Giuseppe Giannetto, autor en Runrun

Giuseppe Giannetto

Día de Profesor Universitario,  por Giuseppe Giannetto

 

 

EL INICIO DE LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA SE REMONTA al  22 de diciembre de 1721 cuando, el Rey Felipe V, aprueba llevar el Colegio Seminario de Santa Rosa de Lima a Real Universidad de Caracas. Un año más tarde por Bula papal recibe también el rango de Pontificia, convirtiéndose en la Real y Pontificia Universidad de Caracas. Posteriormente, en 1827 se aprueban los nuevos estatutos republicanos impulsados por el Claustro Universitario, liderizado por el Dr. Jose Maria Vargas, y por el nuevo Ejecutivo Nacional presidido por  el Libertador Simón Bolivar. Estos nuevos estatutos eliminan la discriminación social y racial en el ingreso a los estudios y la docencia universitaria.

Por iniciativa del Libertador recibió bienes inmuebles, entre ellos las mejores haciendas de cacao y café del país, para permitirle disponer de rentas suficientes para su funcionamiento y crecimiento.

Esta nueva Universidad autónoma, en Institutos y recursos, se  desarrolla en un ambiente crítico, cientificista y experimental hasta que, en 1870, bajo las tiranías de Antonio Guzman Blanco y Joaquín Crespo, entre 1870 y 1898, la universidad sufre despojos de su autonomía y de su patrimonio. En 1899, en resistencia a dichas arbitrariedades una protesta cívica de ciudadanos y estudiantes derriban las estatuas erigidas en adulación a las tiranías. Es allí, en la última década del siglo XIX, que comienza la resistencia universitaria a los regímenes totalitarios, resistencia que se ha mantenido hasta hoy día.

La Universidad tiene como propósito fortalecer la formación integral iniciada en los ciclos inferiores y formar equipos de profesionales y técnicos necesarios para el desarrollo y el progreso del país. Para ello debe enseñar al estudiante a aprender a aprender. Y eso solo puede asegurarlo si el estudiante aprende a analizar, a razonar, para llegar a las conclusiones que le permitan darle respuesta a los diferentes problemas a los cuales se enfrentara en su vida profesional.

Además, la Universidad también tiene, como tarea fundamental, permitir el libre debate de las ideas, del pensamiento crítico y, por lo tanto,  ser una Escuela de Democracia. Y esto último, convierte a la Universidad en sinónimo de libertad y, es por ello, que las Universidades han sufrido y sufren el ataque permanente de los dictadorzuelos de turno.

Podríamos decir que la Universidad venezolana de excelencia: la de docencia, investigación y extensión en las diversas áreas del conocimiento, tiene su partida de nacimiento con la Democracia, en 1958. Previo a ello, se realizaba investigación, se creaba conocimiento, en muy pocas áreas. A partir de ese año, comienzan a crearse organismos internos como los Consejos de Desarrollo Científico y Humanístico a los cuales les correspondió organizar, entre otras,  políticas de financiamiento de proyectos de investigación, financiamiento de eventos científicos y la política de desarrollo de cuadros profesorales que, además de impartir docencia, crearan conocimientos; es decir, la implementación de políticas de desarrollo de RRHH, al más alto nivel internacional, en las mejores Universidades y Centros de Investigación del mundo. Unido a ello, comienza una etapa de contratación de docentes investigadores en todas las áreas del conocimiento: españoles, franceses, ingleses, alemanes, húngaros, checos, serbios, croatas, rumanos, rusos,  … que, huyendo de la miseria, de la represión y/o de las tiranías, vinieron a reforzar la construcción de esa Universidad de excelencia. Estos maestros, junto a los cuadros venezolanos, que ya comienzan a retornar al país con estudios de maestría y doctorado, inician la instalación nuevos laboratorios y líneas de investigación y desarrollo, … en las distintas áreas del conocimiento. Se comienzan a renovar y actualizar los laboratorios de docencia y las bibliotecas, para adecuarlos a los nuevos tiempos. Los estudiantes de pregrado, en la medida que avanzan en sus carreras, son captados por esos docentes investigadores de alto nivel académico, para realizar sus trabajos especiales de grado, muchos de los cuales comienzan a publicarse en revistas nacionales y en revistas internacionales de alto impacto.  Este impulso es alimentado por un grupo significativo de profesionales, también de alto nivel que, huyendo de las dictaduras del cono sur recalan en nuestra Venezuela. Argentinos, brasileños, chilenos, uruguayos, paraguayos, … se incorporan a los cuadros profesionales antes señalados.

La Universidad se desarrolla, se ubica entre las primeras de América Latina; nuestros egresados, en su gran mayoría, muy bien formados, se incorporan a las diversas industrias que comienzan a florecer en el país. PDVSA, PETROQUIMICA, SIDOR, INTERALUMINA, VENALUM, Ferrominera, … entre las públicas, pero también a las muchas empresas privadas del plásticos, cemento, alimentos, metalmecánica, farmacéuticas, construcción, … Ello ocurrió no solo en las áreas de ciencia y tecnología, también se llevo a cabo en el  área de la salud donde nuestros hospitales públicos y privados comienzan a aplicar conocimientos y técnicas de punta en el tratamiento de diversos padecimientos. Y no podemos olvidar a las indispensables Ciencias Sociales y a las Humanidades que también se desarrollan como nunca en el país. Simultáneamente, con la Democracia, también nace la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia, ASOVAC, y para desarrollar las regiones, se crean nuevas Universidades,  Institutos Tecnológico y Colegios Universitarios. La Universidad de Oriente, la Universidad del Táchira, la Universidad Simón Bolivar, la Universidad Lisandro Alvarado, la Universidad Francisco de Miranda, la Universidad Ezequiel Zamora, la Universidad Romulo Gallegos, la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio Jose de Sucre, la Universidad de Guayana, … Universidades de verdad-verdad, no centros de adoctrinamiento como los creados en los últimos 20 años.

También,  a principio de 1958, individuos preclaros se agrupan y crean las Asociaciones de Profesores, los Institutos de Previsión Social y los Fondos de Jubilaciones, para luchar por condiciones laborales dignas, libertad de cátedra, salarios apropiados y una previsión social adecuada, tanto para los docentes investigadores como para sus familiares. Sus estatutos fundacionales  tuvieron como fundamento, cito:

1) Defender y enaltecer la función ductora de la Universidad en la vida nacional

2) Ser órgano de expresión del pensamiento del personal docente y de investigación sobre las cuestiones pertinentes a la enseñanza, al profesorado y a la organización de la Universidad

3) Contribuir a la marcha normal de la Universidad

4) Propiciar y mantener la unidad del profesorado sin distinciones de credos, partidos ni nacionalidades

5) Defender  la libertad de Cátedra y la inviolabilidad del recinto universitario y

6) Luchar por la dignidad, el bienestar, la protección social, la estabilidad y el escalafón de todo el profesorado universitario.

Se firman Actas Convenio de vanguardia que permitió que muchos de nosotros, aun tentados por mejores condiciones económicas, nos decantáramos por la actividad laboral en nuestras Universidades anteponiendo el ambiente de libertad, autonomía y creatividad a las tentadoras ofertas económicas del sector privado. Y, es gracias a estas instituciones creadas por nuestros dirigentes profesorales, que muchos de nosotros pudimos, en aquellos tiempos, adquirir una vivienda digna, vehículo, disfrutar de espacios de recreación, atención medica de calidad  …

Claro que todo no fue color de rosas. Aun en tiempos democráticos, la Universidad tuvo que luchar para preservar su autonomía y por presupuestos acordes a su noble labor. Y allí, nuestros dirigentes profesorales siempre estuvieron en el frente de batalla, algunas veces acompañados de las autoridades de turno pero, otras veces, haciéndolo solos.

No digo esto para congraciarme con el auditorio, sino por convicción, por haberlo vivido, ya que antes de llegar a ser Vicerrector y Rector, fui un docente investigador, que muchas de las cosas que obtuvo, fue gracias a esas instituciones:  la Asociación de Profesores, el Instituto de Previsión Social y el Fondo de Jubilaciones,  que me permitieron mantener un nivel de vida adecuado, para mis familiares y para mí y así, poder dedicarme en cuerpo y alma a la docencia, a la investigación y a la extensión universitaria.

Mis hijos estudiaron en los excelentes Centros Educativos de la Asociación.

La atención medica de mis familiares, en especial de mis padres, fue gracias a la política previsional creada por las ya citadas Instituciones.

Mi primera vivienda y mi primer vehículo fueron obtenidos con préstamos del IPP.

Mis vacaciones, además del Bono Vacacional obtenido por acta convenio, eran complementas por prestamos de la Caja de ahorros.

Mi pensión de Jubilación y su homologación es gracias a las luchas de las Asociaciones de Profesores.

Este conjunto de cosas antes citadas, inversión, formación de recursos humanos, libertad, previsión social,  … dio como resultado una Universidad pujante, de excelencia, reconocida mundialmente.

Ante lo que les ha tocado vivir en los últimos años, las nuevas generaciones de docentes investigadores, creerán que les estoy mintiendo pero, todo esto que les he relatado ocurrió, es cierto. Lo vivimos, no fueron fantasías.

Sin embargo, todo este avance, todo este desarrollo, ese mundo perfecto, entre comillas, se fue  degradando, difuminando, hasta llegar a la situación actual.

A principios del año 2001, grupo radicales, con una violencia inusitada, asaltan sin éxito, nuestras Universidades para ponerlas al servicio de un pensamiento único (testigo de excepción de ello, el Rector de la ULA del momento, mi amigo el Prof Genry Vargas). Al no lograrlo, comienza un  acoso político partidista brutal, a nuestras Instituciones, que se ha mantenido hasta nuestros días.

Entre 2008 y 2012, comienza el cerco jurídico a las Universidades. Modifican irregularmente la Ley Orgánica de Educacion para obligar a las Universidades a desconocer el Articulo 109 de la Constitución. Al no acatar dicha irregularidad, a través de Amparos Constitucionales írritos, validados por una “Justicia” al servicio del poder de turno, impiden la renovación de Autoridades Decanales y Rectorales. Pero, la Universidad autónoma, la que tiene espacios para todas las formas de pensamiento, la que rechaza toda forma de dogmatismo, la que rechaza todo intento de subordinar la verdad, la Universidad irreverente,  se ha mantenido erguida, abierta, luchando por defender su autonomía y sus espacios de libertad.

A finales de la primera década del 2000, con la crisis económica comenzando a desarrollarse y las Universidades, no dando su brazo a torcer, los presupuestos universitarios comienzan a ser cada vez mas deficitarios, no hay reposición de cargos, cuando un profesor titular o de otra categoría -a dedicación exclusiva  y con título de maestro o doctor- se jubila, comienza a ser sustituido por un instructor contratado por horas. Los laboratorios de docencia y de Investigación casi impedidos de funcionar por falta de insumos o por equipos dañados que no pueden repararse y menos reponerse. Y las bibliotecas pierden la actualización que tuvieron en años anteriores. Los gastos de funcionamiento e inversión no permiten mantener condiciones mínimas de salubridad en Escuelas, Institutos y Facultades. Plantas físicas deterioradas por falta de mantenimiento.  Equipamiento tecnológico cada vez menos actualizado. Aunque muchos no lo crean, las asignaciones presupuestarias, para gastos de funcionamiento e inversión, a Escuelas e Institutos no llegan a 1 mil bolívares anuales.

Informes de los Consejos de Desarrollo Científico y Humanísticos de la UCV y de la ULA, preparados por los Prof. Félix Tapia y Alejandro Gutierrez  respectivamente, confirman la grave problemática para la formación de nuestros Recursos Humanos, para el financiamiento de las labores de investigación y la actualización tecnológica en nuestras Universidades.

Tomando estadísticas del CDCH de la UCV podemos ver la debacle de la Universidad venezolana:

1.- Mientras que el año 2000 teníamos 148 profesores realizando estudios doctorarles en el exterior, en el 2010 solo se contaba con 39 y en el 2017, apenas 14, muchos de ellos becados por organismos internacionales, lo cual no asegura su retorno al país.

2.- En lo que respecta a proyectos de investigación, mientras en el 2000 se financiaron 469, en el 2010 solo se aprobaron 164 y en el 2017, apenas 6.

3.- En relación a la asistencias a eventos internacionales, en el 2000 se financiaron 480, en el 2010, 2 y en 2017, ninguna. Hace 3 años que este programa está suspendido.

4.- Si hablamos de eventos nacionales, la situación es similar de dramática. En el 2000 909, en el 2010 31 y en el 2017 apenas 5.

Esta grave situación se repite en la ULA y en todas las demás Instituciones de Educacion Superior.

A todo esto agreguémosle que:

– un Decreto presidencial, considera como gastos suntuarios la adquisición de equipos y plataformas tecnológicas, la asistencia a eventos en el exterior y el financiamiento de los programas de publicaciones de los CDCHT

– los recursos que el Ejecutivo Nacional recauda, año tras año, por la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, LOCTI, no son destinados para los fines que dicha Ley dispone; es decir, financiamiento de proyectos de investigación, equipamiento científico, adquisición de revistas, realización de seminarios nacionales e internacionales.

Como bien señala el Prof. Alejandro Gutierrez, en su informe anual como Coordinador General del CDCHT de la ULA, cito “La ciencia venezolana atraviesa la peor crisis y se encuentra aislada del mundo científico en el momento en que la humanidad vive una nueva revolución tecnológica”.

Como si no fuera suficiente todo lo antes señalado, este mismo año 2018, el gobierno decide arbitrariamente la eliminación de los tabuladores salariales concebidos de acuerdo a la meritocracia del trabajador de modo que las personas puedan ascender en la medida que se van formando, preparando, de forma que haya una remuneración distinta, como un estimulo al concurso de los trabajos.  Es decir, a todo lo anterior hay que agregarle una nivelación salarial por abajo. Este nuevo método original de agresión a la Universidad venezolana, impone unas condiciones laborales que condenan al trabajador universitario a la pobreza extrema ya que se desconocen las contrataciones colectivas, actas convenio y tabuladores salariales del sector público en general y del universitario en particular. Este drama social y humano ha conducido a diversos Consejos Universitarios de Universidades Autónomas a declararse en Emergencia Financiera Compleja en sus instituciones pues sus comunidades se han visto privadas de derechos que le garanticen una vida digna.

Todo este conjunto de eventos, ha traído que en los últimos años que los concursos sean declarados desiertos y que se haya producido una  la fuga masiva, no solo de docentes investigadores, sino también de empleados y obreros especializados, acompañada de una deserción estudiantil que en muchos casos sobrepasa el 40 y el 50%. Y es que el ascenso social que nos proporciono, con todos sus defectos, los 40 años de vida democrática, desapareció en estos últimos 10 años.

Si bien tres o cuatro Universidades, UCV, ULA, USB y la UCAB,  siguen apareciendo entre las mejores de América Latina, ello es producto de la inversión de Educacion Superior y Ciencia y Tecnología de 40-50 años anteriores.

No es verdad que las Universidades públicas estén bien, aunque aparezcan posicionadas de manera relevante en los diferentes sistemas de evaluación. Esos resultados son las secuelas de las inversiones del pasado.

Todos sabemos lo que se debe hacer para revertir esta dramática situación. Bien lo señala, entre otros, el Prof. Tulio Ramirez, Director del Doctorado en Educacion de la UCV y ahora de la UCAB:

  1. Diversificar la oferta educativa
  2. Diseñar una política de financiamiento
  3. Mejorar sustancialmente los sueldos y beneficios sociales de los trabajadores
  4. Crear un sistema nacional de acreditación
  5. Reformar la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación
  6. Impulsar la oferta de carreras de pregrado y cursos de postgrado en línea. Es decir, virtualizar las carreras universitarias.
  7. Hacer cumplir el Articulo 109 de la Constitución que sin equívocos establece la Autonomía de nuestras Universidades y se permitan, entre otras cosas,  elecciones de Autoridades.
  8. Crear un tentador programa de “Retorno al País”.

Mientras tanto, nos toca a cada uno de nosotros innovar en tiempos de crisis, sobretodo en una crisis tan profunda como la que vivimos donde alimentarse y transportarse es cada vez más difícil, donde adquirir libros y revistas especializadas es imposible, donde hasta sacar una copia se hace cada vez mas inaccesible. Como dice mi amigo, el Rector Lester Rodriguez, hablar de educación de calidad en estas condiciones, es imposible. Pero no debemos desmayar en nuestras labores de docencia e investigación y en especial en las de docencia. Debemos retener a nuestros estudiantes, motivarlos a seguir adelante, para que la desesperanza no nos los arrebate. La desesperanza no puede apropiarse de nuestras Universidades, no puede adueñarse del país.

No podemos dejar la educación de los nuevos profesionales, que no son otra cosa que el futuro del país, en manos de improvisados que quieren graduar maestros en 2 años y médicos, científicos, ingenieros en 3 años.  Allí, las Asociaciones Profesores, junto con las Autoridades universitarias y la comunidad universitaria toda, tienen un rol fundamental que jugar y, no tengo la menor duda que, como en otros tiempos, estarán en primera línea para defender a la Universidad venezolana y a su autonomía, que no es otra cosa que la defensa la democracia, de la libertad de expresión, del respeto al que piensa distinto, es la defensa de los contrapesos institucionales, que nos dan la autonomía de los diferentes poderes del Estado. No debemos de olvidar que la Universidad es la conciencia de la nación, sobre todo ahora que nuestro sistema de libertades corre tanto peligro frente a las trampas de la demagogia, el populismo y el fanatismo ideológico.

Como bien señala el abogado y escritor nicaragüense Sergio Ramirez, Premio Cervantes de Literatura 2017, vicepresidente del primer gobierno sandinista, y hoy acérrimo enemigo del despotismo que somete al pueblo nicaragüense, cito: “La democracia necesita ser defendida con las herramientas del pensamiento crítico elaborado en los recintos académicos. En el ejercicio de su autonomía, y en el libre debate de las ideas, las Universidades deben ser Escuelas de democracia”  … “La primera predica de la Universidad, que por su naturaleza y su misión encarna la diversidad, es el beneficio de la libertad, para cerrar así el paso a la intolerancia de quienes no admiten el pensamiento ajeno y buscan anularlo. Quienes expulsan de las Universidades toda forma diferente de pensar, son quienes terminan levantando los cadalsos e inflamando las hogueras donde empiezan quemando libros y terminan quemando personas”, fin de la cita.

Es por todo ello y mas que nuestras Instituciones deben mantenerse abiertas, en pie de lucha, exigiendo condiciones apropiadas de funcionamiento para que la Casa pueda seguir venciendo la sombra de la ignominia, la barbarie, de la tiranía.

Como bien señala el Ing. Jose Ignacio Moreno Leon, ex Rector de la Universidad Metropolitana y ex Ministro de Energía y Minas de Venezuela, cito “debemos recordar, una y mil veces, que el pluralismo, la alternancia en el Poder y la objeción de conciencia no son adornos del pensamiento burgués sino conquistas de la humanidad”.

Nosotros tenemos razón. Debemos seguir luchando. No podemos desfallecer, no debemos desfallecer.

Debemos seguir luchando por la Universidad que queremos, los que queremos a la Universidad Autónoma.

Debemos seguir luchando por la Venezuela que queremos, los que queremos a Venezuela libre y democrática.

 

 

@RECTORGIANNETTO