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Las muertes sospechosas de narcos ecuatorianos

Cuando están en la cúspide, algunos criminales sueñan con ser invisibles para evitar a sus enemigos. Y en Ecuador, al menos dos han fingido su muerte y otros tres han dejado una estela de inconsistencias, dudas e impunidad tras el reporte oficial de su fallecimiento.

El caso más significativo es el de Leandro Antonio Norero Tigua, señalado como financista de bandas delictivas como Lobos, Tiguerones y Chone Killers que, con un proceso abierto por narcotráfico en Ecuador en 2018, no tuvo obstáculos para hacerse pasar por muerto.

En octubre de 2021, una banda conocida como Los Fantasmas, difundió un video que lo señalaba como cabeza de organizaciones narco criminales. Algo que para ese momento parecía descabellado, físicamente imposible, porque luego de que Perú inició un proceso por narcotráfico en su contra —que venía con una solicitud de extradición— su defensa presentó un certificado que aseguraba que Norero había fallecido por covid-19 en 2020.

Ese mismo año, aunque estaba ‘muerto’, Norero pagó de impuesto a la renta en Ecuador 50.394 dólares, mientras en 2019 había pagado 8.375 dólares, según información del sitio web del Servicio de Rentas Internas (SRI). Además, en 2021, fue registrado como accionista de Ashimha-Life, según consta en la web de la Superintendencia de Compañías de Ecuador. Esa empresa es, a su vez, accionista de Avilmat, que en 2021 obtuvo dos contratos con el Municipio de Manta, en Manabí, por más de tres millones de dólares.

Hasta que, en mayo de 2022, el exministro del Interior, Patricio Carrillo, anunció que se había dado un golpe a una importante estructura criminal, a la que se le encontró aproximadamente 10 millones de dólares en oro sólido, joyas, relojes y dinero. Entre los detenidos estaban Norero y tres de sus familiares.

Leandro Norero fingió su muerte en 2020. Fue asesinado en octubre de 2022.

El caso de Norero parece absurdo, pero no es el único. El Estado ecuatoriano no ha podido eliminar las dudas sobre las muertes de al menos otros cuatro criminales de alto perfil en los últimos diez años. Policías, funcionarios y exaltos funcionarios dudan de la muerte de Wilmer Chavarría alias Pipo, líder de Los Lobos; Junior Roldán, cabecilla de Las Águilas; Freddy Anchundia, líder de los R7 y Pablo Miguel Córdova Coronel, procesado por narcotráfico.

A través de consultas con funcionarios y exfuncionarios, análisis sobre el contexto de sus muertes, revisión de certificados de defunción y seguimiento al patrimonio de los implicados, esta investigación periodística publicada por CONNECTAS y varios medios ecuatorianos fallas importantes en los procedimientos de instituciones del Estado, debilidades en la identificación de cadáveres y descoordinación en la cooperación judicial que hacen factible que los narcotraficantes utilicen esta táctica para desaparecer.

La segunda muerte oficial de Leandro Norero Tigua —esta vez dentro de la cárcel de Cotopaxi— fue anunciada el 3 de octubre de 2022 por el SNAI, justo el día que iba a ser vinculado a un nuevo proceso penal por narcotráfico, la tercera causa en su contra.

Un año después, bajo una nueva política de seguridad, la Fiscalía emprendió la investigación Metástasis, que detuvo a casi 40 personas entre funcionarios judiciales, jueces y policías basándose en unos chats de Leandro Norero que reseñan supuestos vínculos del narcotráfico con acciones y omisiones judiciales, corrupción policial y del sistema penitenciario ecuatoriano. Se hizo evidente la relación entre Norero y el director de las prisiones ecuatorianas y ex director Antinarcóticos de la Policía, Pablo Ramírez. Después del destape del caso Metástasis la Fiscalía nombró a un grupo de agentes para que investigue el fallecimiento del narcotraficante.

En febrero de 2024, bajo requerimiento de esta investigación, se difundió el informe de la autopsia realizada a Leandro Norero, en la que se detalla que su cuerpo estaba “desnudo, decapitado, desmembrado, con múltiples lesiones cortopunzantes y con signos de quemaduras”, y que fue analizado por los forenses el 5 de octubre de 2022, dos días después de su asesinato. 

Pero no fue hasta octubre de 2023, un año después de su muerte, que se realizó un informe de cotejamiento genético de hermandad entre las muestras de sangre tomadas a Leandro Norero y a su hermano Israel Norero, que permitió confirmar, al menos para la Fiscalía, su asesinato. La explicación a esta demora es la falta de una base de datos genética para identificar a un cadáver en ese estado. Aún no se conoce dónde fue sepultado Norero.

El equipo periodístico envió un requerimiento de información a la Fiscalía consultando por qué, si tenían las pruebas desde 2023, en 2024 iniciaron una investigación que ponía en duda su muerte. También se solicitó una entrevista a la Fiscal General sobre estos hechos. Pero ambas solicitudes fueron negadas.

Las grietas

William Chavarría Barré, alias Pipo y líder de Los Lobos, supuestamente también murió en la cárcel, en una masacre ocurrida en Turi, Cuenca, el 23 de febrero de 2021. Pero el certificado de defunción, al que tuvo acceso esta investigación, describe que alias Pipo falleció por covid-19 en Santo Domingo de los Tsáchilas (a unos 430 km de Cuenca) el mismo 23 de febrero.

Wilmer Chavarría, alias Pipo, está inscrito como difunto por COVID-19 en 2021. El Gobierno ecuatoriano lo considera objetivo militar desde abril de 2024

Wilmer Chavarría, alias Pipo, está inscrito como difunto por COVID-19 en 2021. El Gobierno ecuatoriano lo considera objetivo militar desde abril de 2024

Además, en un informe reservado de 2022, la Policía ecuatoriana describe que, aunque Chavarría aparece como muerto por covid-19 para el Estado, “se presume que alias Pipo habría falsificado un acta de defunción como estrategia para despistar a sus enemigos y autoridades”. Incluso, el 19 de abril de 2024, el Gobierno ecuatoriano publicó una lista de objetivos militares entre los que cuenta a alias Pipo.

Un mes antes, el exministro del Interior, José Serrano, dijo públicamente que las matanzas carcelarias eran una pantalla para que los narcotraficantes pudieran fingir sus muertes, refiriéndose a alias Pipo, quien —según él— opera aún al mando de Los Lobos a través del nuevo cabecilla, Fabricio Colón Pico, recapturado el 22 de abril por la Policía.

Edison Romo, experto en seguridad, declaró que “cuando se dan los acontecimientos de masacres (carcelarias) no se sabe quién es quién y cuáles fueron los que realmente fallecieron”.

Desde el 2020, en Ecuador es muy fácil conseguir un certificado de defunción. Tras la emergencia por la pandemia de covid-19, este país habilitó una opción en línea para inscribir defunciones. Vicente Taiano, exdirector del Registro Civil cuando se instauró esta medida, explicó que se dio esta facilidad para evitar cargar de trámites a los familiares de las víctimas del Covid-19. “Esto podría ser mal utilizado, claro, pero habría que preguntarle a las autoridades actuales qué se está haciendo”, refiere Taiano.

El certificado de defunción habilita otros trámites, como pedir la extinción de la acción penal o el archivo de una investigación de la Fiscalía. El abogado e investigador en violencia política y criminal, Luis Córdova, explica que, en efecto, la acción penal concluye con la muerte del individuo procesado.

Además, en Ecuador existen los certificados de “presunta muerte”, que funcionan igual que un certificado de defunción. Según la Dirección Nacional de Registro Civil, la figura de muerte presunta se inscribe a través de la sentencia emitida por un juez de la materia, que declara la muerte de un ciudadano que se presume se encuentra fallecido.

Uno de los investigados que usó esta figura fue Pablo Córdova Coronel, involucrado en el caso de narcotráfico Huracán de la Frontera. De acuerdo con los documentos a los que tuvo acceso esta investigación, Córdova Coronel tiene un certificado de defunción por presunta muerte. De su muerte sospecha un alto exfuncionario de la Policía ecuatoriana que pidió reservar su identidad por seguridad.

 

Freddy Marcelo Anchundia Loor murió el 8 de noviembre de 2023 en una cárcel de Guayaquil, según el SNAI. En Colombia, la investigación de su asesinato está en reserva.

Freddy Marcelo Anchundia Loor murió el 8 de noviembre de 2023 en una cárcel de Guayaquil, según el SNAI. En Colombia, la investigación de su asesinato está en reserva.

Las contradicciones entre cómo y en dónde han muerto algunos de estos criminales se suman a las razones que dan cabida a las sospechas. Freddy Marcelo Anchundia Loor, cabecilla de la banda narcocriminal R7, procesado por asesinato y evasión y señalado por el Gobierno de Guillermo Lasso como autor intelectual de dos de las grandes masacres carcelarias, fue detenido en Manabí en 2016 y trasladado a la cárcel de Turi, en Cuenca hasta que, en 2022, luego de una matanza en esa prisión, fue enviado a la cárcel de máxima seguridad conocida como La Roca.

El 8 de noviembre de 2023, el SNAI anunció en su cuenta de X que Anchundia había muerto dentro de una cárcel de Guayaquil. Pero en el certificado de defunción de Anchundia,al que tuvo acceso esta investigación indica que murió ese 8 de noviembre en Puerta Máquina, Antioquia, Colombia, por un presunto ahorcamiento.

Entonces, ¿en dónde murió Freddy Anchundia? Ni el SNAI, ni la Policía, ni la ministra del Interior, Mónica Palencia, han respondido a los requerimientos de información sobre estas inconsistencias asentadas en el Registro Civil de Ecuador.

La de Anchundia no es la primera muerte de un narcotraficante ecuatoriano que se investiga en el vecino país. El cabecilla de Los Águilas, Junior Alexander Roldán Paredes, llegó a controlar prisiones en Guayas, Sucumbíos y Loja. Enfrentó dos condenas por asesinato y estuvo preso desde 2009. El 14 de febrero de 2023 salió de la cárcel de Guayaquil después de que obtuviera una calificación de parte del SNAI de “buena conducta” e hizo un despliegue de su seguridad privada en un enfrentamiento con policías.

Un mes después, sufrió un atentado en El Triunfo, su bastión, y se quitó el grillete electrónico. Hasta que, en mayo de 2023, el excomandante de la Policía ecuatoriana, Fausto Salinas, dijo que supo de la muerte de Roldán Paredes porque su par colombiano le informó que lo habían identificado.

El entonces ministro del Interior, Juan Zapata, anunció el 8 de mayo que alias Junior había sido asesinado por un familiar de su pareja, durante una fiesta en una finca en Antioquia, Colombia. El anuncio ocurrió una semana antes de que las autoridades colombianas oficializaran su muerte. En respuesta a un requerimiento de esta investigación, la Fiscalía de Colombia indicó que “el 15 de mayo de 2023 se remitió el aviso consular a Ecuador y se aportó el acta de entrega del cuerpo”.

Fue sepultado en el cementerio de Envigado, Colombia, el 18 de mayo de 2023 y el 12 de septiembre de ese mismo año se conoció que sus restos fueron robados. Supuestos familiares de Junior Roldán intentaron exhumar el cuerpo con documentos forjados y, ante la negativa del encargado del cementerio, se lo llevaron por la fuerza y cremaron los restos. La investigación del lado colombiano concluyó que las cenizas llegaron a Ecuador, según el exsecretario de Seguridad de Envigado, Rafael Betancourt.

La Policía de Colombia respondió para esta investigación que el proceso investigativo por el presunto asesinato de Junior Roldán está activo, en etapa de juzgamiento, mientras en diversos medios circulan alusiones a que sigue vivo en El Triunfo, Guayas, y que no se ha nombrado un sucesor en su banda. 

El Gobierno ecuatoriano anunció el 8 de mayo de 2023 que Junior Roldán había muerto en Colombia. En septiembre su cadáver fue robado y las pericias determinaron que sus restos cremados llegaron a Ecuador.

El Gobierno ecuatoriano anunció el 8 de mayo de 2023 que Junior Roldán había muerto en Colombia. En septiembre su cadáver fue robado y las pericias determinaron que sus restos cremados llegaron a Ecuador.

La comandancia de Policía ecuatoriana y la actual ministra del Interior no respondieron a los requerimientos de información enviados por los autores de este reportaje investigativo sobre si están buscando a otros “muertos”, como se evidencia en las múltiples solicitudes que se pueden ver en la investigación completa.

Las grietas en tres instituciones del Estado ecuatoriano: el servicio de prisiones, la identificación de cadáveres y los procedimientos del Registro Civil se suman a la infiltración de la corrupción y alimentan la leyenda de los narcos que operan con impunidad en las sombras.

Si le interesa conocer más sobre los casos ‘sospechosos’ de narcos ecuatorianos presuntamente muertos puede ingresar acá al reportaje completo.

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Nueve razones por las que América Latina debe preocuparse por Haití

Cada día trae su tragedia. El dos de marzo de 2024, varias bandas delictivas asaltaron la Penitenciaría Nacional y la prisión de Croix de Bouquets, donde liberaron a los prisioneros. Luego, sitiaron el puerto de la capital Puerto Príncipe y rodearon el aeropuerto Toussaint Louverture. Desde esa semana, las cosas van de mal en peor, incluyendo el incendio y saqueo de la casa del jefe de la Policía Nacional. En medio de este caos, el primer ministro Ariel Henry se encuentra varado en Puerto Rico tras un viaje a Kenia en busca de acelerar el envío de una misión de seguridad.

Desde ese entonces, quien puede salir de la nación caribeña lo hace. Se fueron los diplomáticos de varias embajadas, los misioneros, los extranjeros que vivían ahí desde hacía algún tiempo. Solo quedan los más desafortunados y algunos miembros de la élite. Las escenas en las calles parecen sacadas de una pelìcula postapocalíptica, con cadáveres en las calles, vehículos destruidos, patrullas de milicianos armados, miles de niños en peligro y una ciudadanía que no se atreve a salir a comprar los suministros más elementales, si es que sabe dónde conseguirlos.

Representantes de alto nivel de Estados Unidos, Francia, Canadá, México y varias islas del Caribe —con la notable ausencia de República Dominicana— se reunieron en la Comunidad del Caribe (Caricom) y acordaron acompañar un proceso de transición hacia elecciones en Haití. Pero en el país no hay mucho consenso al respecto.

El grupo político Pitit Dessalines rechazó participar en el consejo de transición y busca instalar otro con la presencia del golpista Guy Phillipe, condenado en Estados Unidos por lavado de dinero. Por otro lado, Jimmy “Barbecue” Chérizier, un expolicía convertido en pandillero asegura que la alianza de bandas de Viv Ansamn es la que colocará en el poder a un nuevo gobierno.

Además Henry, quién aceptó renunciar tras el encuentro de la Caricom, ahora retrocede y pone condiciones que amenazan aún más el éxito de las acciones en busca de la paz en esa nación del hemisferio occidental. Los siguientes son apenas unos ejemplos de las razones por las cuales el continente entero debe preocuparse por el descenso de ese país al abismo del caos.

Una miseria profunda

Dos terremotos de considerable magnitud, otros desastres naturales, la inestabilidad política, la exclusión social y la delincuencia hicieron de Haití el país más pobre de América. Según datos del Banco Mundial, más de 11 millones de habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza. Las Naciones Unidas refieren que 4,4 millones de haitianos sufrían inseguridad alimentaria antes del terremoto: no tienen acceso a los alimentos y nutrientes necesarios para una dieta saludable. Además, la mayoría de la población no tiene acceso a agua potable.

Instituciones como Unicef calculan que cerca de tres millones de niños y niñas necesitan ayuda humanitaria en Haití. Además, ocupa el puesto 163 de 191 en el Índice de Desarrollo Humano que elabora la ONU. Todas estas razones hicieron de Haití un país altamente dependiente de la ayuda internacional. Tan solo entre 2011 y 2021, recibió unos 13.000 millones de dólares.

Un grupo de niños se reúne en una empobrecida comunidad haitiana que hace frontera con la República Dominicana. Crédito: Benjamín Morales Meléndez (Diario Libre)

Vivir bajo fuego

Los ataques contra los dos mayores centros penitenciarios del país, la prisión civil de Puerto Príncipe (con más de 3.800 presos) y la de Croix des Bouquets (1.450 presos), sacaron a la calle a la mayoría de los detenidos, que presumiblemente se integraron de inmediato a la violencia. Desde el 29 de febrero, los ataques a comisarías e instituciones públicas y privadas no hacen más que aumentar.

Considerado uno de los países más inseguros del mundo, cerca de 200 pandillas controlan grandes zonas. Según el portal Insight Crime, dos grupos concentran la mayoría de bandas: G-9 y Familia, encabezado por «Barbecue» y la G-Pep, liderada por Gabriel Jean-Pierre.

La G-9 controla actividades económicas como el puerto de la capital, terminales petroleras y los puntos de entrada y salida de Puerto Príncipe. La G-Pep se concentra en Cité Soleil, el barrio más poblado y pobre de la capital. Según las más recientes cifras de la ONU, en 2023 las pandillas asesinaron unas 5000 personas, más del doble que el año anterior.

De acuerdo con Matthias Pierre, exministro de elecciones de Haití, “la policía es débil y más de 40 estaciones de policía están destruidas. El ejército está muy limitado y mal equipado; los miembros de las pandillas ocupan la mayoría del centro de Puerto Príncipe y algunas de las sedes gubernamentales. Muy pronto la gente se quedará sin comida, medicina y apoyo médico”.

 Violaciones como armas de guerra

En 2022, la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití registró un promedio mensual de 98 víctimas de violencia sexual en las zonas de Puerto Príncipe controladas por las pandillas. Un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU aseguró en un estudio que «en un contexto tan aterrador, parece que la violencia sistemática contra las mujeres y las niñas, incluida la sexual, se utiliza como instrumento de poder y como medio de ejercer el control territorial por parte de bandas rivales que asolan la capital desde hace más de un año».

Los grupos criminales usan sus cuerpos como botín de guerra. Al punto de que hay numerosas denuncias «de violaciones públicas en grupo delante de familiares y niños, sin el despliegue de recursos suficientes para detener dicha violencia, llevar a los responsables ante la justicia o proteger e indemnizar a las víctimas».

Un manifestante muestra una pancarta con 9 personas asesinadas en Haití durante los últimos tres años. Crédit: Jean-Marc Hervé Abélard / K2D.

Migrantes desesperados

El constante éxodo masivo en Haití impacta a casi todos los países del continente americano. Por ejemplo, ante la ola de violencia actual, salió en los medios que el gobierno del presidente Joe Biden evalúa la posibilidad de utilizar la Bahía de Guantánamo para procesar a los posibles migrantes haitianos que lleguen. Mientras tanto Ron DeSantis, gobernador de Florida, ordenó desplegar unos 250 efectivos de varias agencias de seguridad estatales.

“No podemos permitir que extranjeros ilegales vengan a Florida”, dijo DeSantis en un comunicado, en el que aclaraba que ese estado dedica “importantes recursos a combatir las embarcaciones ilegales” que llegan desde países como Haití.

En Panamá y Colombia, las autoridades ya detectaron un aumento del paso de migrantes haitianos por la selva del Darién. La frontera sur de México también es otro punto clave en el que la migración irregular desde Haití se multiplicó por diez en 2023 y se convirtió en el principal país de origen de las solicitudes de asilo. 

Otros gobiernos empiezan a cerrar fronteras. El de Bahamas, por ejemplo, implantó «medidas significativas» para protegerse ante la «gravísima» situación de Haití. Y el de Jamaica asegura que quiere evitar una avalancha de haitianos en su territorio y que solo tomará los casos de refugiados a los niños de un orfanato específico y al staff del World Bank.

Los haitianos tampoco son bienvenidos en su país vecino. Según las estadísticas de la Dirección General de Migración, un total de 497,692 inmigrantes haitianos tuvieron que regresar a su país en el 2023: 246,678 mediante el retorno voluntario y otros 251,011 reconducidos por las autoridades.

Todos los días, en el cruce fronterizo con República Dominicana, las autoridades de ésta devuelven a cientos de haitianos indocumentados, lo cual estimula indirectamente la existencia de una mafia de uniformados que se dedican al tráfico de personas.

Una mujer haitiana cruza el paso fronterizo Jimaní-Malpaso durante la pandemia de la covid-19. Crédito: Benjamín Morales Meléndez (Diario Libre)

Una violencia que se generaliza

 Como el desorden se concentra en Puerto Príncipe, miles de personas se desplazan internamente hacia otras ciudades. La Organización Internacional para las Migraciones informa sobre unos 15,000 desplazados en una sola semana después que arreciaron los ataques. Esta violencia también incide en las zonas rurales y constituye  «un motivo más de grave alarma», según el secretario general de la ONU, António Guterres.

El país francófono se divide en los departamentos Noroeste, Norte, Noreste, Artibonite, Central, Oeste, Grand’Anse, Nippes, Sur y Sudeste. Según reporta el medio Le Nouvelliste, las consecuencias del caos en Puerto Príncipe hacen que ya los productos escaseen también en las ciudades de provincia.

“A diferencia de Puerto Príncipe, en el resto del país funcionan escuelas y universidades. No se puede decir lo mismo de otros sectores de actividad. En Hinche escasean ciertos productos como leche y artículos de tocador. En los mercados públicos también observamos un aumento en los costos de los productos básicos. En Port-de-Paix, las actividades siguen su curso normal, pero la situación de malestar generalizado en Port-au-Prince está empezando a tener más impacto en los sectores de la salud y el comercio”, refiere el diario.

Dos niñas haitianas caminan por la Carretera Internacional que funciona como frontera natural entre la República Dominicana y Haití. Crédito: Benjamín Morales Meléndez (Diario Libre)

La comunidad internacional: ¿más de lo mismo?

 Si de palabras delicadas se trata, “misión” es una de las peores en el país caribeño. Desde 1993, cuando llegó la Misión Civil Internacional en Haití (UNIMH), el país ha sido  intervenido en más de diez ocasiones. La última, denominada Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) fue establecida por el Consejo de Seguridad de la ONU en 2004 con más de 11.000 agentes. Aunque con vigencia inicial de seis meses, la prorrogaron sucesivamente hasta octubre de 2017. En 2010, efectivos de este grupo contaminaron un río y con ello entró el cólera a un país hasta entonces libre de esa enfermedad. Se calcula que más de 9.000 contagiados murieron. Como si eso fuera poco, múltiples reportes señalan también casos de abuso sexual.

En octubre de 2023, el Consejo de Seguridad dio el visto bueno a una nueva fuerza armada multinacional para reforzar la seguridad local en medio de la creciente crisis de violencia generalizada. Según ese plan, Kenia encabezaría el esfuerzo con 1.000 agentes policiales, junto a elementos de Antigua y Barbuda, las Bahamas y Jamaica.  Pero el gobierno de Nairobi suspendió los planes hasta que se haya posesionado un nuevo gobierno.

En todo caso, muchos en Haití rechazan esa fórmula, ante los reiterados desastres dejados por las misiones anteriores. 

 

Contrabando de armas y drogas

 Para 2022, agencias internacionales informaban que en Haití circulan más de 600.000  armas de fuego —la mayoría de ellas de posesión ilegal—, frente a 291.000 en 2018. En 2023, un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) advertía que la mayor parte de las armas de fuego y municiones en Haití proviene de Estados Unidos, y en particular de Florida.

Y lo que es peor, se trata de armas cada vez más sofisticadas y de gran calibre que llegan  «escondidas en productos de consumo, equipos electrónicos, forros de ropa, comida congelada o incluso en los cascos de los cargueros». La entidad también establecía que «otro medio por el cual se envían armas de fuego y municiones a Haití es a través de la República Dominicana y, en menor medida Jamaica«.

Las armas llegan a manos de las pandillas. Ametralladoras AK47, AR15, rifles Galil, e incluso drones como los que se usaron en el asalto a las prisiones de Puerto Príncipe.

El documento también detalla que Haití es un país de tránsito de drogas, en especial cocaína y cannabis, que entran por barco o avión en puertos públicos, privados e informales, así como en rutas clandestinas.

Una frontera letal

 Más que kilómetros de montañas y ríos, la frontera entre Haití y República Dominicana representa la distancia entre dos naciones que, aunque comparten una misma isla, parecen estar muy lejos entre sí. Con la crisis haitiana, las tensiones aumentan, ya sea por el movimiento constante de migrantes irregulares o por el temor de que el país más débil afecte al otro.

Luego de la fuga masiva de presos, el gobierno de República Dominicana extremó las medidas de seguridad en esa zona en la que el presidente Luis Abinader construye desde que asumió el poder un “muro inteligente” de casi 400 kilómetros. Además declaró recientemente persona non grata a Henry, quien por eso a su regreso de Kenya no pudo aterrizar en la RD y tuvo que hacerlo en Puerto Rico.

En el lado dominicano aumentan la discriminación y la exclusión de haitianos o de dominicanos de origen haitiano, en medio de agresiones de las autoridades o de dominicanos de a pie. Además, grupos “nacionalistas” se dedican a inducir a la población al odio y agresiones físicas mediante las redes sociales.

RD cierra constantemente la frontera. En una de los hechos más significativos, en noviembre de 2023 el gobierno cerró toda forma de comercio con el país vecino debido a la construcción de un canal en el Río Masacre.

Un presidente asesinado

 El asesinato a tiros de Jovenel Moïse dentro de su casa en la noche del siete de julio del 2022 representa un caso complejo en medio de un país donde el poder judicial también funciona de forma precaria.

Funeral del presidente Jovenel Moïse asesinado el 7 de julio de 2021 en su residencia privada. Crédit: Jean-Marc Hervé Abélard / K2D.

Luego de dos años y medio de investigaciones el juez de instrucción Walther Wesser Voltaire imputó formalmente a Martine Moïse, su viuda; al ex primer ministro Claude Joseph y al exdirector de la policía, Léon Charles, en un informe de 122 páginas.  Además de estos tres, hay otros 50 imputados. Voltaire es el quinto juez en asumir el caso Moïse. Quienes le precedieron se retiraron, algunos alegando que sus vidas corrían peligro.

Aunque se acusa a Christian Emmanuel Sanon de ser el autor intelectual del complot, el ex ministro Joseph alega que el interino, Ariel Henry, utiliza el sistema judicial para perseguir a oponentes políticos.

La investigación también sigue en Estados Unidos. Según el Departamento de Justicia de ese país, unas diez personas más enfrentan cargos federales en el sur de la Florida por presuntamente participar en el asesinato de Moïse. Varios de los acusados llegaron a acuerdos con la Justicia.

Mientras tanto, la muerte del presidente permanece en el limbo. Al igual que su país.

Indhira Suero, miembro de #CONNECTASHub

Quito en la encrucijada: el conflicto político entre Guillermo Lasso y el congreso ecuatoriano
El 17 de mayo podría crecer la lista de presidentes defenestrados en Ecuador, si los correístas alcanzan en la Asamblea Nacional los votos necesarios para destituir a Guillermo Lasso. Pero sin que esté dicha la última palabra, ninguno de los resultados del juicio político servirá para superar las crisis que atenazan al país andino
Guillermo Lasso firmó un decreto con el que declara que disuelve el Congreso en medio de un juicio político que él enfrenta por presunta participación en el delito de peculado

Por María Belén Arroyo, miembro de #CONNECTASHub.

Foto: Presidencia de la República del Ecuador

A la santa quiteña Marianita de Jesús, la cultura popular ecuatoriana le atribuye una frase: «Este país no se acabará por los terremotos, sino por los malos gobiernos». La santa murió en mayo de 1645, y todavía la cita se desempolva en cada crisis política con tintes proféticos.

Ecuador derrocó presidentes tras protestas civiles en 1997, 2000 y 2005. Y el martes 16 de mayo, Guillermo Lasso podría también perder el cargo si el Legislativo logra reunir 92 votos a favor de la censura y la destitución.

No obstante, al ecuatoriano de a pie la premonición de Marianita de Jesús, el calvario del actual Gobierno y la crisis política no le quitan el sueño. Sí, en cambio, le impactan la falta de empleo (el 31 por ciento de los 18 millones de ecuatorianos vive en la pobreza) y la agobiante violencia.

La tasa de muertes violentas por cada cien mil habitantes supera dos dígitos: en 2022, alcanzó 25 muertes por cada cien mil pobladores, 83 por ciento más que en 2021. Y en los cinco primeros meses de 2023, a los crímenes en las calles se han sumado nuevas expresiones de inseguridad: extorsiones y secuestros. Las primeras subieron en 300 por ciento en un año. Entre enero y marzo pasado, los casos denunciados de retenciones ilegales ya superaban la mitad de todos los reportados en 2022.

Por esto, los ecuatorianos miran con distancia la crisis política. Según la encuesta de Perfiles de Opinión, realizada entre el 29 de abril y el primero de mayo, solo el 65 por ciento de los entrevistados oyó hablar del juicio político contra el presidente Lasso. Un grupo menor (37 por ciento) sabe que el juicio se sigue por corrupción. Y apenas el 26 por ciento entiende que hay un posible delito de peculado, la causal por la cual la Corte Constitucional dio luz verde al enjuiciamiento a cargo del Legislativo.

Los datos los recoge el análisis de coyuntura de Icare, firma de análisis estratégico. Según las mismas fuentes, el 52 por ciento está a favor de destituir al presidente, y el 33 por ciento en contra. Una quinta parte de estos últimos afirma que esta administración, en funciones desde mayo de 2021, no ha hecho nada por el país. Y el 14 por ciento está indignado por la corrupción.

Caos e incertidumbre

El Legislativo ecuatoriano está compuesto por 137 asambleístas que asumieron sus funciones en mayo de 2021. La correlación actual de fuerzas es contraria al gobierno del derechista Lasso. Más bien es un híbrido aliado con la fuerza que gobernó entre 2007 y 2017, esto es, el movimiento político afín al expresidente Rafael Correa.

Lasso, quien llegó a la presidencia en mayo de 2021 en el tercer intento, se queda sin oxígeno. En junio de 2022, 18 días de protestas de indígenas y sectores sociales condujeron al Legislativo a plantear sin éxito su destitución.

Esta vez, el destino de Lasso está íntimamente ligado al del presidente del Legislativo, Virgilio Saquicela, un político con trayectoria local, que llegó al Pleno como el único representante de una organización de escaso peso en la esfera nacional. Su período termina el domingo, dos días antes de la votación para destituir a Lasso. Saquicela es el candidato del correísmo para retener por un segundo período la Presidencia del Legislativo. Si logra su propósito, el domingo 14 de mayo estará más cerca la destitución de Lasso, pues no es una casualidad que los votos para elegir dignidades en la Asamblea y para destituir al presidente Lasso se negocien en combo. Como dice la frase popular, “el ganador se lleva todo”.

 
Guillermo Lasso y a su izquierda el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela. Cortesía.

«El país vive momentos de tanta tensión que parece que sobrevive con la respiración contenida; contar números es estresante», advierte a CONNECTAS la experta en análisis político Thalía Flores. «El futuro de todos está en juego», explica.

«El gran tema en el corto y largo plazo es la gobernabilidad de Ecuador», advierte por su lado Pedro Donoso, director de Icare. «Esto aplica tanto para el gobierno, que le apostó a la sobrevivencia y no a la gobernabilidad, como a los gobiernos autónomos seccionales».

De hecho, la organización político-administrativa territorial en Ecuador está a punto de cambiar autoridades. Como resultado de las elecciones seccionales de febrero pasado, ganadas principalmente por el correísmo, 221 alcaldes de igual número de cantones se posesionarán este mes, al igual que los prefectos de 23 provincias. El correísmo ganó las prefecturas y alcaldías de mayor representatividad, entre ellas en Quito y Guayaquil.

El Gobierno fue el gran perdedor en esa jornada. Aparte de tener una presencia débil en gobiernos seccionales, también fracasó en su intento por conseguir mayoría en una consulta popular sobre temas relacionados con la seguridad ciudadana. Precisamente, una de las cuestiones se relacionaba con la extradición de personas relacionadas con el crimen organizado transnacional.

La Constitución ecuatoriana prohíbe extraditar a los connacionales y el Gobierno no logró reformar esa norma.

Las denuncias

Justamente en medio de la campaña por la consulta, el Gobierno de Lasso recibió un golpe a su credibilidad. Un portal digital reveló audios que arrojaban indicios sobre irregularidades, pagos y favores en contratos de sectores eléctricos y energéticos. La investigación arrojaba sospechas sobre Danilo Carrera, cuñado del presidente. Las denuncias fueron subiendo de tono, hasta mostrar que Carrera era amigo cercano de Rubén Chérrez, pariente político de un alto funcionario gubernamental. A su vez, la Policía había investigado a Chérrez como parte de un expediente que involucraba a un ciudadano albanés con posibles vínculos con el narcotráfico.

La mafia albanesa no es desconocida en Ecuador. De hecho, informes antinarcóticos revisados por CONNECTAS indican que esa organización criminal opera en Guayaquil, donde constituyó empresas exportadoras de bananas, frutos de mar y otros productos perecibles. Como el puerto no cuenta aún con tecnología de escaneo, los mafiosos esconden la cocaína dentro de los alimentos, o en las paredes de los contenedores.

El asunto se volvió aún más siniestro cuando la investigación policial fue suspendida sin que el gobierno explicara las razones, y sobre todo cuando Chérrez apareció muerto con signos de tortura.

Lejos de renunciar a ir por la cabeza de Lasso, una comisión legislativa dominada por los correístas asumió las pesquisas con un nuevo enfoque: un entramado que se relaciona con el transporte marítimo del petróleo a través de la estatal Flopec. La Corte Constitucional acogió parcialmente la denuncia, al encontrar sustento en la tesis del peculado. Sin embargo, durante la sustanciación de pruebas en el Legislativo se detectó que el contrato de transporte petrolero no fue firmado en el Gobierno de Lasso. Pero aunque la Comisión de Fiscalización recomendó archivar el expediente, el Pleno no aprobó su informe y, sorprendentemente, llamó al juicio político, del cual no está dicha la última palabra.

Desgobierno, de cualquier modo

¿Ante esta situación, qué puede pasar a partir de este martes con la crisis política ecuatoriana?

El correísmo y sus aliados logran 92 votos y el 18 de mayo destituyen a Lasso. Este de inmediato activa el mecanismo de disolución del legislativo y convoca a elecciones generales después de seis meses. Gobierna ese tiempo vía decreto y con control de la Corte Constitucional. (Esta figura se conoce como la ‘muerte cruzada’). 

Este escenario ocurrió en la tarde del 17 de mayo: Lasso firmó la denominada «muerte cruzada», con lo que disolvió la Asamblea Nacional y podrá gobernar por decretos-leyes de urgencia económica mientras se realizan elecciones para presidente y legisladores. 

La medida se da un día después de que iniciará en la Asamblea Nacional un juicio político en su contra por su presunta participación en el delito de peculado.

El correísmo y sus aliados logran 92 votos y destituyen a Lasso. Este NO activa ese recurso extremo y asume el vicepresidente actual, Alfredo Borrero.

El gobierno de Lasso evita la destitución. Fracasa el juicio político y como consecuencia estallan protestas en las calles, con pronóstico reservado. Este es el escenario que Icare considera el más plausible.

Como advierte la doctora en comunicación, experta en política y catedrática Caroline Ávila Nieto, «sin importar el resultado, la fragilidad política es tan profunda que es prácticamente imposible que el gobierno, ya sea con Lasso, Borrero o quien resulte de una posible muerte cruzada, pueda ejercer un plan de consensos mínimos. Llegamos a esto a partir de una errática gestión gubernamental y de crisis, pero también a una oposición que no logró articular adecuadamente la acusación. El vacío de las vocerías políticas fue llenado por medios digitales convertidos en actores políticos que arrinconaron a un gobierno sin faro».

Para ella, «asistimos a una clase política que ha perdido el rumbo ideológico y pragmático, que sin respeto por el criterio del ciudadano, ofrece y pide espacios de poder. De los partidos de alquiler a los curules rotativos». Un panorama que, en medio de la mala situación económica, la inseguridad rampante y la impotencia de la ciudadanía, parece darle, de nuevo en la historia ecuatoriana, la razón a Marianita de Jesús.

Maduro, el testaferro preso y la encrucijada del diálogo en Venezuela
La extradición a Estados Unidos de Álex Saab y otros altos funcionarios amenaza poner en descubierto lo peor del régimen venezolano

Por Lorena Meléndez

 

El lunes 18 de octubre de 2021, el reloj marcaba poco más de la 1:30 de la tarde en Caracas, cuando cientos de personas esperaban una videoconferencia que se llevaría a cabo en Norteamérica. En Florida, en el condado de Broward, en una celda de paredes blancas y puerta azul, un par de oficiales aguardaba la llegada del empresario colombiano Álex Saab –overol naranja, cabello largo y oscuro hasta el hombro- a su primera audiencia por Zoom en Estados Unidos.  En ese lugar compareció ante el juez John J. O’Sullivan, del tribunal federal de Estados Unidos para el distrito sur de Florida, para enfrentar los siete cargos de lavado de dinero, y uno más de conspiración, con divisas que según las investigaciones provienen de sus negocios en Venezuela como  testaferro de Nicolás Maduro. Dos días antes lo habían extraditado las autoridades de Cabo Verde, donde estuvo detenido más de un año.

Con este, el mandatario venezolano recibió el golpe más fuerte de su gestión, que ya va rumbo a los nueve años. Cuando detuvieron a  Saab en ese archipiélago en junio de 2020, en una escala de su vuelo a Irán para pactar la compra de gasolina para Venezuela, Maduro se apresuró a decir que el hombre tenía esa nacionalidad y que iba en un viaje diplomático para intercambiar productos de primera necesidad. En Caracas comenzaron a aparecer afiches en las calles que pedían la libertad de un personaje que, hasta entonces, era un desconocido para la mayoría. Otros, lo más informados, ya sabían que era un magnate.

En efecto, se había hecho muy rico.  Las múltiples operaciones de Saab, de acuerdo con los reportajes publicados por el medio de periodismo de investigación venezolano Armando.info, abarcaban desde el petróleo hasta la canasta de productos subsidiados que llegaban a los hogares más pobres del país. Por medio de una extensa red de empresas de papel, se convirtió en el contratista favorito de Maduro, con acuerdos que le dejaron jugosos beneficios mediante sobreprecios u obras que nunca se concretaron.

El colombiano, junto a su socio y compatriota Álvaro Pulido, logró que el gobierno le permitiera adquirir dólares a precio preferencial para vender casas prefabricadas que jamás se materializaron en un suburbio de la capital y para suministrar mercancías a empresas que habían recibido divisas oficiales ofertadas en subastas.

También, estuvo al frente de las distintas compañías que proveyeron al Estado de harina de maíz, leche, enlatados y otros productos alimenticios importados de baja calidad. Los compraba a altos precios a pesar de estar destinados a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), organizaciones creadas para entregar cajas de comida subsidiadas a los hogares más necesitados en medio de la emergencia humanitaria. Con una sociedad registrada en Estambul se hizo socio de Minerven, la empresa estatal a cargo de extraer oro en el estado Bolívar.

Por otra parte, Alex Saab firmó contratos con instituciones estatales para construir los “gimnasios verticales”, ofrecidos por el gobierno como alternativa al auge de la violencia. Incluso, tras las rejas, siguió mercadeando millones de barriles del hidrocarburo venezolano desde países como México, Rusia o Emiratos Árabes Unidos.

Los propios abogados de Saab, cuando ya estaba detenido en Cabo Verde, admitieron que él se había convertido en el operador que posibilitaría la compra de buques tanqueros de gasolina y aviones con herramientas y materiales para rehabilitar las refinerías que estaban fuera de servicio en Venezuela.

En este trabajo especial de nuestra periodista de investigación Lorena Meléndez para Connectas se abordan las posibles repercusiones en el gobierno de Nicolás Maduro de la extradición del empresario colombiano. 


*Vea el reportaje completo AQUÍ  


 

Connectas: Latinoamérica, el basurero de pruebas rápidas chinas de Covid-19
La plataforma periodística para las Américas Connectas publicó una serie de reportajes sobre los laboratorios chinos que distribuyeron en Latinoamérica todo tipo de insumos médicos para hacer frente a la pandemia. Uno de estos trabajos, titulado «Latinoamérica fue un basurero de pruebas rápidas chinas Covid-19», refiere que 164 laboratorios chinos vendieron y donaron pruebas rápidas de anticuerpos Covid-19 en 70 países. La empresa Wondfo fabricó pruebas que fueron rechazadas por Inglaterra, España e India, pero muchos de estos tests fueron comercializados, donados y obtuvieron registros en Ecuador, Brasil, Venezuela, Colombia, Perú y Cuba. De esta manera, y a pesar de que fueron cuestionados por ser poco confiables, en la mayoría de estos países de la región se admitieron como pruebas de diagnóstico

 

Mientras el virus se regaba galopante, una flota de 164 laboratorios privados chinos desembarcó en varios continentes con pruebas rápidas para detectar anticuerpos del Covid-19, muchas de ellas, imprecisas.

Latinoamérica no fue la excepción: 80 compañías distribuyeron tests serológicos a gobiernos, empresas y proveedores privados.

Una de las naves nodrizas de la avanzada china es Guangzhou Wondfo Biotech, que comercializa sus pruebas en 70 naciones, según reportes oficiales obtenidos para esta reportería en China.

Wondfo se fundó en 1992; su mayor accionista es el gobierno local de Guangzhou y cotiza en la bolsa en la Bolsa de Valores de Shenzhen, China.

La compañía informó, en un comunicado difundido en su sitio web, que ha recibido certificados de la Unión Europea, la FDA de EE.UU. y MDALL, de Canadá. Y es uno de los cinco laboratorios que tiene registro de la Administración Nacional de Productos Médicos de China (NMPA).

La NMPA aprobó dos kits de prueba COVID-19 de esta marca: el primero, el 22 de febrero de 2020, para analizar anticuerpos y otro, el 3 de noviembre, para detectar antígenos.

Pese a contar con esas autorizaciones, los productos de Wondfo son cuestionados por su imprecisión.

Sigue leyendo este reportaje en Connectas

CONNECTAS Feb 11, 2021 | Actualizado hace 3 años
#NicaraguaNoCalla | Ortega Murillo S.A.
Tres canales de televisión y cuatro compañías de publicidad vinculadas a los hijos del presidente de Nicaragua se beneficiaron con contratos estatales entre 2018 y 2019. CONNECTAS documenta un valor agregado de estos negocios de 936.000 dólares y construye un mapa amplio de quienes figuran en ellos

 

CONNECTAS

 

Una mañana soleada del cinco de febrero de 2020, un empleado de Juan Carlos Ortega Murillo, uno de los nueve hijos del mandatario de Nicaragua y quizás el más confrontativo contra los opositores en sus redes sociales, asistió a una reunión para rubricar un contrato de 128.682 dólares en la estatal Empresa Nicaragüense de Transmisión Eléctrica (Enatrel), encargada del mantenimiento de las líneas por donde llega la energía a los hogares del país. 

El firmante era Danilo Rafael Lechado Cruz, amigo de Ortega Murillo desde que estudiaron Comunicación Social según algunos de sus compañeros universitarios. La firma era para publicitar medidas de ahorro energético. Asistió a la reunión en representación de Difuso Comunicaciones, sancionada en julio pasado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos alegando que es usada por “el régimen de Ortega para difundir propaganda” del gobierno.

El representante de la productora Difuso es Danilo Lechado Cruz, excompañero universitario de Juan Carlos Ortega Murillo. En su perfil de facebook, luce orgulloso una foto con el Presidente. Foto\CONNECTAS

Lechado Cruz es uno de los participantes de este esquema de negocios, en el cual hay abogados, juristas, familiares de los Ortega y asesores de su círculo más cercano. Algunos de estos nombres fueron publicados por CONNECTAS en 2017, cuando se divulgó un reportaje sobre los medios de comunicación de la familia presidencial. Ahora la lista es más grande y se revela la participación de este grupo empresarial en el sector publicidad.

Entre 2018 y 2019, esta investigación realizada por CONNECTAS documentó 936.829 dólares en contratos de empresas relacionadas con hijos del Presidente otorgados por cuatro instituciones del Estado: Enatrel, el Instituto Nacional Tecnológico, el Instituto Nicaragüense de Turismo y la Empresa Administradora de Aeropuertos Internacionales. Fundamentalmente se concentraron en dos áreas: medios de comunicación vinculados al mismo grupo por un monto de U$435.298 y el restante en empresas de publicidad.

Los negocios con el Estado, a través de familiares de funcionarios o amigos de los mismos, constituyen uno de los esquemas más tradicionales para sacar ventajas de los fondos públicos en América Latina, sin embargo tanto los representantes de estas empresas como del gobierno se mantuvieron en silencio cuando se les preguntó una explicación a las contrataciones. 

CONNECTAS escribió a representantes de las instituciones del Estado nicaragüense que participaron en estos negocios, pero no hicieron ningún comentario para este reportaje.

Durante las últimas dos semanas también se llamó al número de celular de uno de los abogados de la familia Ortega Murillo, José María Enríquez Moncada, quien figura en varias de las empresas beneficiadas como socio, directivo o representante legal, pero ignoró los mensajes de voz donde se le solicitó una entrevista.

“Todas estas compras (beneficiando a la familia presidencial) son una muestra más del colapso del sistema de contrataciones del Estado”, dijo Dayra Valle, experta en transparencia y contrataciones públicas. 

“Se suma a las irregularidades que se han venido cometiendo desde hace años”, enfatiza.

La experta en contrataciones advierte que se está usando el sistema de compras de Nicaragua “para cometer actos de corrupción” y que cada vez las instituciones públicas ocultan información sobre a quiénes contratan. “Lo que quieren es que no sepamos quiénes están detrás de esas compras”, dice Valle.

La historia de “Difuso”, un primer caso 

La compañía de publicidad Difuso fue constituida 18 meses después del retorno al poder de Ortega en 2007. Sus oficinas están ubicadas en los alrededores de la residencia de la familia presidencial en el Reparto El Carmen, custodiada por decenas de policías bajo extremas medidas de seguridad.

Según información fiscal de Nicaragua, revisada en octubre pasado, el 40 por ciento de las acciones están en manos de Néstor Moncada Lau, asesor de seguridad de Ortega, quien fue miembro de la Seguridad del Estado durante el primer gobierno sandinista en los años ochenta y hoy es el funcionario más poderoso después del mandatario y la esposa de éste y vicepresidenta, Rosario Murillo.  

Otro 30 por ciento de las acciones de Difuso están a nombre de la abogada María Luisa Mejía, que ha trabajado para la vicepresidenta Murillo en la inscripción de dos propiedades en El Crucero. Según investigaciones de medios locales, ella aparece como socia fundadora de Canal 13 (dirigido por otros tres hijos de Ortega: Maurice, Camila y Luciana) y participa en otras empresas de publicidad beneficiadas con contratos del Estado.

El último 30 por ciento del paquete accionario está a nombre de Lechado Cruz, el amigo universitario del hijo del presidente, quien se convirtió con los años en un operador de estos negocios.

La revisión de la documentación oficial de la contratación de febrero de 2020, en relación a la licitación de Enatrel, permite descubrir que no cumplieron con los criterios técnicos de la licitación, entre ellos que debían tener un canal en señal abierta y cable con programación variada. Hasta 2017, tenían asignado el canal 22 que mantenía música en su parrilla. 

La negociación se cerró, pese a los argumentos que podían darse para objetarla, cuando Jacobo Castillo, representante en la licitación de Canal 8, dirigido por Ortega Murillo, no alegó nulidad en la misma.

“Está prohibido por la ley. Es un claro caso de tráfico de influencias y conflicto de interés”, explica Valle.

Valle detalla que la Ley de Contrataciones Públicas prohíbe a familiares de funcionarios públicos, como los hijos del Presidente, ser oferentes del Estado. “Y la ley de Probidad de los Servidores Públicos prohíbe el tráfico de influencias”, recalcó.

Por el secretismo oficial y la captura de las instituciones encargadas de supervisar las finanzas públicas, siempre ha sido difícil cuantificar los millones del Estado que ingresan a la red de canales de televisión que están en manos de los hijos de la pareja presidencial en Nicaragua. Reuters calculó en noviembre pasado que recibieron 29 millones de dólares en 2019.

Los contratos a Canal 8

Antes de beneficiar a Difuso con el contrato de publicidad en 2020, Enatrel había otorgado otro por publicidad a canal 8. Esta televisora fue adquirida con fondos de la cooperación de Venezuela en 2010, según confirmó el entonces gerente, Rafael Paniagua a El Nuevo Diario. Un millonario flujo de cooperación, administrado con discrecionalidad por el ejecutivo nicaragüense.

El siete de octubre de 2019, el Comité de Licitación otorgó 349.068 dólares a Canal 8 y Canal 13, del mismo círculo de negocios de los hijos del mandatario, según un acta de certificación emitida por la abogada de Enatrel, Tania Córdoba, expresada en moneda local.

Según reportes periodísticos locales, Roberta Guevara, abogada del partido de gobierno, fue socia fundadora de Canal 13, junto al ex secretario de Ortega y embajador en varios países árabes, Mohamed Lashtar, quien según cables de Wikileaks era sobrino del dictador libio Muammar Gadafi, un benefactor histórico del gobernante sandinista. 

 

Ortega Murillo S.A.

El hijo del presidente, Juan Carlos Ortega Murillo, es el director de Canal 8, en los medios se ha mencionado que era directivo de Telesur y controla a la empresa Difuso.
Foto/Cortesía CONNECTAS

En este contexto de falta de transparencia, Enatrel aumentó su presupuesto de publicidad 14 veces entre 2018 —año de las protestas de la oposición— y 2019 hasta totalizar casi medio millón de dólares. Esto tampoco fue explicado por la institución del Estado, en la consulta enviada por CONNECTAS a la vocera de la institución, Hazel Gutiérrez.

Registros públicos demuestran que las empresas relacionadas con los hijos de Ortega obtuvieron grandes y pequeños contratos como puede verse en instituciones como el Aeropuerto, Turismo, el Tecnológico Nacional. Otro de las compañías de televisión beneficiada fue el sistema informativo de Canal 2 que dirige Maurice Ortega Murillo, otro hijo del mandatario.

En el negocio de la publicidad, participan cuatro empresas relacionadas con los intereses de los hijos del mandatario. Entre 2018 y 2019, gracias a una veintena de contratos con empresas y entidades públicas, se ganaron 501.531 dólares, según documentos oficiales.

La más beneficiada ha sido In & Out Publicidad, una compañía que se dedica a colocar rótulos en las vías y carreteras que recibió U$251.208 dólares en cinco contratos entre 2018 y 2019. Solo Inatec le entregó el 60 por ciento de ese monto.

El resto de los contratos se distribuyen entre las siguientes empresas: Difuso Comunicaciones S.A, Lumicentro y Negocios Publicitarios Internacionales, compañías que están a nombres de personas identificadas en los medios nicaragüenses como miembros del círculo cercano a la familia presidencial.

Los expertos locales cuestionan que estos negocios han ocurrido por la ineficacia de la Contraloría General de la República, encargada de fiscalizar a los poderes del Estado, pero dirigida por sandinistas.

La abogada nicaragüense Martha Patricia Molina, experta en derecho administrativo, considera que la Contraloría solo informa las cantidades de contrataciones que reciben y cuántas analizan.  “Es una información de forma, no de fondo”, advierte. “A mí lo que me interesa saber es cuáles fueron los resultados de las contrataciones que analizaron”, se queja.

La pareja presidencial en Nicaragua tiene nueve hijos. Solo Zoilamérica Ortega Murillo, la hija adoptiva del mandatario que lo acusó de violación en 1999 y se encuentra exiliada en Costa Rica, no ocupa un puesto en la red de empresas beneficiadas por el Estado, en las cuales cada uno de los vástagos cumple una función.

Además de Rafael, Juan Carlos, Maurice, Luciana y Camila Ortega, los otros hijos de la familia presidencial son Laureano (asesor de inversiones), Carlos Enrique y Daniel Edmundo Ortega Murillo.

Lea más de los negocios relacionados con los hijos de Ortega acá.

CONNECTAS Feb 09, 2021 | Actualizado hace 3 años
La receta lucrativa de la covid en Nicaragua
El Ministerio de Salud adjudicó contratos a empresas controladas por funcionarios del Seguro Social o allegados a otras esferas del gobierno para atender una emergencia que Daniel Ortega minimizó

 

CONNECTAS

 

 

Tres meses después que Nicaragua reportó el primer caso de coronavirus, el Ministerio de Salud compró de emergencia, entre junio y septiembre de 2020, más de diez millones de dólares en medicinas y materiales de reposición. 

La diligencia en la contratación fue atípica para un gobierno que ha minimizado la peligrosidad de la pandemia, convocando a manifestaciones de empleados públicos y manteniendo fronteras y escuelas abiertas.

Como reportó luego Confidencial, la acción se debía a un requisito para acceder a un financiamiento de 185,3 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esta entrega de la serie #NicaraguaNoCalla encontró que, mientras las altas esferas del gobierno le restan importancia al virus y algunas instituciones, como la Policía, incluso han arrestado a vendedores informales por comercializar hojas de eucalipto como tratamiento a la enfermedad, aduciendo que “la covid-19 no existía”, personas allegadas al partido de gobierno han ganado con la contratación.

Dos empresas relacionadas con funcionarios, la Distribuidora Cruz Azul y la Universal Marketing Associates (Unimark), obtuvieron contratos por casi dos millones de dólares. Los otros ocho millones fueron adjudicados a las empresas: Bühler Pharma SA, Neoethical SA, Generic Pharma GP SA, Farmacéuticas de Nicaragua SA, Yale Healthcare, Cam International Nicaragua, Textiles Saddam International SA, Seven Pharma, Más Publicidad, Inversiones Ayatal SA, Logística Ecológica SA e Importaciones Farmacéuticas SA.

La historia de Cruz Azul y Unimark permite explicar la opacidad con la que funciona el sistema de compras públicas en Nicaragua, en la que las instituciones no explican el crecimiento de empresas, en las que participan funcionarios públicos como socios y tampoco se puede recabar información actualizada sobre los cambios de accionistas en las mismas debido a las restricciones en el Registro Mercantil, o en los juzgados donde pueden realizarse cambios en el pacto constitutivo como ocurre cuando hay un aumento de capital.

 

La sede de Cruz Azul, representada por un exviceministro de salud quien ahora tiene negocios con esa institución estatal, está ubicada en carretera nueva a León en Managua. Foto\CONNECTAS

 

Según contratos con el Ministerio de Salud, el representante ante los acuerdos de Cruz Azul es un ex viceministro de esta entidad durante este gobierno, Napoleón Antonio Ortega Balladares, quien trabajó también en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).

Ortega Balladares es la punta del iceberg de un entramado formado por funcionarios gubernamentales, sobre los que permanece la duda si participan en el negocio de las medicinas en su calidad personal o como representantes del INSS.

De acuerdo con información fiscal obtenida para esta investigación, la distribuidora Cruz Azul tenía hasta 2014 como accionista mayoritario (60 por ciento de las acciones) a Roberto López Gómez, actual presidente del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social.

Los  otros socios eran entonces Rafael Martín Rivas Ramírez (20 por ciento de las acciones), Lester Roberto Luna Raudes (19 por ciento) y Silvio Romeo Morales Parajón (uno por ciento). Rivas Ramírez es el subdirector general de Operaciones Financieras del Seguro Social, Luna Raudes es el asesor legal y Morales Parajón es el director del Hospital «La Fraternidad», una Institución Proveedora de Servicios de Salud (IPPS) en el departamento de León, al occidente de Nicaragua. 

Los datos fiscales obtenidos revelan que la representante legal de Cruz Azul hasta septiembre de 2016 era la ex ministra del Trabajo Jeannette Chávez, exdirectiva del mismo Seguro Social, donde trabajan el resto de accionistas. Sin embargo, al llamar a las oficinas de Cruz Azul, negaron que ella trabajara en el sitio e identificaron al exviceministro de Salud, Napoleón Ortega, como el representante.

Venta de medicamentos en los mercados de Managua durante los primeros meses de la pandemia. Foto\CONNECTAS

El expresidente de la Comisión de Justicia entre 2007 y 2012, el opositor José Pallais, asegura que si la participación es individual los funcionarios pueden violar la restricción que tienen de contratar con el Estado. En el caso que fuera a nombre del INSS, el cuestionamiento es otro: ¿De qué manera le resultan beneficiosas estas inversiones a esta institución, cuyas finanzas tienen un un déficit de 182,3 millones de dólares para este año y uno proyectado de 229,1 millones para 2021? 

Las dudas posibles sobre el caso de Cruz Azul no fueron aclaradas por el presidente del INSS. El asesor legal del Seguro, Luna Raudes, quien es accionista de la empresa beneficiada por el Minsa, dijo brevemente por teléfono: “¿Y por qué no llama  a la gente de Cruz Azul? los que están a cargo ahí de eso”.

Luna Raudes se negó a confirmar si se trataba de una empresa del Seguro y recomendó hablar con el presidente de la institución.

La sombra de otra ex viceministra en negocios con el Estado

Universal Marketing Association (Unimark), la otra  empresa beneficiada con los contratos estatales durante la pandemia, fue creada en 2006 como un centro de llamadas y un año después se convirtió en una distribuidora de medicinas. Su acta constitutiva muestra que su socia fundadora es Alicia Saénz Marenco, ex vicepresidenta del INSS a inicios de este gobierno, y el señor Álvaro Saénz Galo.  

Saénz Marenco ha tenido un vínculo histórico como asesora con el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, quien durante décadas fue el enlace del FSLN para ver el tema de salud y seguridad social desde su cargo de presidente de la Comisión de Salud. 

Durante más de una década de funcionamiento, a Unimark se le ha señalado en los medios de Nicaragua por sus contrataciones millonarias tanto con el Ministerio de Salud y el INSS, las que sumaron cinco millones de dólares entre 2009 y 2017. Con el tiempo, la empresa ha afirmado que Saénz Marenco ya no es socia y únicamente la compañía está en manos del otro socio fundador, quien reside en Estados Unidos. Sostienen también que participan de licitaciones en las cuales hay competencia sin que medie ningún factor político. 

 

Unimark, un centro de llamadas fundado en 2006 por Alicia Sáenz, asesora del presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, recibió contratos durante la emergencia sanitaria. Foto\CONNECTAS

CONNECTAS intentó realizar una entrevista con las autoridades de Unimark, encabezadas por su gerente Francisco Sánchez, que aceptaron recibir a un equipo periodístico. Sin embargo, ya en sus instalaciones, no aceptaron ningún cuestionamiento posterior a un temario que se les hizo llegar antes. Reiteraron su posición ante la opinión pública.

En el Sistema de Contrataciones Administrativas Electrónicas (Siscae), donde se pueden encontrar información sobre contrataciones estatales y en otros casos no, se confirma que hubo siete contrataciones a Cruz Azul y Unimark entre junio y septiembre de 2020 durante la emergencia sanitaria. 

En el caso de Cruz Azul obtuvo tres contratos —la suma de los tres es 1,2 millones de dólares— y, a diferencia de su discurso en que aseguran compiten con otros empresarios, en dos de ellos no hubo licitación. El tercer contrato es el de menor valor y fue producto de una licitación para abastecer al Minsa de forma regular.

Proveyeron desde cloroquina hasta batas quirúrgicas para el abastecimiento de las unidades de salud. Lo más llamativo de estas contrataciones es que Cruz Azul en dos de ellas compró medicamentos a Laboratorios Ramos que también es propiedad del INSS.

Unimark recibió también tres contratos que ascienden a 597.508 dólares, uno de ellos tampoco fue licitado. Existe un último contrato por 14.000 dólares fue adjudicado a la empresa Innova Industrias S.A., pero el dinero fue a parar a la misma distribuidora como importador directo del producto. En este caso también hay vacíos de información. Aunque las contrataciones fueron publicitadas en el Siscae, no fueron colgados todos los contratos como sí se hace con otras empresas.

La experta en contrataciones Dayra Valle, del colectivo Transparencia Nicaragua, advierte que la modalidad de contratación simplificada que utilizó el Minsa para adjudicar parte de estos contratos, aunque es legal en situaciones de emergencia, da lugar a “que se beneficie a cierto grupo de proveedores”. En estos casos “se hace la invitación a un solo proveedor”, pero en algunos casos, como la misma se hace a través del sitio web Nicaragua Compra, se presentan varios proveedores y la adjudicación se hace por lotes.   

Aunque Nicaragua tiene una inversión per cápita de menos de sesenta centavos de dólar mensuales para compra de medicinas, el negocio de la importación de productos farmacéuticos en general movió 258,8 millones de dólares hasta agosto 2020 y con una tendencia de crecimiento durante la pandemia. 

En julio pasado el entonces presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, la principal patronal de Nicaragua, José Adán Aguerri,  denunció que el gobierno gravó con el Impuesto de Valor Agregado la importación de mascarillas, ventiladores y oxímetros, necesarios para atender a los pacientes. 

Para el exdiputado Armando Herrera, quien se desempeñó como vicepresidente de la Comisión de Salud entre 2012 y 2016, la forma en que procedió el Minsa para hacer las contrataciones públicas en el contexto de la pandemia “es totalmente contradictoria”. “¿Cómo es posible que a los medicamentos que usamos para atender a la covid-19 los hayan gravado con impuestos y por otro lado dejan de licitar?”, se pregunta.

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CONNECTAS Feb 08, 2021 | Actualizado hace 3 años
Haití: el gobierno de las pandillas
Desde comienzos del 2020, las bandas armadas siembran el terror en el país caribeño. Alentadas por la impunidad y sus relaciones privilegiadas con las autoridades, las pandillas triplicaron los secuestros el año pasado, a pesar de la pandemia, en barrios populares de la capital.

Por: Jameson Francisque para Ayibopost y CONNECTAS / Foto: Dieu Nalio Chery

Ericka Vilsaint corría en medio de la noche. Estaba débil porque no había comido en más de cinco días. Sus secuestradores la acababan de liberar y no sabía dónde estaba. Solo sabía que tenía que correr, hasta el agotamiento total si era necesario. A unos cien metros de distancia, el auto de los secuestradores la seguía. No volvió la cabeza, pero las luces que brillaban tenuemente en la carretera eran suficientes para saber que estaban allí.

Fue secuestrada el 5 de septiembre de 2020 en Marlik, una localidad en lo alto de Pétion-Ville, una comuna de Puerto Príncipe, la capital haitiana. Un automóvil de lujo, con vidrios polarizados, pasó a su lado y se detuvo frente a ella. Se bajaron dos hombres. El primero le apuntó con su arma y el segundo la tomó del brazo para empujarla dentro del vehículo.

Los bandidos contactaron a sus padres. “Nos pidieron 200.000 dólares por su liberación. Su padre negoció, diciendo que no podíamos recaudar esa cantidad. ¡Ni siquiera trabajamos!”, dijo la madre de la adolescente, quien se dedica a vender comida en obras de construcción. El padre es albañil, pero son pocas las oportunidades para trabajar.

Después de muchos intentos de negociación, la cantidad se redujo a una suma más asequible —la familia no quiso dar más detalles sobre el monto acordado—. Los secuestradores les explicaron a los padres de Ericka cómo entregar el dinero y recoger a la niña.

“Ella estaba en un estado terrible. Sucia, como una niña abandonada. La habían golpeado con tanta fuerza que le dislocaron el brazo. La acompañamos a la comisaría de la zona y luego al hospital. Después de esta experiencia, pensé que se estaba volviendo loca. Hablaba sola, rompía cosas en la casa. Desde entonces ya no va a la escuela, tiene miedo de salir”, relató la madre de Erika en entrevista con Ayibost.

Ericka Vilsaint fue secuestrada el 5 de septiembre del 2020. Sus padres estaban desempleados. Ella tenía 17 años. Crédito: Tomada de Facebook

Cualquier persona es una víctima potencial de secuestro en Haití. Los pandilleros escogen sus víctimas al azar, sin ningún patrón específico. Esa es la percepción que se ha ido consolidando entre los haitianos, y especialmente entre los habitantes de Puerto Príncipe, desde que este delito comenzó a aumentar en febrero del año pasado. Vendedores informales, estudiantes, comerciantes y hasta policías han sido víctimas.

La magnitud real de este flagelo es difícil de calcular en números en un país donde el acceso a la información es casi nula y las organizaciones no gubernamentales –que pululan en Haití– manejan diferentes cifras. Además, son muchas las familias que prefieren negociar directamente con los bandidos; confían más en las redes sociales que en la policía, para encontrar a sus seres queridos o recaudar el dinero del rescate.

No obstante, los reportes presentados por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) ante el Consejo de Seguridad durante el año pasado sí muestran un marcado aumento del secuestro. Según el informe de septiembre, los casos se incrementaron un 200 por ciento entre enero y mayo con respecto al periodo anterior. En total, 92 casos fueron reportados a la Policía en ese periodo, 50 de ellos en febrero.

Por su parte, la organización de derechos humanos haitiana Défenseurs Plus afirma que se registraron más de 1.000 secuestros en todo el 2020; una cifra desproporcionada para un país del tamaño de Haití, comparable con estimados de secuestros en México (1.387 según la ONG Alto al Secuestro) en el mismo periodo, a pesar de tener solo una décima parte de su población.

La BINUH se basa en casos reportados ante la Policía Nacional de Haití (PNH). A lo largo de esta investigación periodística, publicada por Ayibopost y CONNECTAS, con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ), se hicieron varios intentos de obtener información directa de la PNH, pero no se obtuvo respuesta.

 

El aumento del secuestro evidencia el deterioro general de la seguridad en el país, que va de la mano de la creciente crisis de gobernabilidad de Jovenel Moïse. Desde enero del 2020, Jovenel Moïse gobierna solo, por decreto, pues el periodo de los parlamentarios expiró y el jefe de Estado no convocó elecciones para reemplazarlos. De esta manera, ha tomado varias decisiones controversiales; por ejemplo, la creación de una agencia nacional de inteligencia, cuyos miembros están por encima de toda la ley y solo informan al presidente, o las acciones para restarle poder al Tribunal Superior de Cuentas, que lo había acusado de actos de corrupción.

Además, varias organizaciones de derechos humanos habían denunciado años atrás la relación del gobierno de Moïse con las pandillas. Y en 2020 los indicios de esto fueron especialmente evidentes.

En abril, en medio de una rueda de prensa sobre la covid-19, el primer ministro, Joseph Jouthe, aseguró que estaba en constante comunicación con los pandilleros, que conocían su número de teléfono, al que lo habían llamado al menos una vez. Izo, un líder de una pandilla, se había quejado ante el ministro por los controles de carretera colocados por la policía fuera del barrio controlado por su banda. En vivo, el jefe de gobierno le prometió al bandido que lo llamaría durante la noche.

Sobre este hecho, el ministro Jouthe le dijo a Ayibopost que le había contestado a los pandilleros como lo habría hecho con cualquier otro ciudadano: “Las pandillas se ven a sí mismas como agentes de desarrollo porque son la ley en estos barrios. Me llamaron para pedir ayuda y aproveché para invitarlos a deponer las armas y retomar la vida normal. Lamentablemente, no aceptaron y ahora la PNH está pasando directamente al desmantelamiento. No veo por qué se enfadan por eso, me llamaron y respondo como a todos”.

Dos meses después, se creó una alianza entre nueve de las principales pandillas de la capital. La federación conocida como G9 an fanmi e an alye (familia y aliados, en creole), es dirigida por Jimmy Cherizier, alias Barbecue, un expolicía que fue retirado de esa institución en diciembre del 2018, bajo graves acusaciones de violaciones de derechos humanos.

Según la Fundación Je Klere, una organización de derechos humanos muy crítica del gobierno, el G9 se creó para asegurar la victoria del partido del Presidente de la República, el PHTK, en las próximas elecciones. Lo mismo asegura la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDHR), una de las ONGs más conocidas del país. Los territorios controlados por esta alianza son importantes en términos de electorado. Cientos de colegios electorales se encuentran allí durante las elecciones, según el informe del grupo de derechos humanos.

“Fue Jimmy Cherizier quien puso a disposición del Estado, en Delmas 6, una sala para instalar una sede de la Oficina Nacional de Identificación”, le dijo a Ayibopost Pierre Espérance, director ejecutivo de la RNDDH. “En esta zona, las cartillas electorales se fabrican bajo sus órdenes”.

 

A pesar de que Jimmy Cherizier ha negado varias veces —en declaraciones conocidas a través de redes sociales— su connivencia con el gobierno, la mayoría de las acciones del expolicía han beneficiado indirectamente a la administración de Moïse.

Según reportes de la ONU y ONGs locales, Cherizier participó en la masacre de La Saline, —barrio popular de Puerto Principe y uno de los epicentros de las protestas contra Moïse— cuando todavía era policía, en noviembre del 2018. Al menos 26 personas fueron asesinadas y 12 fueron desaparecidas. Cherizier negó su participación, pero fue expulsado de la Policía un mes después. A partir de ese primer ataque las acciones violentas se incrementaron en La Saline, hoy en día una zona controlada por el G9.

Siguiendo un patrón muy similar al de La Saline, un año después Cherizier, alias Barbecue, atacó el barrio de Bel Air, otro bastión de la oposición. Según un informe de la BINUH, el objetivo inicial era eliminar las barricadas que habían instalado en esta zona. Cherizier y sus hombres quemaron 30 viviendas y 11 vehículos.

“Lejos de ser un hecho aislado, el ataque a Bel Air muestra la evolución reciente del contexto actual en Haití, principalmente caracterizado por la inseguridad general en los barrios populares y marginales, la impunidad de los miembros de pandillas que cometen violaciones de derechos humanos, la presunta colusión entre ellos y ciertos actores políticos y económicos”, señala el informe de la BINUH de febrero del 2020.

Jimmy Cherizier, alias Barbecue, posa junto a sus antiguos compañeros de la Policía. Crédito: tomada de redes sociales.

Un aumento desmedido

En medio de esta oleada de violencia,  los casos de secuestros se volvieron a disparar a mediados del año pasado, una vez se consolidó la alianza entre las bandas armadas y retomaron sus negocios, según reportó la BINUH.

Para Djmes Olivier, quien estudia el fenómeno de las pandillas en Haití, el aumento de los casos de secuestro se debe a la facilidad con la que se recauda el dinero. “Hasta hace poco, la gente solía ser asaltada cuando regresaba del banco. Pero estos actos han bajado mucho. Los bandidos están pensando en otras estrategias, y con el secuestro se gana dinero más rápido. Hay grupos especializados en secuestros, pero hay son cada vez más pequeños grupos armados que lo hacen también, porque es lucrativo”.

Según un médico que fue secuestrado y contó su caso para esta investigación, los pandilleros tienen la instrucción de no volver a casa con las manos vacías. “Uno de los bandidos que custodiaba la casa me dijo que yo no era la persona a la que iban a secuestrar. Pero no lo habían encontrado. Cuando estaba en el camino, me llevaron en su lugar”, contó el médico que fue raptado a pocos metros del Palacio Nacional.

En principio, los rescates exigidos son exorbitantes: de 100.000 a un millón de dólares estadounidenses. Cantidades que las víctimas no tienen. Después de la negociación, la cantidad disminuye. Para pagar, las familias apelan a la generosidad lanzando campañas de gofundme, con la esperanza de encontrar a sus seres queridos sanos y salvos.

La sociedad haitiana ha protestado en repetidas ocasiones en contra de su precaria situación de seguridad y el aumento de los secuestros y asesinatos. Crédito: Dieu Nalio Chery

 

Gracias a este rentable ‘negocio’, las bandas armadas han experimentado un desarrollo sin precedentes. Según cifras proporcionadas por la Comisión Nacional de Desarme, Desmantelamiento y Reintegración (CNDDR), existen más de 76 pandillas en el país. Actualmente, 500.000 armas ilegales están circulando en el país.

 

El 16 de noviembre de 2020 se nombró un nuevo de la Policía Nacional de Haití. El nuevo director, Léon Charles, estuvo al frente de la PNH en 2004, cuando el secuestro estaba desatado, como hoy. Charles ya ha lanzado varias operaciones contra ciertos líderes de pandillas, especialmente en Gran Ravine. Sin embargo, la estrategia no parece dar resultado. El pasado 20 de enero unos escolares fueron secuestrados en la localidad de Carrefour, a unos 10 km de Puerto Príncipe y a pocos metros de las zonas de Grand Ravine y Martissant, controladas por el G9.

A pesar de la creciente represión policial, los haitianos siguen saliendo a las calles a protestar contra el secuestro y la inseguridad. También se manifiesta la oposición, que exige la salida de Moïse este 7 de febrero, cuando según ellos se cumplen 5 años de mandato. Por su parte, el presidente asegura que todavía le queda un año más y que ahora sí convocará a elecciones, pospuestas desde el 2019. En cuanto al auge de los secuestros, el mandatario anunció la creación de un grupo de trabajo liderado por el ministro Jouthe, y aseguró que trabajan para encontrar “la verdadera fuente del problema”.

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* Este reportaje fue realizado por Jameson Francisque para Ayibopost  y CONNECTAS con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ) en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas.