Luis Cotté y José Graterol @LaPizarraDelDT_
IMPULSADO POR la localía, Brasil propuso un juego de presión extendida para recuperar lo más rápido posible el balón. Como a lo largo de la competencia, volvió a hacerse ancho desde lo posicional, para atacar por adentro.
Argentina opuso intensidad en la marca, ocupó los espacios y, con la pelota, buscó construir de manera asociada, con Lionel Messi retrocediendo para hacer contacto y atraer la atención para liberar a sus compañeros.
Pero en el encuentro entre Brasil y Argentina ocurrió una particularidad. Muy lejos del juego en sí: Bolsonaro salió a saludar en el medio tiempo y hubo casi paridad de abucheos y apoyo de forma unísona.
Durante mi estadía en suelo brasileño me fui preguntando ¿cómo es posible que Bolsonaro haya ganado las elecciones? Un tipo homofóbico y en un país casi en su totalidad católica. La dudo estuvo siempre presente y claro, tuve que preguntar a quien pudiese.
Muchas de las respuestas eran tanto positivas como negativas. Algunos simplemente decían que estaban cansados de los mismos políticos y él era uno nuevo y por eso lo habían elegido. Cansados de la corrupción de gestiones anteriores, vieron en Bolsonaro un cambio. Otros no estaban de acuerdo con sus pocas políticas sociales y aún menos con sus discursos que dividen a la nación.
Aun así, no tenía respuesta a la pregunta ¿por qué? Bolsonaro ha hecho comentarios homofóbicos en más de una ocasión, promueve complicadas leyes inmigratorias y además es evangélico y de extrema derecha.
Entonces ¿cómo alguien evangélico y de extrema derecha, en un país en su mayoría católico pudo llegar a la presidencia?
Respuesta compleja de responder. Sin embargo, queda claro que el país está totalmente dividido. Unas de las explicaciones que me dieron desde una favela es que justamente ahí reina el evangelismo, siendo estas entonces la mayor población votante, se inclinaron para el ahora presidente brasileño. Además, también está la teoría de que muchos buscaron en él un nuevo político sin un pasado “oscuro” o al menos no tanto.
Aun así, al menos para mí, se me dificulta entender como las favelas, siendo pobres en su mayoría, pudieron apoyar a un gobierno de derecha con pocas políticas sociales.
El partido
Retomando las acciones del juego, en la primera mitad, con apenas 16′ minutos el combinado brasileño se fue arriba en el marcador, cuando Gabriel Jesús recibió un centro, desde el sector izquierdo. No tuvo más que pegarle con el empeine y rematar firme para quebrar el cero y poner en ventaja al anfitrión por 1 a 0.
La Albiceleste tuvo el empate en la cabeza de Sergio Agüero, pero el travesaño se lo impidió. Messi siguió desequilibrando, pero no llegó al empate. Finalizó el primer tiempo y el Mineirao de Belo Horizonte era una fiesta.
(Entra Bolsonaro) (Abucheos) (Sale Bolsonaro)
Al comienzo del segundo tiempo, Lautaro Martínez desperdició una buena oportunidad con un remate a las manos del guardameta Alisson Becker. Volvieron a llegar con un remate de De Paul, que se le fue alto.
Los dirigidos por Lionel Scaloni jugaron mejor que Brasil en la segunda parte, pero solo le faltó concretar las chances que generó. El palo ayudó a Alisson tras un remate de Messi, que en el rebote volvió a tomar la pelota y se le fue afuera.
Los brazucas esperaron y consiguieron el segundo. Roberto Firmino recibió un pase de Gabriel Jesús a las 26′ de ese capítulo final. La empujo contra la red y estampó el 2 a 0. Así, consiguió la tranquilidad y comenzó a jugar mejor.
El ecuatoriano Roddy Zambrano juez del partido, no estuvo a la altura de las circunstancias del clásico Argentina-Brasil: no supo controlar las fricciones y falló en dos jugadas decisivas del compromiso.
Ahora, la canarinha es la primera selección clasificada para final. Espera entre peruanos y chilenos la gran final que se disputará el 7 de julio en el Maracaná. Mientras que Argentina también esperará su rival para disputar el tercer lugar de esta Copa América 2019.