridad en el deber valoramos la moralidad en el segundo. La fórmula de la justicia social es garantizar al hombre todos sus derechos, la fórmula de la dignidad individual es cumplir todos los deberes correspondientes. Los hombres nuevos deben perseguir ese equilibrio ideal. Quien siempre habla de nuestros deberes, traiciona a la justicia, pero mancilla nuestra dignidad quien predica los deberes que no son la consecuencia natural de los derechos efectivamente ejercitados.»

 

Amanecerá y veremos…

@greyesg

Ene 29, 2015 | Actualizado hace 9 años
Una dosis de “Gorilismo” por Gabriel Reyes

Cadenas

 

A esta hora, todavía desconozco el alcance real de la disposición de un ministerio y su carácter vinculante sobre los sorprendidos ciudadanos de un país cuyo gobierno se jacta de disfrutar de una democracia formal y que despierta las alarmas de la Opinión Pública mundial perfilándose como un Totalitarismo más en el libro de los atropellos de la historia latinoamericana. Esta disposición puede violar la Constitución Nacional y ¿no necesita de la aprobación del Presidente de la República?

Según su propia definición, el Ministerio del Poder Popular para la Defensa es un organismo del Estado venezolano encargado de coordinar, controlar, administrar y supervisar las operaciones y actividades de los 5 componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

En su misión, reflejada en el siguiente hipervínculo disponible en http://www.mindefensa.gob.ve/index.php/organizacion/mision aparece que:

«El Ministerio del Poder Popular para la Defensa es el máximo órgano administrativo en materia de Defensa integral de la Nación, encargado de la formulación, adopción,   seguimiento y evaluación de las políticas, estrategias, planes, programas y proyectos del Sector Defensa, sobre los cuales ejerce su rectoría de acuerdo con lo establecido en el Decreto con  Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Administración Pública; y su estructura interna será establecida en este Reglamento».

 

En el sector Defensa no existe el Orden Público como atribución específica. Eso es claro y determinante y corresponde al Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz tales atribuciones tal y como se refleja en su Misión. (Ver http://www.mpprij.gob.ve/index.php/joomlaspanishorg/mision)

Esta desafortunada disposición, emitida por el MPPD y publicada en la Gaceta Oficial N° 40.589 autoriza el uso de armas mortales contra protestas, desconociendo el artículo 68 de la Constitución Nacional vigente. Es que acaso, ¿el ciudadano ministro tiene el poder de revertir el efecto de la misma?

Les recuerdo que el mencionado artículo constitucional refiere que:

“Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establece la ley.

Se prohibe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas. La ley regulará la actuación de los cuerpos policiales y de seguridad en el control del orden público.”

 

Las manifestaciones pertenecen a los Derechos Políticos de los Ciudadanos, consagrados en los Derechos Humanos, universales, históricos, progresivos e irreversibles por definición. Entonces, qué significa esta amenaza al ejercicio de los mismos.

Ya el 24 de abril de 2014, la Sala Constitucional del TSJ había interpretado el artículo 68 de la Constitución Nacional indicando que:

 

“Cualquier concentración, manifestación o reunión pública que no cuente con el aval previo por parte de la respectiva autoridad competente para ello, podrá dar lugar a que los cuerpos policiales, (…) actúen dispersándola con el uso de los mecanismos más adecuados para ello”

 

 

Con este ejercicio tan peculiar de la interpretación, el TSJ acababa de criminalizar un derecho político de todos los venezolanos. Ahora, en menos de un año, no solo se corre el riesgo de perder la libertad, ahora se corre el riesgo de perder la vida …

Pero realmente, ¿qué significa esta medida? Significa que el gobierno necesita disuadir generando la matriz terrorista (produce terror en la colectividad) de que si cualquier ciudadano sale a la calle a protestar puede perder la vida.

¿Qué opina la ministra del MPPRIJ sobre este particular que evidentemente usurpa sus funciones inherentes a la administración del orden público?

¿Dónde está la guerra planteada para que sean los militares quienes se pronuncien?

Este anuncio tan importante es hecho como una disposición ministerial sin que el Presidente de la República emita opinión o sencillamente asuma sus funciones validando o descartando este lamentable desafuero.

No creo que los resultados sean los esperados porque para muchos es un acto de provocación, para otros es el reflejo desesperado de una situación de caos inminente, y para mí es un acto de “gorilismo”, tal y como lo refleja el afamado politólogo Norberto Bobbio en su Diccionario sobre Política.

Se suman ingredientes a una tensa calma que no le agregan valor a una situación que bien merece un espacio al diálogo y a las rectificaciones antes que a las amenazas.

Amanecerá y veremos…

@greyesg

 

 

El tema de la Gaceta Oficial N° 40.589, donde se Autorizan uso de armas mortales contra protestas, ha causo respuesta. Puede revisar más artículos relacionados a continuación:
– Así reaccionaron a autorización de armas mortales en protestas
– Briceño León: “Es una amenaza de muerte del ministro a los manifestantes”
– Punto por punto: la Gaceta que autoriza usar armas contra manifestantes
Ene 22, 2015 | Actualizado hace 9 años
¡Otro país! por Gabriel Reyes

OtroPaís

 

Con la perplejidad de quien no diferencia la ignorancia de la ironía amanece Venezuela sumida en una nueva realidad. Un escalón más en el caracol descendente que nos llevará a los sótanos más tenebrosos de la crisis política, social y económica.

 

Y es que la única frase cuyo análisis merece la atención de propios y extraños es la lamentable expresión proverbial de «Dios Proveerá» que en boca del vocero de un régimen autodefinido años anteriores como «marxista» y «socialista» (ergo ateo) luce como el salvavidas discursivo de un extraviado que ante el desespero de la incertidumbre apela al Ser Supremo invocando su milagrosa actuación.
Amanece una Venezuela diferente, que nace del análisis de lo que Maduro no dijo en su «discurso» de anoche. Un país quebrado que escucha como su viajero itinerante regresa de su «exitosa» gira sin mencionar medio dólar en empréstito, pero se llena la boca anunciando miles de millones de bolívares, todos a futuro, donde no hay para pagarle a los importadores el dinero que les debemos.
Una Venezuela devaluada, donde la infantil y a la vez perversa figura de un dólar a Bs. 6,30 sigue siendo anunciada para la importación de la desconocida pero muy reducida lista de insumos de supervivencia, mientras que el resto de la economía de un país que importa el 80% de lo que consume, gravitará entre un deslizante referente de Bs. 52 y la cotización que las perseguidas casas de bolsa de hace pocos años ofrezcan al mercado.
El titubeante discurso, repetido y agotado, que sin pudor repitió fragmentos completos del discurso del pasado sábado, mantuvo expectante al país que, resignado, esperaba con ansias el desenlace de unas medidas que nos aterrizara en el plano real del desastre que vivimos.
Populista y demagogo, aumenta el salario mínimo Bs. 25 diarios, con lo que ni siquiera el trabajador puede comprar un cafe pequeño, pero le atornilla el impacto de la devaluación e inflación como carga impositiva ineludible para quien hoy es exponencialmente más pobre que ayer.
No podemos olvidar la dosis represiva, argumentada en el tinglado infaltable del Estado Policial, que una vez más expone grabaciones maquiavélicas de personajes sin convocatoria que son vendidos como villanos capaces de destruir la «paz» que Maduro expuso como su principal logro en el 2014.
Nace un nuevo país, donde el concierto general de su sociedad es urgente y necesario. La crisis económica que repercute dramáticamente en la realidad social del venezolano ha desnudado nuestras carencias de proyecto alternativo que represente una opción para quienes no queremos mantenernos en esta montaña rusa de descensos compulsivos.
Hoy más que nunca necesitamos construir un nuevo país. ¿Qué sentido tiene un llamado a elecciones parlamentarias donde los poderes públicos no tienen injerencia alguna en la confección de las leyes porque el Poder Ejecutivo secuestra su accionar por la vía habilitante y donde la voluntad popular es diluida en artificios electoreros?.
La única agenda que prevalece en nuestro presente es la construcción de un sistema donde la sinergia del compromiso, la preparación y la entrega elaboren una opción diferente que motive el renacer de la esperanza donde la apatía, indiferencia o desesperación han hecho mella. Necesitamos un liderazgo fresco, donde los partidos políticos que representan el disenso despachen a las nefastas figuras hegemónicas que les restan credibilidad, y donde sin agendas particulares se levante un muro que contenga el exponencial empobrecimiento del venezolano.
Necesitamos construir un nuevo país, con nuevos líderes, con un solo discurso, donde quepamos todos, donde no exista la impunidad, donde se rescate la equidad y donde reinen las libertades individuales y colectivas que hoy han sido secuestradas entre el accionar perverso de una cleptocracia extraviada y la desesperanza aprendida de un «bravo pueblo» que debe rescatar la esencia de su himno nacional.
Gracias a todo lo que no dijo Maduro en su discurso, hoy comenzaremos a posicionarnos en este «otro país» donde en vez de comenzar de nuevo con las estrategias adaptativas que distinguen al venezolano deberíamos emprender el cambio de paradigma y la construcción de un futuro mejor para todos.
El futuro de Venezuela, de su economía, de su gobierno, de su gente, hoy es más incierto que ayer, pero si hace horas cuatro de cada cinco venezolanos queríamos un cambio, creo que hoy se despertó el quinto más convencido que el resto. Lo que nos queda es ponernos de acuerdo!!
Amanecerá y veremos…

@greyesg

«No hay camino fácil para la libertad en ningún lugar y muchos de nosotros tendremos que pasar por el valle de las sombras una y otra vez antes de llegar a la cima de la montaña de nuestros sueños.»

Nelson Mandela

Ene 13, 2015 | Actualizado hace 9 años
Los Viajes de Gulliver por Gabriel Reyes

Gulliver

 

Leía un artículo muy interesante sobre los ocho libros que no podíamos dejar de leer en nuestras vidas y me tropiezo con un título que no veía cercano hace 40 años. Todavía recuerdo cuando en una Navidad me lo regalaron y me lo devoré en una semana con la pasión de quien termina inmerso en tan emocionantes aventuras.

Hoy descubro que Jonathan Swift, autor de la obra, un ilustre libre pensador, escribió este libro, que en realidad son cuatro, en seis años para dejarle al mundo una enseñanza sobre la política de Estado y sobre el estado de los políticos. Entonces comencé de nuevo a leer los viajes de Gulliver, llamado originalmente, “Travels into Several Remote Nations of the World” o “Viajes a varios países remotos del mundo”, y encontré con asombro enseñanzas de un valor incalculable que decidí compartir con nuestros lectores.

Básicamente Lemuel Gulliver era un Aprendiz, un hombre que la fortuna sorprendió en un momento de su vida cuando él mismo no sabía lo que sabía pero que al ser designado como heredero en un cargo importante consideró que siempre se lo mereció y sin mayor preparación se embarcó en el primero de los viajes, el viaje a Liliput.

En ese primer viaje, el neófito no descifra el temporal que lo recibe y al igual que su tripulación ve naufragar su embarcación, amaneciendo atado por muchas cuerdas de pequeños hombres verdes. El es un gigante y los hombrecillos le obedecen pero no tarda en demostrar que no tiene clase ni formación. Se orina en los aposentos de la reina y entre unas y otras aventuras es expulsado y se embarca de nuevo a la mar, todavía sin saber ni siquiera hacia dónde se dirige.

Era inevitable un nuevo naufragio, esta vez en la isla de Brobdingnag, donde todos era mucho más grandes que él. Un campesino lo adopta y así sobrevive al ataque de las ratas entre otros hasta que la hija de este señor lo adopta, haciéndole la ropa, la comida y llevándolo en una cesta en su cintura. Entonces Gulliver se da cuenta que es un diminuto ser, sin importancia, que no tiene otro destino que seguir bajo los cuidados de la hija del campesino pero quien en un descuido con la caja donde lo transporta pierde a Gulliver en las garras de un águila que se lo lleva y lo deja caer al mar.

A su regreso a Inglaterra prepara un nuevo viaje y va a la isla voladora de Laputa donde todo es moderno, donde todo es diferente, donde una vez más siente que sus pretensiones de conocimiento no estudiado y deseos de protagonismo no entendido lo llevan por el camino de la amargura siendo arrestado para luego ser perdonado y devuelto a su país.

Entonces termina el libro con el cuarto y último viaje de nuestro personaje, el viaje al país de los houyhnhnms. A partir de aquí Gulliver parte como capitán de un navío. Sus hombres se amotinan, lo encierran en su camarote por largo tiempo y lo desembarcan en una tierra desconocida. Al llegar camina sin rumbo alguno, buscando algún alimento o agua, pero sin esperanzas de sobrevivir, pues en aquel país no se divisaba vida alguna. De repente es atacado por unos seres horrorosos, muy semejantes a los monos, conocidos en esta tierra como “yahoos”. Conoce a unos caballos sabios que le enseñan las únicas verdades y valores que aprendería pero debe marcharse porque todos consideran que es un yahoo.

Así termina la historia de quien por accidente quiso se protagonista de una épica sin héroe, de quien sin preparación ni conocimiento pretendió hipnotizar a las multitudes con un lenguaje chato y sin emoción. Que siempre quiso llevar el barco a puerto seguro pero en cada viaje había un naufragio, y que al final fue encarcelado por sus propios hombres por considerar que había traicionado las ideas originales.

Así termina Gulliver, el gigante enano, cuya mediocridad lo acompañó siempre a sortear peripecias en países lejanos, pero siempre regresó a su tierra con las manos vacías y las esperanzas puestas en un nuevo viaje, siempre estéril e improductivo.

Que grande fue Jonathan Swift en recordarnos que para ser importante nos debe importar lo que hacemos y que no es el cargo lo que nos da tamaño, es la manera cómo a partir de él somos útiles a los demás.

Comenzaré a leer otros libros infantiles que nunca fueron escritos para niños…

Amanecerá y veremos…

 

@greyesg

Ene 05, 2015 | Actualizado hace 9 años
2015: ¡Con el pie izquierdo! por Gabriel Reyes

NicolásMaduroenRusiaFOTOde@JacquelinePSUV

Foto: @JacquelinePSUV

En los estertores del 2014 algunas voces agoreras nos invitaban a proferir el «Feliz Año 2016» porque era entendido que el 2015 sería una suerte de momento apocalíptico. El optimismo de algunos y el pesimismo de otros no impidieron que el humor venezolano dejara colar en el discurrir de las doce campanadas cualquier suerte de invocación a lo sobrenatural para encomendarnos ante el fatalismo.

Ya había desarrollado Maduro, desde la magnánima Presidencia, el discurso más insólito que recuerde recientemente, anunciando unas medidas que no fueron anunciadas y que todavía para hoy 5 de Enero en horas de la noche, no se conocen.
Dos amagues de fluida verborrea, de pasajes repetidos y desgastados, de culpas repartidas por doquier, de verbos entusiastas de construcción de una gran Venezuela, por supuesto todos conjugados en tiempo futuro, se perfilaron como la introducción al anuncio de un viaje súbito y espasmódico. El presidente y su comitiva, entre quienes figura quien él anunció anunciaría las medidas se van a Rusia, China y países de la OPEP.
No hacía falta ser un gurú del análisis político para entender que la emergencia no atendía una agenda social. El gobierno de Venezuela necesita ayuda urgente de sus aliados, y comenzaríamos por Rusia, polo mundial donde el defenestrado canciller indicó que nuestra respuesta a USA por sus medidas sería acercarnos más al gobierno de Putin. A todas estas recibimos las imágenes de la reunión de nuestra distinguida comitiva donde se incluyen los principales protagonistas del Gobierno Bolivariano con las autoridades rusas. Dos detalles sobresalen en esta imagen: Mientras que todos los burócratas rusos utilizan traje oscuro y corbata nuestro presidente llega con un impecable mono deportivo, y mientras nuestro presidente, canciller y demás ministros toman sus asientos, enfrente no está el Sr. Putin, homólogo de Maduro, ni el canciller. Está el Vice canciller de Asuntos Exteriores. Entonces comienza la tarea del analista.
Rusia atraviesa en este preciso momento su propia crisis. Tiene una moneda devaluada, una economía castigada por la aventura de Crimea, un pueblo que desaprueba la gestión presidencial que pasó del heroísmo nacionalista a la angustia de una crisis doméstica verdadera. Y en este momento se aparece Venezuela, con todo su equipo a entablar conversaciones con su gobierno.
Rusia no pertenece a la OPEP. Produce cinco veces el crudo que Venezuela dice que produce. Tiene 20 veces más reservas internacionales líquidas que Venezuela. Paga su deuda externa con el 14% del PIB de un año y no depende del precio del crudo en un 98% como los ilusos viajeros que tratan de oxigenar las arcas derruidas de un barril sin fondo que ha sido vilipendiado sin escrúpulos por una oligarquía que ve como se le diluye entre las manos el apoyo popular que heredó del difunto Hugo Chávez.
Seguramente se anunciarán sopotocientos tratados comerciales, bélicos y diplomáticos con el gobierno de Putin, pero la verdad verdadera es que, de entrada, es poco lo que sacaremos de esta aventura.
Ni China ni Irán serán diferentes y regresaremos con muchos cuentos y anécdotas que una vez más adornarán el discurso variopinto de quien atribuye a las «disolvencias» internacionales el «hegemonismo» de los pelucones, de quien entiende el fracking como «una vaina loca» y quien sin chistar nos atornillará un recital de medidas «recaudatorias» sin parangón porque al final de la historia, para Venezuela no hay más dinero fácil!!!
Entonces armados de valor y llenos de entusiasmo con nuestro conuco que nos salvará de la crisis colocaremos todas nuestras esperanzas en ese fondo en Bolívares (Fuertes??) que se ha planteado para cambiar el modelo económico.
Este cambio supone que el anterior fracasó. Pero, ese no era el modelo del Comandante Eterno? Vuelven los peajes. Pero eso no era considerado neoliberal por el Padre de la Revolución?. La verdad es que no hay dinero y para sobrevivir harán lo imposible para exprimir el bagazo de una tierna fruta que lleva 15 años en el trapiche de la Revolución Bonita!!
En mi próximo artículo analizaré los escenarios inmediatos a los anuncios que nos anunciaron, el día que no se anunció nada, se anunciarían hoy!!
Amanecerá y veremos!!!
@greyesg
Dic 02, 2014 | Actualizado hace 9 años
Perdidos en el espacio por Gabriel Reyes

ViaL

 

El eufórico discurso pro palestino quedó en el mismo tintero inservible de muchas otras posturas, promesas y discursos generados por la retórica extraviada de quienes no encuentran un camino trazado y prefieren deambular haciendo trochas sin un rumbo ni destino conocido.

El capitalismo judío satanizado por el rojo discurso compró la deuda petrolera que República Dominicana había contraído con Venezuela a 20 años por el 41% de su valor. Esto revela la desesperación de quienes hacen aguas y creen que el pueblo es estúpido. La respuesta a una crisis estructural comienza a dar señales del convulsivo y espasmódico reflejo de decisiones como estas que atentan contra el Patrimonio Nacional y serán vendidas como logros de esta fatal gestión de improvisaciones disfrazadas de hazañas.
Nadie sabe por qué Dólar Today marca la pauta del dólar paralelo y de nuestra economía, pero lo hace, y el gobierno pensaba que impidiendo su acceso a través de los nodos de internet local enmendaría la plana. Otra pifia de quienes como perdidos en el espacio toman las decisiones más alejadas del objetivo. La consecuencia: Ahora todo el mundo tiene DólarToday hasta en las oficinas de gobierno, esas donde se debería tramitar la divisa oficial para los empresarios, y se utiliza como referencia del costo de oportunidad de la mordida burocrática.
Cuando Giordani se refirió, y seguro quedó corto, a los $. 25.000.000.000,00 entregados a empresas de maletín que a fin de cuentas se convirtió en un verdadero magnicidio de nuestras finanzas, algunos analistas aseguraron que el monto era mayor que el confesado por el nefasto monje. Hoy no hay dólares para los estudiantes en el exterior, ni para las medicinas, ni para nuestros equipos, ni para los alimentos. Quedan para los conciertos y otras extravagancias consistentes con la aventura de la ignorancia atrevida que se vive en Venezuela, pero para lo importante, para eso no hay.
Tratamos de dibujar la idea de un futuro incierto en medio de las tribulaciones de un presente convulso, de un camino sin destino cierto, sin una tripulación preparada, ni conocedora, armada de una verborrea anacrónica, de una ausencia absoluta de escrúpulos y de la necesidad de mantenerse en el poder porque entre la riqueza súbita mal habida con la que se regodean y el proceso judicial que les espera, deben hacer que la Revolución sobreviva a toda costa.
Pero los rojos no son los únicos perdidos en el espacio. Entre aventuras constituyentes, promesas parlamentarias y atajos infantiles, quienes sienten que representan al disenso democrático se reparten las preferencias de esa minoría de «afiliados y simpatizantes» cada vez más exigua a quien no los convencen con líderes desgastados ni con discursos altisonantes.
Los estudios de opinión serios más recientes son evidentes: La gran mayoría del país quiere un cambio, pero no cree en las opciones existentes. Cada día es más urgente un liderazgo emergente, sin cortapisas, sin el clientelismo partidista que atornilla a nefastos hegemones al frente de las cámaras y los micrófonos.
Venezuela necesita una causa que una a todos sus ciudadanos. Que nos permita recuperar la esperanza en un futuro diferente, en recuperar las libertades individuales y colectivas hoy extraviadas, en poner en práctica la igualdad de oportunidades para todos sus hijos y poder vivir en un país donde todos quepamos juntos como verdaderos hermanos.
Para esto debemos aterrizar, y rápido porque la nave deambula en las galaxias tripulada por dantescos personajes y tal vez pretendan relevarlos otros tantos de intereses no muy claros. Los venezolanos no queremos más perdidos en el espacio. Toquemos tierra con decisión y coraje. Si todos aceptamos el reto, no habrá quien nos detenga en la oxigenación del corroído tejido de nuestra desgarrada democracia.
Amanecerá y veremos…
¿Qué nos trae los últimos días del gobierno? Por Gabriel Reyes

Utimosdias

 

Sin lugar a dudas es menester de cualquier analista político mantenerse en estado de vigilia ante los sucesos que ocurren en su entorno más cercano.

En Venezuela, resulta complicado el análisis estructural porque la agenda es tan convulsa que obliga a la revisión continua de hitos coyunturales con lecturas que pueden extraviarse entre el amarillismo de sectores interesados en expresiones superlativas y la indiferencia de lectores pasivos, presos de la desesperanza aprendida los últimos años de luchas estériles.
Por esto es necesario detenerse en los últimos días del gobierno y revisar los hechos con la sinergia que nos permita detectar la construcción de agendas paralelas, otras encontradas o en algún caso específico la omisión intencional de la política de la desinformación.
Los últimos días del gobierno se han caracterizado por la represión selectiva a usuarios de redes sociales, ante la ausencia del conflicto en la calle, pero esta idea no es un hecho aislado. A mi juicio se corresponde a un estadio más avanzado de mecanismos que garanticen el silencio en cualquier escenario donde el disenso político tome protagonismo. Este hecho no ha sido percibido como muy relevante, pero significa en sí mismo la transición de la oposición real, de la resistencia activa, hacia la inevitable clandestinidad que identifica a los regímenes de democracia precaria o ausente.
Los últimos días del gobierno han exhibido a un presidente activo, en alocuciones muy frecuentes, pero con el semblante desgastado de quien sufre los rigores de una crisis real, con la sensibilidad irascible de quien no es capaz de construir espacios plurales de diálogo y entendimiento en un momento de exigencias unilaterales de lealtad a toda prueba.
Los últimos días del gobierno han demostrado la ineficiencia de una política económica anacrónica, ineficiente y devastadora, que castiga los bolsillos de los venezolanos, último reducto de quienes con impuestos pretenden alimentar las alicaídas arcas de un tesoro en ruinas. El signo monetario ha sido el emblema del naufragio de un esquema perverso de rígidos controles que sólo han favorecido la cleptocracia galopante de las empresas fantasmas receptoras de la esperanza del venezolano que alimenta bonanzas nauseabundas en otros horizontes.
Los últimos días del gobierno se han caracterizado por la preparación demagógica del discurso populista y no menos absurdo de hacerle creer a los venezolanos que el aumento de la gasolina es para financiar misiones populares, que los consejos comunales dispondrán de dólares y que las leyes generadas de una habilitante perniciosa son para el beneficio del soberano. Configurando escenarios de aceptación para la arremetida de una crisis que es precedida por la frase de «Navidades Felices», irónicos episodios de cinismo exacerbado que no pueden ser digeridos por un pueblo que no consigue comida ni medicinas y que ve cómo su exiguo salario cada vez más mínimo se diluye ante la voracidad de la implacable inflación.
Los últimos días del gobierno han reafirmado la innegable transición del modelo pretoriano del difunto hacia el verde tutelaje de quien con aumentos de salarios y mayor espacio de poder civil espera mantener complacidos a los «ciudadanos en uniforme» como llamaba Adenauer, a los garantes de la Democracia, en tiempos convencionales.
Aumentar 45% el salario de todos los militares y 15% el salario mínimo del resto de los trabajadores exhibe una infinita pobreza de criterio que adorna la definición de una clase social privilegiada, de una estirpe plutocrática de beneficiados que groseramente marcan la diferencia en su tránsito por nuestra sociedad.
Los últimos días del gobierno han servido para comenzar una purga sin precedentes, apartando figuras claves y de confianza del difunto del centro de toma de decisiones, pretendiendo oscurecer el brillo de cualquiera que refleje la tenue luz de una gestión aceptable. El castigo al disenso interno es una tragedia griega. El ostracismo al que ha sido condenado el sector del chavismo que se atrevió a criticar el ejercicio de una gerencia pública desorientada y con mañas, hace de la Marea Roja un reducto en franco crecimiento donde se reproducen exponencialmente los chavistas que no son maduristas.
Los últimos días del gobierno no han podido lograr los espacios de entendimiento con una oposición atomizada para enfrentar con niveles de polarización política controlada el embate de una crisis económica que impactará el ámbito social más temprano que tarde.

De manera que quien analice los últimos días del gobierno encontrará muchos problemas sin resolver, otros emergiendo en el panorama de lo desconocido y unos, no menos importantes, que aparecerán en la medida en la que la respuesta a la crisis sea la represión.
Existen mecanismos totalmente constitucionales para descifrar las grandes crisis y en la medida en la que esta se generalice pueden saltar talanqueras los personajes que activan las válvulas que achicarían las turbulentas aguas que la marea trae consigo.
Los últimos días del gobierno nos han demostrado que ni en medio de una crisis como la descrita los opositores que representan a los partidos políticos han sido capaces de construir un discurso de esperanza, una fórmula de cambio posible que permee en la sociedad, que suba cerros y escale las cabezas de los millones de venezolanos atormentados que no ven luz al final del túnel y que temen de ver alguna que sea un tren en sentido contrario.
Amanecerá y veremos…

@greyesg