Luis Ugalde, autor en Runrun

Luis Ugalde S. J.

Luis Ugalde S. J. Ene 16, 2024 | Actualizado hace 1 mes
Yo tengo un sueño
Al fracaso reinante que nos despoja en la quiebra, lo derrotaremos unidos con el gran acuerdo de salvación nacional guiados por la Constitución

 

Hace 60 años, en agosto de 1963, Martin Luther King reveló la fuerza transformadora de los sueños cargados de verdades humanas fundamentales. En una marcha multitudinaria en Washington contra las cadenas seculares de la discriminación racista, el líder negro liberador invitó a compartir su sueño y convertirlo en una fuerza espiritual indetenible: I have a dream, “Yo tengo un sueño, sueño que mis cuatro hijos vivan un día en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel”. Ese sueño, portador de la más radical verdad, prendió el fuego inapagable en millones decididos a afirmar su humanidad sin fronteras y construir el mundo soñado.

Con el nacimiento del año nuevo en cada venezolano despierta un sueño. Tal vez no nos atrevemos a volar con él, pero soñamos un 2024 de CAMBIO. Cambio de la muerte que arrastra Venezuela a la vida que necesitamos y podemos. No importa el color político, los venezolanos más diversos y enfrentados amanecemos unidos en el silencioso clamor por el cambio.

Lo nunca visto en Catia

Lo nunca visto en Catia

No dudo de la buena fe de muchos que hace un cuarto de siglo sacudieron la política reinante, porque querían que Venezuela se abriera a quienes sufrían la exclusión. Pero luego de 25 años de “revolucionario” disfrute y manoseo del poder, es terrible el resultado: destruido el servicio público de salud, maltratada la educación pública en todos los niveles, con millones de niños con solo dos días de clase a la semana y educadores que no reciben sino 10 % de lo necesario para vivir y con más de la mitad de los centros educativos en condiciones físicas lamentables.

Miles de empresas cerradas y en fuga por el irresponsable “exprópiese”, otras arrebatadas por el Estado y no pocas en quiebra. En 8 años el producto nacional perdió el 70 % y la hambreadora inflación venezolana alcanzó en el 2023 el primer puesto mundial. Millones de desempleados y subempleados rebuscando para sobrevivir y 7 millones de venezolanos obligados a buscar su vida en países extraños, porque aquí no hay lugar para ellos. La Venezuela, antes considerada “rica”, está en la indigencia con el salario mínimo más bajo de toda América Latina, con el debate público silenciado por imposición del monopolio excluyente del partido “socialista”, con persecución y presos políticos y la libertad de los medios de comunicación social secuestrada por la sola y única verdad oficial. Hasta la gasolina, el agua y la luz se nos esconden…

No voy a seguir con esta letanía de desastres, pues tengo la convicción de que los venezolanos, militares y civiles, conocemos y sufrimos este cuadro de destrucción catastrófico que solo se da en las peores posguerras. Por eso todos queremos CAMBIO. Nadie (ni de un lado ni de otro) se resigna a que sus hijos queden condenados a la “no vida” actual. Todos tenemos un sueño de nueva vida, aunque nos parezca casi irrealizable.

Al comienzo del año lo importante y necesario es descubrir que ese sueño mío es de todos, y que treinta millones de venezolanos estamos unidos en el mismo sueño. La oportunidad y el reto de este año es hacerlo realidad, pasando de “yo tengo un sueño” a “nosotros tenemos un sueño”.

Este año 2024 es privilegiado para la vida política y para el CAMBIO que toda Venezuela necesita y anhela. Basta con que tomemos en serio la Constitución (unos y otros, los que la hicieron y los que se opusieron) y que renazcan liderazgos políticos renovados y centrados en el único y difícil reto: el CAMBIO DEMOCRÁTICO. Millones de venezolanos nos encontramos en la encrucijada electoral, esperanzados y dispuestos a hacer valer el voto unido en la candidatura de cambio, como expresión de la voluntad soberana de su sufrimiento.

Elecciones libres y competitivas y al mismo tiempo acuerdos por encima de las locuras vividas en las últimas tres décadas en las que nos excluimos unos a otros. Nosotros tenemos un sueño. Este paso del “yo” al “nosotros” es la clave del resurgir nacional y es lo que tenemos que defender los civiles y los militares por encima de pequeñeces partidistas que nos han traído a la ruina.

No es solo un buen deseo, es la esperanza y la responsabilidad común luego de escoger entre la muerte continuada y la vida que rebrota con vigor. Al fracaso reinante que nos despoja en la quiebra, lo derrotaremos unidos con el gran acuerdo de salvación nacional guiados por la Constitución.

Ya destacan liderazgos que son novedosos en la medida en que su propuesta de cambio está centrada en el dolor de millones de víctimas hoy carentes de educación, empleo, ingreso, salud, libertades, democracia… Esa es la condición indispensable para que el Acuerdo de Salvación Nacional tenga raíces fuertes en toda la población. Quienes dirijan esta novedad y este CAMBIO encarnan la esperanza inclusiva y activarán en toda la población las energías necesarias para la reconstrucción. Este sueño de todos los venezolanos necesita también una gran solidaridad mundial, para la muy ardua tarea de renovación nacional, a partir de las actuales ruinas.

En esta dirección tenemos que ir unidos todos los demócratas para la elección presidencial de 2024 y todas las otras renovaciones político-electorales que están previstas en la Constitución. Si tomamos en serio este sueño de Año Nuevo, se convertirá en una fuerza indetenible para rescatar y reconstruir el país.

Caracas, 12 de enero de 2024.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Luis Ugalde S. J. Oct 28, 2023 | Actualizado hace 1 mes
Lo nunca visto en Catia
La aparente apatía se transformó en emoción y esperanza de cambio concentradas en María Corina Machado
En las amordazadas noticias del lunes 23 no existió la primaria electoral y millones de venezolanos éramos ninguneados; para el martes 24 salió la nueva ‘verdad’ desde la Presidencia

 

Domingo 22, 3 p. m., la calle Industrial de Catia llena de electores alrededor de un par de mesitas y cuatro sillas bajo un toldo elemental. Largas colas con caras alegres y conversaciones cordiales entre desconocidos, unidos por la voluntad común de CAMBIO. Un señor me dijo, desbordado de alegría por el gentío: “esto nunca se ha visto en Catia”. Luego de dos horas me retiré a las 5 de la tarde y todavía centenares seguían pacientemente en la cola. Ni siquiera el diluvio que los empapó logró dispersarlos; apostaban por el cambio democrático y no querían perder el tren de la esperanza. Pero Catia no era única; con ella estaban firmes Antímano-Ucab, La Vega, La Florida, Caracas entera y Venezuela…

Previamente, los entendidos decían que un millón de votantes en una primaria con tantos obstáculos era una cifra elevada y difícil de alcanzar. La realidad desbordó esa cifra que al final ha llegado a 2.400.000. La aparente apatía se transformó en emoción y esperanza de cambio concentradas en María Corina Machado. Más de 90 % de los votantes la escogió por coherente, intransigente con la corrupción, inteligente, valiente y firme en el rechazo a la dictadura. Venezuela debe a Jesús María Casal, a la Comisión de Primarias y a miles de colaboradores en las regiones y en las mesas de votación, una profunda gratitud por su extraordinaria conducción y desempeño.

Con esa emoción contagiosa en torno a una candidata tenemos un año intenso por delante para la elección presidencial y cambio renovador en todas las instancias políticas y de gobierno. La dictadura que hace un cuarto de siglo tuvo apoyo popular, recursos y poder sin límites, tratará de imponerse con la mentira del poder, supliendo la actual falta de respaldo popular con la imposición arbitraria abusando de armas, leyes y exclusividad comunicacional.

Por eso el poder primero decidió que el domingo no hubo elecciones y ningún medio de comunicación (TV, prensa, radio…) pudo decir absolutamente nada de la impresionante movilización pacífica que vivimos los venezolanos en la calle, sin policías, ni ejército, y sin heridos ni muertos. En las amordazadas noticias del lunes 23 no existió la primaria electoral y millones de venezolanos éramos ninguneados; para el martes 24 salió la nueva “verdad” desde la Presidencia y desde la Asamblea del régimen y otros mandaderos, la “noticia” de que el domingo había tenido lugar un “megafraude”, una “descomunal estafa” y un delito que debía ser anulado y castigado.

El ojo penetrante del poder había descubierto que solo habían votado 500.000 y los otros dos millones eran de fabricación fraudulenta. Es decir que usted, dos millones de venezolanos y yo, no existimos, pues así lo decide la dictadura.

Ahora esta va a reforzar las trincheras y preparar las tropas de asalto jurídico y los gases asfixiantes para anular la primaria e impedir que en la segunda mitad de 2024 el triunfo democrático abra la puerta a la reconstrucción del país que toda Venezuela necesita y desea.

A los demócratas y a nuestra candidata unitaria nos espera un año de intensa movilización callada para recoger las fuerzas diversas y aunarlas, pues solo juntas tienen la potencia necesaria para ganar y para que el nuevo gobierno no sea un fracaso trágico y la transición no sea de odio estéril y venganza, sino de abrazo, reconciliación y renacer nacional. Nuestra candidatura debe movilizar los espíritus, y activar la esperanza de cambio, incluso en quienes todavía no se atreven a salir de las cenizas que quedan del chavismo muerto. María Corina, desde su firmeza por el cambio y con humildad, tiene que buscar la unión de las diversas corrientes democráticas y convertirse en esperanza también de quienes sufren el desengaño madurista. No será posible el triunfo de 2024, ante las resistencias desesperadas de la dictadura, sin que la candidata democrática siembre la necesaria unidad en la diversidad.

El actual desastre de Venezuela es de dimensiones de derrota bélica y tierra arrasada. La recreación del país a primera vista parece imposible sin un liderazgo y miles de liderazgos de mente renovada, reconciliadores y con voluntad férrea en las diversas áreas de la actividad nacional (salud, educación, sectores productivos, medios de comunicación y cultura, infraestructura…). El renacer de una Venezuela democrática y plural. Esperamos de María Corina, y de otros liderazgos, que estén a la altura de lo que vivimos en la Primaria y desaten las mejores virtudes productivas de la Venezuela que necesitamos en bienes y responsabilidad ciudadana.

Que María Corina no sea vista como amenaza sino como invitación y oportunidad, incluso por aquellos seguidores de la dictadura que no han cometido delitos mayores en estos años de desastre nacional. Sumar fuerzas, multiplicar capacidades y acuerdos, cultivar el pluralismo productivo y estimular iniciativas libres para que los venezolanos ganemos las próximas elecciones y el reto formidable del renacer nacional.

Todo ello requiere de inversiones multimillonarias que no solo significan capital, sino oportunidad para que millones de trabajadores con crecida productividad eleven sus actuales miserables ingresos familiares que hoy son unos pocos bolívares de hambre. Esta Venezuela tan profundamente enferma, no podrá renacer sin una fuerte colaboración (y reinserción) internacional política y abierta a inversiones en un terreno donde la nueva esperanza sustituya al temor y agresividad que apagó las solidaridades y las inversiones, sin las cuales no tenemos futuro.

Es muy importante que desde ahora la Fuerza Armada encuentre su lugar de máxima importancia en esta Venezuela naciente. Las posibles desconfianzas y los prejuicios existentes hacia la candidata ganadora se superan con encuentros, conversaciones y aclaración de dudas sobre el cambio democrático que queremos.

Artículo publicado previamente en la página web reportecatólicolaico

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Luis Ugalde S. J. Feb 16, 2023 | Actualizado hace 4 semanas
La imprudente visita del papa
El papa Francisco se sintió llamado por el Espíritu de Jesús de Nazaret a correr los riesgos para llevar esperanza y reconciliación a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, pueblos atormentados por las armas, el odio, la corrupción y la pobreza

 

El papa Francisco no puede caminar, ni siquiera arrastrando la pierna; lo tienen que llevar en silla de ruedas. La República Democrática del Congo está crucificada por las guerras para apoderarse de sus riquezas minerales como el coltán, litio y otros: la guerra como negocio y la muerte de miles para riqueza de unos pocos. Sudán del Sur, que apenas tiene 12 años como nación (nacida en julio de 2011), ya desde los dos años están matándose entre sus dos principales tribus: dinke y nuer. Lleva más de 400.000 muertos y millones de desplazados, un país de 11 millones con 70 % de cristianos. En el Congo los católicos son 40 millones y con las otras confesiones cristianas suman el 90 % de ese gran país de 100 millones. Guerra, miseria y odio en ambos países.

Este viaje imprudente fue aplazado varias veces por fuertes obstáculos y razones. Los responsables y asesores de la seguridad del papa lo desaconsejaban por arriesgado e imprudente y el papa de 86 años tenía abundantes motivos para desistir de él. Pero Francisco se sintió fuertemente llamado por el Espíritu de Jesús de Nazaret a correr los riesgos para llevar la esperanza, la reconciliación y la paz a estos pueblos atormentados por las armas, el odio, la corrupción y la pobreza.

Venciendo todos los obstáculos, los visitó del 31 de enero al 5 de febrero. Con un lenguaje directo y hablando “de corazón a corazón” Francisco los llamó a la paz, al perdón y a la reconciliación, y denunció la criminal corrupción de los poderes y a aquellos capitales que vienen “a explotar al Congo”.

Sí dijo «explotar», aunque pidió perdón por esta dura palabra, que obviamente irrita a los explotadores. Hoy en muchos países prevalece un “capitalismo civilizado”, pero en otros muchos –sobre todo en África– impera el “capitalismo salvaje”, para el cual la vida de cientos de miles de africanos vale menos que unas toneladas de mineral…

No solo resultó asombrosa y emocionante la celebración de la misa en liturgia católica congolesa con más de un millón de creyentes en Kinshasa, sino también el hecho de que –sobre todo la visita a Sudán del Sur– la compartieran como hermanos el papa católico con Justin Welhy, arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia anglicana y con Ian Greenshield, moderador de la asamblea de la Iglesia de Escocia (presbiteriana). Precedido de un trabajo previo juntos y con un compromiso de futuro trabajo en esos países.

En Yuba, capital de Sudán del Sur, el papa con amor y franqueza le recordó al presidente Salva Kiir Majardit (etnia dinka) el necesario acuerdo de paz, que aceptaron en 2019 los líderes políticos enfrentados y luego violaron en este país que se desangra con la mayoría en extrema pobreza y cientos de miles de niños sin futuro.

Como muy bien dijo el arzobispo Wheel en rueda de prensa en el avión de regreso a Roma, no debería llamar la atención que los tres prelados creyentes en el único Cristo resucitado andemos juntos en esta visita, pues siempre deberíamos caminar juntos. Y añadió refiriéndose a las rupturas del siglo XVI del catolicismo y las nuevas denominaciones protestantes: “Si quienes pasaron 150 años matándose y los 300 siguientes condenándose pueden ahora buscar juntos la paz y la reconciliación, entonces cualquiera puede hacerlo”.

Esto da también un toque de humildad a los europeos para que no se sientan dando lecciones a los africanos. Ese reconocimiento de cristianos europeos rechazándose durante siglos es una vergüenza y un estímulo para cambiar y actuar ahora por encima de barreras, alambradas y muros de odio y desprecio, como lo hizo Jesús con leprosos y excluidos.

Estas realidades inhumanas a los que el papa responde dejando de lado obstáculos y razones de salud y de seguridad, no terminan en África. Antes de llegar a Roma sacude sus conciencias el terrible terremoto que asoló a una parte de Turquía y de Siria, donde una empresa alemana de análisis de riegos advierte de que el número final de muertos podría oscilar entre 75.000 y 90.000. Tragedia que toca la fibra más profunda de la humanidad y despierta respuestas emocionantes de diversas naciones, que olvidándose de barreras religiosas y cálculos políticos se vuelcan en fraterna solidaridad. También la monstruosa guerra en Ucrania apela a la humanidad por encima de intereses imperiales, ambiciones territoriales y negocios armamentistas.

The human bean

The human bean

Lamentablemente hay poderosas empresas empeñadas en convertir al papa en comunista. Reparten la venenosa bebida del “papacomunismo” que parecen beber con ingenua fruición no pocos católicos y quedan drogados y con la mente bloqueada contra el papa. Además, poderosas empresas de comunicación ningunearon esta visita papal de manera que esos “creyentes devotos” del comunismo papal no se enteraran de “lo que –según dijo el arzobispo anglicano Welby– el santo padre dijo de manera maravillosa y precisa». Más allá de los negocios el mundo necesita liderazgo espiritual audaz, como acaban de demostrar los tres líderes cristianos unidos.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Luis Ugalde S. J. Ago 14, 2022 | Actualizado hace 4 semanas
Homilía de Luis Ugalde SJ
Que Mikel nos consuele y fortalezca nuestra esperanza y compromiso en la liberación de Venezuela

 

Parroquia María Trono de La Sabiduría (UCAB Caracas), 13 de agosto de 2022 / Saludo y agradecimiento al cardenal Baltazar Porras y a los participantes.

Mikel y yo nos conocimos y apreciamos antes de que él fuera jesuita: él como muy brillante estudiante de Sociología en la UCAB y yo su profesor de Teorías Políticas Contemporáneas y Cambio Social en Venezuela.

Terminada la carrera entró a jesuita a los 22 años. Una decisión trascendental de ser compañero de Jesús en una orden religiosa internacional, empeñada en llevar la luz de la esperanza de Cristo a un mundo minado por la oscuridad y el agnosticismo. La Iglesia en América Latina (y los jesuitas) se sentía llamada por Dios a defender una fe encarnada en la realidad y a contribuir a la transformación de la miseria social de las mayorías en justicia y vida digna para todos.

Para ello Mikel estaba especialmente equipado con sus estudios de Sociología luego complementados con la maestría en Filosofía en la Universidad Simón Bolívar, con brillantes e inspiradores profesores como Luis Castro y Rafael Tomás Caldera. Sus estudios de Teología en Caracas y Roma y la ordenación sacerdotal completarían su preparación para las difíciles batallas.

Para Mikel la dimensión internacional de la Compañía de Jesús no fue mera fórmula sino una vivencia muy profunda que exigió lo mejor de sí. Ser jesuita fue para Mikel cargar la cruz de Jesús y combinar la fe y la razón en diversas materias de ética y de “Introducción al Estudio del Hombre”, básica para la identidad ucabista, en los retiros ignacianos para profesionales, en el acompañamiento de formación teológica a grupos de profesionales, investigación social etc. Todo ello exigía del jesuita luchar por una sociedad libre y justa en la Venezuela, que entraba al siglo XXI marcada de promesas deslumbrantes, pero preñadas de opresión y miseria dictatorial. Mikel no era de los que se callaban, ni calculaban las consecuencias de sus denuncias directas en programas de televisión, radio, clases y conferencias.

Permítanme que haga público aquí lo que hasta ahora ha sido confidencial. Hacia el año 2004 a nuestro superior Provincial le llegó desde las más altas esferas civiles y militares del poder la información de que tres jesuitas estaban bajo amenaza grave del gobierno: Mikel de Viana, Luis Ugalde y un joven estudiante. La alarma era seria e inmediatamente el Provincial dialogó con cada uno de ellos y consultó con sus consejeros lo que convenía hacer a la luz de los principios y de la experiencia.

La Compañía de Jesús en América Latina desde comienzos de la década de los setenta vivía la cruz de la persecución, exilio y asesinatos de algunos de sus miembros especialmente comprometidos en las fronteras de la fe y la justicia. Teníamos más de 12 asesinados y varias decenas de exiliados en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Colombia… En esos años Venezuela era un oasis democrático en el desierto dictatorial, aunque en 1989 a raíz del Caracazo a los cinco de nuestra comunidad de Los Canjilones de La Vega a media noche un comando antiguerrillero de la Guardia Nacional nos llevó presos con graves acusaciones políticas cuya falsedad pronto quedó en evidencia y en ridículo.

Fuera de eso, en Venezuela fuimos recibiendo a jesuitas perseguidos. Personalmente en los comienzos de los 80 como Provincial me tocó recibir a los padres Mikel Munárriz, y Eduardo Pérez Iribarne, amenazados y expulsados por los dictadores de Paraguay y Bolivia. Ellos, luego de años de gran labor pastoral entre nosotros, pudieron regresar a sus países ya libres de dictadura. También en emergencia recibimos de Colombia a Pacho Aldana, amenazado de muerte por la violencia de guerrilleros y paramilitares.

Todas estas persecuciones fueron precedidas en la década de los sesenta con la expulsión de la mayoría de los jesuitas de Cuba, cuando Castro se declaró dictador comunista; muchos de ellos fueron acogidos en Venezuela. Estas situaciones de persecución por vivir el compromiso de fe y justicia nos enseñaron que el objetivo no era hacer mártires, sino salvar apóstoles, combinando la inteligencia y compromiso cristiano, más allá de todo inmediatismo.

Momento delicado de discernimiento ignaciano; una vez escuchado a cada uno de los tres y a los consejeros, el provincial decidió que el joven estudiante prosiguiera sus estudios en Chile, que Luis Ugalde continuara en el país con su responsabilidad de rector de la UCAB y que Mikel de Viana fuera a Bilbao a la Universidad jesuita de Deusto. Prevaleció esta opción frente a otras por la identidad venezolano-vasca de Mikel, sus excepcionales cualidades universitarias, su asombroso avance en el uso del euskera y la afectiva identificación con sus raíces. Meses antes el provincial de los jesuitas vascos había expresado al provincial de Venezuela el deseo de que le ayudara con el envío de Mikel. Ahora bajo amenaza el traslado a la Universidad de Deusto pareció lo más sensato. Pero el exilio hiere el alma y se vuelve más doloroso cuando la dictadura se prolonga indefinidamente.

 

Mikel de Viana en el exilio (Bilbao, España). Foto Víctor Maldonado C.

Mikel recibía y atendía maravillosamente a los amigos venezolanos que pasaban por allí, pero al mismo tiempo se despertaba su nostalgia de venezolano y el dolor de desterrado. En el País Vasco Mikel fue luz y voz siempre venezolana, aunque se expresara en euskera. Nuestra tragedia nacional impuesta y dirigida por el despotismo reinante nos ha hecho a los venezolanos más internacionales por encima de fronteras y distancias. Mikel echó su suerte con los seis millones de compatriotas que cargan con la cruz del destierro.

Su salud, que venía siendo minada por una diabetes fuerte, se agravó en los últimos meses. Mikel y yo nos mantuvimos en comunicación fraterna y lo visité todas las veces que tuve ocasión por alguna reunión en Europa. En febrero de este año fui a visitarlo y en la recepción de la comunidad recibí la dolorosa noticia de que no podría verlo, pues acababa de ser hospitalizado de emergencia.

Para esta acción de gracias escogí el Evangelio (Juan 3,1-13) donde Nicodemo, sabio y honesto judío, de noche y a escondidas busca a Jesús y le pregunta qué hacer. Jesús le responde: hay que nacer de nuevo, en espíritu y en verdad. Mikel tuvo que nacer de nuevo; Venezuela y cada uno de nosotros tenemos que nacer de nuevo porque la dictadura y sus consecuencias son de muerte. Pero nacer del Espíritu de verdad, aunque al comienzo no sabemos de dónde viene ni a dónde va. Ahora más que nunca pedimos a Mikel que nos oriente.

No quiero terminar sin recordar una especial alegría de Jesús. Una vez Él envió a 72 discípulos de dos en dos a los pueblos a anunciar y hacer algunos signos del Reino de Dios; volvieron muy contentos contando los éxitos que habían tenido. Jesús compartió su alegría, los felicitó y se emocionó con ellos, como nosotros nos emocionamos hoy al recordar y agradecer los dones de Mikel y todo el bien que hizo.

Pero Jesús añade algo muy importante: No se alegren tanto por las maravillas que han hecho, sino mucho más porque su nombre está escrito en el Reino de los cielos, en el corazón del Padre, que es Amor. Mikel creyó y con esa fe iluminó y acompañó a tantos, pero hoy lo vive en el abrazo del Padre que le dice: Etorri Mikel maitea (Ven querido Mikel). Que Mikel nos consuele y fortalezca nuestra esperanza y compromiso en la liberación de Venezuela.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

De la fiebre del oro a la fiebre de la educación
Es hora de aceptar que la tragedia nuestra y la llave de la cárcel que nos encierra en la pobreza es la pérdida millonaria del talento juvenil que ni trabaja, ni estudia, ni tiene oportunidades para ello

 

Nota previa: La negociación por un fin superior

Un hecho político trascendental me mueve a escribir esta nota. A última hora, en el estado Miranda, los demócratas han dado un paso trascendental. Gracias a la visión de Carlos Ocariz y su partido Primero Justicia (PJ) en diálogo con sus rivales de Fuerza Vecinal, la oposición mayoritaria apoyará al candidato David Uzcátegui con gran oportunidad de, juntos, rescatar la Gobernación de Miranda.

Este ejemplo de negociación con un fin superior va acompañado de la unificación de una veintena de alcaldías con candidatos de PJ. Es un paso y un ejemplo que enciende un potente faro de luz en el oscuro y deprimente túnel de la política en Venezuela para cambiar de raíz la actual política de miseria y de agonía nacional.

No hay negociación política sin sacrificios y estos no se aceptan sino para lograr un fin superior. Luego de que la dictadura proclame el 22-11 su “triunfo” para perpetuarse, será necesaria una radical renovación de la política que solo será posible con negociaciones de cambio para recuperar la esperanza, rescatar la democracia y reconstruir el país.

La fiebre del oro

A mediados del siglo XIX “la fiebre del oro” se apoderó de buena parte de EE. UU. y movilizó una muchedumbre desordenada e incontenible hacia el Oeste, atraídos por la ilusión-esperanza de una rápida riqueza. De esa avalancha nació California como estado y surgieron otros cambios importantes en el Oeste y en el país entero.

También en lugares como Australia, Sudáfrica, América Latina…la fiebre del oro movilizó sueños y muchos desórdenes de multitudes cautivadas por el imán de posibles minas fabulosas. Ya en la Conquista española la fiebre del oro fue motor y espada movilizando sueños y desórdenes de multitudes maravilladas por la fiebre de posibles riquezas mineras.

Venezuela hace siglo y medio no fue excepción y la zona del Yuruari, Guasipati y El Dorado fue la meca de la peregrinación afiebrada. Pero nuestro oro desde hace un siglo fue el petróleo y su renta transformó el país y su gente, con logros y deformaciones. Ahora se apagaron los pozos petroleros y la ruina del Estado rentista pone en evidencia lo que ayer no queríamos ver: la riqueza de las naciones no está en el oro (dorado o negro), ni en la plata, sino en el ilimitado talento de los venezolanos.

La mayor tragedia nacional actual no es que los taladros estén parados y los pozos abandonados, sino los talentos apagados; que haya más de tres millones de jóvenes fuera del sistema educativo y otro millón haya salido del país. 37 % de los jóvenes (de entre 15 y 29 años) ni estudia ni trabaja según la encuesta ENJUVE de la UCAB y la mitad de la juventud no está motivada para estudiar porque no le ve el queso a la tostada.

Más grave todavía es la pérdida de maestros y profesores que necesitan vivir y el régimen les insulta con una decena de dólares al mes que solo vale para entrar al club de la miseria nacional. Universidades estrellas como la UCV, la Simón Bolívar están abandonadas, igual que el Pedagógico y otras decenas de instituciones con financiamiento público y miles de escuelas y liceos.

Es hora de descubrir y aceptar que la tragedia nuestra y la llave de la cárcel que nos encierra en la pobreza es la pérdida millonaria diaria del talento juvenil que ni trabaja, ni estudia, ni tiene oportunidades para ello.

La respuesta a esta tragedia no está en pequeñas mejoras, sino en un cambio radical de visión de la riqueza nacional y de la dignidad y trascendencia de un oficio y trabajo cualificado. Es urgente un nuevo amanecer de todo el país dominado por la fiebre de la educación: jóvenes y familias con fiebre, igual que los educadores, los empresarios, los políticos y el Estado. Todos enloquecidos con una fiebre contagiosa incontenible.

Así como se improvisaron instrumentos para sacar el oro y se crearon campamentos mineros y petroleros, ahora tenemos igual que levantar muchos miles de campamentos donde la gente se aferre dejando todo para apostar por el talento humano que se está perdiendo. Que cada factor y actor educativo corra para tomar la delantera en la urgente tarea de sacar y potenciar el talento, clave de la Venezuela esperanzada.

Los primeros ensayos no importarán, lo vital es que en cada casa se tiene que prender la fiebre salvadora… Dar a los educadores económica y moralmente lo que valen; pero aun así nos faltarán muchos miles más. Que quienes saben y pueden enseñar que instruyan con título o sin él y los que necesitan aprender para ganarse la vida y reinventar el país, se abracen con las familias y las empresas que necesitan formación en oficios del siglo XXI.

Los recursos públicos, hoy tan disminuidos, deben priorizar la educación, adelgazar la burocracia y estimularla participación de toda la sociedad.

Que corra la voz de éxitos tempranos y todo conspire para difundir y contagiar la fiebre. Formar rápidamente en oficios para que el joven empiece pronto a producir, ganar y motivarse para seguir formándose por el resto de su vida, combinando producción y estudio. Que el esfuerzo privado se haga público y lo público se siembre y fructifique en lo privado con la sana obsesión de ayudar a extraer el talento creativo e innovador de cada uno. Abiertos al mundo y conectados con la revolución informática que llegue por cauces de instituciones solidarias.

No podemos esperar el cambio de régimen (por urgente que este sea) para empezar a contagiar la fiebre. Empecemos ya con respuestas rápidas, innovadoras, audaces y cortas (pero prolongadas y permanentes) antes de que perdamos la juventud que ni trabaja ni estudia, ni está motivada con el panorama que le ofrecemos con la actual ruina nacional para impedir de raíz que la niñez crezca en la actual desoladora desesperanza.

15-11-2021

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Luis Ugalde S. J. Jul 15, 2021 | Actualizado hace 6 días
Voy a votar
Yo he decidido votar y deseo que millones de venezolanos nos movilicemos para hacer campaña unitaria, lograr testigos y exigir una votación limpia y justa

 

Los venezolanos queremos salir de esta cárcel de pobreza en la que nos ha metido el régimen. Nuestro objetivo no son las elecciones, sino la reconstrucción de Venezuela y de la vida de 30 millones de personas.

…Las elecciones son un medio para el rescate del país en democracia y sin guerra.

Votación y aclaraciones básicas

Falta orientación para votar o no en noviembre. Respondo por mí lo más claramente posible:

En noviembre el régimen solo permitirá votaciones regionales y locales; no presidenciales ni parlamentarias. Solo podrán votar los que viven en el país.

Las votaciones en dictadura son dictatoriales; no son para cambiar de régimen sino para afianzarlo. Ni la votación ni la abstención son suficientes para salir del lamentable “socialismo del siglo XXI”. Y debemos preguntarnos qué debilita o fortalece más al régimen, ¿el voto o la abstención en noviembre?

La abstención no será un modo significativo de protesta, pues en elecciones regionales –sin presidenciales ni parlamentarias– abstenerse es lo “normal” para más de la mitad de la población, sin que eso exprese protesta, sino desinterés. Aquí y en otros países.

Yo he decidido votar y deseo que millones de venezolanos nos movilicemos para hacer campaña unitaria, lograr testigos y exigir una votación limpia y justa.

El régimen hace y hará lo posible para dividirnos con pocas concesiones y muchas trampas anticonstitucionales.

Votaré como millones de demócratas para que el 22 de noviembre estemos más movilizados, organizados e indignados para salir del actual desastre. Que el mundo y nosotros mismos nos veamos deseosos y capaces de liberarnos. Si nos movilizamos en las regiones y en los municipios y ponemos en la calle el grave malestar, al día siguiente millones habremos experimentado que violaron nuestros derechos y estaremos más indignados porque nos quitaron numerosos triunfos; al mismo tiempo estaremos también celebrando éxitos locales obtenidos donde con organización y lucha vencimos todos los obstáculos.

En cambio si no votamos, ni intentamos, ni nos organizamos, aumentará nuestra pasividad y no mostraremos nuestra “indignación”, que en este momento es el combustible más importante y generalizado que hay que activar en todos los rincones del país. Más movilización, organización e indignación para exigir prontas elecciones presidenciales y parlamentarias y ganarlas.

No basta cambiar de régimen para reconstruir el país, ni eliminar las sanciones internacionales. Es necesario crear CONFIANZA y una nueva relación de entendimiento y apoyo decidido por parte de los países y organismos internacionales democráticos. Sin CONFIANZA en el renacer venezolano, no tendremos ni apoyo, ni vendrán las inversiones multimillonarias indispensables.

Salvación nacional y sociedad civil

Desde hace meses hay creciente conciencia en los propios partidos de que están en horas bajas y acosados. La política debe renacer dando paso a la sociedad civil organizada de múltiples maneras y reconocer la importancia de lo que en regiones y ciudades vienen haciendo algunas organizaciones como el Frente Amplio Venezuela Libre en torno al Acuerdo de Salvación Nacional, o el clamor por la vacuna contra la COVID-19.

¿No sería un acierto que los partidos ampliaran esta apertura acordando que en cada municipio la sociedad civil elabore las listas de candidatos a concejales y los partidos las apoyen? Es una manera de renovación política desde las raíces con revitalización ciudadana y municipal, amenazadas por el correaje comunal partidista centralizado.

Parábola de los hijos secuestrados

La dictadura ve con  alegría cómo se dividen y agreden los opositores cuando ella hace algunas concesiones menores en registros electorales, tarjetas, líderes perseguidos o algún preso liberado con la promesa de portarse bien. Los demócratas debemos celebrar lo que se logra y seguir denunciando lo que falta, unos con más énfasis en la celebración y otros en la crítica, pero sin dividirnos ni descalificarnos rabiosamente.

Trato de aclarar con la siguiente parábola: Unos bandidos secuestraron a tres hermanos y se llevaron un millón de dólares. Con presiones y trabajo de personas se logró que soltaran a un hermano y devolvieran cien mil dólares. Unos quieren celebrar la liberación del hijo; otros en cambio se indignan más pensando en los dos hijos que todavía están secuestrados y maltratados; y en los 900.000 dólares no devueltos. Unos activan su rabia contra los que celebran al liberado (¿olvidando a los dos que siguen secuestrados?); mientras los otros devuelven la agresión a quienes parecen no valorar la libertad conseguida y los dólares recuperados, aunque sean pocos.

La Constitución sigue violada y la ruina nacional en aumento. ¿No somos capaces de comprender que no nos fortalecemos con la inactividad radical y la denuncia de los impolutos, sino con acciones contra el ilegítimo gobierno de facto? Unos dicen que no se debe tratar con dictaduras ilegítimas, pero todos los días lo hacemos: renovamos pasaportes, recibimos certificados de estudios, sellos de salida en el aeropuerto, permisos para una actividad empresarial y otras mil cosas… ¿sería sensato negarnos todo eso que viene de un gobierno ilegítimo? Sí que es insensato cantar por ello las glorias de la dictadura o paralizar nuestra acción para salir de ella.

El duro y no corto proceso de recreación política y económico-social exige la participación de millones de venezolanos maltratados e indignados; no solo de media docena de negociadores con el país paralizado.

Debemos aumentar nuestra fuerza, unión y claridad sabiendo que Venezuela no volverá a tener futuro con este régimen de hambre y dictadura. Nuestro objetivo –repito– no son las elecciones, sino la reconstrucción de Venezuela y de la vida de 30 millones. Por eso yo votaré, a no ser que antes ocurra algo especial.

¿No será hora de que el presidente (e) J. Guaidó y otros líderes de la oposición convoquen a todos los demócratas a votar unidos en noviembre como parte de la movilización y organización en orden a la salida del régimen con otras elecciones y cambios que solo se lograrán con fuerte presión interna y externa?

Caracas, 14 de julio de 2021.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Luis Ugalde S. J. May 15, 2021 | Actualizado hace 6 días
“En Isnotú no hay médico”

“En  Isnotú no hay médico y mi puesto está allí”, escribe José Gregorio. ¿Por qué y para qué? “Para aliviar los dolores de la gente humilde de nuestra tierra”. El “no hay” lo mueve a ofrecer su propia vida para que otros la tengan. Nació y se crio en tiempos de carencias: en Isnotú no hay médico, ni escuela, ni cura… Antes de los nueve años pierde a su madre… A esas privaciones de niño se añaden las carencias nacionales y las de su Iglesia católica, en una Venezuela pobrísima diezmada por las guerras y el paludismo. No era un mundo de oportunidades fáciles, sin embargo hoy celebramos la inmensa bondad y fuerza transformadora de este médico trujillano.

Cuando José Gregorio tenía diez años, el Ilustre Americano Guzmán Blanco sintió que liberaba al país del atraso al ahogar a la Iglesia “oscurantista” con la decisión dictatorial de desterrar a los obispos, cerrar los seminarios formadores de sacerdotes, prohibir todas las congregaciones religiosas masculinas y femeninas, arrebatar a la comunidad católica sus medios de autofinanciamiento y aplicar el “exprópiese” de algunos templos y conventos.

El NO que despierta al SÍ. Vivimos una Venezuela en descomposición y con el modelo actual no tiene futuro. Basta el olfato y los ojos abiertos para sentir el hedor y ver ruinas por todas partes.

Por esto la beatificación de José Gregorio Hernández ha sido particularmente significativa. Porque en él brilla el secreto de cómo el NO provoca su respuesta afirmativa de santidad y transformación de su vida y realidad circundante: no hay médico, pues ahí está mi respuesta para aliviar los dolores de la gente humilde; para eso me formaré.

Él aprende de Jesús de Nazaret a responder con vida donde hay muerte. El “NO tienen vino” en las bodas de Caná provocó el primer milagro de Jesús, el “NO tienen comida” condujo a la multiplicación de los panes. Así ante el No tienen salud, NO pueden caminar, NO ven, NO tienen esperanza… Jesús siente que debe activar su identidad: el amor radical del Padre que responde a esas necesidades, superando prohibiciones religiosas, políticas y culturales hasta dar la vida, pues “nadie tiene más amor que el que da la vida por otro” y “ustedes son mis amigos”.

A José Gregorio su voluntad de servir como médico lo llevó a estudiar en Caracas y a buscar en París la especialización que no había aquí. Así mismo él vio cómo nacían y empezaban a florecer en Venezuela las congregaciones religiosas, que habían sido exterminadas y prohibidas. Rojas Paúl permitió el surgimiento de congregaciones religiosas, unas  nativas y otras “importadas”. Todas en respuesta a grandes carencias: nace en 1889 la congregación de las Hermanitas de los Pobres de Maiquetía, primera congregación fundada en Venezuela; y llegan de Francia las Hermanas de San José de Tarbes buscadas por el gobierno para administrar el Hospital Vargas,  primer gran hospital público próximo a inaugurarse. También el gobierno busca y consigue  en España a jóvenes voluntarias Hermanas de la Caridad de Santa Ana con la locura evangélica de venir a la isla de la Providencia del Zulia, para  servir a leprosos que nadie quiere cuidar. En 1902 en Altagracia de Orituco jóvenes se ofrecen voluntarias por Jesús a atender a cientos y cientos de hombres heridos, enfermos, moribundos, restos de la Revolución libertadora y de la batalla final en La Victoria, la más larga y de más muertos en toda nuestra historia. Veneramos a la beata Candelaria de San José como cabeza de ese grupo y fundadora de las Carmelitas venezolanas.

Hoy Venezuela no saldrá del actual desastre sin que millones de venezolanos nos  activemos con ese mismo espíritu llamados a reconstruir el país.

La legitimidad que nace de lo ilegítimo

Cuando las dictaduras se ven obligadas a abrir paso a la democracia, se produce el “milagro” de regímenes ilegítimos pariendo democracias legítimas. Así fue en Chile, en Polonia, con Mandela y Leklerc en Sudáfrica, en España… Del NO a la democracia puede salir la democracia de dos maneras, con sangre y muerte, como fue el fin del horror nazi, o por la vía pacífica con diversas formas de acuerdos y convenios entre dictadura y opositores…

Hoy en Venezuela para pasar de la dictadura a la democracia es necesario obligar al régimen a aceptar que la mejor salida para el país y para ellos mismos es la vía democrática con elecciones.

Acaba de ser designado un CNE más equilibrado que los anteriores, algo absolutamente necesario, pero no suficiente. Muchos tienen razones para pensar que esta es una maniobra más para engañar, y que el régimen no va a permitir elecciones regionales democráticas; mucho menos las presidenciales antes de 2024.

Por eso la dictadura no ha negociado con la oposición y se aferra al control indiscutible del CNE. Otros defienden que es un primer paso positivo. Creo que entre tanto engaño, solo valen los hechos y no las palabras.  El régimen y el CNE tienen que demostrar cuanto antes que aceptan elecciones locales, regionales, presidenciales libres, justas y transparentes, devolviendo las libertades y partidos secuestrados, desatando las cadenas de los MCS, y soltando a los presos políticos, con observación internacional…

Yo aprecio la rendija dada, pero en los otros pasos creeré cuando los vea. Es urgentísimo el cambio de régimen y una apertura humanitaria y democrática con decidido apoyo internacional. Aquellos del nuevo CNE que son demócratas tienen esta tarea difícil dejando en claro las 4 o 5 exigencias que constituyen la conditio sine qua non. Para ello necesitan el máximo apoyo nacional y también internacional. Si en unos pocos meses no se garantizan esas condiciones, procede su renuncia con el respaldo del país movilizado para votar y el apoyo internacional hasta obligar al régimen a devolver la democracia y la constitución secuestradas. Del NO de la Dictadura hay que sacar el SÍ de la DEMOCRACIA y de la RECONSTRUCCIÓN.

14 de mayo de 2021

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

El cristianismo de Roscio contra la tiranía
Lamentablemente se perdió de la oportunidad de conmemorar debidamente los 200 años de la muerte del principal prócer civil de nuestra República, Roscio, que: “de la naciente libertad, no solo fue defensor, sino maestro y padre”, como escribió Andrés Bello

 

Las luces de un mestizo

Juan Germán Roscio (1763-1821) fue uno de los juristas coloniales más destacados con dos doctorados: en Cánones y Derecho Civil. A los 46 años se convirtió de realista en republicano y encontró en su fe cristiana las convicciones y el coraje espiritual para dedicar el resto de su vida (1809-1821) a luchar contra el despotismo, defender la República y desarrollar sus instituciones. Convencido de que Dios llama a todo ser humano a que se libre del yugo de los déspotas y “se penetre de su dignidad, cultive su razón, perfeccione sus facultades para concurrir a la felicidad de nuestros semejantes…”

Mestizo llanero, nieto de india y de emigrante italiano del Condado de Milán, es un ejemplo de lo que puede el talento y la recta conciencia para vencer las barreras sociales impuestas por la tiranía, la discriminación social y los prejuicios de casta.

Por su honestidad y claridad mental desempeñó un papel central en la proclamación de la Independencia.

En 1812 Monteverde lo envió como “monstruo” cargado de cadenas preso a España junto con otros siete principales. Aprovechó la prisión para estudiar la Biblia y escribir los 51 capítulos de El triunfo de la libertad sobre el despotismo como arma para desmontar las trampas de la legitimación ideológica que convertía a los reyes en semidioses. Confiesa su pecado colonial que manipulaba a Dios y quitaba la dignidad a toda persona humana: “Pequé Señor, contra ti y contra el género humano, mientras yo seguía las banderas del despotismo. Yo agravaba mi pecado cuando, en obsequio de la tiranía, me servía de Vuestra santa palabra, como si ella se hubiese escrito y transmitido a los mortales para cargarlos de cadenas, para remachar y bendecir los hierros de la esclavitud”.

Actúa convencido de que para la Independencia la lucha de las ideas y convicciones religiosas de todo el pueblo eran más importantes que las armas y que el pensamiento de media docena de mentes ilustradas. Ardua tarea, pues el pueblo había mamado y respirado la idea de que ir contra el rey era ir contra Dios

Conversión y República de ciudadanos libres

En la salud personal y en la social no hay nada peor que aferrarse a los falsos diagnósticos y a los remedios errados que nos han llevado a las puertas de la muerte.

Así está hoy Venezuela con la “revolución” y es imprescindible confesar el error y convertirse.

Durante la Segunda República, con la “Guerra a Muerte”, se vivió la ilusión de una república impuesta por las armas, pero Boves les ganó en barbarie y la derrota y el desastre fueron completos. Tras la derrota de 1814 también Bolívar fue un converso: “Terribles días estamos atravesando… Parece que todos los males se han desencadenado sobre nuestros desgraciados pueblos” (Bolívar 6-5-1814).

En 1816 prófugo y débil en armas, frente a las tropas de Morillo, el Libertador ve con claridad la necesidad de convencer a la población y de crear instituciones republicanas. Invita a los civiles Madariaga y Roscio al trabajo político en el Congreso de Angostura: “En vano las armas destruirán a los tiranos, si no establecemos un orden político capaz de reparar los estragos de la revolución. El sistema militar es el de la fuerza y la fuerza no es gobierno” (Carta 26-11-1816).

Cristianismo y libertad

Roscio, una vez fuera de la cárcel española, se traslada a Filadelfia y logra publicar El triunfo de la libertad sobre el despotismo, en 1817. Allí enferma gravemente y hace su testamento afirmando que su fe anima la lucha republicana: “Primeramente declaro y confieso que profeso la religión santa de Jesucristo y como más conforme a ella, profeso y deseo morir bajo el sistema de gobierno republicano y protesto contra el tiránico y despótico gobierno de monarquía absoluta como el de España”. Encarga a su hermano sacerdote que las propiedades que deja “las emplee en continuar la guerra contra los tiranos que pretenden oprimir por más tiempo la América del Sur”.

Enseguida viaja a Angostura donde será un hombre clave en el Congreso, que lo nombra vicepresidente de la recién proclamada Gran Colombia. Es crítico de la postura oficial de la Iglesia en defensa del orden colonial español, pero instruye a Peñalver y Vergara, comisionados en Londres, para que establezcan relación directa (bloqueada por el embajador español) con el papa, le confiesen la fe católica de los republicanos y le propongan las bases para un concordato.

De Angostura Roscio va a Cúcuta, donde fallece en marzo de 1821 cuando iba a presidir el Congreso Constituyente de la Gran Colombia.

En la gravísima situación de Venezuela hace falta una conversión en todas las instancias nacionales y dimensiones, si es que queremos tener vida y futuro.

La revolución chavista fue para muchos una esperanza, pero ante el fracaso evidente no hay peor decisión que aferrarse al error cometido e imponerlo. El régimen venezolano y su modelo no tienen futuro. Es necesario un cambio y llegar a un acuerdo nacional entre los opuestos para que Venezuela nazca de nuevo. Para ningún chavista honesto es sensato ignorar el fracaso y defender con represión, corrupción y control comunicacional, la tiranía y la miseria actual del pueblo al que se prometía liberar.

19 de marzo de 2021

TALITA CUMI

TALITA CUMI

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es