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Impacto

File photo of Cuban President Castro attending May Day parade in Revolution Square

 

No nos equivoquemos de enemigos: detrás de esta inmundicia está Fidel Castro, el socialismo revolucionario y la escoria de nuestra barbarie: ya es tarde para lavarse las manos. El mal está hecho. The rest is silence.

No me enorgullece pertenecer al exclusivo y escasísimo grupo de los venezolanos que hace ya 22 años y más de 4 meses, el 4 de febrero de 1992, vimos con absoluta claridad que la felonía de los comandantes Hugo Chávez Frías, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta Hernández, al mando de oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas de la república venía a abrir los portones de la barbarie, arrastrando tras de sí la insólita irresponsabilidad de políticos, académicos, empresarios, jueces, fiscales, filósofos, financistas, periodistas y toda la fauna de la indigencia cultural e intelectual del país. Y que, al final de ese sórdido viaje al corazón de nuestras tinieblas, Venezuela volvería a ser el cuero seco del que hace un siglo y medio se quejara nuestro ilustre americano.

Me asombra pensar que, en rigor, angustiados por la gritería de las montoneras y la barbarie, se expresaran entonces tan pocos venezolanos, escasamente contables con los dedos de una mano. Recuerdo a Manuel Caballero, antimilitarista de nación; a Luis Ugalde, cívico hasta la médula de sus huesos, y a Juan Nuño, porfiadamente republicano. Del resto, jolgorio, entusiasmo, fanatismo o tibiezas. Los que no podían aprobar un golpe de Estado por elemental ética profesional, como José Ignacio Cabrujas, respondieron con verónicas de ingenio o generoso reparto de culpas. Pero en el fondo de sus corazones eludieron asumir con virilidad, lucidez y coraje la defensa de la institucionalidad democrática, con la que no sentían la menor solidaridad. Que, por pervertida que estuviese, servía de tajamar a la barbarie apenas contenida tras cuarenta años de esfuerzos y la quiebra moral de sus propios constructores, como el doctor Caldera, de tan triste y ominoso desempeño en las horas cruciales de la república.

Que pretendiendo descerrajar los portones de Miraflores el golpismo vernáculo rompía el débil hilo constitucional, abría la Caja de Pandora de nuestras infamias y se daba inicio a un nuevo ciclo de la historia de Venezuela, fue tan evidente para quien no tuviera anteojeras crematísticas o ambiciones políticas que asombra que venezolanos de la mayor seriedad y cultura no corrieran a ponerle atajo al salvaje río de la barbarie. ¿O alguno de ellos creyó que detrás de un charlatán cruento, demagogo y ambicioso como el teniente coronel habría algo más que la docena y media de malandros, pistoleros y facinerosos que hoy, tras catorce años, detentan los poderes del Estado?

¿Quién que tuviera un elemental conocimiento de la estirpe y raza de nuestros militares podía creer que de estos cuarteles podía salir algo más que estupros, crímenes, desaforada ambición y una corrupción de dimensiones cósmicas? De entre el cuerpo de espalderos que lo acompañaran en el golpe de Estado, que llevaron lluvias y tormentas a la intemperie resguardando al capo di mafia –que Chávez jamás fue otra cosa– ya sobresalían 2 personajes que muertos de hambre pero con una pistola al cinto se encumbrarían a las alturas del poder y la riqueza hasta superar cifras de 10 ceros en dólares. Y pululando en sus entornos los tiburones arribistas que saquearían los bienes públicos por miles y miles de millones de dólares. Sin otra utopía que alcanzar las cimas de la podredumbre moral, pero suficientemente travestida con todos los símbolos de la fortuna y la riqueza.

Veintidós años de proceso y una serie sistemática, creciente e ininterrumpida de estupros para venir a dar a este vertedero de basura material y moral. ¿O creen Jorge Giordani, Hans Dieterich y los ofendidos y humillados de www.aporrea.com y sus intelectuales y voceros que se pueden esfumar 30.000 millones de dólares en un abracadabra? Bien dice el refrán que más vale tarde que nunca. Pero de allí a poner el grito en el cielo cuando los súbditos en palacio limpian las migajas, restos y huesos del festín, los comensales disfrutan de lo mal habido lejos de la miseria de los cerros que multiplicaron y los cadáveres se pudren en los callejones de la miseria, hay un trecho insuperable. Macbeth dice contemplando sus manos que de limpiárselas en un océano, lo entintaría en sangre. Es la sangre que cubre la conciencia nacional sin visos de dar vuelta la página.

No nos equivoquemos de enemigos: detrás de esta inmundicia está Fidel Castro, el socialismo revolucionario y la escoria de nuestra barbarie: ya es tarde para lavarse las manos. El mal está hecho. The rest is silence.

 

@Sangarccs

El Nacional 

Yeannaly Fermín Jun 27, 2014 | Actualizado hace 10 años

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La alta jerarquía roja comienza a dar muestras de agobio, el discurso luce cada día más ajado, las ojeras de los principales, los mandamases, cada día más marcadas mientras las señoras del régimen empiezan a exhibir sus trapos comprados en las capitales de los centros del capitalismo mundial, como si aprovecharan las últimas oportunidades para exhibirse en las pasarelas gubernamentales. (Cuando ya estaba cantada la caída de la monarquía absolutista francesa, Luis XVI y su corte insistían en tapar el espectro de la insubordinación del pueblo llano, exagerando más aún los afeites y las pelucas con la que se acicalaban para distraer la tormenta que se les venía encima).  Nuestra aristocracia roja vive ensimismada, apertrechada en sus mansiones, derrochando a puertas cerradas los recursos de la nación. De boca en boca pasa la noticia de la boda planificada en Aruba sin reparar en gastos, los bautizos son babilónicos y las cuentas bancarias tiemblan ante el escrutinio discreto pero seguro al que están sometidas. Sienten el acoso y lo quieren disipar mostrándose juntos, abrazándose, riéndose ante las cámaras, sin darse cuenta que mientras más se muestren despreocupados y parlanchines en público, más se apila la rabia en las bases del partido, entre los que creyeron desde la primera hora y ven como todo se les convierte en inflación y carestía. Ya nada es igual, transpiran dentro de sus camisetas rojas los militantes chavistas que van quedando.

Por eso el III Congreso del PSUV, pautado para este año, se ha convertido en un fantasma que nadie en las alturas de la burocracia roja quiere convocar por el temor de lo que pueda traer consigo: no digamos un tsunami revolucionario, más bien un revolcón donde más de un bigote preciosista y calva abrillantada pueden salir despeinados.

No hay entusiasmo, los llamados a congregarse tienen el ímpetu de las lenguas muertas, las consignas se desploman descascaradas de las paredes. Mientras más nombran al caudillo difunto, más se hace evidente el contraste, el fiasco de la impostura, la falsificación del original. Los cuadros medios, los veteranos de otras batallas, se preguntan: ¿Cómo llegamos a esto? Hasta los modositos intelectuales engordados en la IV y macerados en la V se preguntan hasta cuándo le durarán los viajecitos y los viáticos para ir a Madrid y a París a ver a los nietos. Los gobernadores suenan sus flautas de pan, mientras amuelan sus machetes a la medida del pescuezo de sus contrincantes. La carta del monje  encendió las alarmas, simplemente por decir en voz escrita y pública lo que todo el mundo comenta para sí en los pasillos del partido rojo: el equipo que confiscó la memoria del difunto, está acabando con todo. Pronto hasta el Cuartel de la Montaña, sepultará en escombros a su morador. Es tanta la torpeza y la desidia.

Como aperitivo para el III Congreso, Maduro alertó contra las «fuerzas disolventes» y pidió lealtad: «Llamo a la máxima lealtad, llamo a la máxima disciplina. Jamás duden de mí, yo soy un hombre del pueblo». Entonces está claro, alguien duda, alguien se mueve demasiado inquieto en la silla, alguien hace guiños cuando habla, alguien ya no le cree. Son los eventuales disidentes que ya han sido denunciados antes de aparecer. Los inoculados con el veneno de Giordani y Navarro que podrían explotar en el Congreso. Habrá mordaza y represión de ideas, pero esta vez contra los suyos, a nombre de una igualdad que todos saben que no existe, que está cercada por decenas de motos, guardaespaldas y blindados, para que no se acerquen las fuerzas disolventes del pueblo.

En quince años se han hecho ancianos en el poder, todo lo que tocan se corroe, todo lo que pronuncian se torna en ceniza. Los suyos ya los calaron y cada carné -chimbo o no- identifica a un potencial traidor. Han querido segregar a medio país que se les opone, y no lo han logrado. ¿Lograrán aplastar a la parte del país que una vez creyó en el hombre que los ubicó en el poder y ahora desconfía de ellos?

La decadencia roja está cargada de temores.

 

@JeanManinat

El Universal 

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La carta publicada por Jorge Giordani, ex ministro de Planificación, el 18 de junio, generó un estallido dentro de las filas del PSUV. Los primeros que manifestaron su apoyo por diversos medios fueron Héctor Navarro, Víctor Álvarez, Ana Elisa Osorio y Rafael Isea, quienes enfatizaron la importancia de la autocrítica y coinciden en la falta de medidas contra la corrupción. Por otro hubo críticas contra el texto epistolar del funcionario más longevo del chavismo: Eleazar Díaz Rangel aseguró que debió enviar la carta en privado a Nicolás Maduro  y Juan Barreto lo calificó de desleal.

Ricardo Sánchez Silva

@ricardosanchez

 

El autor

Jorge Giordani: ex ministro ministro de Planificación. Conocido como “el monje”.

 

El destinatario

Nicolás Maduro: presidente de Venezuela, quien recibe críticas dentro de las filas del chavismo por los resultados de sus políticas económicas.

 

El replicante

Héctor Navarro: ex ministro de Educación y Energía Eléctrica. Fundador junto a Giordani del Grupo Garibaldi, cercano a Hugo Chávez desde que estaba recluido en Yare. Ex miembro de la Dirección Nacional del PSUV.

 

Los suscriptores

Víctor Álvarez: ex ministro de Industrias Básicas y Minería, economista e investigador del Centro Internacional Miranda.

Ana Elisa Osorio: ex ministra de Ambiente, vicepresidenta del Parlamento Latinoamericano sección Venezuela, miembro de la Dirección Nacional del PSUV.

Freddy Bernal: integrante de la Dirección Nacional del PSUV y diputado a la Asamblea Nacional por la tolda roja.

 

Los detractores

Eleazar Díaz Rangel: Director de Últimas Noticias.

Juan Barreto: periodista, ex alcalde Metropolitano y director del partido Redes.

 

 

SORDERA PRESIDENCIAL

 

JORGE GIORDANI:

En su carta afirma que la última vez que se reunió con el ex presidente Chávez fue en un Consejo de Ministros el 20 de octubre de 2012. Posteriormente se le hizo imposible darle un segundo documento, el cual hablaba de “la necesidad de asumir la gravedad de la situación planteada y las medidas que se estaban considerando luego del triunfo electoral del 7 de octubre de 2012”, así que en enero del año pasado se lo entregó a Nicolás Maduro. El primer documento, que trataba el aumento del endeudamiento del país en moneda extranjera, a diferencia del segundo, asegura que fue entregado al fallecido presidente y tomado en cuenta positivamente. En su carta dice que el distanciamiento con Maduro inició con su primer reclamo “por la interferencia de unos asesores franceses en la operación del ministerio de Planificación y Finanzas”.

 

HÉCTOR NAVARRO:

Asegura que Giordani realizó intentos para que el presidente Maduro lo recibiera con sus planteamientos sobre  “muchos problemas y vías de acción”, a algunos de los cuales proponía solución, pero nunca le abrió las puertas de su despacho. Tampoco obtuvo ningún tipo de respuesta u observación.

 

VÍCTOR ÁLVAREZ:

Publicó una lista de reflexiones en su cuenta de Twitter sobre la crítica dentro del seno del PSUV.

4)Gobernar desde la arrogancia e intolerancia frena el pensamiento crítico como proceso social y lo reduce a sacrificio de mártires

— Víctor Álvarez R. (@victoralvarezr) junio 25, 2014

 

CORRUPCIÓN

 

JORGE GIORDANI:

Cuenta que desde el anuncio de nuevas medidas económicas con la toma de posesión de Maduro, vino un “aluvión de gastos” que lo hizo dudar sobre la aplicación de lo que él había propuesto, por lo que su dirección estuvo marcada por la lucha anticorrupción promovidas por el presidente Chávez antes y después de su elección”. El ex ministro de planificación devela que se “inició una oleada de grandes gastos” justificados con el “Gobierno de Calle, decididos sin estudio previo, improvisados de hecho”.

 

HÉCTOR NAVARRO:

Se pregunta si realmente es Giordani un traidor por denunciar temas de corrupción como la asignación de dólares a empresas de maletín. En tal sentido, habla de un deber revolucionario que debe ponerse en marcha cuando está en riesgo la Revolución.  “¿Es que no va a haber respuesta a las denuncias de Giordani? ¿Nos conformaremos con señalarlo como traidor y en consecuencia no discutiremos la denuncia sobre la presencia del «grupo francés» y lo que se estaba negociando a espaldas de los intereses de la república?”.

 

Por otra parte, cuestiona el hecho de que “la derecha” aplauda la salida de Giordani, lo que  a su juicio se relaciona con el beneficio “a la larga” de esta tendencia política, provocado por las equivocaciones del país en sus políticas económicas.

 

ANA ELISA OSORIO:

También se pronunció a través de su cuenta de Twitter con un exhorto al castigo de los “traidores de la revolución”.

 

Exhortamos a la AN qué desempolve la Ley contra la corrupción y se castigue a los corruptos:Esos son los grandes traidores a la Revolución.

— Ana Elisa Osorio (@Anaelisaosorio) junio 25, 2014

 

 

FREDDY BERNAL:

Citó al ex presidente Chávez, quien ya había declarado en 2011 que existía “corrupción infiltrada” dentro del PSUV.

Chavez: «La corrupción está infiltrada en el PSUV. Vamos a COMBATIRLA Y DERROTARLA! http://t.co/KTttAwl0lc

— Freddy Bernal (@FreddyBernal) junio 20, 2014

 

DESLEALTAD AL LÍDER SUPREMO

 

JORGE GIORDANI:

Confiesa que desde que se realizó el anuncio del nombramiento de Maduro como sucesor de Chávez, “comenzaron a observarse modificaciones en cuanto a la direccionalidad del proceso bolivariano, a la viabilidad económica financiera inmediata por efecto de la creciente dependencia de los ingresos petroleros”.

HÉCTOR NAVARRO:

Afirma que en tiempos de Chávez la situación fue diferente, ya que Giordani afrontó  momentos difíciles junto al fallecido presidente “sin titubear, a diferencia de muchos otros a los cuales no sólo no se les ha calificado de traidores, sino que además se les ha premiado”.

 

VÍCTOR ÁLVAREZ:

Asegura en Twitter que la crítica dentro del seno del PSUV no debe ser visto como traición.

9)Crítica constructiva también hay q hacerla desde el poder, en lugar de exigir lealtad absoluta y acusar al pensamiento crítico de traición

— Víctor Álvarez R. (@victoralvarezr) junio 25, 2014

 

RAFAEL ISEA:

Dice en su carta que la ausencia de reflexión “conduciría a la división y debilitamiento de las fuerzas revolucionarias. No se debe confundir la crítica con conspiración, ni la lealtad con sumisión”.

El Comandante Chávez nos enseñó a debatir con tolerancia. Ese es parte de su legado http://t.co/64qDKcJeIA

— Rafael Isea (@Isea_enContacto) junio 25, 2014

 

REACCIONES EN CONTRA DE LA CARTA DE GIORDANI

 

ELEAZAR DÍAZ RANGEL:

En su columna dominical del 21 de junio en Últimas Noticias aseguró que Giordani  debió enviar la carta directamente a Maduro. “¿Por qué no fue discreto y hacérsela llegar a sus manos al propio presidente Maduro, a quien ataca desconsideradamente, como si fuese poca la andanada que ha estado recibiendo desde que asumió el poder?”. También escribió que anteriormente el ex ministro de planificación había sido removido de su cargo por Chávez “y guardó silencio durante dos años, ¿Por qué no lo hizo ahora?”.

 

JUAN BARRETO:

En una entrevista concedida el 25 de junio de 2014 a Unión Radio consideró normal las reacciones de Giordani y Héctor Navarro, en el contexto de la crítica y autocrítica, que a su juicio tienen tiempo realizándose. Sin embargo, tildó al primero de  desleal. “El profesor Giordani ahora sale con esto, que es muy grueso, al decir que le falta liderazgo al presidente (Maduro) y eso es desleal porque si estuviste al lado de esa figura cuando fue vicepresidente, presidente encargado, durante la campaña electoral y durante un año y dos meses de gobierno y ahora  te das cuenta y lo sales diciendo en una carta y eso le quita incluso brillo y valor a su crítica”.

 

Vea también: Link a línea del tiempo de Giordani

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Señores de la Mesa de la Unidad y otros, en especial, Ramón Guillermo Aveledo, Henrique Capriles, Leopoldo López, María Corina Machado, Julio Borges, Henry Ramos Allup, Roberto Enríquez, Omar Barboza, Andrés Velásquez y Gabriel Puerta Ponte. Estos son los políticos de partido, pero ya es hora de que se construya un bloque que incluya a personalidades de la sociedad civil, cuidadosamente seleccionadas y suficientes, que tengan una visión informada de lo que realmente sucede en el país. Para eso deben hurgar no solo en el mundo de la academia, sino también en los sindicatos y líderes populares. La idea no es construir una asamblea. Los que me conocen saben que siempre he preferido a grupos pequeños, representativos e informados, a una agrupación que pretenda incluir a todo el que tenga un discurso para, inevitablemente, terminar en una rebatiña por tomar la palabra con muchos oradores y pocos resultados.

Es la hora de convocar a la unidad antes de que el país se desplome y se imponga una dictadura represiva que ya ha enseñado las uñas. Lamentablemente, sus víctimas, muertos y torturados han sido jóvenes estudiantes universitarios. Pero también se ha desatado un hampa peculiar que muchas veces parece que mata por placer. Este desastre de 15 años ha destruido la moral pública. Desde la tribuna presidencial y desde la Asamblea Nacional se actúa irresponsablemente al acusar de magnicidio a personas que en su vida han manejado un arma ni conspirado para matar a nadie. Ese discurso desata el odio y hasta sugiere el uso de las armas y la violencia para resolver conflictos. Las brigadas motorizadas criminales son el resultado de un régimen que no habla sino de gobierno cívico-militar, que nombra a oficiales activos en posiciones que corresponden al sector civil y se definen como una revolución armada. Ha destruido la economía, ha impuesto la corrupción como sistema, en lugar de las licitaciones honestas. Da risa, si no fuera tan trágico, que Giordani diga, en su famosa carta, que Pdvsa se consolidó y acabó con las concesiones. El gran planificador no sabe que la estatización de la industria petrolera, bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez y la dirección de Valentín Hernández, a quien la historia le debe un justo reconocimiento, terminó, antes de que se vencieran, con las concesiones. Hernández era un profesional que se ganó el respeto de todos. Simplemente compárenlo con el actual ministro de Petróleo.

Ante esta tétrica situación no caben medias tintas. Aquí hay que decidir, sin muchos remilgos, si se está dispuesto a esperar que este gobierno concluya, a fuerza de represión, su periodo constitucional o si se diseñarán planes para que, por mecanismos constitucionales, se anticipe su salida. Esta, en el fondo, es la decisión crítica que hoy acosa a la oposición. Si no se pueden poner de acuerdo en la respuesta, no habrá unidad y se dividirá en dos bloques la fuerza opositora.

Mi opinión, aunque nadie me la haya pedido, es: 1- Este régimen no tiene un líder que pueda imponer las medidas políticas, económicas y sociales que se requieren para revertir el desastre. 2- Creo que está demostrado que el diálogo no vale la pena, por la razón dada en el punto anterior. 3- Esperar hasta 2019 tiene muchos peligros, entre ellos: a) Si la situación se vuelve insostenible, como seguro sucederá, hay peligro de un golpe militar que puede resultar en un remedio peor que la enfermedad. b) Para mantener la “calma” aumentará la represión y, lo más grave, es: c) De aquí a 2019 el régimen cambiará el sistema político y el electoral. Gobernadores y alcaldes perderán sus poderes. El país se dividirá en zonas militarizadas con comunas que responderán directamente al Poder Ejecutivo. Si hubiera elecciones serían de segundo grado, con las comunas eligiendo los poderes públicos.

No creo que debamos esperar a que “esto” pase.

 

Alberto Quirós Corradi 

El Nacional 

 

“Vacío de poder”. Eso fue lo que dejó Chávez y que no ha podido llenar Maduro. Según el exministro Giordani, el gurú del socialismo del siglo XXI, estamos en el limbo. En pocas palabras, aquí no hay gobierno. Padecemos de una crisis de gobernabilidad. Y pensar que para mantener el control del poder se llegó a desbancar y comprometer la salud financiera del país.

Lo confesó Giordani así: “Se trataba de la consolidación del poder político como un objetivo esencial para la fortaleza de la revolución y para la apertura de una nueva etapa del proceso. La superación se consiguió con un gran sacrificio y con un esfuerzo económico y financiero que llevó al acceso y uso de los recursos a niveles extremos que requerirán de una revisión para garantizar la sostenibilidad de la transformación económica y social”.

Eso constituye un delito, no solo de Giordani sino de todos los que participaron de esa estrategia, porque es indebido manipular los fondos públicos con estos despropósitos. Giordani delata los hechos de corrupción. Eso no es nuevo, lo advirtió el año pasado cuando aseguró en declaraciones registradas por todos los medios lo que se estaba haciendo en Cadivi. Eso lo replantea en esta carta: “Atacar la corrupción frenándola por un nuevo control de los grandes fondos del Estado”.

Pero Giordani sabía que esa “fiesta seguía” porque la lista las empresas de maletín y los más de 25.000 millones de dólares mezclados en los bolsos de un elenco de empresas fantasmas nunca se hizo pública. Pero la línea trazada desde Cuba era visible: “La preservación y desarrollo del legado de Chávez”. Los asesores franceses también fijaron su posición, eso igualmente está al desnudo, en pelota, a la vista de todo el mundo. Pero Giordani vuelve a evidenciar su obsesión cambiaria en las subastas de dólares, justo antes de llegar al llegadero.

La política del chivo expiatorio tiene como trofeo a Giordani. Pero está claro que Giordani tiene responsabilidad. Eso es obvio. Un total de 16 años diseñando, dirigiendo, apañando la política económica fracasada del gobierno, lo convierten en cómplice necesario. Ahora bien, él es uno más del gran circo, las coordenadas maestras las trazaba el jefe, siempre bajo consulta previa en Cuba. Desde luego que los asesores de Maduro aconsejarán convertirlo de la noche a la mañana en el único responsable, y a mi modo de ver es un error.

Insisto, Giordani formó parte de un equipo liderado por Chávez y teledirigido desde La Habana. El gran responsable de la desgracia que vive el país es quien autoritariamente impuso a su equipo de áulicos la política económica que tiene a Venezuela en el abismo.

La crisis interna del gobierno que reventó con la salida de Giordani es apenas la punta del iceberg de un conflicto de intereses viciados, que ya es inocultable y que dará, más temprano que tarde, con lo que queda de lo que pomposamente llamaron el socialismo del siglo XXI. Lo que corresponde a Maduro y sus defensores no es apelar a la lealtad, sino explicar dónde están los 100.000 millones de dólares del Fonden, los 25.000 millones de dólares de Cadivi, los 18.000 millones de dólares que, en los últimos 3 años, han sido transferidos a Cuba en convenios, acuerdos, donaciones y regalos, todos subrepticios y que nadie conoce.

“Los polvos trajeron estos lodos”. No hay milagro que salve a este gobierno de la debacle, mucho menos echando sobre los hombros de Giordani la única responsabilidad del desastre político-económico de la mal llamada revolución, y que está plasmada en lo que llaman el Plan de la Patria, que es la continuidad del legado de Chávez.

 

 

@alcaldeledezma

El Nacional

Yeannaly Fermín Jun 26, 2014 | Actualizado hace 10 años

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El mal gobierno es de Maduro, pero el mal modelo político es de Chávez. Hace falta un nuevo gobierno decidido a salir de este desastroso modelo político, antes de que se hunda el país. Operación urgente y riesgosa. Maduro se quemó con la fórmula cubana-dictatorial y perdió la oportunidad. Nada ayudan la creciente represión y la invasión militar de la Asamblea Nacional, del Banco Central, de una docena de gobernaciones y de decenas de institutos y ministerios, ni la multiplicación de intrascendentes enroques ministeriales. La causa del fracaso no está en ninguna conspiración, ni magnicidio, sino en el modelo político dictatorial.

Sacaron a Giordani y pueden cambiar a Maduro con la fórmula Emparan: No me quieren, pues “yo tampoco quiero mando”. Este primer cambio no vendrá de la oposición, sino del instinto de conservación, viveza y de cierta sensatez, de aquellos del gobierno decididos a cambiar el reaccionario modelo cubano por el “revolucionario” brasileño o uruguayo, para decirlo de alguna manera. Un nuevo gobierno para evitar el estallido, desmontar ilusiones y emprender la difícil recuperación económica y social, que arranque con inequívocas señales de cambio y garantías constitucionales nacionales e internacionales. Luego vendrán otros gobiernos con cambios más amplios pactados para llegar a encauzar democráticamente el país. El nuevo gobierno chavista arrancará aplausos de muchos, resistencia de algunos “revolucionarios” y callado beneplácito de otros, por las medidas de libertad para todos los estudiantes, alcaldes y demás presos políticos y despenalización de la oposición.

Más difícil será enfrentar la carestía, improductividad, inflación y empobrecimiento, con decidida apertura de negociaciones que conduzcan a la superación de la terrible crisis socioeconómica (todavía creciente) y al rescate pleno de la democracia, con fortalecimiento de las banderas sociales y programas efectivos que sustituyan mentiras oficiales sobre la superación de la pobreza. Combate frontal de la ineficiencia, corrupción e incompetencia gubernamentales, que son monumentales y transformación del pobrísimo nivel de gestión pública, entendiendo que lo público no es sinónimo de estatal y estimulando y exigiendo más la dimensión pública de toda la sociedad. Rescate de la democracia con la separación de poderes públicos y selección democrático-constitucional para los cargos, eliminando la criminalización de la oposición y el uso del Poder Judicial para perseguir a los opositores y absolver a los amigos. Combate integral contra la violencia y la inseguridad y cultivo del reencuentro nacional.

La oposición tiene que bajarse de la nube que remite el cambio para 2019 y también de los voluntarismos inmediatistas. Con su presión vendrán elecciones adelantadas, pero antes hay que conquistar un CNE nuevo, constitucional y creíble. Urge una oposición actualizada sincerada con la realidad a julio 2014, unida con el sufrimiento del país con la única obsesión de recuperar la democracia, con justicia social y productividad. No merecen gobernar quienes no son capaces de tomar en serio las necesidades de la inmensa mayoría. Alternativa democrática unida, sin equívocos, dejando de lado las aspiraciones enanas de sus parcialidades; que ahora no se mete en gobiernos de transición, pero los exige y valora los pasos del gobierno para desmontar el disparate suicida del modelo.

Es la hora del pragmatismo en los pasos para salvar el país. La transición española requirió que un falangista de toda la vida (Adolfo Suárez) se diera la mano con el comunista que hizo la guerra (Santiago Carrillo) y que ambos tuvieron el valor de aceptar ser tachados de traidores por los suyos. La democracia venció pacíficamente a Pinochet con apoyo de militares aliados del dictador que apostaron por la transición. En Venezuela no habrá cambio democrático sin apoyo militar, pero la nación no va a aceptar pasar de un militarismo con envoltorio democrático a otro más descarado.

Conclusión: estos son sueños y, como dice el poeta, los sueños sueños son. Pero hay diversas clases de sueños: unos son fugas ilusas, otros, premoniciones y otros –como el de Martin Luther King (I have a dream)– se convierten en una formidable fuerza interior que moviliza a millones para superar exclusiones y lograr esperanzas. Escoja usted.

 

Luis Ugalde 

El Nacional 

aqui y ahora

 

La revolución está viviendo momentos amargos. Esto parece ser hoy en día el  tema de discusión y análisis más importante habiendo desplazado a las inquietudes sobre la visión que muchos tienen sobre el destino de la oposición  democrática.

Claman por cambios de rumbo estratégico en el corto plazo para evitar no el  colapso del país, por cierto logrado con magistral diligencia, sino el derrumbe del  sueño del Comandante Chávez y de una buena cantidad de fieles seguidores que pusieron sus esperanzas en esta utopía latinoamericana.

Esos cambios de rumbo estarán signados por múltiples desafíos y retos internos al  tener que dejar de lado muchas convicciones que marcaron el actuar  revolucionario y que hoy en día las circunstancias los obligan a desechar. Lo que  está en juego para quienes apoyan la Revolución es la continuidad de la misma y el mantenimiento de los privilegios vinculados al poder.

Por ello se alzan muchas voces que piden cambios en la Revolución con un propósito fundamental: recuperar su capacidad de generar expectativas para lograr de nuevo consolidar una amplia mayoría. Pero ahora la tarea es mucho más compleja y no cuenta con el líder mesiánico que la impulsó.

Esto se traducirá en la necesaria implementación en el corto plazo de medidas pragmáticas que procurarán revertir los desórdenes macroeconómicos que probablemente tendrán algunos éxitos limitados.

Saben que en la actual crisis quien mas pierde es el gobierno porque el pase de factura es inmediato y directamente proporcional al deterioro en las condiciones de vida y esto no es factible revertirlo en el corto plazo sino se desecha por completo el modelo actual.

Si algo se ha entendido es que lo que hagan “ aquí y ahora” será el factor decisivo que les permitirá recuperar la popularidad hoy muy disminuida por lo que se están viendo obligados a rescatar los valores capitalistas que para muchos significa el fin del modelo surgido del laboratorio de Giordani y avalado y aplaudido por muchos que hoy intentan desvincularse del mismo. Necesitan recuperar la sintonía con las aspiraciones de las mayorías y esto parece estar directamente vinculado con la sensación de bienestar y de mejoría hoy día inexistentes.

Quieren y desean resultados rápidos que reviertan la tendencia y para esto el modelo debe ser sustituido por uno progresista, de libertades y oportunidades, que premie la eficiencia y los valores.

Muchas de las propuestas que deben ser implementadas “aquí y ahora” y que en la visión del gobierno son un cambio de rumbo estratégico para evitar la  destrucción de la revolución, parecen haber sido extraidas de algunas de las  propuestas de la oposición en las últimas elecciones por lo que resulta paradójico  que sea el gobierno post chavista (que no de oposición al menos por los momentos) quien vaya a llevarlas a cabo. Cosas veredes….

Aún cuando podemos presumir que se tratará de una colcha de retazos y no de cambios estructurales, no pensamos que esa labor la pueda llevar adelante el gobierno sin el apoyo del resto del país, por lo que la oposición democrática tendrá un rol muy importante no sólo porque el gobierno la necesitará de aliada sino porque tendrá una oportunidad única para recordarle a los venezolanos las consecuencias que generó el fracasado modelo para que la historia no permita su repetición y enterremos de una vez por todas la utopía chavista. El aquí y el ahora es también fundamental para la oposición y de nuevo la Unidad será un factor indispensable para consolidar en el corto plazo la mayoría requerida.

La transición está en proceso, nos toca darle un empujón, deslastrándonos de muchos juicios sin que ello signifique renunciar a los principios pero tendremos que actuar con mucha inteligencia y con altísima consciencia que nos permita evidenciar el fracaso del modelo, apoyar los cambios indispensables y consolidar la mayoría necesaria para convertirnos en la próxima alternativa.

 

@malarcia

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Sabía que lo iban a sacar y, tras 12 años como ministro, se preparó. Facturó con un meditado “Testimonio ante la historia”. Tan duro fue el impacto de la despedida de quien convenció al difunto Chávez de sus ideas desde los remotos días de Yare, que ya la artillería enchufada lo llama traidor y que ha motivado una incomprensible declaración de uno de los más pesados entre los pesados, el presidente de la AN: “Si yo me voy de la revolución, me iré en silencio”. Promesa con amenaza. No es que no se irá nunca, es que si lo hace será callado. Omerta revolucionaria, como quien dice.

Cuenta el saliente su viaje junto al Comandante desde Yare, “un intenso vínculo (…) ideológico, personal y programático”. Lamenta que su enfermedad cortara el vuelo del proceso. Le duele y lo alarma que el Presidente no transmite liderazgo. Cree necesario “romper con la percepción de corrupción en el manejo” de Fonden, Fondo Chino, Tesorería y los bancos Exterior e Industrial. Desmiente la versión oficial de que el difunto estuvo despachando casi hasta antes de morir, como se nos dijo.

Pero, de todo, lo que me sigue pareciendo más revelador es la admisión de que medidas que se nos han vendido como la médula del buen vivir en el socialismo del siglo XXI no eran más rentismo crudo para superar “el desafío del 7 de octubre de 2012, así como las elecciones (de gobernadores) del 16 de diciembre de ese mismo año”. La plata para la Seguridad Social; el gasto público para mejorar alimentación, electricidad, agua, combustible, transporte, consumo masivo y vivienda, no eran parte de un proyecto sino populismo, demagogia. Para eso se endeudó Pdvsa y el país, se sostuvo un tipo de cambio para importar barato aunque destruyera la producción nacional y se metió un dineral en empresas públicas deficitarias para salvar empleos públicos y sueldos “en el corto plazo”. Un inmenso daño al país entero que le impone la inflación más alta de Latinoamérica y escasez de todo, que hipotecó a Venezuela para mantenerse en el poder.

La carta sin destino del hasta hace poco poderoso ministro, y las predecibles respuestas que apuntan a convertirlo en chivo expiatorio de esas políticas fracasadas y, sin embargo, defendidas como exitosas en cadenas, alocuciones y mensajes gratuitos y obligatorios de conformidad con la Ley Resorte, son una gigantesca, tardía y, sospecho, inútil Misión Pilatos, con la cual los responsables de este desastre quieren lavarse las manos y seguir enchufados como si nada.

@aveledounidad

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