¿Quién quiere ser gringo? por Carlos Dorado
¿Quién quiere ser gringo? por Carlos Dorado

 American-Flag

 

Vi una película que me hizo reflexionar: Gerónimo. Este mítico personaje, fue uno de los últimos Apaches americanos que con un grupo de unos treinta indios, se resistió a abandonar sus tierras para ser trasladado a una reserva india en Florida. Él no entendía por qué tenía que abandonar sus tierras para dejárselas a los “Ojos blancos” y ser recluido en un espacio llamado “reserva”

Sus límites siempre fueron el cielo y la tierra, y su libertad según él, al igual que sus tierras, nunca tuvieron límites, debido a que ellos eran las tierras y las tierras eran ellos; y no entendía lo que buscaba el “ojo blanco”, al querer ser dueño de las mismas, cuando no era capaz de ser parte de ellas.

El General americano, encargado de la rendición de Gerónimo y su tribu, no podía entender cómo un indio pretendía frenar el desarrollo de la civilización, por un concepto absurdo de libertad, tierras y propiedad. Gerónimo decía que teniendo libertad, ya se tiene todo, por lo cual ya no necesita nada más.

El diálogo durante toda la película es muy intenso, y de una gran profundidad de pensamiento. Al final, y después de resultar casi imposible su captura, el General envía a un “ojo blanco” que gozaba en épocas anteriores del aprecio y la admiración de Gerónimo, con la promesa de que el traslado de su tribu a Florida iba a ser por un período máximo de un par de años, mientras preparaban una gran reserva en la tierra de los Apaches. Gerónimo le contesta que se va a entregar, porque no puede seguir viendo a su pueblo morir de hambre, de frío, perseguido constante y agresivamente por un enemigo: el “ojo blanco”, poderoso, organizado y sin corazón.

Cuando se entrega, se dan cuenta tanto Gerónimo, como el amigo en quien confió, de que ambos habían sido engañados por el General, quien al ser interrogado por su enviado sobre la razón del engaño, le respondió: “La soberanía y el futuro de una nación está por encima del concepto de libertad de un indio”

Hoy quizás los descendientes de Gerónimo puedan tener un apartamento en alguna ciudad de Florida, y un carro (todo pagado a crédito), y a lo mejor también irán a comer hamburguesas a McDonald’s; pero no tendrán la libertad que quería Gerónimo, quien antes de morirse en la reserva de Florida, tras veinte y dos años de cautiverio, dijo: “No fui maltratado físicamente, y hasta diría que me trataron bastante bien; pero me dieron el castigo más grande que se le puede dar a un hombre: sacarle el corazón y dejarlo vivir”

Hoy quizás seamos los indios del siglo pasado; y nuestra tierra junto con nuestra libertad, tengan que pasar a formar parte de una tierra que le dé paso a la globalización. Una etapa  caracterizada por el uso masificado de la tecnología, donde se ha logrado acortar los tiempos y acercar los espacios, y donde “supuestamente” se derogan normativas, para incentivar la libre circulación de bienes y personas; y convertir el mundo en una aldea planetaria, donde no haya naciones, fronteras, sino un único orden mundial.

Sin embargo, cuando veo las colas para pedir una visa, los trámites para lograr una residencia, y el trabajo para conseguir un pasaporte de otro país, me pregunto: ¿Dónde está la Globalización? ¿No será que esta globalización nos está convirtiendo en los Gerónimos del futuro? ¿Por qué cambiar nuestras tierras por un apartamento en Florida? ¿Por qué no luchar para mejorar la nuestra?

“No fui maltratado……pero me sacaron el corazón y me dejaron vivir”  ¿Quién quiere ser gringo?

 

cdoradof@hotmail.com