Reporteros Sin Fronteras, autor en Runrun

RSF: Maduro dificulta la tarea de los medios de comunicación en la crisis del coronavirus
Venezuela ocupa el lugar 148 de 180 en la clasificación mundial de la libertad de prensa 

La crisis del coronavirus ha actuado como un acelerador de la censura en América Latina y ha creado serias dificultades para acceder a información sobre la gestión de la epidemia por parte de los gobiernos de la región.

Estas limitaciones se han traducido en un espectacular deterioro del indicador que mide las dificultades de acceso a la información para los periodistas. Además, Latinoamérica registra este año el peor retroceso (el +2,5%) entre los indicadores regionales.

En América Latina y especialmente en Venezuela se observó como Nicolás Maduro dificultó la tarea de los medios de comunicación. «Aprovecharon la onda expansiva provocada por la crisis para fortalecer su arsenal de censura y complicar aún más la labor informativa de la prensa independiente.

A los periodistas se les acusó públicamente de exagerar la gravedad de la crisis sanitaria y de sembrar el pánico en el espacio público. Quienes se atrevieron a cuestionar la respuesta oficial de las autoridades para combatir la pandemia fueron detenidos, acusados de practicar el «terrorismo de desinformación» y, en ocasiones, encarcelados, como le ocurrió al periodista independiente venezolano Darvinson Rojas, que en un mensaje de Twitter puso en duda la credibilidad de las cifras oficiales», señaló el informe. 

En otras naciones también se pudo observar prácticas de obstrucción a la libertad de expresión. En Brasil el acceso a las cifras oficiales sobre la epidemia se volvió sumamente complejo por la falta de transparencia del gobierno de Jair Bolsonaro, que intentó por todos los medios minimizar el alcance de la crisis y generó innumerables tensiones entre las autoridades y los medios de comunicación nacionales.

En El Salvador, el trabajo de los periodistas encargados de cubrir la pandemia también se vio ampliamente obstaculizado: la policía se incautó de material periodístico, se prohibió el acceso a espacios públicos, hubo falta de transparencia en el acceso a la información pública, los funcionarios presidenciales se negaron a responder preguntas sobre el coronavirus durante las ruedas de prensa, e incluso se prohibió entrevistar a representantes del Estado sobre el asunto. 

En Guatemala (116º), el presidente Alejandro Giammattei expresó su deseo de “poner en toque de queda a los medios”.

La política contra los medios 

En todo el continente, los periodistas prosiguen con su trabajo de información en un entorno cada vez más dañino y tóxico. La desconfianza hacia la prensa se alimenta de la retórica antimediática de la clase política latinoamericana, cuya agresividad va creciendo. En Brasil y El Salvador, pero especialmente en Nicaragua y Venezuela -donde la prensa independiente agoniza-, a los periodistas se les califica como “enemigos del pueblo”.

Lo mismo ocurre en Cuba (171º), que permanece estancada en las profundidades de la Clasificación y donde la prensa independiente -que no tiene reconocimiento legal, ya que La Constitución prohíbe los medios privados-, solo puede existir a través de internet.

En México (143º), que sigue siendo uno de los países más mortíferos del mundo para la prensa, el presidente López Obrador sigue estigmatizando a los periodistas durante “las mañaneras” -sus conferencias de prensa matutinas-, cuando se publican informaciones contrarias a sus intereses. 

Una amenaza con múltiples formas 

La proliferación de las campañas de difamación, intimidación y acoso en internet contra periodistas, tanto si surgen de figuras públicas como de entidades secretas, representa otra fuerte tendencia en la región, sobre todo en Colombia (134º, -4) y en Brasil. 

Lejos de haberse debilitado, la violencia física contra periodistas y “comunicadores” ha contribuido a que se deteriore aún más, el 15%, el indicador de “Agresiones” de la Clasificación.

En Haití (87º, -4) o Chile (54º, -3), cubrir las manifestaciones se ha convertido en una actividad extremadamente peligrosa. En México, Honduras y Colombia les costó la propia vida en 2020 a 13 periodistas que, en su mayoría, habían investigado sobre la corrupción y el crimen organizado. La impunidad de los crímenes contra los periodistas continúa alimentando el círculo vicioso de la violencia en la región. 

A causa de un marco legislativo que ofrece poca protección y de la crisis económica causada por la pandemia, la prensa independiente se enfrenta a retos gigantescos y aún debe recuperar la confianza del público en el periodismo de calidad. Sin embargo, en esta difícil coyuntura, es la labor periodística la que ha permitido contrarrestar la información.

Reporteros Sin Fronteras: 65 periodistas fueron asesinados en 2017

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El Balance 2017 de ataques cometidos contra periodistas elaborado por RSF muestra que 65 reporteros fueron asesinados debido al ejercicio de su labor informativa*, ya sea mientras realizaban su trabajo, víctimas de un bombardeo, por ejemplo, o de forma deliberada porque sus investigaciones molestaban. La mayoría de los reporteros asesinados, 60%, eran periodistas profesionales.

Aunque el año 2017 ha sido el menos mortífero para los periodistas profesionales desde hace 14 años –50 perdieron la vida–, estas cifras siguen siendo alarmantes. De hecho, desde 2012 se ha observado un descenso constante en este rubro. Cierto, los periodistas han huido de los países que se han vuelto muy peligrosos, como Siria, Yemen o Libia. Pero también RSF observa una mayor toma de consciencia sobre la importancia de proteger a los periodistas. Desde 2006 la ONU ha adoptado diversas resoluciones relativas a la protección de periodistas. Asimismo, en las redacciones de numerosos medios de comunicación se han establecido medidas de seguridad.

La disminución de las agresiones no concierne a las periodistas, pues en 2017 se duplicó el número de reporteras asesinadas: diez murieron este año, mientras que en 2016 fueron cinco. La mayoría de ellas eran aguerridas y experimentadas periodistas de investigación. A pesar de las amenazas que habían recibido, muchas de ellas seguían investigando y revelando casos de corrupción, como Daphne Caruana Galizia en Malta, Gauri Lankesh en India y Miroslava Breach Velducea en México.

Otra tendencia notable del año 2017 es que ciertos países en paz fueron casi tan peligrosos para los periodistas como algunos que se encuentran en guerra: 46% de los reporteros fueron asesinados en países donde no existen conflictos armados declarados, mientras que en 2016 se trató de 30%. Así, en México se registró casi el mismo número de periodistas asesinados (11) que en Siria, el país más mortífero para los reporteros (12 asesinados).

Christophe Deloire, secretario general de RSF, lamenta que «los periodistas de investigación que trabajan sobre temas importantes como la corrupción o los escándalos ambientales, y quienes juegan un papel fundamental de contrapoder, sean convertidos en blanco de aquellos a quienes estas investigaciones incomodan. Esta alarmante situación nos recuerda la necesidad de proteger aún más a los periodistas, en un período de globalización de los desafíos de la información y de la internacionalización de la amenaza».

Hasta el 1 de diciembre de 2017, 326 periodistas se encontraban tras las rejas por haber ejercido su labor informativa. Al igual que en el caso de los periodistas asesinados, el número de reporteros detenidos es menor este año (-6%). Aunque la tendencia general es a la baja, ciertos países que hasta ahora no habían sido identificados como “países-prisión” para los profesionales de los medios de comunicación, se distinguieron por un número inusualmente elevado de periodistas encarcelados. Es el caso de Rusia y Marruecos. Por otra parte, a escala mundial, cerca de la mitad de los periodistas detenidos aún se concentra en cinco países. China y Turquía siguen siendo las mayores prisiones de periodistas en el mundo.

Para finalizar, actualmente en el mundo 54 periodistas se encuentran en manos de grupos armados o criminales (que no pertenecen al Estado), como el grupo Estado Islámico o los Hutíes en Yemen. Cerca de tres cuartas partes de los reporteros secuestrados son periodistas locales, que a menudo trabajan en condiciones precarias y que comportan grandes riesgos. Todos los casos de periodistas extranjeros secuestrados se registraron en Siria; hasta ahora no se ha podido precisar el lugar donde se encuentran.

*Con información de prensa RSF

Reporteros Sin Fronteras denunció incremento de violencia contra la prensa

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Con ocasión del Día Nacional del Periodista en Venezuela, Reporteros sin Fronteras denunció el incremento de los actos de violencia contra la prensa, en medio de una situación política muy tensa.

Las cifras provocan vértigo. De acuerdo con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), entre el 31 de marzo y el 24 de junio, 376 trabajadores de prensa han sido agredidos en 238 casos documentados, de los que las fuerzas de seguridad son responsables de 170. La GNB (Guardia Nacional Bolivariana) es responsable del 60.5 por ciento de los casos de agresiones que tienen como victimarios a los organismos de seguridad del Estado. El SNTP contabiliza igualmente 33 detenciones ilegales de trabajadores de medios de comunicación.

Se registran también numerosos casos de periodistas agredidos por los manifestantes.

Los periodistas no son las únicas víctimas de esta violenta represión. Desde el 1 de enero de 2017, más de 75 venezolanos han muerto en las manifestaciones y unos 2.000 han resultado heridos. La muerte del joven activista David Vallenilla, ocurrida el 22 de junio, consternó a todo el país. Cerca de 3.000 manifestantes han sido detenidos; de ellos, más de 1.000 aún se encuentran privados de su libertad*.

“En este día especial, Reporteros sin Fronteras (RSF) reconoce el valor de los periodistas venezolanos que, en la adversidad y en medio de condiciones de seguridad deplorables, siguen realizando su trabajo informativo», señaló Emmanuel Colombié, director del Despacho América Latina de RSF. “La libertad de expresión y la libertad de prensa se encuentran en peligro en Venezuela. El gobierno de Nicolás Maduro debe dejar de obstaculizar el trabajo de la prensa en las manifestaciones y dejar de censurarla sistemáticamente, así como garantizar la seguridad de manifestantes y periodistas”, añadió.

Por otra parte, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), cuyo director fue remplazado el 21 de junio pasado, sigue cerrando medios de comunicación. Tan sólo en el año 2017, la Conatel ha hecho callar a más de 41 radios y canales de televisión en los estados gobernados por el partido de Nicolás Maduro, según datos del Ipys.

Este cierre de medios de comunicación, favorecido por el «estado de excepción y emergencia económica», prolongado por el gobierno en mayo de 2017, se efectúa en medio de una gran opacidad y sin justificación.

Reporteros Sin Fronteras exige la liberación de Khadija Ismayilova

La periodista fue privada de libertad el 5 de diciembre por «provocar el suicidio» de Toural Moustafaïev. La ONG considera absurdos los cargos levantados contra la defensora de la libertad de prensa

Khadija+Ismayilova+Aserbajdsjan+fritt+ord+korrupsjon

Un tribunal del distrito de Sabail, en la capital de Azerbaiyán, decidió este 5 de diciembre poner bajo custodia a Khadija Ismailova, reputada periodista e incluida en la lista de los “Cien héroes de la información” de Reporteros Sin Fronteras. Exdirectora de Radio Azadlyg (servicio azerío de Radio Free Europe/Radio Liberty) colabora con muchos otros medios de comunicación. Es célebre por sus investigaciones de calado sobre la corrupción en los más altos niveles del estado, un tema muy delicado, y se cuenta entre los pocos que tienen el coraje de cubrirlos.

Está acusada de «provocar el suicidio» de Toural Moustafaïev en base al artículo 125 del Código Penal. El excolaborador de Radio Azadlyg y de otro medio de oposición, Meydan TV, trató de poner fin a su vida dos meses antes. Las conclusiones de la investigación hacen recaer la responsabilidad en Khadija Ismaïllova. Toural Moustafaïev dijo a Meydan TV que no puede hablar de sus declaraciones porque ha firmado un acuerdo de silencio, pero según personas cercanas a Khadija Ismailova, habría dicho a los investigadores que ella le despidió de Radio Azadlyg cuando era directora.

La organización internacional Reporteros Sin Fronteras emitió una petición donde se insta a las autoridades de dicho país, liberar a Ismayilova y retirar los cargos que levantaron en su contra por considerarlos absurdos.

La acusación contra esta activista de los derechos humanos, que se ha enfrentado con anterioridad a las acusaciones de espionaje y difamación, es, a todas luces, absurda. Ismayilova se une a otros nueve periodistas y al menos a cinco bloggers detenidos, todos encarcelados a causa de sus actividades profesionales. Reporteros Sin Fronteras pide su liberación inmediata e incondicional.

Para firmar la petición donde se solicita la liberación de Khadija Ismailova, haga clic aquí.