Santiago Canton, autor en Runrun

Mar 22, 2015 | Actualizado hace 9 años
La palabra asesina   Por Santiago Canton

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El eterno embajador de Venezuela en la OEA, Roy Chaderton, eligió la violencia sobre la paz y la muerte sobre la vida

 

“Sabéis que también las palabras matan”, dijo el Papa Francisco ante la multitud que lo oía atentamente en la plaza de San Pedro. La Iglesia Católica lo sabe. El 27 de Noviembre de 1095 durante el Concilio de Clermont, el Papa Urbano II pronunció unas palabras que desencadenaron la primera Cruzada, y una serie de eventos a lo largo del milenio, que aún hoy nos recuerdan la fuerza de esas palabras.

Luego de los autores de la Biblia, el escritor más influyente en la formación de la cultura occidental, Shakespeare, nos enseña, conHamlet, la fuerza asesina de las palabras. “El puñal que ha de herirla está en mis palabras, no en mi mano” nos dice Hamlet refiriéndose a su madre. Gertrudis no resiste las palabras de Hamlet: “No más, no más, que esas palabras, como agudos puñales, hieren mis oídos.”

La palabra asesina esta en nuestro ADN. Nuestra sociedad es producto de la cultura, y los discursos de los líderes son una parte significativa de la construcción de esa cultura. Los discursos violentos producen violencia; los discursos pacíficos, producen paz. No hay lugar para el margen de error, ya que dentro de ese margen está la diferencia entre la vida y la muerte. La historia universal no me permite mentir o inventar.

A juzgar por las palabras elegidas, el eterno embajador de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton, eligió la violencia sobre la paz, y la muerte sobre la vida. En el programa Zurda Konducta de Venezolana Televisión, expresó con su agotadora y rimbombante verborragia: “el sonido que produce [un proyectil] en una cabeza escuálida [de la oposición] es como un chasquido, porque la bóveda craneana es hueca, entonces pasa rápido.” Para resumir, dijo que una bala en la cabeza de un opositor pasa rápido y suena hueco.

Sus palabras sólo sirven para continuar alimentando el odio. No son neutras, ni inocentes. En su cabeza, durante la entrevista, entre palabras petulantes, desorganizadas y perdidas, había también una bala con el nombre del estudiante de 14 años, Kluiverth Roa, que sólo unos días antes había perdido la vida de un balazo en la “bóveda craneana hueca” a la que hace referencia la soberbia despreciable de Chaderton. Es la misma bala que mató a Geraldine Moreno, la estudiante de 23 años asesinada en una manifestación en febrero del 2014. Es la misma bala que mató a casi medio centenar de manifestantes hace sólo un año.

El Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas expresó su preocupación por el extendido patrón de ejecuciones extrajudiciales por parte de grupos policiales o parapoliciales, con más de 1200 asesinatos entre 2012 y 2013. También mencionó la existencia de por lo menos 437 ataques por parte de grupos armados pro-oficialistas contra manifestantes de la oposición. A esas cifras se le deben sumar los 24,000 asesinatos en 2014, que ubica a Venezuela como el país con la segunda tasa más alta de homicidios del mundo.

Pero volvamos a Roy Chaderton. Por supuesto, en su defensa, hizo uso de la respuesta de todo político avieso frente a entrevistas que los perjudican. Dijo que sus palabras fueron “descontextualizadas.” El lector puede escuchar la entrevista y comprenderá la insensatez de su defensa. Al escucharlo, se aprecia que en su lánguida y meditada respuesta no hubo margen de error y que no ignoraba el significado preciso de cada palabra que pronunciaba.

Las palabras que matan no son un hecho aislado. Roy Chaderton ni siquiera puede arrogarse el mérito de la autoría, ya que sus palabras son parte del discurso de odio del Gobierno venezolano. Si bien, hoy es uno de los más conspicuos voceros del socialismo del Siglo XXI, también ha sido un obsecuente servidor de todos los gobiernos venezolanos desde 1972. Iniciado en la Democracia Cristiana, ha representado a todos los presidentes que el Chavismo ha acusado de ser la peor calaña política de Venezuela. ¿En algún momento durante más de 30 años de servicio a los gobiernos de la “oligarquía” venezolana, jamás se le ocurrió pensar que la mano que le pagaba su sueldo era en realidad ese enemigo que hoy odia a muerte? Indudablemente en la década de los noventa tuvo una revelación y se transformó en un fervoroso defensor del chavismo. ¿Habrá sido durante el golpe de estado de Chávez contra Carlos Andrés Pérez o después? Ojalá tenga la delicadeza de iluminarnos y compartir esa epifanía revolucionaria con todos nosotros.

Me adelanto a responderle que como exrelator de libertad de expresión protejo su derecho a expresarse, inclusive en este caso, en que su expresión linda con el discurso de odio que incita a la violencia. Sin embargo, lamentablemente no lo puedo proteger de su propia intolerancia. Por otro lado puede dormir tranquilo, porque la ineptitud, inmoralidad y falta de ética no crean responsabilidad legal y no se lo podrá juzgar por las muertes en Venezuela. Pero, debo confesar, que guardo alguna esperanza, de por si muy pequeña, que esta nota le haga perder un poco el sueño. Pero dudo que la comprenda.

En Nocturno, Rafael Alberti refleja el dolor e impotencia frente a la violencia arrolladora,

 

Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre

se escucha que transita solamente la rabia,

que en los tuétanos tiembla despabilado el odio

y en las médulas arde continua la venganza,

las palabras entonces no sirven: son palabras.

Balas. Balas.

 

Las palabras de Chaderton sólo contribuyen más odio, violencia y balas. Estimado ex rey Juan Carlos, otro ¿por qué no te callas? puede ser necesario para evitar que Venezuela se desangre.

Santiago Canton es director ejecutivo del Robert F. Kennedy Human Rights. Fue Secretario Ejecutivo de la CIDH

Twitter @SantiagoACanton

Este artículo fue publicado en El País de España

Aureliano Buendía y Henry Ford toman un café por Santiago Canton

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A principios del siglo XX, el pragmatismo de Henry Ford lo llevó a perfeccionar la cadena de montaje, producir el Ford T y revolucionar el mundo. El espíritu expansionista e hiperrealista, según diría Umberto Eco, impulsó a Henry Ford a construir en el Amazonas una ciudad del tamaño de la Comunidad de Madrid, para extraer caucho y abaratar sus costos de producción. Por supuesto, la ciudad inventada por el hombre mas rico del mundo sólo podía llamarse Fordlandia.

Mientras tanto, en el mundo real maravilloso de Macondo, el Coronel Aureliano Buendía, encerrado en su taller, fabricaba pescaditos de oro para cambiarlos por monedas de oro, que luego fundía para hacer mas pescaditos de oro, y así sucesivamente en un círculo vicioso exasperante, cuya ecuación financiera posiblemente Ford jamás hubiese podido comprender. En esos años llegaba a Macondo el primer automóvil, trayendo a Jack Brown para hacerse cargo de la compañía bananera. Junto a el también llegaban los sicarios, las persecuciones, las ejecuciones, la enfermedades y el diluvio.

En la realidad y la ficción, estas dos culturas no nacieron para entenderse fácilmente y los desencuentros entre EEUU y América Latina han sido la principal moneda de cambio a lo largo de dos siglos. El epítome del desencuentro lo representa la relación entre EEUU y Cuba que durante mas de cinco décadas afectó profundamente las relaciones bilaterales y multilaterales entre todos los países de la región, como ningún otro hecho a lo largo de toda nuestra historia. El fantasma cubano estuvo sentado en todas las mesas de negociación.

Tal vez algo esté cambiando. El 17 de diciembre, Raúl Castro y Obama sorprendieron al mundo y en pocos minutos le pusieron fin a décadas de hostilidad al anunciar el restablecimiento de relaciones diplomáticas. Con una simpleza poco característica de la diatriba revolucionaria cubana, Raúl Castro resume la irracionalidad de ambos países durante cinco décadas al decir “debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias.”

Mientras los ecos del acuerdo continúan resonando, EEUU dio otra señal de acercamiento hacia la región y nombró a un Enviado Especial a participar en el Proceso de Paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. Un final exitoso del diálogo con Cuba, sumado al posible fin del conflicto armado de mayor duración en América Latina, tiene el potencial de crear el bloque más grande de países, mayoritariamente democráticos y pacíficos, con un potencial político y económico difícil de igualar.

Lamentablemente, no a todos les gusta el camino de la paz y la democracia. Venezuela está haciendo un esfuerzo desesperado por ocupar la silla que está vaciando Cuba. Esa silla es la garantía de subsistencia del régimen de Maduro, como fue durante cinco décadas para el régimen castrista. Sin embargo, si América Latina apoyó al régimen cubano es porque representaba el sueño inconcluso del ideal independentista, que encontraba su justificación en las decenas de intervenciones militares norteamericanas. Pero Chávez y Maduro no son Fidel, y el régimen Chavista jamás encontró un ícono revolucionario como el Che para cubrir las paredes de todas las universidades del mundo y asegurarse lealtad mundial a través de las generaciones. América Latina cometería un grave error en comprarle el cuento a un payaso peligroso, que encarcela a la oposición y que ya puso en ejercicio su reciente reforma que autoriza el uso de las armas en las manifestaciones, costándole la vida a un joven de 14 años.

En Abril, durante la Cumbre de las Américas en Panamá, se puede dar el siguiente paso en el afianzamiento de las relaciones. La Cumbre puede ser la reunión mas significativa en la historia de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Puede ser más importante que el Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, convocado por Bolívar, del cual Estados Unidos no participó porque un delegado murió en Cartagena y el otro llegó un día tarde. Puede ser más importante que la Cumbre en Punta del Este en 1967, en la que el conflicto entre Cuba y EEUU ya dividía el hemisferio. Y puede ser más importante que la de Miami en 1994, en la que el reinicio del proceso de Cumbres de la mano de Clinton estaría más marcado por la ausencia de Cuba que por la presencia de los otros 34 países.

Por primera vez en la historia, los 35 Estados de las Américas se sentarán en la misma mesa. Si bien en sólo dos días no discutirán ni un ápice de los temas pendientes, podrán dar un paso mucho mas importante, como es el de enterrar el fantasma cubano que ha flotado en todas las relaciones multilaterales y bilaterales. Más que acordar un sinnúmero de programas de dudoso cumplimiento, la Cumbre puede ser facilitadora para todos los diálogos posteriores entre los países de la región. Maduro intentará socavar la Cumbre, ya que ésta pondrá en evidencia su creciente aislamiento, pero esperemos que América Latina y Estados Unidos no dejen que un pajarito les arruine la fiesta.

No creo que Aureliano y Henry algún día salgan de copas, se embriaguen y se abracen como dos amigos inseparables. Pero hasta hace un par de meses, ni siquiera se podían tomar un café. Esperemos que la condena a cien años de soledad haya terminado y que con las negociaciones con Cuba, las FARC y la próxima Cumbre se terminen las Fordlandias y las bananeras.

@SantiagoACanton

El País

*Santiago Canton es director ejecutivo del Robert F. Kennedy Human Rights.