El chavismo se ha cansado de Pablo Iglesias. El líder morado lleva meses tratando de marcar distancias con el régimen de Maduro para así llegar a los electores más críticos, pero ha habido una gota que ya ha colmado el vaso venezolano definitivamente. Y es que a Iglesias no se le ocurrió otra cosa que ofrecerse como mediador ante Maduro para permitir la entrada en el país del expresidente Felipe González, que forma parte de la defensa de los opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma.

Desde Venezuela no entienden el gesto y la prensa fiel al régimen lo ha calificado como «ridículo». Maduro considera que Podemos ha traicionado durante los últimos meses su espíritu inicial con  un fin electoral y no comprende la deriva que está tomando el partido. El presidente venezolano pensará que, de haberlo sabido, no hubiera financiado la creación del partido con fondos que supuestamente proceden del narcotráfico, tal y como asegura el Informe Cardona publicado en exclusiva por Gaceta.es.

El artículo de Misión Verdad se titula La Indefinición de Podemos y trata de explicar el distanciamiento del partido con Venezuela. La prensa chavista considera que Iglesias ha sufrido el «miedo que vive la izquierda cuando observa el poder real frente a sus ojos».

Tal como publica Vozpópuli, para el régimen de Maduro, Podemos tomó el camino equivocado cuando «en vez de hacerse cargo de su pasado como colaboradores de segunda fila de Chávez, legitimaron que eso era una carga, un peso en la espalda». El chavismo acusa a Iglesias de «legitimar la densidad y profundidad de la campaña contra Podemos por ser ‘chavista’ y utilizar el tema para desmarcarse y tirarse hacia el centro político con el fin de ablandar el discurso».

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